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* PÁGINAS Y AGENDAS
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Fotos: Ruth Segarra - IndyRock
FIB 2002
"Cuando termines con todo, habrá terminado contigo" (Acuarela, 2001)
es el título del primer trabajo de Aroah. Bajo este nombre se esconde
Irene R. Tremblay, una jovencísima songwriter que con apenas veinte
años ha grabado un Ep de debut que enarbola la bandera del folk
norteamericano y del pop más agridulce.
Entrevista por Luis Benito - IndyRock (2001)
-Bueno, todavía hay mucha gente que no ha oído hablar
de ti. Cuéntanos, ¿Quién es Aroah?, ¿Cuál
es su mundo?
Aroah no es alguien, es algo. Es una idea de Irene.
-¿De dónde viene tu afición por la música?
¿Cómo te defines? ¿Te gustan artistas como Cat Power,
Will Oldham o Damien Jurado?
Ojalá supiera por qué me gusta tanto la música, pero
es algo constante y absoluto en mi vida. Sé que viene de lejos,
desde que apenas podía andar y me arrimaba a los bafles del equipo
de música para sentir las vibraciones, ¡me mareaba! Cuando
mis padres eran más jóvenes ponían la música
muy alta, tenían una buena colección de discos (unos mejores
que otros) y yo la robé.
No sabría definirme en este contexto, el musical, me gustan muchísimas
cosas y muy diferentes. Consumo música compulsivamente, ¿o
me consume a mí?, no sé. De las cosas que me gustan, Cat
Power es una, Will Oldham otra... Si no hubiera oído aquel disco
de Palace Brothers hace varios años quizás no me habría
atrevido a grabar una maqueta de forma tan precaria (Luge) - sobre todo
en un momento en el que los grupos envían maquetas tan profesionales
a los sellos - o puede que sí o hubiera hecho, ¿quién
sabe?
-A pesar de tu edad tu música parece muy adulta, ¿Cuáles
son tus fuentes de inspiración? ¿Quiénes son tus compañeros
de viaje en la complicada odisea musical?
Intento ser sincera en mis canciones. Quizás lo poco adulto sea
no ser sincera. Cuando eres joven tienes miedo a la verdad, a qué
dirán de ti si reconoces ese miedo o sentirte insegura ante cosas
que los demás ya dan por hecho. Lo único que pretendo es
no dejarme intimidar por la presión que ejerce ser joven y que te
hace querer esconderte del mundo.
Me inspiro en lo que siento, intento hablar de las cosas que conozco. Mostrar
lo que soy, lo que pienso... Al final todo es terapia. Es bueno hacer canciones.
Me hace sentir bien. Es un alivio. Así que realmente se podría
decir que no existe verdaderamente una inspiración para hacer canciones,
sino una necesidad de componerlas.
-Siempre sorprende que una persona de 20 años proporcione a su
música, en principio reflejo de su vida, un tono agridulce y triste...
¿Por qué son tan sobrecogedoras tus canciones? ¿Por
qué decides renunciar a la luz del sol?
No creo que sea una persona triste ni nada por el estilo, pero sí
que tengo cierta tendencia a hurgarme las heridas. De todos modos, digo
esto y recuerdo tantas entrevistas que he leído con compositores
que la gente considera 'tristes' en la que estos afirman "Si yo soy una
persona muy feliz".
Como ya he dicho - aunque en otras palabras y en relación a otra
cosa - no tengo un plan, así que tampoco puedo explicarlo.
-¿Cómo te sientes más cómoda cantando en
inglés o en castellano? ¿Crees que es interesante que compagines
ambos idiomas?
En principio tengo querencia por el inglés, por muchas razones:
es lo que hablamos en mi casa, oigo mucha música en inglés
y al principio (creo que cada vez menos) prefería que la gente no
entendiera lo que estaba diciendo.
Cuando empecé a componer en castellano fue un experimento, así
que puedo decir que siempre me ha parecido interesante, tanto para jugar
como para cosas más serias; me gustan las reacciones de las personas
al oírme cantar en castellano. Mi madre es americana.
-"Luge" es el nombre de la maqueta que cautivó a Jesús
Llorente (Acuarela). ¿Qué tiene "Luge"? ¿En qué
se diferencia (además de en la calidad de sonido) de tu nuevo trabajo?
En "Luge" el proceso fue darle a un botón y ponerse a tocar, incluso
cuando estaba grabando la maqueta no pensaba en que alguien más
fuera a oírla. He grabado un EP precisamente porque no sabría
como iba a ser, un disco habría sido demasiado. En este caso he
escuchado a las personas que han trabajado conmigo, me he dejado impresionar
por las posibilidades que tiene grabar en un estudio y con gente dispuesa
a acompañarte... De tocar sola a tener a tres o cuatro personas
a tu alrededor hay un gran salto.
En cuanto a lo que es el disco en sí, creo que tiene sentido para
mí y que lo tendrá en el futuro, espero que los demás
opinen igual. El salto es grande, pero hay que arriesgarse e incluso aprender
a controlar tus propios prejuicios. Cuando grababa las maquetas sentía
vergüenza por la falta de arreglos, cuando llegué a grabar
el disco supe que esa fase de mi música ya la había recorrido
y que era hora de aprender cosas nuevas. Me gusta la novedad, me aburro
muy rápido.
-Me imagino que estará encantada con el resultado del ep, háblanos
de cómo ha ido todo. Desde la composición, ¿Son recientes
las canciones?, hasta la grabación ¿Qué tal han funcionado
las cosas con David y Ari (sección rítmica) y Abel Hernández
(Migala) en la producción?
Las canciones son de diversos momentos. '320' es la más vieja, 'Come
Home' es la más reciente.
El trato con todos ha sido inmejorable. David era mi batería favorito,
le había visto tocando con A Room With A View y era alucinante (bueno,
A Room With A View ya lo son como grupo). Fue una gran alegría cuando,
tras oír la maqueta, aceptó unirse a esto. Ahí seguimos,
ensayando para dar conciertos. Con Abel fue todo bien, dedicó casi
tanto tiempo y esfuerzo como yo al disco. Estuvo implicado desde el principio
hasta el final.
-Sin duda era Abel el mejor para realizar la producción, ¿verdad?
Por supuesto. Le respeto muchísimo, y no respeto a la gente porque
sí. A él tampoco le gustaba la idea de ser "productor", a
la gente hoy en día no le gusta que le "produzcan" de verdad, en
el verdadero sentido que tiene la labor. A mí menos, pero si alguien
puede opinar como deberíamos hacer esto o lo otro la opinión
de Abel tiene mucho valor para mí.
Hay que mencionar también a Coque porque nunca le nombro, y también
tiene mucho mérito y ha trabajado bastante en esto.
-Ahora, después de dar el primer paso, ¿Cómo te
planteas el resto del camino? ¿Vais a realizar directos? ¿En
principio son David y Ari tu banda fija?
Como banda fija está David. Quisiera incorporar a más gente,
pero es complicado. Me planteo el futuro como una aplicación de
lo que he aprendido. Tengo muchísimas ganas, ideas y canciones para
volver a grabar. Estoy impaciente.
-¿Cómo fue la experiencia de telonear a For Stars, Tristeza
y Migala? Considero a For Stars como una de las revelaciones de los últimos
años, ¿Qué te parecen?
Geniales como grupo y como personas. Totalmente de acuerdo contigo en que
son toda una revelación, hay que darle las gracias a Jesús
(Acuarela). Yo no los conocía hasta que vinieron a España.
El concierto de Madrid, en el que les teloneé, fue alucinante.
-Esperamos que todo te vaya fenomenalmente y que dentro de algún
tiempo podamos volver a charlar...
Gracias, un saludo.
AROAH Después de haber teloneado
a For Stars, Migala y Tristeza y de participar en la grabación del
Arde del sexteto madrileño, Irene R. Tremblay -o sea, Aroah- se
ha metido los estudios Rock Soul para grabar las seis canciones del que
será su mini-lp de debut: "Fade", "Come home", "Mi sitio está
aquí", "320", "Recuerdos" y "Eder, simone". Por otra parte, a Aroah
se han unido David (batería de los recomendables A Room with a View)
y Ari (bajista).
Acuarela Discos
El tercer álbum de Aroah
consagra a Irene Tremblay como una de las mejores compositoras (de pop,
de folk, y sobre todo de pop-folk) de nuestro país. Esta vez entrega
un disco totalmente en castellano que no tiene miedo a ser accesible o
implicar al oyente a la primera escucha. 29 minutos sobre cosas tan cotidianas
como el amor, el miedo, la pereza o la esperanza y en los que Irene toca,
canta y se expresa con más seguridad que nunca, con el convencimiento
de haberlo dado todo.
Desde que Irene R. Tremblay debutase allá por el 2000
con su EP "Cuando termines con todo, habrá terminado contigo" han
pasado muchas cosas. En primer lugar, ha publicado dos álbumes en
Acuarela ("No podemos ser amigos" y "The Last Laugh"). Editó un
EP a medias con Nacho Vegas ("Seis canciones desde el norte", hoy totalmente
descatalogado). Ha tocado en festivales como el FIB o Tanned Tin o el francés
Les femmes s'en mêlent, actuado en Bélgica, Rusia, Holanda,
Francia, Italia, México, Canadá o USA. Y ha compartido escenario
con gente como Tara Jane O' Neil, Greg Weeks, Manta Ray, Dawn Landes, y
recientemente, Yo la tengo. Hace unos meses incluso ha lanzado un. ¡grandes
éxitos! -titulado precisamente "The Best of Aroah"- en Japón.
Pero lo curioso es que en realidad parece que acabase de empezar.
Es posible que su EP del 2005, "En el patio interior" fuese una especie
de transición entre el antes y el ahora -no en vano era una obra
sencilla, fluida, de inspiración acústica, en la onda de
Hope Sandoval o la primera Nina Nastasia-, pero desde luego "El día
después" suena a algo renacido, limpio, nuevo. En primer lugar es
un disco completamente en castellano, y eso ya es un cambio para alguien
que había compuesto, sobre todo, en inglés (no en vano la
madre de Irene es norteamericana). En segundo lugar contiene algunas de
las mejores letras de pop en castellano de los últimos años.
Pocas veces las catástrofes domésticas habían alcanzado
un tono tan universal, pocas veces habíamos estado ante una introspección
tan cálida. Irene canta sobre sentimientos (júbilo, miedo,
hastío, esperanza y todos los estados intermedios) la dificultad
de componer, de vivir, de ser y de emocionarse, y lo hace mejor que nunca,
con más riqueza y audacia de lo que nunca se había atrevido
más por timidez que por capacidad.
"El día después", de nuevo con Raül Fernández
(Refree) como productor, es un disco reflexivo, intenso, crudo (algunos
textos apabullan por su sinceridad y desnudez), aventurero y directo. Podría
decirse que es hasta comercial, sin que tengamos que tragar saliva, gracias
a sonidos y texturas de pop orquestal (¿o será "folk de cámara"?)
que convierten cada canción en una historia fascinante. Realmente,
nunca sabes por dónde te va a salir, tanto musical como líricamente.
Ella misma dice que "El disco es una ruptura inevitable con los discos
anteriores de Aroah. Tarde o temprano tenía que pasar, pero forcé
el hecho de grabarlo porque no me veía grabando un disco en castellano
después de cinco discos en inglés. Era ahora o nunca. Al
llegar a Barcelona a grabar no solo me sentía torpe por las letras
que traía, sino por la timidez que me afecta al utilizar la voz
en castellano. Es como si me ahogara. Tengo miedo a parecerme a artistas
que detesto precisamente porque sobre interpretan las canciones. No tengo
verdaderos referentes en castellano".
En los 29 minutos de "El día después" Irene suena poética,
ingeniosa, divertida, cómplice, tímida, optimista y analítica.
Canta "Soy una lavadora" en "Pastoral" y luego "Soy un mini-bar" en "Las
Cifras". En "Canción para follar" afirma que "Y las bromas aparte
/ todo ha sido un infierno / Y personas cobardes / nos morimos de miedo".
De momento no hemos hablado de "pop de autor" o "pop en femenino", pero
en realidad tiene un poco de esas etiquetas que casi siempre suenan facilonas
y van ligadas al término "cantautora". Aroah ha crecido y nos entrega
un álbum intenso y epidérmico. Parece inevitable: los discos
de Aroah son cortos y los temas largos son una excepción. Pero no
tienen que ser necesariamente pesimistas y desconsolados. Y tampoco tienen
que ser folk, pueden ser pop.(Acuarela Discos / junio 2007)
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