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* PÁGINAS Y AGENDAS
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Franz Ferdinand regresan con su quinto álbum de estudio
Always Ascending (Domino/Music As Usual, 2018).
Un esperado trabajo que ha sido grabado entre el RAK Studios de Londres
y el Motorbass Studio de París y que presenta por primera vez a
la banda escocesa como quinteto tras la salida de Nick McCarthy y la incorporación
de Dino Bardot y Julian Corrie. La renovación parece haber sentado
bien a la banda liderada por el carismático Alex Kapranos: Always
Ascending es un disco adictivo y atractivo que, más allá
de explorar su ya conocida vertiente bailable y explosiva ('Always Ascending'
y 'Feel The Love Go'), juega con el lado más refinado, sofisticado
y misterioso de su sonido ('Slow Don't Kill Me Slow' y 'The Academy Award').
Franz Ferdinand es una de las 16 bandas confirmadas para el VIDA 2018
junto con St. Vincent, Iron & Wine, Los Planetas, Calexico, Nick Mulvey,
Curtis Harding, Joe Crepúsculo, Maga, Núria Graham, El Petit
de Cal Eril, Oso Leone, La Plata, Vulk, Rey Lobo y Medalla. La edición
de este año tendrá lugar del 28 de junio al 1 de julio del
2018 en Vilanova i la Geltrú.
Franz Ferdinand en LOW
FESTIVAL 2017 27 al 30 de julio en Benidorm

Franz Ferdinand + Mando Diao + Kissogram
4 abril Coliseo de Atarfe, Granada
Organiza Musiserv
Fotos Merche S Calle © IndyRock
Crónica por Jesús Sánchez
© IndyRock
 

Franz Ferdinand, el magnetismo
+ Mando Diao + Kissogram
Por Jesús Sánchez / IndyRock
Noche de pop y rock de primera calidad en Atarfe, en un Coliseo que acogió
a unos cuantos miles de personas deseosas de pasar una buena noche (algo
fresca, pero ya se caldearía), de la mano de tres bandas diferentes
pero con el nexo común de aportar cada una mucha clase y calidad.
He de reconocer, no obstante, que no conocía para nada a Kissogram.
Vamos, como casi todo el mundo que pudo verlos, al comienzo de la velada,
cuando estos tres alemanes con pintas muy de alemanes y que hacen gala
de un sonido industrial de nuevo muy aleman hicieron acto de presencia.
Me sonaron a algo como unos Kraftwerk rockerizados, con un señor
batería que a pesar de contar con pocos recursos supo marcar un
ritmo machacón sobre el que sus compañeros desvariaban a
base de riffs y sonidos bastante extraños. Tienen las ideas claras.
Su electrorock de última generación fue un buen aperitivo
que llegó su fin con una extraña pieza de tecno-pasodoble
que no me dejó indiferente, creyendo yo erróneamente que
ya lo había oído todo, pobre diablo este redactor.
Tras ellos esperábamos a Mando Diao, con los que tuvimos
la oportunidad de hablar unas horas antes, en una distendida charla en
la que me habían dejado la impresión de que estos tíos
venían a comerselo todo. Ya consagrados, con una carrera a sus espaldas
condensada en un buen puñado de discos, y la atención de
muchos medios que les coloca como uno de los puntales europeos del momento,
Mando Diao no se empequeñecieron por el hecho de ser una banda supporter,
al contrario, bien sabían que mucha gente iba a verles a ellos también.
Se desenvolvieron bien desde primera hora, con sus dos cantantes guitarristas
llevando el pulso de un concierto que alternó píldoras de
modernidad congénita con ramalazos clásicos inyectados en
soul. Coristas negras, percusionista, y una banda que dejó una hora
de buena música, con temazos como la inicial (y ya lejana en el
tiempo) “Sheepdog”, que pronto puso al público sobre aviso del gran
concierto que iban a dar. Garage, soul, rock, toques pop, pero mucha clase,
presentando su nuevo disco “Give me fire”. Tras ella fueron cayendo más,
como la soulera “You got nothing on me”, “High heels”, hasta llegar a un
“Gloria” que ya es un clásico, donde demuestran que son capaces
de hacer un guiño a la mejor tradición del pop de su país
(quiere decir esto que este tema me recuerda a ABBA, no busquen más,
ni yo sé por qué). Grandísimo show en definitiva,
a la altura de lo que vendría a continuación.
Personalmente considero a Franz Ferdinand unos privilegiados, por varios
motivos. Para empezar, son la suma de cuatro talentos, músicos como
la copa de un pino. Además se ven favorecidos por ofrecer una imagen
diferente a lo usual; lejos de renunciar a su británica actitud,
la intensifican en sus vestimentas. Elegantes, hacen del negro un leif-motiv
común en música e imagen. Y algo más. Hoy por hoy
no tienen competencia en su territorio. Gustan a poperos y rockeros, a
modernos o a gente colgada en los años 80, y creo que eso es algo
que ellos han sabido buscar deliberadamente. Eso hace de ellos algo especial.
Y por eso están arrasando; básicamente, están en el
sitio adecuando y en el momento justo. Con viejos nombres en horas bajas,
y con bandas de su entorno que se vienen abajo a las primeras de cambio,
los escoceses apenas tiemblan.
Tres discos ya, y sin noticias de que el listón vaya a bajar
en el futuro. Vayamos al show. Nos llegaban buenas noticias de la noche
anterior en Madrid, donde habían puesto a bailar a todo el Palacio
de Deportes. No hicieron menos en Granada, más al contrario, en
un recinto menos abarrotado como el que se encontraron no tardaron en multiplicar
la sensación de fiesta y despendole. Nada más salir los cuatro
a escena y arrancar con “Matinee” ya pudimos ver que nos esperaba una bonita
noche de baile y grandes canciones. Desarrollaron un setlist en el que
tuvieron cabida todos los temas que les han encumbrado a lo largo de estos
años. Incluso los temas nuevos ya sonaron a clásicos, empezando
por la pegadiza “No you girls”, o la extraña “Twilight omens”. Sobre
las tablas destaca como nadie Alex Kapranos. No es que sus compañeros
desmerezcan, pero es indudable que este tipo posee un magnetismo a prueba
de bombas, y una voz poderosa que hacen de él el centro de las miradas.
Claro que todo eso sin canciones no es nada.
Pudimos volver a conmovernos escuchando “Walk Away”, la que probablemente
sea su mejor canción. Nos dejamos el cuello cuando sonaron “Let
me out”, “The Fallen” o la nueva pieza que no para de sonar en ningún
lado, “Ulyses”, todo un dance-hit. Así hasta llegar a unos bises
en los que los escoceses no se hicieron esperar, arremetiendo con la tremenda
“Jacqueline” (me resultó curiosa la escasa respuesta del público
ante tamaño bombazo que no siempre hacen), seguida de “What she
came for” y “Outsiders”. Llegados a este punto he de hacer un inciso. Como
espectador habitual de conciertos de heavy-metal, no esperaba encontrarme
un solo de batería en un show de Franz Ferdinand. Pero no sólo
eso, la sorpresa fue comprobar que en el solo participaron los cuatro músicos,
algo increíble de verdad. Para fin de fiesta dejaron dos temas más.
“Lucid dreams” bajó un poco el nivel en mi opinión, pero
la cosa volvió a su cauce con la arrebatadora “This fire”, toda
una declaración de intenciones sobre por donde van los tiros con
esta banda: la pantalla escupiendo fuego, y ellos buena música,
suficiente para quemar cualquier audiencia que se les ponga por delante.
Que siga la racha.
Mención especial para la organización del evento, algo
habitual conociendo quién se encargaba del asunto (Musiserv); puntualidad,
accesibilidad, precios normales en el bar, atención al público
en general. Todo perfecto, quede aquí dicho.
Franz Ferdinad + Mando Diao + Kissogram
03/04/09. Palacio de los Deportes. Madrid.
Organiza
Fotografías y crónica Marina
Sanz Domínguez y Javier Alonso Juliá - IndyRock




18.000 almas en Madrid
Por Marina Sanz Domínguez y Javier Alonso Juliá -
IndyRock
Los escoceses Franz Ferdinand aterrizaron en Madrid el viernes 3 de Marzo,
para presentarnos los temas de su nuevo lp "Tonight: Franz Ferdinand".
Las entradas se habían agotado hace tiempo y el espectáculo
estaba garantizado. Muchos fans se acercaron a las inmediaciones del Palacio
de los Deportes en busca de tickets, pero todo estaba vendido. En las colas
de entrada se respiraba un cierto nerviosismo y unas ganas tremendas de
ver a los cuatro de Glasgow sobre el escenario.
Sobre las 21.00 los primeros teloneros empezaban a calentar el ambiente.
El honor lo tuvo Kissogram, que directos desde Berlín, nos sorprendieron
con su sonido muy cercano a los anfitriones del concierto, aunque quizá
con un toque más electrónico, como desprenden los temas de
su último álbum Rubber & Meat.
Los siguientes en saltar al escenario fueron los suecos Mando Diao.
Este grupo coetáneo de Franz Ferdinand, pero que no ha conseguido
las cotas de los escoceses, nos presentó varios de los temas de
su nuevo álbum “Give me fire”. Un álbum mucho más
maduro y lleno de grandes temas, en el que cambian en cierto modo el sonido
de sus anteriores trabajos. Björn y Gustav intentaron animar a un
público con ganas de ver sobre el escenario a los escoceses. Puede
que este grupo esté hecho para salas más pequeñas,
aunque quizá tenía que haber tirado de su repertorio más
roquero y rápido para enganchar al público. Hay que destacar
que muchos seguidores del grupo se hicieron notar durante su actuación.
Entre los temas destacaron “You Got Nothing On Me”, “Ochrasy”, “Dance With
Somebody”, “Gloria”, “God Knows” y “Long Before Rock’N’Roll”, que hizo
bailar a todo el recinto con su estribillo pegadizo.
Sobre las 23.00 de la noche los esperados Alex Kapranos (voz principal,
guitarra solista), Nick McCarthy (guitarra rítmica, teclados y voz),
Bob Hardy (bajo) y Paul Thomson (batería y percusiones), aparecían
sobre el escenario bajo una estruendosa ovación de un público
con ganas de juerga. Con un “Hola Madrid!” de Alex comenzó el show
con el aluvión de temas que les han llevado a lo más alto
de las listas de todo el mundo. El primero en caer fue “The Fallen”, metiéndose
al público en el bolsillo, que no paró de dar palmas y cantar
el “la la la la…” que puso a cien al personal.
El escenario era bastante sobrio, solo la pantalla del fondo le daba
luz y color a la actuación. Otro bombazo cayó sobre el público,
la pegadiza “The Dark Of The Matinée”, lo que fue ciertamente arriesgado,
ya que quizá soltaron toda la artillería pesada demasiado
pronto.
Un nuevo tema “No You Girls”, nos hizo movernos sin cesar. Este nuevo
disco tiene un toque más cercano a la pista de baile y así
nos lo demostró el grupo en la recta final del concierto.
“Do You Want To” de su anterior álbum “You Could Have It So
Much Better” fue el siguiente en sonar. El público saltó
junto al grupo y coreó el estribillo final “lucky, lucky, you’re
so lucky…” que nos dejó extasiados.
Impresionante el público que en todo momento siguió a
la banda en los instantes álgidos de los hits.
“Tell Her Tonight”, con su toque Beatle y “Twilight Omens” de su nuevo
álbum, dieron paso a otro bloque de los mejores temas de su corta
discografía.
El primero en sonar fue “Walk Away”, al que le siguió “Take
Me Out”, que casi consigue que las gradas del Palacio cediesen con los
saltos de un público que disfrutó como los niños en
un jardín de bolas.
“Turn It On” de su nuevo álbum, desprende un toque más
bailable, claro está gracias a los toque electrónicos de
los que se encarga Nick McCarthy.
La recta final del concierto estuvo formada por “Michael”, “Bite Hard”
y “40’”. El último tema antes de retirarse al backstage fue “Ulyses”
su primer single de “Tonight”. En la pantalla del fondo pudimos disfrutar
del videoclip. Buen tema para dejarnos con ganas de más.
Y así fue como, tras la ovación del público, regresaron
al escenario para terminar el show con cinco tema más. El primero
de ellos fue “Jacqueline”, seguido de otro nuevo tema “What She Came For”,
en el que Alex realizó un solo de guitarra mientras sus compañeros
le seguían a la perfección a las voces.
“Outsiders” nos llevó a la fiesta particular de Alex y los suyos,
que acabaron todos tocando la batería a un ritmo frenético
y que convirtió el Palacio en una pista de baile.
El público acabó coreando “oe oe oe…” y los escoceses
se rindieron a los pies de éste, que lo dio todo desde el principio.
“Lucid Dreams” y “This Fire” pusieron el broche de oro a una actuación
trepidante y que será difícil de olvidar al ver a las 18.000
personas que abarrotaron el Palacio de los Deportes saltar al ritmo de
las canciones de este grupo, que en poco tiempo ha conseguido llegar a
lo más alto del panorama indie internacional.
En verano tendremos la oportunidad de verles en el FIB, así
que si no pudiste asistir a este concierto no te pierdas esta fecha que
seguro no te defraudarán.
Franz Ferdinand
Entrevista por Jesús Sánchez - IndyRock
Fotos Merche S Calle © IndyRock
Sólo unas pocas horas de que los escoceses nos arrebataran con
su tremendo directo, tuvimos la oportunidad de charlar con Nick y Bob,
guitarrista y bajista respectivamente de Franz Ferdinand. Nos antedieron
educadamente en la terraza del catering, a las espaldas del Coliseo. Con
las pruebas de sonido como telón de fondo, charlamos con ellos sobre
cómo han llegado a la cumbre, y lo más importante, cómo
se han mantenido en ella. Nick toma las riendas de la conversación,
es un tipo bastante afable. Paul es más reservado y sólo
aparece para puntualizar algunos asuntos.

IndyRock.- Bueno, muchas gracias por atendernos, es un honor para
nosotros. Contadnos, anoche tocasteis en Madrid, ¿como fue?
Nick. Bueno, algo impresionante, muy muy bueno. Había
como 17.000 personas bailando.
(Bob): No, ¡había más!, 18.000, 19.000 (risas).
Ver a tanta gente bailando, sabes…fuimos recibidos con los brazos abiertos,
tener un público tan cariñoso es algo grande, ver a la gente
moverse, es increíble, sabes, nosotros hemos escrito esas canciones,
y eso lo hicimos en Glasgow. Y venimos a España, y ver a tanta gente
bailando, es algo fantástico, y de eso se trata.
En este nuevo trabajo apostáis claramente por un sonido más
dance, es un disco oscuro pero a la vez tiene buenas dosis de sentido del
humor, y en él hacéis un homenaje a la noche…
Este es un disco más bailable, creo, tiene como más groove,
las baterías son más potentes, los bajos tienen más
presencia, el pulso, el ritmo…es algo más electrónico, tiene
más sintetizadores.

Puede que el éxito de un tema como “Take me out” os haya hecho
ver el camino a seguir…
Esta vez queríamos hacer un disco de baile, nuestro segundo
disco era más rock, con guitarras más duras. Y ahora queríamos
alejarnos un poco, y decididamente queríamos hacer esta clase de
mùsica.
Creo que deberíais contarnos la fórmula de vuestro
éxito. Venís de una escena dónde las bandas duran
poco, hay éxitos inmediatos, hypes de un día que caen pronto
en el olvido, pero vosotros lleváis una trayectoria ascendente.
No estoy seguro, escribes las canciones lo mejor que sabes, es la manera
en que lo hacemos…
O sea que el éxito reside en que sois mejores que los demás…
Bueno, ¡no estoy diciendo eso!
Ya, pero yo realmente lo veo así, sois la banda de más
calidad que sale de las Islas desde hace años, y esa industria de
consumo rápido no puede con vosotros…
(Bob) Creo que eso puede ser algo peligroso, lo que funciona
es hacer discos, ese es nuestro trabajo, como tú tienes el tuyo…
(Nick) Lo que sabemos es que cuando nos juntamos, aparece una energía
cuando empezamos a tocar, la sientes en tus dedos…es como algo que
pasa cuando tocamos juntos, Sale energía de ahí, sabes…creo
que es eso, Y si no lo tienes, ya sabes…es difícil de explicar.
Cambiando de tema, hablemos de la música en sí. Yo
creo que hay dos claras facetas en vuestra propuesta. Aprecio un lado muy
melódico en temas como “Walk away”, “Eleonor poot your boots on”…y
luego está el lado rítmico y bailable ¿cómo
surge en el estudio una cosa u otra?
Muchas canciones las escribimos con la acústica, o el piano,
así que ese material normalmente es más melódico,
y la mayoría se quedan así, como más acústicas
y melódicas, es como una manera tradicional de componer, y a algunas
canciones les encontramos un ritmo y las cambiamos, pero permanece la melodía,
es algo importante…una canción de baile no es sólo ¡bum,
bum, bum!, puedes cantarlas, como “Take me out”…
Incluso en temas como “Eleonor…”, cuando la lanzasteis como single,
le disteis un toque diferente.
(Nick) Sí, queríamos que tuviera un poco más de
pegada.
Teníais una gran canción desnuda, y al vestirla se
hizo mejor aun, ¿no?
Sí, eso es.
Tengo una curiosidad tremenda por saber el porque elegisteis el nombre
del archiduque cuyo asesinato causó la primera guerra mundial, ¿os
gusta la historia?
Simplemente suena bien, creo, no tienes que saber nada más,
pero es interesante. Estábamos viendo la tele una vez, salió
lo del archiduque, y luego, reparamos en ese nombre, en que sonaba bien,
significara lo que significara, es una cuestión fonética
realmente.
Para terminar, ¿qué podemos esperar de vuestro concierto?
Vamos a tocar canciones de todos nuestros discos. Y por supuesto tocar
las nuevas es muy excitante para nosotros, así que vamos a tocar
unas cuantas, espero que nuestro público quiera oirlas…
(Bob) Va a ver alguna sorpresa, grandes sorpresas.
(4 abril 2009)
Franz Ferdinand aprobaron con nota en
Badalona
por Raül Ruiz - IndyRock
05 de diciembre de 2009 Pavelló Olímpic (Badalona)
Cerca de 8000 personas disfrutaron del enérgico directo ofrecido
por la banda escocesa en la ciudad del basket, tras el cambio de escenario
motivado por el menor aforo del pabellón barcelonés de Vall
d’Hebron.
La noche arrancó con los psicodélicos THE PHENOMENAL
HANDCLAP BAND, quienes ofrecieron una correcta sesión de rock’n’roll
ochentero con regusto sixties. Un preludio más que acertado que
sirvió de antesala sonora al esperado cuarteto. Para abrir el concierto:
‘No You Girls’ de su flamante “Tonight”, “Tell Her Tonight”, “The Dark
Of The Matinee”, ‘This Fire’ y “Take Me Out”; dotando al arranque de un
carisma casi espectacular. Los temas de su nuevo álbum se alternaban
con sus celebrados himnos, dosificando de esta forma lo esperado por el
público y lo que los intereses de la banda necesitan vender.
Con un inicio tan potente uno se había acomodado en el inicio
acelerado y no contemplaba otra idea que distase de la del concepto de
‘in crecendo’; pero nada más alejado de la realidad. Las cosas se
torcieron diluyendo la magia entre florituras y combinaciones de estilo
que pretendían resultar efectistas, pero que no lograron más
que transmitir ligera indiferencia y una disipación del calor entre
público-banda. Los guiños electrónicos o la prolongación
innecesaria de temas como ‘Lucid Dreams’ o ‘All My Friends’ restaron intensidad
a una velada que, en sus prolegómenos, tenía destellos
de incombustible. A pesar de ello, estos detalles quedaron solapados bajo
el derroche de entrega y ganas de gustar, el oficio, una calidad sonora
que no siempre se “sobre supone”, y la asertividad de unos seguidores muy
receptivos.
Un concierto correcto para una banda que parece haber perdido su frescura
y capacidad de sorprender con su último disco.

Fotos Sara Navarro - IndyRock
Franz Ferdinand
incendió Buenos Aires
28/02/2006, Buenos Aires, Estadio Luna Park
Crónica: por Nicolás Blanco Rodríguez
La excusa de la primer visita por Buenos Aires de Franz Ferdinand, era
simplemente abrir los dos shows de U2, el 1 y 2 de marzo, en el Estadio
de River Plate. Pero el público argentino no se podía permitir
dejar pasar a los escoceses, todavía con corona y en su mejor momento.
Así, el último día de febrero tuvieron su merecida
celebración propia, en el Luna Park.
Apenas pasadas las diez de la noche, las luces del mítico estadio
de boxeo porteño se apagaron sorpresivamente. La música ambiental
se transformó en gaitas distorsionadas y épicas, que no tardaron
en mezclarse con los más de seis mil gritos provenientes de una
eufórica audiencia, de inmensa mayoría femenina y adolescente.
El riff de la guitarra de Nick McCarthy invitó a Alex Kapranos a
sumar los acordes de This Boy. Y ya no había nada más que
hacer, que mover los pies frenéticamente y prestarse a bailar al
compás de los escoceses... la fiesta había comenzado.
La primera mitad de show fue incontenible. Melodías pegadizas
y vitales, afiladas por guitarras vibrantes y una base potente que no dejaba
de marcar el pulso. Los de Glasgow mezclaban indiscriminadamente temas
del nuevo disco, You Could Have It So Much Better With, como el explosivo
Do you Want to y I´m Your Villain, con "viejos" hits consagrados.
Así pasaron Auf Asche y Tell her Tonight, entre otros, y el público
no dejaba de saltar, cantar y aclamar con cada incitación del carismático
líder. Y aunque el sonido estuvo lejos de poder contener la ajustada
avalancha melódica de los británicos (el bajo de Bob Hardy
se perdía frecuentemente con el efecto envolvente del estadio),
la ansiedad y la histeria de los espectadores argentino ya había
tomado por asalto el show.
En poco más de media hora de concierto, se hizo necesario bajar
decibeles. Para ello, Kapranos se calzó la guitarra acústica,
y jugó a ser el crooner romántico de todas esas chiquillas
que suspiraron con cada estrofa de Walk Away y Eleanor Put Your Boots On.
Pero ya era un poco tarde para ponerse melosos. Las fronteras de Buenos
Aires y Manchester nunca habían estado tan cerca, y el Luna Park
se transformó por un rato en el legendario reducto The Hacienda.
Los escoceses hicieron lo suyo sacando a relucir canciones vestidas de
new wave y aires de pospunk, que no desconocen la influencia de bandas
como Television y New Order, pasando por Gang of Four, Joy División
y Talking Head. Y es en esta última asimilación donde Kapranos
luce todo su esplendor de dandy británico, que parece haber estudiado
de memoria la actitud escénica del David Bryne de finales de los
´70.
La efervescencia llegó a su ápice de la mano, obviamente,
de Take Me Out, la canción que los consagró en todo el mundo,
y cuyo riff se amplificó en el uniforme coro de un público
más que entusiasta. Para el final, los Franz Ferdinand tomaron nuevamente
la posta y derrocharon energía pura de la mano de Jacqueline, Darts
of Pleasure y Michael. Llegando casi a la hora y media de show, se despacharon
con una versión electrizante de Evil and a Heathen, que se
fue tornando cada vez más desprolija, respetando así los
cánones del punk en el cual, los cuatro músicos, ya se encontraban
sumergidos. Pero como la adrenalina parecía no ser suficiente, al
joven baterista Paul Thomson se sumaron dos colaboradores que no se cansaron
de golpear con un ritmo frenético el instrumento percusivo.
En el cierre, Kapranos prometió incendiar la ciudad en el potente
This Fire ¡Y vaya si lo hicieron! Pero se guardaron algunos cartuchos
para los dos días siguientes, en los que tuvieron la responsabilidad
de encender el "fuego inolvidable" de los irlandeses.
Franz Ferdinand
+
The
Rakes
22/12/05, Madrid, Arena
Organiza Iguapop
Fotos Sara Navarro - IndyRock
Crónica Isabel Montero - IndyRock



El jueves 22 de Diciembre, las bandas "The
Rakes" y "Franz Ferdinand" se reunieron en el "Pabellón Madrid Arena"
de la capital, para regalar canciones bailables y liberadoras de estrés.
Zapatillas de tela y puntera de goma iban llenando el espacio reservado
para el público, mientras los teloneros "The Rakes" empezaban
a tocar a eso de las 20:55 una música que para unos es una agradable
mirada al punk sincopado y al pop-rock belicoso de los 80 y para otros,
una horrible sensación de "esto ya lo he escuchado en alguna parte".
Presentaban su último álbum "Capture/Release" editado
por V2, en el que podemos encontrar guitarras nerviosas y letras combativas.
Para la gente allí presente, pareció un buen comienzo y un
precalentamiento ideal para lo que la noche deparaba. Un grupo unido y
un vocalista expresivo, que apoyaba sus letras con juegos de mímica
y bailes convulsivos, interpretaron temas como "Retreat", "Violent" o "We
are animals" demostrando la variación posible en la voz de Alan
Donohoe, tan pronto estridente como grave e incluso intimidante, en el
reto de enfrentarse a los riffs guitarreros, la batería-ametralladora
y el bajo sostenido de sus compañeros.
Eran las 21:30 aproximadamente cuando "The Rakes" abandonaron el escenario
para convertirse en público de los que ellos mismos anunciaron a
viva voz: "Franz Ferdinand"
Una hora transcurrió hasta el momento en el que el "gran acontecimiento"
de la noche tuviera lugar, tiempo ocupado por música de sala que
fue transformándose desde el britpop de pantalón de pitillo
y look despeinado, hasta el estilo makinero más machacón,
que el público bailó tras varios viajes a la barra.
Eran las 22:25 cuando los componentes de "Franz Ferdinand" acudieron
al rescate armados con sus guitarras y con melodías épicas
de fondo. Sí, como de película. El pabellón lleno
y una muchedumbre ansiosa, no podían presagiar más que una
noche de éxito, en la presentación de "You could have it
so much better" su segundo disco, editado por EPIC, que según las
propias palabras del grupo formado en Glasgow, es "música
para que las chicas lloren".
Llorar no creo, pero bailar, bailamos chicos y chicas todo lo que quisimos,
siguiendo los ritmos de temas como "Do you want to" con una batería
siseante, una voz potente y una espalda bien guardada, por parte de unas
guitarras y un bajo potentes.
Momentos más tranquilos, vivimos en "Walk away" aunque no por
ello menos rítmicos, pues si de algo se caracteriza esta banda es
de mantener, por lo general, el ánimo bien alto. Tras bailes sobre
el escenario, pases de guitarra a lo AC/DC (con patada en el suelo y rasgado
de guitarra), saltos desde el bombo y mucha complicidad grupal, se despidieron
a las 23:25, dejando a un público ciertamente decepcionado por la
brevedad de la actuación. La imagen del disco en la pantalla, era
una perfecta metáfora de lo que ocurría, el público
clamaba a "Franz Ferdinand" aunque como era de esperar, Alex Kapranos,
Nicholas McCarthy, Bob Hardy y Paul Thompson salieron y tocaron alguna
canción más, para alargar en unos veinte minutos el concierto
de aquella noche. Con el aliciente de los teloneros participando en el
tema de "Outsiders" se puso fin a la velada y comenzó nuestra personal
cruzada, para salir del pabellón atestado de gente.

Fotos Deborah Marin
FIB 04
LA BANDA DEL MOMENTO
(FRANZ FERDINAND/FRANZ FERDINAND)
por Santiago Craig - IndyRock
Siempre llegué tarde a las novedades caras. En Navidad, por
ejemplo, habitualmente tenía la sensación de recibir los
juguetes del año anterior, mientras mis primos hacían aparecer
muñecos parlanchines y autos luminosos de entre los papeles rojos
y dorados. No era pobre, ni mucho menos, pero a todos nos toca siempre
(esto debería estar incluido en las Leyes de Murphy, si es que aún
no lo está) tener un pariente más adinerado. Así que
mis Lego de 50 piezas y mis muñecos de goma quedaban tristemente
opacados y desactualizados ante el despliegue tecnológico y deslumbrante
de los regalos ajenos. El colmo de esta situación fue el día
en el que Papá Noel (Así llamamos a Santa Claus, San Nicolás,
y a tantos otros por estas latitudes) me regaló un Play Móvil
pirata con un cofre lleno de candelabros y monedas plateadas y a mis primos
un Coleco Vision que incluía, entre otros, el juego de los Pitufos.
El pirata era bastante bonito, pero no tenía mucho que hacer ante
tamaño monstruo de la tecnología lúdica. Así
que quedó a medio abrir, recostado entre las nueces y los confites
mientras mi tío y mi papá simulaban "probar" la consola para
que pudiéramos usarla sin problemas.
Jugaron un par de horas, hasta que uno de mis primos comenzó
a llorar y comprendieron, con evidente desgano, que ya era tiempo de ceder
su lugar a los infantes. No se exactamente cuántas horas estuvimos
jugando al Coleco, pero una cosa recuerdo con precisión matemática:
pasaron dos semanas en las que la música y los sonidos del juego
de los Pitufos no abandonaron mi cabeza. Los escuchaba todo el tiempo:
en la calle, en el colegio, antes de dormir, durante mis juegos en la plaza,
en fin, en cada una de mis actividades cotidianas, esa musiquita
insistía en transformarse en la banda de sonido de mi vida diaria.
Era una forma de apropiarme del juego, si se quiere, y a partir de ese
momento advertí que esa situación comenzó a darse
con regularidad. Es decir: mi cabeza no deja de repetir melodías
y sonidos una y otra vez. Despojos de ruidos o canciones que pululan en
la calle, como enjambres de notas que decidieran usar temporalmente mi
cabeza de nido o panal para transformarse en la banda sonora del momento.
Hace unos días que ese lugar lo ha ocupado la canción
"Take me out" del grupo escocés neoretropunkpop Franz Ferdinad.
Vi el video ese en el que la pantalla del televisor queda reducida al baile
espasmódico de unos robots hechos de lata y cartón, y el
cambio de melodía en mi cabeza fue inmediato (creo que su predecesor
era el jingle de una propaganda de shampoo). Los movimientos cibernéticos
y la música pegadiza y reiterativa me llevó a la evidente
comparación con aquel juego de los Pitufos, así que en una
especie de actitud reivindicativa, permitida por mi actual pseudoautonomía
económica, fui hasta una disquería y me compré el
disco. "Franz Ferdinad" se llama, como la banda, y como el archiduque austrohúngaro
cuya muerte detonó la Primera Guerra Mundial. Está hecho
de muy buenas guitarras, bases discos que obligan a moverse y una voz de
una elegancia despeinada de esas que se usan ahora. Además de "Take
me out" están "The dark of the matinée", "Tell her tonight",
"Come on home" y "Jacqueline", canciones que seguramente irán relevándose
oportunamente a la hora de ocupar la totalidad de mi cerebro. Como dije
antes: siempre llegué tarde a las novedades. Antes por caras, ahora,
tal vez, por desprevenido. Hace ya unas semanas largas que "Take me out"
y otras canciones de los Fredinand están ocupando mentes, aunque
recién se hayan instalado en la mía por estos días.
Supongo que eso habla bien de ellas a las que se les auguraba una fama
más bien warholiana de escasos quince minutos. Veremos si siguen
sonando en el tiempo, por ahora, les alcanza para retumbarme en la cabeza,
para ser "la banda del momento" y hacerme sentir en armonía e igualdad
de condiciones con el resto del mundo.
TONIGHT: Franz Ferdinand
Hacia finales de 2006 el grupo estaba exhausto tanto física
como emocional y creativamente. Demasiadas experiencias durante tres intensísimos
años, en los que la banda escocesa había estado ininterrumpidamente
metida en el estudio o haciendo kilómetros y directos presentando
sus anteriores trabajos. Es normal que los componentes de Franz Ferdinand
separaran sus caminos durante una temporada, lo suficientemente larga,
como para afrontar los próximos envites felices de estar otra vez
todos juntos y entusiasmados con la idea de crear su nuevo disco.
Para ello se citaron en su Glasgow natal, y alquilaron un antiguo ayuntamiento
Victoriano abandonado recientemente, que convirtieron en su centro de operaciones
de cara a su siguiente asalto discográfico. Casi desde los primeros
días que dieron uso al edificio pasaron muchísimas noches
enteras juntos, trabajando, tocando o simplemente compartiendo momentos
de relax y cervezas.
Comenzaron a escribir temas nuevos sin planear nada concreto, y los
fueron plasmando también sobre el escenario, que es donde la banda
cree que de verdad se puede comprobar qué canciones funcionan y
cuales no. Así se dieron cuenta del verdadero potencial de "Ulysses",
el primer single de su recién editado "Tonight", o de los mucho
que calaba en el público "Turn it on", otra las canciones de Franz
Ferdinand que daran que hablar próximamente.
Tras darle muchas vueltas al asunto, e incluso algún intento
fallido en lo referente al lugar donde debían plasmar todas las
experiencias y composiciones acumuladas de cara al disco, cayeron en la
cuenta de que su nuevo espacio, el antiguo ayuntamiento victoriano que
usaban de oficina y local de ensayo, era el sitio ideal. Este terminó
convirtiéndose en un estudio con la ayuda de Paul Savage,
batería de The Delgados e ingeniero en Chem 19, el sello discográfico
Chemikal Underground de Glasgow.
Ahora vuelven a la carretera, en una gira que sin duda les convertirá
en uno de los grandes grupos del momento, y en la que aparte de los principales
temas de "Tonight", se podrán escuchar muchos de los hitazos que
los han hecho famosos entre le público, y respetados por la crítica
especializada.
http://www.franzferdinand.co.uk/
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