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* PÁGINAS Y AGENDAS
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26 marzo 2009 sala El tren Granada
Fotos Merche S. Calle/ Juan Enrique Gómez - IndyRock
Crónica Jesús S. -IndyRock
Auténtico rock negro por Enrique
Novi
Organiza Musiserv






Por Jesús S. -IndyRock
Todo es posible pero nada es real. Esta abrumadora sentencia forma
parte "Type", uno de los temas con los que Living Colour consiguieron caldear
un concierto que nos trajo a una banda que hace unos años dábamos
por perdida. En estos días de retornos de formaciones del pasado,
te das cuenta de que cualquier cosa que pensabas no volverías a
ver nunca más finalmente se materializa ante tus ojos. Una buena
noticia la llegada a los escenarios españoles de esta banda,
que rentabiliza su pasado como hacen muchas otras. Con un cancionero variado,
donde hard-rock, metal, funk y soul conviven sin problema alguno, Living
Colour sólo planteaban la duda de cómo se desenvolverían
sobre un escenario después de tantos años. Las noticias que
nos llegaban de su shows previos revelaban que definitivamente no habían
perdido la agresividad. Y bien pudimos constatarlo en la Sala El Tren,
donde se presentaron ante un público numeroso que fue, como el concierto,
de menos a más conforme la banda entraba en combustión.
En el escenario, Corey Glover se convierte en el frontman negro
que une presente y pasado con una voz prodigiosa. Lo mismo emite agudos
imposibles que la engola al estilo de los grandes del soul. A su derecha,
Vernon Reid, toda una institución de las seis cuerdas, no ha perdido
un ápice de su estrambótico carácter, con la guitarra
a la altura del pecho y sus muecas de loco maravilloso. En cuanto a la
sección rítmica, el buen hacer de Will Calhoun se ve incluso
superado por la labor al bajo de Doug Winmbish, un tipo tranquilo pero
absolutamente necesario en esta banda, a la que aporta un excelente
trabajo instrumental e incluso vocal como apoyo de Corey. El repertorio,
los clásicos conocidos, fueron cayendo, desde “I want to know”
a la cachonda “Bi”, pasando por momentos muy intensos como “This is the
life” o lo mejor de la noche, la interpretación de “Papa was a rolling
stone” que precedió a la festiva “Glammour Boys”. Transitando
desde el soul al hard-calypso, el hip-hop y la experimentación instrumental
(la jam session en la que Vernon deja de lado la velocidad en pos de la
melodía, y que da paso a la algo forzada exposición rítmica
de Will Calhoun), Living Colour son incapaces de dejar a nadie indiferente,
como demuestra el momento en que Doug se mezcla con el público sin
dejar de tocar el bajo. La explosión final en los bises vino de
la mano de “Ingonorance is bliss”, con Corey bajando también del
escenario y subiendo al palco de la sala. La esperada “Cult of personality”,
con su riff zeppeliniano, terminó de poner patas arribas al personal,
que rozó el cielo viendo a una banda negra americana tocando un
clásico del punk inglés, “Should I stay or should I go”,
versión turboacelerada marca de la casa que se une a la emblemática
pregunta sobre nuestro color favorito.
Un gran show en definitiva, ciento veinte intensos minutos que demuestran
que el buen gusto no está reñido con la variedad. Como gritaba
Corey, todos somos Living Colour.
Auténtico
rock negro
por Enrique Novi
Hay datos que son reveladores: de los dieciocho temas que Living Colour
interpretó el jueves por la noche el la sala El Tren, siete pertenecían
a su debut del 88, cinco a su segundo álbum, del 90, y tres al tercero,
del año 93. La contundencia de las cifras deja bien claro lo lejano
que ya queda el mejor momento de una banda que estuvo a punto de tocar
la gloria antes de la explosión grunge para ir alejándose
de ella inexorablemente conforme iban cayendo las hojas del calendario.
Disueltos en el 95 y reunidos de nuevo a principios de siglo a raíz
de un encuentro sobre el escenario del mítico CBGB’s, donde comenzaron,
como tantos grupos neoyorquinos, su carrera, desde entonces giran por el
mundo tirando del repertorio de su época de esplendor sin complejos
y sin rubor alguno. Dicho esto, hay que admitir el poderío sonoro
que aún son capaces de desplegar sobre las tablas. Desde el prodigioso
guitarrista Vernon Reid hasta el súper dotado vocalista Corey Glover,
el versátil batería Will Calhoun –los tres miembros fundadores
del grupo- y el impresionante bajista Doug Wimbish, que en su día
sustituyera al original Muzz Skillings, todos ellos son magníficos
músicos de una destreza sin discusión. Y la ponen al servicio
de un show de más de dos horas que no da tregua al oyente. Así
que a pesar de los precedentes que los colocan fuera de los focos de los
medios, el grupo muestra la prestancia de los que están en forma.
Y su directo demuestra que son capaces de extraer notas con auténtico
sabor a blues, a soul y a funk aunque ellos prefieran por encima de todo
ello el rock más potente y despiadado, ese que haría sonrojar
a tanto heavy de postura y de cliché. Y es que mientras el resto
de chicos negros de su generación veneraban a James Brown y sobre
sus bases se inventaban el hip hop, Vernon Reid, todavía motor del
grupo, rendía pleitesía a otro chico negro muchas veces despreciado
por su comunidad acusado de venderse y de gustar al público blanco:
Jimi Hendrix. Living Colour fueron una rara avis en su día por ser
uno de los pocos grupos negros que hacían rock –toda una paradoja
en un género de raíces inequívocamente negras pero
abandonado por los negros cuando se lo apropiaron los blancos en una época
en la que oficialmente la segregación había acabado- y a
día de hoy lo siguen siendo. Funny Vibe, Desperate people, Wich
way to America?… uno tras otro fueron cayendo sus grandes temas, y entre
medias hubo lugar para todo tipo de lucimientos: un deslumbrante solo de
bajo con Wimbish entre el público, Glover paseándose micrófono
en mano por toda la sala o el ejercicio de estilo drum’n’bass entre Reid
y Calhoun. Así hasta acabar con el inevitable Cult of personality
que dio paso a los bises. Que el último de ellos fuera una incendiaria
versión del Should I stay or should I go de The Clash fue toda una
declaración de principios.
Buenos
Aires_ Argentina_ 24 de Agosto07 The Roxy Club.
Fotos y texto: Diego Vinitzca




La gente iba formando fila a un costado en la calle, fuera
del The Roxy Club.
Todo avanza tranquilamente, de a poco comienza a llenarse de gente,
que muy apaciblemente se va acomodando dentro del lugar, a la espera
de la hora del show.
Casi es la hora, la gente charla como recién encontrada después
del trabajo en un bar. Se escuchan pequeños murmullos, pero todo
va bien, tranquilo. A minutos, la ansiedad dice presente, la gente
empieza a mirar para el lado del escenario y pequeños gritos empiezan
a copar el lugar.
En una milésima de segundo, todo explota, todo estalla en gritos,
saltos y ahí ellos, Living Colour.
Arranca con un muy frenético cover de The Clash, "should I
stay or should."redoblando el tiempo cada minuto hasta terminarlo en una
potente versión punk.
Durante las 2 horas que duró el increíble show, presentaron
su ultimo disco Everthing is Posible, The Very Best".
Como en todos lados del mundo, la gente hizo propios a temas como "Cult
of Personality" el que los llevó al reconocimiento o el coreado
por todos "Elvis is dead, Elvis is dead".
Los Colour fueron uno a uno metiendo unos increíbles solos:
Doug Wimbish, haciendo punteos con su bajo con sonido a guitarra
eléctrica podrida y lo mejor(,) ; los más de 5 minutos de
Will Calhoun tras su bata haciendo complejas rítmicas y demostración
de virtuosismo casi callejero; El increíble Vernon Reid, que arrancó
y se mantuvo casi todo el recital estático, para terminar casi abrazado
con la gente, y volviendo (cuando terminó) al final para revolear
su remera al publico. Así los 4.
Todo terminó casi como si fuera una disco y todos bailando en
el mismo lugar, incluyendo a los Colours.
Formación
Veronon Reid: Guitarras
Corney Glover: Voces
Will Calhoun: Bateria
Doug Wimbish: Bajo y Electricos.
Procedencia New York
Biografía
Living Colour fue una formación pionera en la fusión
de metal, funk, soul, jazz, hip hop y punk rock, una amalgama que fue etiquetada
como 'crossover' a finales de los ochenta, momento en que estuvo en el
ojo del huracán gracias también al trabajo de bandas como
Red Hot Chili Peppers, Jane's Addiction, Urban Dance Squad o Faith No More.
Liderada por el virtuoso guitarrista Vernon Reid, Living Colour se formó
en 1985 y publicó su primer disco, Vivid (Epic), en el 88. Se disolvieron
diez años después para volver en el 2001.
A mediados de los 80 la música negra se reducía al hip
hop, los estándares del pop y el llamado R&B, y el underground
del jazz y el blues. En cierta manera, los músicos negros habían
desaparecido del mundo del rock. Los Hendrix, Sly Stone o Eddie Hazel no
habían tenido sucesores dignos de tal nombre. Lo más cercano
a una banda de rock eran Fishbone, aunque su alocada propuesta era demasiado
funk para los blancos y demasiado rock para los negros. El hueco que los
músicos de color estaban pendientes de llenar tuvo dueño
a finales de la década. Patrocinados por todo un Mick Jagger, en
1988 había llegado la hora de Living Colour.
El líder de la banda, Vernon Reid, era un virtuoso guitarrista
que había militado en grupos de jazz y había colaborado con
los músicos más dispares. Su técnica prodigiosa no
sólo le convirtió en el mejor guitarra de su generación
(no creo que ningún blanco haya logrado estar tan cerca de Van Halen
como Reid) sino, triste es decirlo, en el único guitarra solista
de rock con piel negra por aquellos años. La formación la
completaban Corey Glover (cantante), Will Calhoun (batería) y Muzz
Skillings (bajo).
Tras la edición de su primer álbum, Vivid, el éxito
fue inmediato, principalmente gracias a su gran single, Cult of Personality,
que fue acompañado por un videoclip bastante efectivo. El grupo
teloneó a los Rolling Stones y el resto fue historia. Grandes giras,
premios y sus vídeos en la MTV a todas horas. Los tiempos estaban
cambiando.
Living Colour abrieron la puerta al éxito al resto de grupos
de fusión de la época, y junto con Faith No More sentaron
las bases para Rage Against The Machine y el resto de clones de esta banda
que aparecieron durante la primera mitad de los 90. Las canciones de Living
Colour no sólo llevaron la fusión entre rock, funk, rap y
cualquier otra cosa a los charts, sino que además devolvieron las
letras inteligentes y comprometidas al rock, antes de que los RATM y Pearl
Jam de este mundo hicieran su aparición. Se acabaron las canciones
sobre chicas y coches. Al igual que los grupos de hip hop de la época,
Glover y sus compañeros hablaron sobre desigualdades económicas,
hipocresía política y racismo, aunque todo ello de manera
más suave que sus hermanos raperos.
Un segundo álbum tan brillante como el primero dio paso al comienzo
del fin. Su tercer disco, Stain, más experimental y oscuro, obtuvo
unas ventas muy pobres. El bajista dejó la banda, pero aun así
el grupo decidió seguir adelante. Sin embargo, durante la grabación
del que iba a ser su cuarto trabajo, las diferencias sobre el camino a
seguir fueron, al parecer, demasiado amplias, y el grupo se separó.
Corría el año 1995.
www.livingcolour.com/
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