
Música y cultura, movimientos populares en Bolivia
Por Tomas Astelarra / IndyRock
La ciudad del Alto, que hace poco era un barrio periférico de
La Paz, es un laberinto interminable de callejuelas repletas de casas de
materiales a la vista y puestos de ventas que se han ido acomodando al
azar con esa singularidad que tienen los mercados bolivianos, con el arribar
lento y papacho de inmigrantes del campo y las minas en busca de una prosperidad
económica. Un tejido de costumbres arraigadas que se choca con el
frenético caminar de cualquier urbe sin perder esa alegre calma
que caracteriza a los habitantes del altiplano.
Al final del serpenteante camino de un minibús, orillando ese
hueco de cemento que es La Paz, con el frío inclemente de esos Andes
que se asoman erguidos en el horizonte para mostrarnos nuestra pequeñez,
una casona de colores se presenta como la radio comunitaria Wayna Tambo.
"Este un lugar de encuentro de la diversidad, donde se hacen eventos
con bandas new age, rock, punk, hip hop, reggae y la música autóctona
de los pueblos originarios. Un espacio donde se trata de colaborar a jóvenes
que tengan talento en la música, el teatro, la pintura, y que recién
están empezando, cosa que no hacen otros medios.

Si tú no tienes un disco no puedes entrar. O si tienes una
buena propuesta musical pero con un contenido social no te dan apertura,
porque supuestamente no lo permiten los dueños. Aquí es un
espacio para que puedan expresar lo que tengan que expresar, sin decir:
hermano de eso aquí no se puede hablar porque te van a venir a matar
o nos van a cerrar la radio", explica Ukamauyque (que quiere decir en aymara:
"así las cosas ¿y que?") uno de los encargados de llevar
adelante el emprendimiento comunitario que lleva más de 13 años
dictando talleres, mostrando trabajos documentales, libros, organizando
conciertos y difundiendo la contracultura y la resistencia entre los pobladores
de Alto, epicentro de innumerables bloqueos y protestas que han logrado
hazañas tan poco usuales en Latinoamérica como anular el
contrato de la multinacional para xxxx o coseguir la renuncia de Gonzalo
Sánchez de Losada después los sangrientos enfrentamientos
de la llamada guerra del gas. Es en El Alto donde hace pocos meses se reunieron
dos millones de personas para pedir la unificación del país
en apoyo al gobierno de Evo Morales y frente a la idea de la oposición
de trasladar la sede de gobierno a Sucre.
"El pueblo necesita sacar lo que tiene adentro, decir esto esta mal,
esto no me gusta, o eso esta bien, esto puede ser, y mediante esa diferencia
de pensamiento ir construyendo, como dicen los hermanos, ir tejiendo. Empezamos
como un colectivo de jóvenes que soñaban tener un centro
cultural donde reunirse, charlar, debatir. Antes era un cuartito mas arriba,
chiquito, luego llegamos aquí, donde se ha logrado tener más
espacio. El Wayna funciona como un colectivo con una base de diez personas,
con otros veinte que están apoyando, sustentando la radio con sus
programas, la casa cultural", cuenta.
Todo se autogestiona a través de la venta de libros y cds que
se graban en un acuerdo con el estudio Pro Audio de La Paz, donde artistas,
radio y sello se reparten los costos y la distribución. Hay bandas
de heavy metal como los Scoria, o punk, como los Tuberculosos, y también
orquestas de música tradicional. Pero el género que más
interesó a Manu Chao cuando visitó la radio el año
pasado fue el hip hop, que tiene en Ukamauyque uno de sus principales representantes.
¿Cómo es tu propuesta?
Yo hago un rap con contenido social a partir de nuestro ámbito
acá en la ciudad del Alto
Lo que nos vende el imperio es un hip hop comercial, un hip hop gansta,
yo tengo mi pistola, tengo mi auto, tengo mis mujeres, mi auto rebota.
y todos los chicos quieren imitar a ese tipo, quieren vivir una realidad
falsa, que aquí no vivimos. Aquí estamos viviendo otro panorama,
un proceso de una revolución democrática, un cambio. Aquí
no estamos hueveando con un auto o una mujer. Mamazo si alguien va a cantar
algo así.
Y al principio no nos hemos dado de cuenta que podía ser tan
efectivo.
Hemos dicho: haremos letra. Tu mama es de pollera, de mi también,
¿porque no hacemos algo en aymara para que escuchen?
Muchos nos han criticado, pero una anécdota que ha quedado bien
clavada en mi mente fue un vez que nos han invitado a la Federación
de Juntas Vecinales del Alto. Estaban haciendo homenaje a los caídos
de octubre negro. Cada grupo tenía que tocar dos temas. Subimos
al escenario y empezamos a cantar Fusil Metralla que es dedicado a los
caídos, con los beats bien yanquis. Y la gente aplaudió así
no mas. Era un lugar de puro mayor, líderes sindicales y esas cosas.
No eran hiphoperos. Ya para despedirnos, con mucho miedo, hemos cantado
el tema en aymara. La gente se sentía identificada con lo que estábamos
diciendo, y al mismo tiempo el beat ya no era yanqui sino más de
pueblo originario. Había gente que le daban ganas de llorar al escuchar
esa música, que los changos estén cantando en su lengua.
Acabamos el tema y la gente nos pidió otra. Hemos terminado cantando
cuatro temas. Una alegría. Eso me ha ayudado a reafirmarme en lo
que estamos haciendo.
Bien interesante es esto, porque te pones e pensar como se logra agarrar
esta música de tantos años que ha resistido como la música
de los pueblos originarios y mezclarla con una música que esta viniendo,
hasta de moda, porque todos ahora quieren ser hiphoperos, vestirse de ancho,
y juntar ambas cosas con una visión de valorar la cultura andina
y abrir nuevas puertas con una música que es supuestamente yanqui.
Por ejemplo la trova ha tenido su tiempo, su momento, pero en estos
momentos quererles meter trova a los changos no encaja. Cada música
tiene su tiempo.
¿Y cómo les ha influido en el movimiento la guerra
del gas?
En la ciudad del Alto la movida hiphopera se ha fortalecido. Era jodido
ver morir a tus cuates, primos, familiares, cayéndose como muñecos.
Y lo mas triste ver que tus mismos hermanos, que son los militares, que
son la gente pobre que no ha podido estudiar para ser coronel y quedarse
en su oficina mandando, o los mismos policías, mucha gente que es
de los pueblos originarios, combatiendo con el mismo pueblo.
Y no fue la guerra del gas, como se dice, fue la masacre del gas. Porque
si hubiera sido la guerra del gas hubiéramos estado nosotros con
armas y los militares con armas, eso hubiera sido de igualdad.
Después de eso se ha armado una comunidad acá de hiphoperos,
hijos de mineros, chicos que han estado siempre en la calle, en la batalla,
y han encontrado su norte. Mas allá de decir: soy pandillero, te
voy a matar, soy un ganstarap, mas bien empezaron a decir: le golpeamos
al Goñi con nuestras líricas.
Desde ese momento el joven ha sido ya visto bien. Porque había
mucha discriminación. Yo vivo en el Alto, decías. Puta ¿como
vas a vivir en el alto?, hay puro campesino, puro indio, puro maleante.
Con tanto odio te decían. ¿Y tu mamá de qué
es? ¿de pollera? ¡Ah! hijo de chola. Bien fuerte, bien feo
el racismo. Todavía sigue habiendo pero no tan fuerte como antes.
Ahora se ve de otra manera. ¡Ah! Los jóvenes del Alto
también habían sabido hacer música o teatro, bien
alabado el joven del Alto entonces. Han ido cambiando muchas cosas, como
ya sentirse orgulloso de ser hijo de una madre de pollera, una chola, de
ser descendiente de aymara, originario.
¿Y eso ahora se fortalece con la presidencia de Evo Morales?
Es un paso que no es tampoco gracias al Mas, o al presidente Evo Morales.
El proceso que se está viviendo es gracias al pueblo. Entonces cosas
que el pueblo hace quieren confundir, dicen: son gente del Evo Morales.
Muchas veces lo que quiere hacer la elite fascista es hacer creer que
el poder que tiene ahora el presidente es gracias a él mismo. Hay
que joderlo al Evo y que no pase nada aquí. Pero si pasa eso se
van a tropezar con el pueblo, que ya ha tenido varias batallas, la guerra
del agua, marchas por la vida, octubre, 3 de febrero...
Lo bueno es la experiencia que hemos ido sacando, que mucha gente sin
ser estudiante en ciencias de la política o esas cosas ha participado
en la lucha callejera, ahí hemos aprendido más a ser analistas.
Rápido la gente se da cuenta quien está mamando, quien está
diciendo la verdad.
Para ir construyendo hay que ir armando más cositas que lleguen,
pero no por el lado político. Yo creo que he tropezado en eso, en
tratar de convencer a mis amigos de lo político, la revolución,
y he hecho que se alejen cada vez más, he perdido soldados.
No es solo decir la revolución, lo político, un discurso
que se ha vuelto, hay que buscar otras formas no directas, porque el joven
no quiere saber de política o las noticias que están pasando
en el Congreso. Los discursos de esos cabrones políticos no son
tan entendibles, son elitistas. Y es bien complicado, porque a partir del
momento que te pierdes del discurso, te jodes. Ahí es clave el video
y el audio, y empezar por la educación, la comunicación,
que son las claves para construir un mundo mejor, como los zapatistas que
tienen su propia escuela.
Cada vez te dicen: gracias a Cristóbal Colon somos civilizados,
gracias a él ahorita hablamos castellano, sino hubieras seguido
siendo indios, indígenas. Es una palabra mala, viene de indigente.
No te dicen que Cristóbal Colon era un ladrón que se robaba
la plata y el oro por montón, que se violaba las mujeres, que ha
traído la religión para someter. Hasta ahora siguen hueveando
en las escuelas, y así nos van construyendo conformistas. Porque
el profesor es un opresor. Porque alguien le quiere dar la contraparte
y dice: yo soy profesor y tú eres alumno, un tipo sin luz. Desde
ese momento estamos entrando a un lugar de sometimiento y conformismo que
es parte del sistema donde quieren que todos pensemos igualito. Si vos
no piensas igualito vos tonto eres. Y el profesor explica en el pizarrón
y pregunta: ¿quien no ha entendido? Todos se miran, y uno levanta
la mano. Miren alumnos, no sean iguales que este niño tonto, dice
el profesor. Y toda su perspectiva de aprendizaje se ha derrumbado. Es
una forma de joderte que hasta ahora lamentablemente sigue y creo que hay
que buscar otras formas. Porque lo más importante para avanzar y
construir un mundo nuevo es la comunicación y la educación.
Ustedes los hiphoperos cumplen la función de comunicadores.
No solo el hip hop, sino el rock, el punk, y las mismas músicas
de los pueblos originarios. Imaginate, por mas de 500 años sigue
resistiendo, el aymara, el quechua, no los han podido eliminar. Eso me
parece una revolución, y no es de ahora. Lo medios no dan cobertura
a la base, solo dan cobertura a los líderes. Nosotros agarramos
en nuestras letras lo que las bases quieren decir y hacemos que eso se
pueda difundir por la música, llegar a mucha gente, no solo de clase
media baja, sino de todos los medios sociales, romper esas fronteras de
nosotros somos pobres vos eres rico. Es una llave de unión, de integración.
Ahorita nosotros estamos en una situación bien difícil
porque estábamos viviendo en una oscuridad, y ya esta por salir
el sol. Es el lugar más difícil, el amanecer, por eso es
que quieren armar pleitos, peleas. Pero va a amanecer ya, de eso se trata.
Y no es momento ser pesimista o radicales. Ser radical puede perjudicar
esta cosita que esta avanzando poquito a poquito, con calma pero seguro.