FOTO: Victoriano Moreno
AV FESTIVAL
HISTÓRICO EN INDYROCK
CRÓNICAS, FOTOGALERÍAS, COMENTARIOS
1, 2, 3 y 4 de Julio. 2004 Fuengirola. Malaga, Castillo de Sohail
Fotos JAVIER ROSA/ av festival
AV FESTIVAL: MORRISSEY EN FUENGIROLA
por
Fernando Navarro-IndyRock

Iba a ser (al final casi resultó siendo) el concierto del año en nuestro país. El que es, quizá, personaje más controvertido, personal, polémico, irónico del pop británico,
Morrissey, la leyenda, actuaba en España, casi veinte años después de aquella mítica actuación de los Smiths en Barcelona; y lo hacía en el marco del AV Festival de Fuengirola,
festival elitista e interesante, que con la presencia del ex Smiths buscaba abrirse a más público y así aumentar la ya casi cargante oferta de festivales del país.
De este modo, ante una masa entregada pero menor en número de la esperada, Morrissey, quizá como la más grande estrella decadente que es (bueno, quizá el Sr. Decadencia, David
Bowie, le gane) hizo su aparición en la idílica localización del Castillo de Sohail de Fuengirola como una vieja diva, como si se tratara de la Norma Desmond del pop británico (perdón
por el exceso). Con un sonido excelente, una banda de músicos modélica (se echó en falta a Alan Whyte, junto a Boz Boorer, el responsable del definitivo endurecimiento de Morrissey) y
una actitud, una presencia siempre irreprochable, Mozzer ofreció un concierto breve, conciso, con un repertorio arisco, extraño, basado sobre todo en su nuevo álbum (sonaron
prácticamente todas las canciones del estupendo "You Are The Quarry") y con ciertos guiños malévolos y algo rebuscados a su pasado más o menos reciente (escogió para su directo de sus
canciones con The Smiths las huidizas "Rubber Ring" y "Shakespeare´s Sister", la violenta "Ruhsholme Ruffians" y, eso sí, "There is a light that never goes out", uno de sus más
celebrados, hermosos poemas musicales) incluyendo una versión de su adorada Nancy Sinatra y algunas caras B, buscando más sorprender que incomodar, espero. Con todo, constatando que el
británico está en un estupendo estado de forma, los mejores momentos del show vinieron por parte de dos canciones más o menos recientes: por un lado la vibrante, creíble, rabiosa y
violenta interpretación del single, "Irish Blood, English Heart", una especie de himno nacionalista a la vieja gloria de Gran Bretaña (y, de paso, una metáfora de la propia grandeza de
The Smiths) y por otro, lo mejor de la noche, la emotiva interpretación de la gloriosa, "Everyday Is Like Sunday", una conmovedora canción sobre una pequeña, aburrida localidad costera
que allí, en Fuengirola, a pesar del turismo una pequeña, aburrida localidad costera, sonó aún más convincente, conmovedora y hermosa que cuando fue grabada.
Tras Morrissey, apareció en el escenario el pobrecito de Tim Booth hombre simpático, afable, buen conversador que tuvo que sufrir en algún momento las desavenencias de la organización
y, sobre todo, el irrespetuoso público mientras intentaba levantar su repertorio, a medio camino entre el de los James y el de la banda de su también amigo Michael Stipe (a quien
incluso se le parecía con su radical cambio de look) ante la gente que se iba dispersando camino de las barras, o los hoteles. Una lástima ya que se perdieron a un Booth convencido,
entregado, algo triste pero resultón, con un conciertito breve y sencillo, bonito y honesto(un término que, a veces, pierde cualquier valor en la música pop) aunque quizá demasiado
inseguro, débil todavía (se explica: Booth apenas lleva unos meses girando en solitario)
Después, los días siguientes, el AV continuo, con menos gente pero excelentes actuaciones (John Cale, Stereolab, los inesperados Balago supliendo a una de las bajas más
dolorosas, la de los tejanos And You Will Know Us By The Trail Of Dead) que culminaron con la de la banda del misterioso Steve Albini, Shellac; un Domingo en que la gente, (el que
suscribe también) se perdió, probablemente por causas ajenas a las voluntades parecidas de la masa, el mejor concierto del festival. Eso cuentan otras crónicas más completas y
documentadas, mejor preparadas, menos divertidas.
4 julio

Julee Cruise / Trans Am
Shellac
3 julio, Tercera jornada

J. Cale / Telefon Tel Aviv
2 julio, Segunda jornada

Stephen Malkmus /Stereolab
Four Tet
1 de julio, Primera jornada
Se abrió el telón. Con algún que otro problema con la retirada de entradas (via registro de las huellas dactilares) que provocó al principio largas colas, se inició la edición más
espectacular del AV Festival.
Las primeras notas las pusieron los canadienses Broken Social Scene. Atmósferas envolventes y desarrollos largos creados por una de las últimas revelaciones del panorama internacional.
Hasta nueve personas coincidieron sobre el escenario con todo registro de instrumentos, inclusive cinco guitarras a la vez. Un descubrimiento.
Los californianos Trespasser Williams pausaron el ritmo y dejaron respirar a la multitud que esperaba ansiosa la aparición de Morrissey, la estrella indiscutible de la edición de este
año.
Y Morrissey apareció sobre el escenario pasada ya la medianoche. El divo de Manchester repasó durante 80 minutos los temas de su recién estrenado álbum "You are the quarry", aunque el
éxtasis colectivo llegó al abordar clásicos de su carrera en solitario (Everyday is like sunday y I know it's gonna happen someday fueron las más celebradas) y, como no, temas de los
Smiths. There is a light that never goes out y The headmaster ritual provocaron el delirio del respetable. Memorable.

Tim Booth, el antiguo cantante de James, tuvo la difícil papeleta de levantar a un público exhausto tras el show de su amigo Morrissey. Y cumplió con creces. Repasando su también nuevo
álbum, la actuación del artista de Manchester llegó a su punto álgido con una nueva lectura del clásico Sometimes con voz y piano. Estremecedor. Su directo se cerró, tras poco
más de una hora, con una versión de What Goes On, uno de los temas más célebres de la Velvet Underground y el mejor aperitivo para otro de los platos fuertes de este año, John Cale.
(Texto remitido por Av Festival)
Problemas de entradas
Los asistentes a la primera jornada del AV Festival sufrieron graves problemas para acceder al recinto, la problemática creada al cancelarse la colaboración entre la Caixa y el
festival, con muchas entradas vendidas por este sistema, y la implantación de tarjetas con la huella dactilar para el acceso del público, provocaron colas interminables, e incluso que
algunas personas desistieran de entrar y se marchasen a casa (a pesar de haber pagado 68 euros por una entrada de un día). El sistema de control obligaba a que la entrada se canjease
por una tarjeta que llevaba la huella dactilar del asistente al festival. Al parecer el sistema no funcionó con la rapidez esperada y las colas avanzaban a razón de un metro cada
cuarto de hora. Ante el problema de canjear la entrada y que dieron las 23,00 horas sin que la mayoría de la gente hubiese accedido al interior, con los grupos ya comenzando a actuar,
provocó que la organización se olvidase de las tarjetas y permitiese la entrada directa a todos los que tuviesen entrada... esto fue una verdadera avalancha. Problemas que el público
espera que no se reproduzcan el resto de los días del festival.
1, 2 y 3 de Agosto 2003 Castillo Sohail, Fuengirola, Malaga
LA AVAN-ZADILLA MUSICAL DEL NUEVO SIGLO
por María Olalla - IndyRock
Fotos Victoriano Moreno

Alpha

Hacienda
Lamb

Mogwai

Tortoise
Grupos visionarios, un castillo medieval reconvertido en fortaleza de la música avanzada, experimentos sonoros y entre el público, los más 'modernos'. AV es un festival
atípico, una versión mejorada del concepto de 'macroconcierto', una apuesta que ya, en su segunda edición, se ha convertido en propuesta...la cita que no se puede perder nadie que
quiera saber qué música se llevará la próxima temporada...
Sí, digo lo que se llevará porque en AV, música y moda van de la mano. No tanto por los grupos que actuaron, una caterva de desconocidos para el gran público pero que hacen su
imprescindible trabajo para el futuro de las ondas en los circuitos independientes, sino por el ambiente de un festival cuya receta está abocada a la imitación.
Imaginaos un festival, en estas calurosas fechas, con actuaciones exclusivamente nocturnas: primer acierto.
Sólo cinco grupos por noche, durante tres mágicas noches, la del viernes, sábado y domingo: es decir, se acabó el cansancio y el atracón de música, en AV no se engulle, se paladea.
El castillo de Sohail (Fuengirola) construido en el siglo X (medieval, para el que no esté muy puesto en Historia) y frente a la playa...no tengo más que decir: sin polvo, sin los
inhumanos servicios prefabricados y, sobre todo, sin calor...el que sudó, tuvo que ser por causas sintéticas.
"El Av es el único festival en el que se puede (y se debe) ir bien vestido", la frase es de uno de los organizadores y el paréntesis de mi cosecha. Lo comentaba con algún compañero de
la prensa y le explicaba cómo quieren convertir esta cita con la música 'avanzada' en una oferta única dentro del repertorio veraniego de festivales, tanto por su propuesta "relajada,
exquisita y novedosa", como reza la publicidad del evento, como por los grupos invitados. "El precio del abono (84 euros) es excesivo pero es que no hay otra forma de ver a Mogwai,
Tortoise, Unkle, Mouse of Mars y Lamb juntos...¡¡¡y en España!!", me comentaba un gran amigo que, por segundo año, se trasladó a Fuengirola desde Granada para asistir a 'Avantmusic'.
Un cartel formado por catorce bandas nacidas para inventar la música de este milenio recién estrenado. Todos gustaron, cada uno a su público, todos resultaron más que correctos sobre
el escenario y todos siguieron un cómodo orden (para el público): primera parte de la noche centrada en lo acústico que, poco a poco, dejaba paso a las innovaciones electrónicas,
permanentes ya hasta casi despuntar el día siguiente.
Yo, personalmente, me quedo con el último día (domingo 3 de agosto) y con la actuación de Lamb...sin desmerecer a otros como Tortoise, que puso a la gente de puntillas. Precedidos de
Alpha, Lamb comenzó de menos a más...hasta conseguir que las mil y pico personas que estaban frente a ellos se sintieran afortunadas y les doliera menos el bolsillo del que sacaron el
dinero del abono, o de la entrada (que para un día rondaba los treinta y tantos euros). La gente coreaba los temas y entonces pensé: "si nada malo ocurre, este festival se va a asentar
porque había que inventarlo, porque es único y porque tiene su público: dos mil quinientas personas según citaba el aforo...pero muchas más que se quedaron fuera y que, seguro,
ahorrarán para ir al AV'04.
Sólo una queja, bueno dos... pero sólo una para la organización: más camareros en las barras y menos porteros que impidan a los reporteros gráficos hacer su trabajo en el 'foso'. La
otra queja es para los abusivos precios de los 'puestecillos' que encontramos de camino a lo más alto del Castillo de Sohail...el que lo sufrió, lo sabe. La prueba de que estamos ante
el festival del futuro: se acabaron los mecheros en alto durante los conciertos...las luces que se ven ahora entre el público son las de cámaras digitales de fotos y video...¡¡lo que
cambian los tiempos!!
AV Music Festival 2002
The Electronic jazz, lounge and bossa-nova experience.
Sohail Castle, Fuengirola, Costa del Sol, Spain.
Del 29 de Julio al 3 de Agosto 2002

Galliano / Susheela
Viaje alrededor del mundo en el interior de un castillo
Diario de Avant 02
Texto y fotos Por Victoriano Moreno - IndyRock
El primer día de todos fue el más duro. Y no porque la calidad de los artistas fuera la peor, sino porque uno aun no conocía la rigurosidad de la cuesta que llevaba al castillo. Los
días siguientes unos ya estaba preparado y parecía que le costaba menos. Sin embargo, una vez arriba, superado el exigente control de seguridad a la entrada, uno se adentraba en un
lugar especial, diferente, que le hacía a uno sentirse predispuesto a abrirse a todas esas nuevas músicas con las que se iba a encontrar a lo largo de la semana. El lugar, la antigua
fortaleza medieval de Sohail, en Fuengirola, enclavada junto a una extensa playa en lo alto de un monte, era una de las bazas de este Festival. Una amplia explanada, rodeada de
poderosos muros en los que continuamente se hacía proyecciones de las más variadas texturas, formas y colores que cambiaban su aspecto durante todos los conciertos. Allí se
congregaron más de 8.000 personas a lo largo de los seis días que duró el Festival, disfrutando de la música y del buen ambiente que allí reinaba. Aunque toda esa afluencia no
fue muy regular siendo el martes y el sábado el día que más gente concentró, debido al cartel de esos días, Bebel Gilberto y Thievery Corporation el martes, y Jazzanova el sábado. El
resto de los días la llegada de público no fue tan masiva y no porque la calidad de los artistas fuera menor, sino por el desconocimiento que de ellos se tenían. Hay que apuntar
también que debido al extenso y variado cartel del festival, este ha acaparado a un público muy ecléctico, no solo a jóvenes "modernos", también a personas de todas las clases que
quisieron disfrutar de la buena música que allí tuvo lugar.
Pasando ya al tema musical, hay que decir que durante esta semana hemos podido, sin movernos del sitio, viajar por todo el planeta, desde la India hasta Brasil, pasando por África o
por Estados Unidos y México. Tengo que admitir que al principio era algo reacio a ver a un grupo de música que tenía alguno de sus instrumentos grabados o "sampleados", sin embargo
esta reticencia desapareció a lo largo de la semana, aunque personalmente creo que los grupos que creaban la mayor parte de sus música en el directo fueron los más cercanos a los
asistentes.
Zuco 103
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El lunes abrieron el festival uno de los grupos que más conectaron con el público, el conjunto germano brasileño, Zuco 103, que fundieron de una manera genial los ritmos del país
tropical con el acid-jazz más moderno, en un concierto que hizo que todo el mundo se moviera de su sitio y se acercara al escenario a bailar. Aquel mismo día, pudimos escuchar al
esperado DJ francés Llorca, aunque su actuación se vio un tanto empañada por problemas técnicos.
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Bebel Gilberto
Sutilezas
Ya el martes, el día más esperado del festival, le tocó el turno a Bebel Gilberto y a Thievery Corporation. La hija de Joao Gilberto y Miucha nos ofreció un concierto marcado por las
melodías, ya tradicionales, de la música popular brasileña, aderezadas con sutiles toques de electrónica, tal y como podemos escuchar en su disco y que la han convertido en la musa
de la nueva fusión bossa-electrónica. El plato fuerte de esa noche, y del festival, lo tuvimos con los Thievery, acompañados a lo largo de su actuación de varios cantantes, de los
que destacaría a una chica, con una voz muy agradable que combinaba perfectamente con los ritmos electrónicos impuestos desde el centro del escenario por los dos protagonistas. En
este concierto se hizo un recorrido por músicas no occidentales (aunque estas estaban siempre de fondo, con los ritmos, de manera electrónica) como la música africana, pero sobre
todo hindú, que estaba acompañada de imágenes de temática oriental, tal y como películas japonesas de acción o ejercicios contorsionistas de ascetas hindúes.
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Cara de fuego / Lindsay
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Después de la tormenta del martes, vino la calma. El miércoles fue un día tranquilo en el que disfrutamos del grupo malagueño "Caradefuego" y de Arto Lindsay. El primero hizo un pop
muy tranquilo y singular, aderezado con retazos electrónicos, no solo en los ritmos, sino también en las melodías. Y después actuó el productor y músico Arto Lindsay. Con él pude
comprobar como se produce la transformación del músico en el escenario. Apareció solo con dos músicos más, que controlaban la parte tecnológica, además de un bajo eléctrico y un
teclado y empezó a crear música, delicada, pero a la vez poderosa, melódica y ruidosa. Se movía de manera espasmódica, sintiendo cada golpe en su guitarra eléctrica como si se lo
dieran a él. Aquí pude comprobar como se puede utilizar la electrónica para transmitir sentimientos, de forma diferente a como lo utilizaron sus compañeros de cartel en el resto del
festival, que lo hacían sobre todo para imprimir ritmo a sus creaciones. Este concierto fue uno de los que mejor sabor de boca me dejaron del festival.

Susheela / Lila Downs
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Tecnología
El jueves fue el día menos tecnológico de todo el festival. Contamos con la presencia de Susheela Raman y Lila Downs. En el primer concierto, vimos a una chica hindú, Susheela Raman
que mezclaba de una manera muy hermosa las particularidades de la música hindú, con tablas incluidas con melodías y ritmos occidentales, siendo destacable una versión que hizo de una
canción de la película "El libro de la Selva" con la que nos dejo a todos encandilados (literalmente). A continuación, la mexicana Lile Downs, nos hizo conmocionarnos con su peculiar
forma de cantar, sobre todo repertorio tradicional de su país, en el que demostró un poderío vocal inusitado con el emanaba una gran emoción y fuerza. Como bis nos regalo una
interpretación del clásico "La llorona" de la que acabó postrada en el suelo, llorando y dejándonos a todos en un vilo.
Transglobal Underground
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El viernes de nuevo volvió la agitación y el ritmo al castillo de Sohail con Frederic Galliano y con los Transglobal Underground. El primero de ellos lo hizo presentando su último
proyecto musical, por el cual ha pasado los últimos años de su vida recorriendo África en busca de la música que allí se hace y que ha dado como resultado un disco "Frederic
Galliano and the African Divas" trabajo en el que se mezclan los ritmos electrónicos de vanguardia con las voces, instrumentos y demás particularidades de la música africana.
Esta fusión, según pudimos escuchar, fue de la más acertadas de todo el festival, dando como resultado una música animosa, muy bailable que hizo que todo el público se levantara al
ritmo de la kora, los tambores africanos y los samplers y platos que había encima del escenario. Los siguientes en actuar, Transglobal Underground, tampoco dejaron al público
impasible, aunque su propuesta musical no fuera tan innovadora como la del grupo anterior, nos hicieron vibrar con el drum and bass mezclado con la música africana, aunque algo más
occidentalizada que la anterior.
Para nuestra tristeza, llegó el sábado, y con él, el fin del festival. Este día era el esperado por los seguidores del grupo de DJ´s alemanes, Jazzanova¸ aunque, al final, solo pudo
acudir uno de ellos, que animó la noche con una sesión cargada de ritmos tropicales, y no tanto, y convirtió la fortaleza medieval en una fiesta.
Para finalizar, no hay que olvidar que a lo largo de la semana han ido tocando de teloneros una serie de grupos locales, como Glue 3, Antimeditation, Dr. Narayan, Naif Loop, Cinnamon
y otros que han presentado unas propuestas musicales muy interesantes, la mayor parte de ellas muy acordes con la filosofía electrónica del festival.
Jazznova
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Esperemos que el año que viene podamos disfrutar de nuevo de este festival, cosa que parece probable debido al apoyo institucional surgido y al propio interés de los músicos que
han participado en este evento, que lo han calificado de experiencia única. Y desde aquí, nuestro apoyo a los organizadores para que el año que viene sigan haciéndolo así y podamos
seguir disfrutando de la música de vanguardia en el castillo de Fuengirola.


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