Un concierto intimista, en solitario. Un ejercicio de introspección interpretativa...
¡QUIERE CAMBIAR EL MUNDO!
Madrid, Palacio de los Deportes, 5 de octubre 2006
Crónica por MARÍA RUIZ GARCÍA
"I can change the world with my own two hands". "Quiero cambiar el mundo con mis propias manos".
Con esta frase, clara y contundente, el singular músico californiano, Ben Harper, invitó al público, allí congregado, a revelarse, comprometerse y alzar las manos, como forma de protesta, frente a todo aquello con lo que no estamos de acuerdo. Durante los casí 8 minutos que duró la versión extendida de "With my own two hands", extraido del disco que le lanzaría a la fama, "Diamonds on the inside "(2003), consiguió, con ayuda de sus colegas de escenario, The innocents criminals, que todo el Palacio de los deportes de la Comunidad de Madrid se rindiera a sus pies.
Por segunda vez en lo que va de año, el señor Harper, volvía a visitar nuestro país, tras participar, el pasado mes de julio en el "Bilbao Live Festival" compartiendo cartel con otros grupos como The cult, The cardigans o los propios, Ojos de Brujo. El músico, manifestó en varias entrevistas haberse quedado "embrujado" por los ritmos mestizos de los chicos de Barna, recordemos la afición de éste por el flamenco, y allí mismo decidiría que ellos serían los"elegidos" para acompañarle en cuatro conciertos de su gira europea, Lisboa, Madrid, Barcelona y Donosti.
Minutos antes de que comenzaran Ojos de Brujo, apenas si se habían vendido 8000 entradas, recordemos que el aforo del recinto es de unos 14.000 espectadores, más o menos, y en los alrededores no había demasiado movimiento de gente. Una vez dentro, con unas gradas vacías y una pista, con bastantes claros, Marina y los suyos intentaban animar a un público "seco" y poco participativo. A penas 45 minutos de actuación en los que interpretaron, casi exclusivamente, temas de su último disco "Techarí", donde, de nuevo, la bailaora que suele acompañarles, "la Susi de Tarragona", dejó "boquiabierto" a más de uno y volvieron a demostrar por qué, a día de hoy, su directo está considerado como uno de los mejores del panorama musical, dentro y fuera de nuestro país.
Pasadas las 21:40 de la noche, Ben, escoltado por Michel Ward (guitarra), Juan Nelson (bajo), Leon Mobley (percusión), Jason Yates (batería) y Oliver Charles (bateria), se lanzaba a un escenario más bien "pobre", en cuanto a escenografía se refiere, tan sólo una pantalla colocada en la parte de atrás, ambientaba el espectáculo con audiovisuales. Una vez aposentado en su silla y con su inseparable guitarra Slide Weissenborn, colocada entre sus nalgas a modo de teclado, manera muy peculiar de tocar a la que nos tiene acostumbrados, comenzaría a deleitarrnos con algunos punteos psicodélicos que nos adentrarían en una de sus canciones más rockeras "Easily amuzed". A continuación, nos mostraría su lado más sentimental y nos relajaríamos con "Waiting for you" de su último disco "Both sides of the gun". Un público, cada vez más numeroso, reconocería, rápidamente, uno de sus temas clásicos que nunca faltan "Burn one down" donde Harper tocaría los bongos, demostrando que no se le resiste ningún instrumento, siendo, así, de las más ovacionadas. La dinámica del concierto seguiría, un poco, la estructura de su último disco. Se intentaba integrar los dos lados del cantante-compositor, su lado más rockero y su lado más íntimo y sentimental. De manera que se alternaban ambas facetas. No faltaron temas tan famosos como "Diamonds on the inside", "Ground on down", "Fight for your mind", "With my own two hands" o "Amen omen" con el que llegaría el momento más romántico de la noche.Ben Harper, sólo, en compañía de su guitarra, ante un público "abducido". En lugar de mecheros encendidos, el palacio estaba inundado por las luces de los teléfonos móviles y cámaras fotográficas. Todos querían inmortalizar ese dulce y bello instante que invitaba a meditar y reflexionar. En el tema "Another lonely day", otra de las fijas en su repertorio, su guitarra parecía transformarse, por momentos, en un sitar y, si cerrabas los ojos, los sonidos desgarradores y profundos, recordaban al mismísimo Jimmy Hendrix, del que confiesa ser fiel admirador, y con el que seguro que hubiera congeniado bastante bien, si hubiera vivido en los años 70 o si Hendrix estuviera vivo.
De su último trabajo, para sorpresa de muchos, no tocó demasiadas canciones, destacamos "Mornin yearning" o "Black rain" (dedicada a los afectados por el Huracán Katrina que asoló Nueva Orleáns), entre otras. Algo más de dos horas de concierto en el que no hubo descanso, a penas unos minutos, las "bromas" entre los músicos fueron constantes y donde nos contagiarían de su optimismo, vitalidad y energía. Además, cuando parecía que la función había llegado a su fin, y muchos de los asistentes se disponían a abandonar el recinto, los músicos reaparecieron para despedirse a lo grande ante un público entregado y entusiasmado, Ben Harper había logrado conquistar a todo el mundo. Para la despedida, con las luces del recinto encendidas, el tema elegido no podía ser otro que "Better way", primer single de su último disco, todo un canto a la alegría y al optimismo, tan presente en sus letras.
Para muchos nostálgicos, Ben Harper representa el prototipo hippie perfecto: cantautor, polifacético (escribe, pinta, practica diferentes técnicas de meditación), reivindicativo, comprometido, idealista, sensible, sentimental, mitad índio-americano, mitad africano, hijo de músicos.Este prodigioso, probablemente, se hubiera convertido en toda una estrella del, añorado, Festival de Woodstock (1969) como Bob Dylan, Janis Joplin o Jimmy Hendrix. Sin lugar a dudas, en estos tiempos difíciles que nos han tocado vivir, quedan pocas personas tan auténticas como él. Pocos arriesgan y apuestan por aquello que, verdaderamente, les hace crecer como personas. A través de la palabra y de la música, siempre ha manifestado y defendido, claramente, su opinión ante distintos aspectos políticos y sociales. Piensa que no todo está perdido, que cada uno de nosotros podemos aportar un poquito, que "la unión hace la fuerza".De manera que, después de disfrutar de su actuación, ha quedado bien claro que Ben Harper no sólo hace buena música..Es, además, una persona luchadora y comprometida, de las pocas que siguen pensando que ¡Hay que cambiar el mundo!, ¡Debemos cambiar el mundo! para que todos podamos disfrutar y vivir en paz.."I can change the world with my own two hands". "Quiero cambiar el mundo con mis propias manos".
Su música no es fácil de clasificar, Ben Harper posee un estilo realmente indefinible, con letras transcendentales y cargadas de emotividad que abordan temas como la paz, dios y la religión, el medio ambiente o la política, a nivel conflictivo y con connotación reivindicativa. Crece escuchando soul, folk, blues, r&b, reggae, hip hop, jazz y country entre otros, dándole un estilo muy particular a su música. Su evolución le ha llevado a introducir ritmos urbanos y sonidos étnicos, llegando a grabar versiones de Led Zeppelin, , sin perder por ello su tono apasionado ni su vitalidad.
En lo que a sus influencias se refiere, podemos encontrar entre ellas grupos musicales y artistas tan diversos como Bob Marley, Robert Johnson, David Lindley, Chris Darrow, Led Zeppelin, Pink Floyd, Nirvana, Pearl Jam, Jeff Buckley... sin olvidar la gran influencia del blues de Jimi Hendrix y de bandas del jam como los Blues Traveler o Hootie & The Blowfish. También cabe decir que fue alumno aventajado de los grandes cantautores negros de los 70 (Bill Withers, Curtis Mayfield), caracterizando la presencia de su inconfundible slide guitar.
BIOGRAFÍA
Es californiano, guitarrista, cantante y compositor y se dedica a la música desde que era un adolescente. Su estilo tiene que ver con el folk, el blues y el soul, pero es indefinible e inclasificable. Alumno aventajado de los grandes cantautores negros de los 70 (Bill Withers, Curtis Mayfield), el sonido de Ben se caracteriza por la presencia de su inconfundible slide guitar. En 1994, editó su primer álbum y desde entonces no ha dejado de grabar. Por supuesto, no ha tenido nunca un éxito multitudinario, pero gracias a su constante actividad en directo, ha logrado el constante apoyo de la crítica y, lo que es más importante, una buena base de admiradores en todo el mundo que le son extremadamente fieles. La personalidad de Ben Harper no tiene secretos. Es un artista infatigable que está casi permanentemente de gira, no teme en absoluto introducir el comentario político en sus canciones y disfruta colaborando con artistas de los más variados orígenes como pueden ser Beth Orton o John Lee Hooker. Sus acompañantes habituales se llaman The Innocent Criminals y son: Juan Nelson (bajo), Dean Butterworth (batería) y David Leach (percusión). Su evolución le ha llevado a incluir ritmos urbanos y sonidos étnicos, en sus álbumes o a grabar versiones de Led Zeppelin, The Verve y Marvin Gaye sin por ello perder su tono apasionado y su vitalidad.
2022
El 8 de febrero de 2022 marcó 28 años desde el lanzamiento debut de Ben Harper, “Welcome to the cruel world”; desde entonces, ha estado de gira con The Innocent Criminals.
En ese tiempo ha editado 16 discos de estudio y tres en vivo. Aunque no pudo hacer una gira completa estos dos últimos años, el prolífico artista, productor y propietario de un sello discográfico se mantuvo inmensamente ocupado. 2020 lo vio lanzar su primer álbum instrumental, “Winter is for lovers”. Asimismo, Harper ha estado trabajando en nueva música.
Con la guitarra acústica o con la eléctrica, Ben Harper le ha dado a (casi) todos los estilos y en casi todos los formatos, como buen californiano nacido en 1969, la época en la que el rock se expandía en múltiples direcciones.
Con solo 9 años asistió a un concierto de Bob Marley, secundado por Peter Tosh para el bis, y aquello le cambió por completo la vida. Creció escuchando soul, folk, blues, reggae, hip hop, jazz y country, y todo aquello se plasmaría cuando, a partir
de “Welcome to the cruel world” (1994), ya con 25 años, emprendió su propia carrera. Además de Marley, también Robert Johnson, Led Zeppelin, Queen, Pink Floyd, Nirvana, Pearl Jam o Jeff Buckley fueron influencias que ayudaron a moldear su reconocible sonido, ese que le ha llevado a vender varios millones de discos en todo el planeta, cantando sobre paz, guerra, religión, medio ambiente o política. Al fin y al cabo, todo aquello por lo que merece la pena vivir y componer.
Su último trabajo hasta la fecha es “Winter is for lovers” (2020), un disco instrumental que rinde tributo a la lap steel guitar, en una onda similar a Ry Cooder, pero sus directos prometen y ofrecen muchísimo más.
2022
Ben Harper, publica en Chrysalis Records "Bloodline Maintenance", su nuevo álbum de estudio del que ya pudimos escuchar un primer adelanto hace un mes y del que este miércoles publicaba un último single: "Need To Know Basis".
Producido por el propio Harper y su colaborador habitual Sheldon Gomberg, “Need To Know Basis” cuenta con el distintivo sonido del Clavinet en las manos del legendario teclista Larry Goldings (James Taylor, John Mayer, Steve Gadd). “Es una especie de héroe anónimo del soul”, Dice Harper. “Ganó fama
por la intro de ‘Superstition’ de Stevie Wonder, que fue probablemente la primera canción que me enseñó mi padre. Invité a Larry a participar y lo pasamos como nunca. ‘Need To Know Basis’ trata sobre lo difícil que para algunas personas es decir te quiero, y de cómo hay gente que quizá esté esperando oírselo decir. A la línea de bajo, le acompaña una guitarra que suena bastante grave, algo que aprendí de Al Anderson from The Wailers.”
El nuevo álbum es un trabajo inspirado en gran parte por la pérdida de un viejo amigo y por la constante influencia de un padre voluble y carismático. En “Bloodline Maintenance”, Harper toca casi todos los instrumentos, desde la guitarra, el bajo, la batería hasta una suerte de eclécticas percusiones que incluyen un tambor de juguete de plástico. A este decimoséptimo álbum de estudio le precede el disco instrumental de 2020: “Winter Is For Lovers” y es el primer álbum no instrumental de Harper con nuevas canciones desde 2018. Este nuevo trabajo se impulsa en el característico lap steel de Harper que, a través de un amplificador Dumble consigue un tono indomable que Harper describe como: “una especie de fusión entre Jimi Hendrix y Robert Johnson”.
“Era como si estuviese aventurándome en lugares en los que nunca había estado,” comenta. “Cogiendo todo aquello que he aprendido de otros discos y prendiéndole fuego para empezar de nuevo. Sabía que los sonidos que escuchaba en mi cabeza eran tan poco ortodoxos que tendría que hacer casi todo yo mismo.”
DISCOGRAFÍA
"Pleasure and Pain"Feat:Tom Freund (1992)
"Welcome To the Cruel World"(1994)
"Fight For Your Mind"(1995)
"The Will to Live" (1997)
"Burn to Shine"(1999)
"Live From Mars, Electric and Acustic Live"(2001)
"Diamonds on the Inside"(2003)
«Both Sides Of The Gun», 2006
Lifeline 2007
White Lies for Dark Times 2009
Give Till It's Gone 2011
Get Up! 2013
“Winter is for lovers” (2020),