FIB 2010
HISTÓRICO EN INDYROCK
CRÓNICAS, FOTOGALERÍAS, COMENTARIOS
Gorillaz se materializa en el FIB con un concierto de dibujos animados
Por
Javier Marín /Efe / Ideal
El grupo virtual Gorillaz se ha materializado esta noche en el Festival Internacional de
Benicássim con un concierto de marcado componente visual y de mayor calidad artística y
sonora, con Damon Albarn dando rienda suelta a sus fantasías musicales entre dibujos animados.
El espectáculo audiovisual compuesto por el músico británico y dibujado por Jamie Hewlett,
ilustrador de esta aventura digital, es un enorme espacio de reivindicación social en contra
de los peores facetas de la condición humana -como la guerra o el racismo- a ritmo de soul,
punk, electrónica y hip hop.
En ese espacio caben melodías árabes, asiáticas, celtas y suburbanas, y en él emerge toda la
creatividad de Albarn dirigiendo a una banda en constante cambio sobre el escenario y
sobrecogedora por su talento: Paul Simonon y Mick Jones (The Clash), Bobby Womac o De la Soul.
Y así hasta 30 músicos tocando a la vez sobre la plataforma.
Sin embargo, por encima de toda esta parafernalia, sobresalen las canciones de sus tres
discos, milimétricamente sincronizadas con el discurrir en la pantalla de los cuatro
componente virtuales de la banda (Murdoc, 2D, Noodle y Russel), presentados por el rapero
Snoop Doggy Dog mientras suena "Welcome to the world" y perseguidos por Bruce Willis en
"Stylo".
"Superfast Jellyfish", "Empire Ants" o "Dirty Harry", han cautivado al público sin necesidad
de ruido ni "beats" acelerados, y su single más conocido, "Clint Easwood", ha unido a miles de
voces. Los fibers han superado una prueba de buena música y espectáculo inteligente Además de
este recital, y a diferencia de otras ediciones, el resto de la jornada no ha tenido más
grandes nombres, pero sí grandes conciertos, con la famosa segunda línea del FIB justificando
todo su prestigio y potencial.
Mientras el sol caía y el recinto comenzaba a cobrar vida, con miles de "fibers" arrastrando
las secuelas de tres jornadas interminables de música y excesos, seis tipos entraban
discretamente en el segundo escenario del FIB sin sospechar que saldrían largamente aplaudidos
gracias al calado de su música.
Se llaman Efterklang, palabra danesa que significa "reverberación" y que se emplea también
para denominar el recuerdo que se activa por medio de un sonido. Ambas acepciones se ajustan a
la impronta de canciones como "Full moon", caracterizadas en directo por un sonido similar al
de Arcade Fire, pero con menos pompa.
Polifonía, instrumentos de viento, percusión, cuerdas, pianos, humildad y melodías suaves para
un caluroso atardecer de verano.
Sin dejar este ámbito menor, también hubo pop bailable y resultón procedente de Irlanda con
Two Door Cinema Club, y pop doméstico de cómic del yeclano Parade.
En otra dimensión de reconocimiento y distribución, The Courteneers han sido los elegidos para
encender el motor de la noche. Los primeros bailes, los primeros gritos, las primeras
emociones del fenómeno fan a cuenta y cargo de temas como "Take over the world".
La frivolidad de la noche ha corrido a cargo de Elli Goulding, una mezcla de Madonna y Cindy
Lauper pero sin la fuerza de la primera ni la personalidad de la segunda, aunque aquí hay
público para todos.
En cambio, una de las mayores sorpresas, al menos para el público habitual de este festival,
ha sido el del rapero británico Dizze Rascal, que vestido con camiseta de los Angeles Lakers
ha desatado un vendaval ante miles de compatriotas entregados y el resto uniéndose a la fiesta
sin hacer preguntas.
El director del FIB, Vince Power, asegura que el programa de actuaciones de este año no ha
sido diseñado en función de los grupos que tienen mayor éxito en el Reino Unido, pero el
movimiento de masas anglosajón vivido en el Escenario Verde dice lo contrario.
Se agota la música en el FIB. El sol prepara su bandera blanca para declarar una tregua que se
romperá dentro de doce meses, con el primer acorde del próximo verano.
El FIB cierra sus puertas con 127.000 asistentes tras cuatro días transcurridos
"con total normalidad"
El certamen ha dado trabajo a 800 personas, de las que el 80 por ciento son de la Comunitat
Valenciana
Europa Press / Ideal
El Festival Internacional de Benicàssim (FIB) cierra este domingo sus puertas tras haber
acogido a unas 127.000 personas durante los cuatro días de celebración del certamen, que ha
transcurrido "con total normalidad".

"La Roja" colorea el FIB
Por Javier Marín / Efe / Ideal
"La Roja" se ha proclamado campeona absoluta del Festival Internacional de Benicássim (FIB)
pintando con los colores de la selección española la ropa del público, sus atuendos, sus
coches, sus gritos y hasta las canciones de algunas de sus bandas.

Lucir la bandera de España en una congregación musical con amplia mayoría anglosajona ha
dejado de ser una práctica de riesgo. Un deporte intelectualmente desprestigiado como el
fútbol ha vencido a otras artes políticas y sociales transformándolo en un acto de
autoafirmación individual y colectiva.
Y qué mejor escenario que un espacio joven y multinacional como el FIB para exhibir esta
recién estrenada cualidad con una constante referencia roja y amarilla.
La primera se encuentra en su frontera exterior, el aparcamiento, donde ayer estacionó un
coche pintado íntegramente con la bandera española y ocupado por cuatro orgullosos vencedores
del Mundial. Hay más banderas, aunque más discretas, pegadas a los cristales de numerosos
vehículos.
Una vez dentro, los colores se adhieren al cuerpo en forma de pañuelos anudados, toallas,
muñequeras y, cómo no, camisetas de la selección de fútbol en las que los nombres de Villa e
Iniesta ganan por goleada.
También invade la arquitectura efímera del recinto. Los puestos de perritos calientes
distribuidos por todo el recinto son una gran bandera roja y amarilla que vende salchichas con
ketchup y mostaza.
Pero no sólo son los españoles quienes lucen estos colores. Hay muchos ingleses que, por
razones de afinidad, oportunismo, reconocimiento o facilidad de aproximación en sus relaciones
sociales, han decidido participar de esta fiesta.
Algunos se atrevieron incluso a practicar pases de toreo con la bandera española como capote,
lidiando a compatriotas con serias dificultades de equilibrio.
La celebración más evidente de todo este espíritu se vivió anoche en el concierto de Love of
Lesbian, frente a cuyo escenario aguardaban miles de "fibers" al unísono de "yo soy español,
español, español" desde minutos antes de que comenzara la música.
También banderas asturianas y gritos de "Villa maravilla" entre canción y canción de este
grupo catalán que dedicó su letra de "Cómo me amo" al centrocampista Andrés Iniesta, autor del
gol que dio el triunfo a España en la final del Mundial de Sudáfrica.
"Campeones, campeones" al acabar el "show" y corriendo con las banderas hacia el Escenario
Verde para izarlas sobre la multitud inglesa que congregó la banda Kasabian, considerada como
una de las más relevantes de la escena musical británica.
Ya de madrugada tres jóvenes americanas agitaban un estandarte y cantaban el estribillo de
"Que viva España". Larga vida a Manolo Escobar.
"Perdona, ¿hablas español?"
Por Javier Marín / Efe / Ideal
Hablar en castellano se ha convertido en una aventura de incierto resultado en el Festival
Internacional de Benicássim (FIB Heineken), donde la frase más recurrente ante la masiva
afluencia de jóvenes ingleses y un entorno que se desenvuelve en su idioma comienza a ser:
"perdona, ¿hablas español?".
Así se lo pregunta Álvaro -de Alicante- al responsable de una de las atracciones de feria que
se han instalado este año en el recinto del festival. Quiere saber si tiene que vaciar sus
bolsillos antes de subir para no perder lo que guarda en ellos, y ha oído que el "speaker" de
este gran columpio mecánico sólo anima los viajes en inglés, así que duda seriamente que le
vayan a entender.
El FIB es desde hace años territorio anglosajón. Los grupos, especialmente los cabezas de
cartel, se escogen en función de su éxito en el Reino Unido, los camareros de las barras
atienden directamente en inglés y la comunicación entre los "fibers" ya se maneja casi
exclusivamente en este idioma.
El año pasado, el festival registró una asistencia récord de 200.000 personas durante cuatro
días: 120.000 eran extranjeras y el 80 por ciento de éstas procedía de Gran Bretaña.
La afluencia de esta edición ha caído sensiblemente respecto al 2009, pero la maquinaria FIB
sigue manteniendo unas elevadas cuotas de asistencia y sigue siendo, por amplia mayoría, el
lugar favorito de veraneo para los jóvenes británicos, algunos de los cuales vienen a escuchar
música.
Este no es el caso de Andy, que ha venido desde Colchester, al noreste de Londres, ha pagado
el abono de cuatro días y pernocta durante toda la semana en el cámping por razones sociales.
"Yo sólo chicas, de música nada de nada", admite sin rubor.
La organización achaca esta masiva afluencia a un supuesto mayor desarrollo de la venta de
abonos y viajes por internet en el extranjero, pero lo cierto es que en 2006 entró en la
dirección del festival uno de los promotores ingleses más reconocidos, Vice Power, quien se
convirtió en dueño único del FIB el pasado año, y eso se nota.
Desde entonces el festival ha desarrollado una importante campaña de promoción en Gran Bretaña
con publicidad y reportajes en revistas musicales y en colaboración con numerosas agencias de
viajes.
La percepción que se tiene allí del FIB va más allá de lo musical. "Son unas auténticas
vacaciones" con una semana de "sol y fiesta", describe Lucy, cuya piel luce el rosa oficial
que viste la mayoría de sus compatriotas.
En este nuevo contexto multinacional y anglosajón, el "sorry" se ha convertido en la disculpa
oficial en los encontronazos, el "we want more" en el grito de guerra para pedir otra canción,
y un simple "por favor" dicho con acento castizo consigue la sonrisa aliviada de cualquier
camarero del recinto.
Los conciertos de bandas españolas -cada vez menos- se han convertido en pequeños reductos de
camaradería y reivindicación patria, y ahora también futbolera.
Por la noche, algunos "fibers" vendían sus entradas mostrando un amplio cartel en inglés, otro
reclama su extraviado teléfono móvil con letrero en el mismo idioma, e Isabel Cea, cantante y
bajista de Triángulo de Amor Bizarro, saluda al público antes de su concierto con "hola
españoles, hola guiris".
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