BBK BILBAO LIVE * EDICIONES ANTERIORES en IndyRock (2014 - 2006)
Datos, fotogalerías, crónicas de ediciones anteriores del festival BBK.
Archivo histórico de Indyrock
BILBAO BBK LIVE 2014
BBK 2014 10, 11 y 12 de julio de 2014 Kobetamendi, Bilbao
BILBAO BBK LIVE REÚNE A UN TOTAL DE 139.000 PERSONAS EN LA ANTESALA DE SU DÉCIMO
ANIVERSARIO
-A las 120.000 personas que se han reunido en Kobetamendi estos díasy que agotaron las
entradas del festival hay que sumarles otras 19.000 que han asistido a los distintos actos del
ciclo Bereziak
El Bilbao BBK Live 2014 ya es historia. El ya conocido sold out, que ha posibilitado congregar
a 120.000 personas en Kobetamendi durante los tres días de festival (40.000 por día), ha hecho
de esta novena edición la más multitudinaria de la historia del festival,que ya trabaja en su
décimo aniversario, que tendrá lugar del 9 al 11 de julio de 2015.
Además de los aficionados a la música que han acudido a los conciertos de Kobetamendi, los
actos englobados dentro del ciclo Bereziak, que se han extendido durante toda la semana del
festival, han reunido a cerca de 19.000 personas en diferentes lugares de Bilbao, con lo que
podemos hablar de una asistencia global de 139.000.
Al margen de conseguir agotar entradas y de marcar así el recordhistórico del festival, la
organización del Bilbao BBK Live hace una valoración muy positiva de esta novena edición enla
que también cabe destacar las mejoras implantadas en la zona de acampada (supermercado,
calles, consignas, servicios… en un aforo completo con 15.000 personas) y la notable
aceptación de los actos gratuitos de la calle en Bilbao, que se reforzarán en el décimo
aniversario.
Entradas agotadas: 120.000 asistentes (40.000 personas por jornada)
Asistencia actos Ciclo Bereziak: 19.000 personas durante toda la semana
Total Kobetamendi + Bereziak: 139.000 personas

Franz Ferdinand /Phoenix
BILBAO BBK LIVE 2013
Jueves 11, viernes 12 y sábado 13 de julio Kobetamendi, Bilbao
Los grandes de la música alternativa renacen en Bilbao BBK Live
La lluvia no logra vencer al rock
Crónica y fotos por:
Sara Trelles Reinoso / IndyRock
julio 2013 Jueves 11
Toy fue el grupo el encargado de abrir las puertas de la primera jornada del festival. Esta
sensacional banda londinense de rock psicodélico que comenzó a vibrar a las 6:15h en el
Escenario Heineken no dejó indiferente a un público que llegaba ansioso por empapar sus oídos
de buena música. Sirvió de antesala a una espectacular primera jornada de festival.
A las 19:00 h, con extremada puntualidad, comenzaba a tocar en el escenario principal la banda
británica de rock alternativo Alt-J refrescando la calurosa tarde con su elegante y original
mezcla de sonidos acompañada de la maleable voz de Joe Newman.
Los canadienses Billy Talent conectaron enseguida con el público que se acercó al alrededor de
las 19:50 h al escenario Heineken, que cantaron, saltaron y bailaron a ritmo punk. A pocos
metros, en el escenario Live, los estadounidenses Edward Sharpe and the magnetic
seros empapaban el ambiente de alegría y diversión sonora.
Alrededor de las 21:00h los asistentes se congregaban en torno al escenario Bilbao para
disfrutar del espectáculo que brindó una de las bandas más esperadas de esta jornada, The
Editors, que acabaría inundando completamente el recinto del Monte Kobetas que colmó las
expectativas con sus estallidos electrónicos embebidos en un trasfondo melancólico, que
hicieron las delicias del público asistente. Comenzaron con “Sugar“, para después dar paso a
la interpretación de varios temas de su discografía como “Múnich”, “Bullets“, “Eat Raw
Meat=Blood Drool“, y finalizar con “Papillon“.
A espera de la actuación del grupo más esperado de esta jornada y cabeza de cartel Depeche
Mode, en el escenario Live! se disfrutaba de la profunda y desgarradora voz del cantante
de soul, Charles Bradley llamando la atención la pasión que destilaban sus interpretaciones,
tanto a la voz como con los sugerentes bailes que incitaban a la psicodelia.
Foto: Rafa Rivas
Los padres de la música electrónica no se hicieron esperar. Tras 15 minutos de retraso
respecto de la hora programada, hacían su aparición en el escenario Bilbao los tres
componentes de Depeche Mode, presentando temas de su nuevo disco Delta Machine. Dave Gahan,
como viene siendo habitual, pronto se deshizo de su chaqueta dejando su desnudo torso tapado
con un chaleco, dando paso a un derroche de energía y alardeando de un espectacular estado de
forma a pesar de los años transcurridos y tener que hacer frente a una grave enfermedad
afortunadamente superada en el pasado. Con el ambiente ya caldeado, la banda tuvo que hacer
frente a un inoportuno inconveniente con el sonido que se presentó en la introducción de
Precious, lo que les obligó a detener el concierto. Solventado el problema arrancaron de nuevo
con Precious para no detenerse más, subiendo la temperatura del Monte Kobetas con temas como
Black celebration y Policy of truth. A mitad de concierto el guitarrista del grupo, Gore
deleitó a los asistentes cantando Higher Love. Hacia el final del concierto se pudieron oír
míticos temas como Enjoy the silence y Personal Jesus.
El broche final a esta primera jornada lo pusieron los escoceses Biffy Clyro y los
irlandeses Two Door Cinema que como era de esperar, ofrecieron un gran directo.
Viernes 12
Asistimos a una apertura de magnífica protagonizada por los londinenses Spector, que se
mostraron imparables sobre el escenario Bilbao, ratificando por qué tanto se ha hablado de
ellos en los últimos 2 años. Poseen un gran directo que supo estar a la altura e hizo
disfrutar a todos los asistentes.
Al finalizar nos desplazamos al escenario Heineken, en el que comenzaban a sonar los acordes
de una música pop rock más melancólica. Era la hora de Benjamin Biolay with special guest Carl
Barat. No es muy usual ver grupos franceses en un festival de estas características, pero sin
duda ha sido un acierto de la organización. El público disfrutó del personal estilo
embriagador de este artista, que se atreve a incorporar arreglos que a veces recuerdan a
viejos estándares de jazz. Una mezcla muy acertada.
The Vaccines se encargaron de aportar un aire mucho más desenfadado y también melódico sobre
el escenario Bilbao. A pesar de que no hace mucho tiempo que irrumpieron en la escena musical,
sin duda se han convertido ya en un referente de la escena indie rock en Europa. A mitad de su
actuación comenzó a llover, cada vez con más fuerza. El público no lo dudó y resistió
para poder ver a la banda en directo, hasta que se desató una fuerte tormenta con relámpagos
que fue mermando progresivamente el público a pie de recinto, que trató de buscar cobijo bajo
la carpa Vodafone y demás instalaciones accesorias al festival. La organización, por motivos
de seguridad, se vio obligada a interrumpir la programación durante algo menos de una hora,
momento en el que la lluvia dejó de restar protagonismo a la música, que volvió a recuperar su
papel principal en la jornada.
Klaxons comenzó su actuación algo más tarde de lo previsto, pero esto no pareció importar a
todos los fans que se congregaron a pie de escenario, a pesar de no haber parado totalmente la
lluvia. Su fórmula de melodías pegadizas, acompañadas de voces muy trabajadas y una sólida
base armónica y rítmica hacen que estos británicos sean uno de los mejores exponentes de New
Rave en la actualidad. Agradecieron al público su permanencia a pesar de la lluvia, que había
transformado determinadas zonas del recinto del Monte Kobetas en un auténtico barrizal.
El escenario Bilbao se vistió de gala para acoger a los americanos Kings of Leon. Como cabezas
de cartel de la jornada no defraudaron al público asistente. Continuando fieles a su estilo de
rock sureño, se permiten abrir las posibilidades de este estilo para configurar un repertorio
muy próximo para todos los públicos, en el que la voz particular de Anthony Caleb, así como
sus guitarras con marcado carácter country han permitido disfrutar a las más de 32.000
personas, según nos confirmó la organización. En el recinto sonaron temas de la talla de Fans,
Closer, Crawl, y Pyro, que fueron incrementando la emoción de los asistentes hasta desembocar
en Sex on fire, que ya se había convertido en todo un himno que el público había estado
esperando con muchas ganas.
Los británicos Public Image LTD se encargaron de cerrar la última actuación sobre el escenario
Bilbao, ofreciendo un estilo post-punk en el que las melodías vocales adquirieron un fuerte
protagonismo. Demostraron que a pesar de los 20 años de inactividad sin pasar por el estudio
de grabación, siguen estando tan en forma como nunca.
Sábado 13
Lejos de las amenazas de tormenta del día anterior, el último día del festival transcurrió de
forma completamente normal. Jamie N Commons recogió el testigo de sus compatriotas PIL durante
el día anterior, siendo los primeros en pisar este escenario durante la tarde del sábado.
Subieron con decisión y con el convencimiento de dar un buen espectáculo, y así ha resultado.
Asombraron al público que no los conocía, debido a su timbre de voz y entonación, que recuerda
a los grandes intérpretes de rock y blues americanos. Sin duda, se nota su influencia en este
joven londinense, ya que ha vivido muchos años de su infancia en Chicago.
Los americanos White Denim invitaron al público a trasladarse hasta el escenario Heineken para
disfrutar de su fresco rock garage experimental. Esta invitación en forma de melodías y ritmos
de guitarra rayando la psicodelia fue difícil de rechazar, logrando una buena conexión con el
público desde el primer momento.
Uno de los grandes grupos de la tarde fue The Hives. Esta experimentada banda de Suecia salió
al escenario Bilbao con un único propósito: enloquecer. En un correcto español, el cantante
inmediatamente conectó con el público, que disfrutó enormemente con sus rápidos ritmos de
guitarra y energía a raudales. A medida que avanzaba el espectáculo, el cantante se iba
desprendiendo de más ropa, hasta terminar por cambiar los floreados trajes negros y blancos
por una camisa blanca de la que no tardó en desprenderse también.
Aprovechando el tiempo de preparación de escenario entre bandas, una buena parte del público
aprovechó para coger sitio en las primeras filas del escenario Bilbao, ya que se preparaba la
actuación de Vampire Weekend, que dejarían este mismo escenario más tarde a los cabeza de
cartel de la noche. Los neoyorquinos tuvieron una actuación muy correcta, con melodías muy
trabajadas y frescas, que permitieron al público tomar una bocanada de aire entre las
actuaciones de The Hives y Green Day, ya que ambas fueron impactantes, tanto por su energía
como por su saber hacer.
Por fin llegó el momento de Green Day. Subieron al escenario Bilbao de forma explosiva y llena
de energía, de la que no se desprendieron hasta que finalizaron su actuación tras más de 2
horas de concierto y un total de 27 canciones que compusieron su setlist. Sonaron temas que
nos permitieron repasar su discografía, tales como 99 Revolutions, Stay The Night, Boulevard
of Broken Dreams, Burnout, Welcome to Paradise, When I Come Around, Basket Case, American
Idiot o Brutal Love. A mitad de su actuación deleitaron al público con su personal versión con
guiños a varios clásicos del rock, entre los que se incluyó la mítica Highway to Hell de
AC/DC.
Sin duda, Green Day ha sido el grupo que más energía ha transmitido durante el festival,
haciendo disfrutar a todo el público que llenaba el recinto.
Un año más, reconocemos la labor de la organización del festival, ya que no es tarea fácil
conseguir que todo salga tan bien organizado. Ha habido reseñas durante el primer día por
largas colas para coger los autobuses que comunicaban el recinto con la ciudad, pero tanto
para el segundo como tercer días ya se había solucionado.
Esta edición nos deja un muy buen sabor de boca y una cifra total de más de 105.000
asistentes, muy cercana a los casi 110.000 del año pasado, en el que se había producido un
record de asistencia para el festival BBK Live. Ya estamos contando los días para que llegue
la próxima edición en 2014, que será durante los días 10, 11 y 12 de julio. Desde aquí os
recomendamos que no hagáis otros planes y que así podáis desplazaros hasta Bilbao, pero en
caso de que no sea posible, como siempre podréis contar con nosotros para que os podamos
acercar un año más la crónica del festival. Iniciamos la cuenta atrás para la próxima edición!
Foto: Luis Tejido - EFe / Ideal
Fatboy Slim
BILBAO BBK LIVE 2010
8, 9 y 10 de julio Kobetamendi, Bilbao
Pearl Jam triunfa en el BBK
Crónica por Jon Pagola - IndyRock
Foto Manuel Medina - IndyRock
La quinta edición del BBK Live 2010 vino a confirmar la sospecha de que a Bilbao le sienta
bien la música de raigambre rockera. Aupado por un cartel que, en parte, venía a cubrir el
hueco dejado por el Festival de heavy metal Kobetasonic, Pearl Jam se convirtió en el
auténtico triunfador de una quinta edición que tiró de exitosos grupos de rock más o menos
duro que triunfaron en los 90 (Alice in Chains, Faith No More, Manic Street Preachers), junto
con otros más veteranos (Slayer, Paul Weller) y hasta alguna pincelada pop-rock más actual de
la mano de Los Campesinos!, Wilco o Jet. Según la promotora de música Last Tour International,
organizadora del evento, ésta ha sido la edición más exitosa: más de 75.000 personas
asistieron a las tres jornadas repartidas entre los días 8, 9 y 10 de julio.
Fuera de lo estrictamente musical, hubo pocas novedades con respecto al año pasado. Quizás,
debido a una mayor afluencia de público, el viernes se colapsaron más de la cuenta los
servicios prestados por los organizadores formándose largas colas para subir a los autobuses
de salida desde Bilbao. Los urinarios públicos también se quedaron escasos y conseguir un
bocadillo en los pocos establecimientos abiertos se convirtió, en más de una ocasión, en una
aburrida misión. Por lo demás, y como nota positiva, volvió a brillar la seria realización
técnica de los conciertos. Todo funcionó a las mil maravillas; desde las pantallas de vídeo de
los dos escenarios, pasando por el sonido y los horarios de los conciertos programados. La
elección del monte Kobetas tampoco se discute: es un bonito paraje verde, amplio y cómodo
desde donde se divisa una espectacular panorámica de la ciudad.
Viernes, 9 de julio
Por cuestiones de agenda, este cronista no llegó a tiempo a la jornada inaugural donde parece
ser que Rammstein hicieron de las suyas con un espectáculo lleno de provocación y efectos
pirotécnicos que a algunos abrumó y, a la mayoría, dejó más que saciada. Gogol Bordello fue la
primera banda en llenar el escenario principal y la única en su especie de todo el Festival.
La suya es una propuesta de buen rollo y mestizaje a más no poder y que gustará a los fans de
Manu Chao, The Clash o la música zíngara de Europa del Este. Excesivamente teatreros y, por lo
tanto, aburridos para unos, otros parecían pasárselo en grande.
Paul Weller era uno de los platos fuertes del día y parecía extraño que lo relegasen al
escenario pequeño. Apareció con un aspecto excelente y rejuvenecido y las primeras canciones
("From The Floorboards Up", "Moonshine", "Wake Up the Nation") entraron como un tiro, aunque a
medida que avanzaba el concierto se fue desinflando poco a poco por culpa de un afán innovador
en el que anda metido últimamente y que acabó por desvirtuar algunas de sus mejores canciones
en solitario, como "Wild Wood" y "Broken Stones". En el tramo final volvió el mejor Weller
dejando un magnífico sabor de boca con un par de rescates de The Jam y un final para el
recuerdo: "Come On/Let´s Go" y "The Changingman".
Pero las más de 30.000 personas que se desplazaron al Festival no estaban allí para ver al
gran Paul Weller. A juzgar por sus camisetas negras y atuendos más bien desaliñados, la del
viernes era la noche grunge que popularizaron bandas como Pearl Jam y Alice in Chains. Estos
últimos parecieron oficiar de teloneros del grupo de Eddie Vedder con un sonido más escorado
al heavy y desde hace unos años tratando de superar la muerte de Layney Staley con nuevo
cantante, William Duvall, que tuvo el detalle de acordarse de su predecesor en la canción
'Nutshell'. Tratando de mirar hacia adelante, se centraron en su elogiado último disco de
estudio ("Black Gives Way to Love", 2009) y calentaron el ambiente lo suficiente antes de la
llegada del grupo más esperado, no sólo de la noche, sino de todo el Festival.
Pearl Jam estuvo a la altura de las expectativas, en un concierto estupendo de principio a fin
que vino a reivindicar el rock de masas en su estado más puro. Puede que haya llovido desde la
aparición de discos como "Vitalogy" (1994) o "No Code" (1996) pero sus canciones envejecen tan
bien como la botella de vino que fue bebiendo Vedder durante un show largo, vibrante y del que
deberían tomar nota nuevas y viejas bandas de rock and roll. Empezaron con caballo ganador
("Do The Evolution") y desde ahí sonaron todos sus grandes éxitos con canciones inmortales
como "Alive" y "Given To Fly" a la cabeza.
Sábado, 10 de julio
Cuando parecía que Pearl Jam iba a fagocitar el resto del Festival, el sábado por la tarde
apareció Jeff Tweedy rodeado de media docena de guitarras acústicas para demostrar que otro
concierto de rock (sin estridencias, íntimo) es posible. Sin el revestimiento de su banda
mayor, Wilco, Tweedy se comporta más Dylan que nunca, obligadas gafas Ray-Ban y armónica
incluídas. Fue una magnífica y cálida delicia. Antes, pasaron por el escenario principal los
vitamínicos Los Campesinos!, quizás el grupo más pop de todo el cartel y que no desentonaron
en absoluto en medio de tantas bandas de rock recio; sus canciones siempre pegan en un soleado
día de verano.
El primer baño de masas de la noche, tras el disfrutable pase setentero de The Soundtrack of
Our Lives, corrió a cargo de los Manic Street Preachers. Como en el caso de otros grupos del
BBK Live, los mejores discos de los galeses se publicaron en los años 90 y, quizás por eso,
arrancaron con ese trallazo llamado "Motorcycle Emptiness", sin duda una de las mejores
canciones de su respertorio. El resto del show fue emocionante, épico y con momentos realmente
brillantes. Se despidieron con "If You Tolerate This, Your Children Will Be Next" con el
público coreando esos "Aahh" finales, como si aquello fuera un concierto de U2.
Puede que el cóctel de estilos de Faith No More se le atragante a más de uno, pero es
innegable que la voz de Mike Patton tiene el enorme mérito de saltar de un temazo soul
("Reunited") al heavy metal en un suspiro, atreviéndose incluso a meter "Pocker Face" de Lady
Gaga en una de sus canciones como quien no quier la cosa y hasta rindiendo tributo a Burt
Bacharach en "This Guy´s in Love With You". Se merecen, al menos, un serio respeto. Por
último, los australianos Jet lo intentaron, pero la sombra de "Are You Gonna Be My Girl" es
demasiado alargada para estos chicos ya no tan jóvenes.
EDICIÓN 2009
Bilbao BBK Live
09 (9-10-11 julio)
Sol y fresco en el alto de Kobetas
por Jon Pagola - IndyRock
La cuarta edición del Bilbao BBK Live resultó tan desigual como auguraba su cartel. El Parque
situado en el alto de Kobetas, donde se puede disfrutar de una magnífica panorámica de
la ciudad, acogió propuestas imposibles de encajar –el concierto de Asian Dub foundation
precedió al de Primal Scream, por poner uno de los ejemplos más extravagantes- y que acabó
siendo un tanto desconcertante en nombre de la sagrada variedad. El tiempo fue un fiel reflejo
de todo esto: calor durante el día y el típico fresquito vasco por las noche, pasando del
pantalón corto a una cazadora consistente en cuestión de unas pocas horas.
Es verdad que el formato elegido no ayuda en festivales tan heterogéneos como éste. Los
conciertos no se solapan y van sucediéndose uno tras otro, normalmente del escenario 1 al 2,
por lo que no queda más remedio que soportar o disfrutar de todas y cada una de las
actuaciones. Quizá, en otros certámenes estilísticamente más definidos tenga sentido, pero en
Bilbao no parece la mejor opción.
Por otro lado, cabe destacar el buen ambiente del variopinto público congregado, mucho menos
encasillado que en otros festivales, el excelente sonido de los escenarios y, en general, una
eficaz organización de la que muchos otros deberían tomar nota. Con todo, y si afina más su
identidad, BBKLive puede convertirse en el gran Festival del verano, junto con el FIB.
Jueves, 9 de julio
Por cuestiones de agenda, este cronista llegó justo a tiempo al concierto que dió Depeche Mode
el jueves por la noche. Sin duda alguna, era el reclamo principal del BBK Live 2009 y el único
grupo capaz de aglutinar las distintas tribus urbanas congregadas. La banda inglesa se
encuentra inmersa en la gira de presentación de su nuevo disco “Sounds Of the Universe” y las
primeras canciones, incluida la notable “Wrong”, fueron las encargadas de abrir un repertorio
sin grandes sorpresas y centrado en sus grandes éxitos. Cayeron los principales singles del
“Violator” (89) y “Songs Of Faith and Devotion” (93), y se rescataron algunas piezas de los
ochenta y otras más recientes, con “Personal Jesus” ejerciendo de broche final. No hubo
momentos especialmente brillantes, pero el grupo liderado por Dave Gahan estuvo a la altura de
lo que se espera de ellos, con el típico concierto que deja a todo el mundo, más o
menos, satisfecho.
A continuación, y tras la previsible espantada de los fans de Depeche Mode, Basement
Jaxx ofrecieron una mezcla de estilos acorde con el Festival que, sin embargo, ha envejecido
peor de lo que se podía esperar y que empujó a varios de los asistentes a coger sitio en la
carpa de los DJ´s, mientras otros muchos se lo pasaban pipa con el house reciclado de los
ingleses.
Viernes, 10 de julio
La temprana salida de Supergrass la tarde del viernes animó a bailar a la gente tirando de
viejos hits y Babyshambles ofrecieron más de lo mismo, desconcierto y genialidad, con un amago
de versión de Billy Jean que más tarde remataría Chris Cornell en un show que no se
salvó ni rescatando parte del repertorio de Soundgarden. Aunque probablemente, lo más
comentado del día, junto con el modelito que lucía Perry Farell, de Janes Addiction, al más
puro estilo Eva Nasarre, fue el sopor causado por Dave Mathews Band con canciones eternas o
que, al menos, así lo parecieron.
Antes del gustazo que fue ver a Echo & The Bunnymen, de la quema se salvaron Kaiser
Chiefs, que al menos animaron al público con una actuación hiperactiva de su líder, Ricky
Wilson , que se subía por el andamio del escenario como aparecía por los rincones más
insospechados. Más allá de sus méritos musicales, son un valor seguro en todo festival.
Y ya bien entrada la noche, justo enfrente de una enorme luna que iluminaba el escenario
2 del BBK Live, salieron, por fin, Echo & The Bunnymen. Y no sólo no defraudaron, sino que
estuvieron a años luz del resto. Empezaron a lo grande, con “Rescue” y “Villiers Terrace”, y
para entonces, la clase y elegancia del grupo y la preciosa voz de Ian McCulloch, habían
entrado de lleno en el corazón del público. Más adelante, “Seven Seas”, en formato acústico,
sonó preciosa, tanto como uno de los momentos mágicos que fue esa maravilla brit-pop llamada
“Nothing Lasts Forever”, mientras que la majestuosa “The Killing Moon” casi pasaba
desapercibida en un set tan completo. De su inminente disco “The Fountain” hubo excelentes
noticias gracias a una preciosa canción del que no desvelaron su título y cerraron con
un “Lips Like Sugar” que supo a gloria. Viéndolos, parece mentira que Echo & The Bunnymen
hubieran entrado en el cartel a última hora en vez de haber apostado por ellos desde un
principio.
Sábado, 11 de julio
El gran sabor de boca con el que se despidió la segunda jornada tuvo su equivalente
apocalíptico en un estupendo concierto de Rock & Roll. Pasadas las diez y media de la
noche, Primal Scream pusieron a arder su repertorio demostrando, una vez más, que suenan
infinitamente mejor encima de un escenario que en el estudio. Da lo mismo que al sexteto
comandado por Bobby Gillespie le dé por arrancar con su efectivo último single, “Can´t Go
Back”, pise el freno en “Damaged”, se ponga a disparar apuntando las guitarras al
público con “Shot Speed/Kill Light” o que se reencuentren con la psicodelia futurista de
“Kill All Hippies” y “Swastika eyes” al final del concierto. Se mire por donde se mire, lo
suyo es puro Rock & Roll, como dijo el propio Guillespie antes de rematar la faena con
“Rocks”, una canción que parece estar escrita por los Rolling Stones en 1968 y
“Accelerator”.
Pese a todo, el plato fuerte del día lo protagonizaban Placebo. Había curiosidad por saber
cómo se defendía el nuevo batería, que acabó saludando a los fans de las primeras fila. El
grupo sonó realmente bien, lástima que el repertorio elegido no tuvo apenas concesiones a los
tres primeros discos del grupo y que para cuando se acordaron de tocar “Every You Every Me” ya
era demasiado tarde entre tanta poca sustancia.
El fin de fiesta, por decir algo, lo pusieron Fischerspooner. Lo suyo fue un despropósito en
toda regla: voces pregrabadas y semi playback, discursos aburridísimos que acabaron por cansar
al público y hasta repitieron su gran éxito “Emerge” en el bis. Una pena después de las
excelentes críticas recibidas tras su paso por Madrid.
La tercera y última jornada del Bilbao BBK Live
2009 ha registrado una asistencia de 17.956 personas. La actuación de Placebo pasada la
medianoche ha sido el punto culminante de un día marcado por las elevadas temperaturas. Antes
que el trío británico han pasado por los dos escenarios del Bilbao BBK Live Primal Scream,
Asian Dub Foundation, Cycle o Phenomenal Handclap Band, entre otros.
Los encargados de cerrar la jornada de conciertos han sido Fischerspooner para que el broche a
la cuarta edición del festival lo pusieran posteriormente los DJs de la carpa Vodafone.
La asistencia global del festival asciende a 52.663 personas.
La segunda jornada del Bilbao BBK Live
2009 ha registrado una asistencia de 16.198 personas. El buen nivel artístico de
la primera jornada ha tenido continuidad en esta segunda desde primera hora de la tarde. Los
navarros El Columpio Asesino han desafiado al calor con los temas de su último disco ‘La
Gallina’ y lo mejor de su repertorio; Supergrass han dejado claro que lo suyo es hacer bailar
a la gente y Pete Doherty ha levantado pasiones al frente de sus Babyshambles.
Dave Matthews Band han demostrado porqué son una de las bandas más populares al otro lado del
Atlántico; Chris Cornell ha sorprendido con un gran concierto de rock and roll rescatando lo
mejor de su carrera y Kaiser Chiefs han devuelto el toque del brit-pop predominante en el
cartel al público, que desde las primeras filas agarraba de la camisa a su entregado
vocalista, Ricky Wilson.
La hora de Jane’s Addiction ha llegado pasadas las once y media de la noche y Perry Farrell y
los suyos no han decepcionado a nadie y han demostrado que siguen manteniendo toda la magia
que hizo que se convirtieran en una de las mejores bandas de rock de finales de los 80. El
cierre ha corrido a cargo de Echo & The Bunnymen y posteriormente han tomado el relevo los
DJs de la carpa Vodafone.
BILBAO BBK LIVE 2009: 18.509 PERSONAS EN LA
PRIMERA JORNADA
La primera jornada del Bilbao BBK Live 2009 ha registrado una asistencia de 18.509 personas.
Desde primera hora de la tarde se ha registrado una elevada afluencia de público, que ha ido
incrementándose progresivamente a medida que se iba acercando la hora de actuación de Depeche
Mode, sin duda, las grandes estrellas de la jornada.
La banda británica ha ofrecido un show de casi dos horas con la presencia de la gran mayoría
de sus éxitos y ha hecho vibrar a las casi 20.000 personas congregadas en Kobetamendi. Antes
que Depeche Mode habían subido al escenario Editors, The Ting Tings, Vetusta Morla o The
Gaslight Anthem, mientras que Basement Jaxx han sido los encargados de cerrar la noche.
Después han tomado el relevo los DJs de la carpa Vodafone.
EDICIÓN 2008
ZZ Top
BILBAO BBK LIVE 6/7/08
Fotos y crónica Marcos González y Nicoletta Pispisa - IndyRock

Aparece Frank Beard tras el telón sin darse ninguna importancia y se sienta en su batería de
doble bombo. Al momento, Gibbons y Hill, guitarra y bajo, se dirigen hacia los micrófonos
customizados. Desde ese momento, ZZ Top ponen la icónica imagen de largas barba y gafas de
sol, el sencillo montaje con unos pocos amplificadores blancos y su recorrido musical de
cuarenta años de hard rock y blues. La organización del Bilbao BKK Live pone un excelente y
potente sonido, una demora de las actuaciones de alrededor de hora y media y un espacio en las
partes más altas de la margen izquierda muy agradable para disfrutar de conciertos.
Abren con "Got me under pressure", canción en la que a la voz grave de Billy Gibbons se
combina con la más aguda de Dusty Hill. Buena forma de presentarse y comenzar. Desde ese
momento ya fuimos conscientes de que íbamos a presenciar un buen espectáculo de rock texano.
Siguieron uno tras otro excelentes interpretaciones de su largo recorrido musical. Muchas
canciones se convertían en largos solos bluseros en los dedos del guitarrista, que es un
impresionante intérprete de su instrumento.
Hubo tiempo incluso para bromas en castellano y para referencias a España que el público de
Bilbao no tardó en abuchear. Y es que los grupos musicales extranjeros que tocan en el País
Vasco suelen llevarse alguna sorpresa con este tema. ZZ Top no deben estar muy informados,
pues no actúan a menudo fuera de América del Norte. De hecho, este concierto no venía ni
anunciado en su web oficial.
Huelga decir que sonaron todas. "Sharp dressed man", "Tush", "La Grange", "Gimme all your
lovin" y deleitaron al público totalmente entregado con sus instrumentos forrados en peluche
blanco tocando "Legs". Ya solo había tiempo para un bis y atrás quedaba un concierto realmente
bueno de pasos acompasados de los dos músicos, sonido claro y contundente y todo lo que de
este grupo se podía esperar, sin sorpresas, pero que tanto disfrutamos.
Madness
BILBAO BBK LIVE 6/7/08
Fotos y crónica Marcos González y Nicoletta Pispisa - IndyRock

Son las 2 de la mañana de un domingo y la mayoría de nosotros trabaja al día siguiente. Muchos
se han marchado antes y durante el concierto de Tequila, hay un retraso acumulado de casi dos
horas pero. ¿Cómo me voy a ir sin ver a Madness, la súper-británica banda de New Wave Ska,
cuando prácticamente estoy aquí por verles a ellos?
Conscientes de que lo que queda de público está ahí por ellos - un público de lo más
heterogéneo tengo que decir, de edades bien dispares y estéticas muy diferentes, incluso se ve
a algún incondicional luciendo un fez junto con la bomber y las botas Doc Martens, curiosa
combinación - saltan al escenario los siete magníficos (más tres vientos), cargados de energía
a pesar de la hora. Y para enganchar al público desde el primer minuto, empiezan dando caña
con la mítica "One Step Beyond", estupenda, tal y como todos la tenemos en la cabeza, y
levantando al público en un baile frenético que durará hasta el final del concierto.
"Nos dijeron que no saliéramos, que con la hora que es seguramente os habríais marchado ya.
¡pero veo que hemos hecho bien en quedarnos y os daremos el show que queréis!" dicen Suggs y
Barzo después de la euforia inicial (al parecer han engañado la espera con unas buenas dosis
de alcohol. ¿o es pose?). Desde este momento todo son grandes temas, en su mayoría clásicos
como "It must be love", "Our House", "Baggy Trousers" o "My Girl" pero también alguno más
reciente como "Sorry", todos ellos coreados por el público que sacó fuerzas para bailar
durante los 45 minutos que duró la primera parte del concierto. En algún momento la banda dice
sentirse feliz de estar en España, a lo que se les responde con abucheos, y en seguida Barson
corrige a Suggs: "¡No son españoles, son vascos!" suscitando la algarabía general.pero no hay
tiempo para discusiones políticas, la música sigue, una canción detrás de otra, sin dar tiempo
a respirar.
Tras un breve parón para retomar aliento, he ahí que vuelven a salir, Suggs con la toalla en
la cabeza, para el gran final: suena el saxo, grave, insistente, como la sirena de un barco.
¿un barco? ¡"Night Boat To Cairo"! Y otra vez a bailar, con el escenario lleno de gente,
también bailando, a ritmo de ska.
Es evidente que Madness sabe muy bien el repertorio que tiene, y a estas horas debe dar un
concierto breve (una hora en total) pero muy intenso. El sonido es excelente, y la
música es muy buena, divertida, alegre y nos deja a todos un buen sabor de boca.
Gracias, chicos, por hacernos pasar tan buen rato.
EDICIÓN 2006
Cult, música británica para el gran cartel del Bilbao Live
13, 14 y 15 de Julio 2006 Kobetamendi

Los Cult pueden con Ben Harper (Fotos Efe / Ideal)
Axl Rose (Foto El Correo)
Axl cumplió su rol estelar en Bilbao
El líder de Guns N' Roses acaparó la atención en un discutible repaso de la trayectoria de
la banda
15.328 aficionados siguieron el segundo macroconcierto del Bilbao Live Festival
Por Oscar Cubillo / IDEAL
El comportamiento del estelar Axl Rose se juzga como despreciable, pero quizá lo era más
antes, cuando triunfó veinte años ha con un listado de c anciones entonadas con voz de gallo
priápico, calificables cuando menos de vejatorias para la mujer. Hogaño, al buen hombre le
tildan hasta de gordo, y no es para tanto. Aquí lo que hay es mucha envidia, cuando una semana
buena de Axl vale por toda la vida de la mayoría de los mortales.
La razón de su comportamiento maleducado la sugirió el promotor del concierto: esos retrasos
recurrentes, esos paranoicos esquinazos a su legión de fans, esas peticiones caprichosas que
todos se apresuran a cumplir, no son más que guiños del artista para vivir del cuento, salir a
menudo en los papeles e incrementar el caché amparado por la pelota mediática que persigue a
su avión privado, que siempre es un detalle de categoría.
Lo que quizá ya menos conozcan son las exigencias que reemitía por el talkie uno de los
seguratas: «El tío viene en limusina escoltada. Quiere el camerino totalmente a oscuras y a
ninguna mujer en el pasillo. Y si hay alguna de seguridad, exige que no le mire a los ojos».
Buf, esto no lo pide ni Chuck Berry.
El caso es que la culpa es de la peña. Axl Rose vende gato por liebre (sólo canta él, no toca
el grupo que le convirtió en estrella) y el público paga por verle, aunque sepa que no será lo
mismo. «Yo les vi en el 92. Lo de ahora me da igual», sentenció el guitarrista de los
castreños Gramophone Man. Le daba igual, pero pagaba por estar ahí: la organización informó de
que a las 23.15, al salir Axl, en Cobetas había 15.328 personas.
Y no se produjo ningún incidente, destaca la promotora. En la hora y doce minutos de retraso
que la multitud aguantó con estoicismo sumiso y sin siquiera música de fondo, se elevaron una
par de oleadas de silbidos y poco más. De hecho, tan dó cil se mostró el respetable que, entre
la hora y media de bolo arrancado con 'Welcome To The Jungle' y finiquitado con 'Paradise
City', al tal Axl no le arrojaron ni siquiera un katxi vacío.
El concierto discurrió de modo ascendente y no resultó tan horrible como certificaban las
crónicas de su reciente visita a Madrid. El tío no conserva la voz aguda de antaño, pero lo
más criticable fueron los parones interminables con solos desganados de esos músicos que no
dejaban de moverse con entusiasmo. Músicos entre los que destacó, con su pinta de sepulturero
del Oeste, el guitarrista original Izzy Stradlin, el único Guns N' Roses que se lleva bien con
Axl.
El culmen del encuentro llegó al principio, al quinto tema, cuando repasó su éxito baladístico
'Sweet Child O'Mine'. La amiga del que suscribe se puso a llamar por el móvil a los ex novios
y el firmante también recibió dos sms. Uno decía: «esto le gustaría a mi padre». Y el otro:
«vaya karaoke». Pero no era para tanto, excepto lo de las largas demoras de relleno para que
el líder se escapara para cambiarse de modelito siempre similar al anterior, para inhalar
oxígeno y quién sabe para qué más.
Y así siguió, con sleaze rock angelino que no llega a categoría de heavy metal, pianos
stonianos, un poco de jazz, cortinillas reggae y pirotecnia explosiva que asustaba a los
espectadores. Del resto del oneroso listado nos quedamos con el 'Llamando a las puertas del
cielo' de Dylan (con coros muy afectados) y hits propios tipo 'You're Crazy', 'Live And Let
Die', el cañero 'You Could Be Mine' y el baladista y con solo de piano 'November Rain', en el
que algunos echaron de menos el punteo de Slash. Ah, y decepcionó a las chicas que 'Don't Cry'
sólo se apu ntara, sin llegar a interpretarse entera.
La mejor jornada: New York, New York
Segundo día del Bilbao Live Festival. La peña afluía de buen rollito en los autobuses y
coreaba 'eeehhh' en las curvas, y algunos elementos ya dormían agotados tirados en mitad de
Cobetas. El cartel del viernes fue el más completo y satisfactorio. Abrieron los sudistas
portugalujos Hash para sus amigotes, y poca más audiencia reunió Heavy Trash, cuarteto
rock-a-billy neoyorquino liderado por el estelar Jon Spencer, quien chilló como Elvis Presley
encerrado en un Sputnik y se lució invocando al público con soul dramático en plan James
Brown.
Luego, los históricos neoyorquinos Blue Öyster Cult ofrecieron el mejor bolo por el momento. A
tres guitarras, exudando americanismo setentero en diversos palos (instrumentales
exhibicionistas, rock sudista, blues-rock, boogie dinámico, hard rock, o nda protofumeta...),
repescaron éxitos propios ('Godzilla', 'Burnin' For You') para mayor solaz de los espectadores
más puestos. Seguidamente, los también neoyorquinos Fun Lovin' Criminals se volvieron a lucir
abrillantando el rock, el funk, el rap, el groove, el reggae, el blues... Los californianos
Deftones aburrieron con su metalcore que sonó como una pelota informe.
Tras los estirados Guns N' Roses, los suecos Mando Diao colocaron el estandarte por todo lo
alto con una agitada demostración de pop corajudo en forma de canciones redondas e
infecciosas, entre Paul Weller y Oasis, y una apostura escénica que no pudieron desplegar en
sus dos primeras visitas a la sala Azkena de Bilbao.
EN EL MONTE COBETAS
La peña subió al monte Cobetas a partir de las nueve en los atareados autobuses del primer
festival Bilbao Live, esos mismos que jugarán más de una mala pasada estomacal con tanta curva
de escalada al cielo. Los enterados tuvieron tiempo de ver a los Cardigans, y al poco
perdieron el interés pues se notó que se les ha pasado el arroz y que sólo tienen una chica
guapa al micrófono y un par de éxitos reconocibles de quedón pop consumista. Luego ocupó el
tablado principal el americano Ben Harper. La organización informa de que a las once habían
entrado 9.566 espectadores, pero un ojo profesional sentenció que ante el cantante habría
3.000. El resto estaría en el cámping o en las barras. Harper comenzó su carrera con vitola de
autenticidad progresista que está perdiendo a jirones en el camino. Ya casi nadie se cree ese
rollo de la música étnica según la factoría de entretenimiento occidental. A Ben Harper le
gustaría atesorar la calidad visionaria de Corey Harris y la leyenda intachable de Taj Mahal,
pero a este paso va a devenir icono contracultural con menos tirón que Lenny Kravitz.
Uno de sus problemas es que sus composiciones revelan sus influencias hasta el punto de pensar
en que son homenajes, inspiraciones, fusilamientos... Más que guiños y deudas, se trata de
fórmulas, de trucos para vender canciones y mantenerse en el escaparate multinacional. Así,
cuando se puso a imitar la voz de Neil Young en la versión de 'Heart Of Gold', algunos
expertos se rasgaron las vestiduras y le tildaron de demagogo.
De acuerdo en que la banda fue de fuste, destacando el guitarrista blanco en plan hacha
heroica y el típico bajista negro sobrado de toneladas que pagará dos pasajes en un avión,
pero cada tema parecía un cliché. Desde el reggae al blues-rock, se le veía venir de lejos a
Ben Harper, que a la juventud concurrente podría dar gato por liebre a pesar de adoptar
apostura distante y poner mirada fría y desafiante.
Al icónico y sobrevalorado Ben Harper se le notaban los trucos. Aparte unas baladitas
inapropiadas para los grandes festivales, no abusó del reggae onda Bob Marley (cayó el
'Exodus'), fusiló a los Stones, se apuntó descaradamene al carro de los Black Crowes, sentado
acomodaba la guitarra slide sobre los muslos y expelía flamígeros punteos hendrixianos que
remitían a Jeff Healey, la caña blues-rock sonó modernista vía Kinsey Report, el rock con
raíces llegó como si Bob Geldof atracara a The Band y el soul le rehabilitó al copiar a Marvin
Gaye o emular a Al Green, aunque sin falsete, en el penúltimo tema ('Serve Your Soul'), donde
se ganó nuestro reconocimiento y demostró que es un hombre con estilo, sí, pero no con
capacidad de creación.
Un mar de cuernos
Producto de consumo caducado lo de los Cardigans, producto de consumo con vitola de mercado
justo el de Harper, y rock and roll de consumo y sin ambajes a manos de los Cult, británicos
con maneras de estrellas del rock que funcionaron como la cabeza de cartel para el público.
Sólo había que mirar el mar de cuernos, o sea el bosque de brazos alzados por el gentío al
final de cada canción, y oír los coros en los estribillos.
Los británicos todavía tiran del material de hace veinte años. En formato quinteto, pero con
el vocal Ian Astbury y el guitarrista rubio Billy Duffy apenas permitiendo el lucimiento a
bajo, batería y segunda guitarra, que sonaron aplacados, The Cult apuraron el riff que les
hizo grandes, ese guitarrazo sincopado, eléctrico y extirpado de AC/DC. Todo chuleta con su
pandereta, Astbury descalificó el tecno que percutía en la carpa cercana («Está hecho con
ordenadores. No hay sentimiento humano»), halagó a los Guns N' Roses, gritó 'viva España',
preguntó si estábamos dormidos en un bolo breve, de hora y cuarto escasa, en el que pensamos
en el after punk de sus inicios, en los Doors durante el dúo intimista (cuando le arrojaron
una botella a Duffy y replicó: «Gracias por el agua, tenía sed»), en los Godfathers de lapsos
marciales y lisérgicos, y en el gran rock cuando llovían clásicos propios: 'Lil' Devil', 'Wild
Flower', 'Love Removal Machine', 'Peace Dog', 'Sweet Soul Sister'...
Axl Rose, escoltado en Bilbao
El líder de Guns N´Roses tuvo que ser escoltado por agentes motorizados de la Policía
Municipal de Bilbao desde el aeropuerto de Loiu hasta el monte Cobetas. Axl Rose llegó a 'La
Paloma' en su 'jet' privado, sobre las 20.30 horas, con su vidente de compañía, una mujer
oriental llamada Yoda. Pero no abandonó las instalaciones del aeropuerto hasta las 21.45,
cuando faltaban 45 minutos para comenzar su concierto del Bilbao Live Festival. Para su gusto,
había demasiada gente esperándole. Luego, Rose se lo tomó con calma e inició su actuación a
las 23.12, con más de una hora de retraso. Se escucharon silbidos de protesta.
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