BUNBURY EN ARGENTINA
HE VISTO EL MEJOR SHOW, SE LLAMA ' PEQUEÑO CABARET
AMBULANTE'
Buenos Aires, 3 de noviembre de 2000. Sala "The Roxy". Lleno.
ALEJO SIVORI * INDYROCK
Este local me suena, me es intensamente familiar. Afuera el
letrero de neón rojo encierra la palabra "The Roxy". Como
aquel viejo lugar donde seis años antes tocaron Héroes Del
Silencio. Pero eso ya no importa, ni va a importar.
El show estaba previsto a las nueve de la noche... Pero como
consecuencia de las vías de tren, que pasan por arriba del
local, el concierto comienzó a las diez y cuarto, con la gente
coreando los temas de Enrique y suplicando que saliera. El
calor era brutal.
Lo que pasó a continuacion arriba del escenario ni siquiera
voy a intentar describirlo. No soy crítico de música ni me
interesa serlo. Tampoco voy a gastar toda mi materia gris
intentando describir con palabras sacadas del diccionario de
sinónimos y antónimos lo que, en rigor, es imposible de
describir. Lo único que voy a decir es lo siguiente: He visto
el mejor show y se llama Pequeño Cabaret Ambulante.
Enrique tiene el don de la palabra, de la convocatoria y de la
escena. Cuando Bunbury está arriba del escenario, uno ni
siquiera se acuerda de que uno existe. Sólo importa Enrique y
su banda. No sólo es la musica: es su vida la que sube al
escenario.
El show arranca con el
clasico apagón de luces y el gato maullando, suben sus
músicos, hasta que llegua él, y dice: "Me calaste hondo...",
es decir, "Infinito". Sigue con "De Mayor", y "El extranjero",
y la gente se vuelve loca. A pesar de ser un desconocido,
Enrique se transforma en un amigo. "Sólo si me perdonas" rompe
un par de corazones, y después incita con "Big Bang".
El sonido es espectacular, su voz es increíble. "Salomé" en su
versión cabaretera gusta a más de la mitad. Es increíble cómo
se mueve en el escenario, pese a su saco rojo, puede moverse
con facilidad.
Con solo en guitarra suena "La estatua del Jardín botánico",
comienza "Alicia", que nos hace cantar a todos. A continuación
estalla "Apuesta por el rocanrol" y la gente enloquece, y le
sigue la gran sorpresa que nadie esperaba, "Maldito Duende",
con muchos arreglos con trompetas, la gente no para de cantar
y gritar.
Para cerrar la primera parte sigue "Iberia Sumergida" donde se
le ve a Enrique boxeando contra medio mundo. Después de
presentar a su banda, se retiran para volver con "El Jinete",
donde Enrique pide silencio, y "El viento a Favor".
Se retiran nuevamente y vuelve con "Tesoro" y terminan el show
con "Confesión". Bunbury agradece y se va... el público queda
más que satisfecho.
Doblete en el Roxy
Los dos shows del 4 y 5 de noviembre fueron iguales, en
canciones, menos el del sábado (4 de noviembre), en el que
Enrique invitó a cantar a Ana, ex cantante de Los Twist, banda
legendaria Argentina, a cantar "El viento a Favor" y
"Confesion" haciendo un duelo de voces.
En el del sábado y el domingo se escucharon "Demasiado Tarde",
donde cantó "Negativo" de su álbun "Radical Sonora", con el
violin de fondo de la simpática Ana Belen. "Fever", "La
pantera Rosa", donde el público se ríe, y "El inspector
Gadget".
En estos dos ultimos shows, la banda hizo 3 bis, "El jinete",
"Confesión", "Contradictorio" y "Tesoro".
Tuve la suerte de quedarme después de los 3 shows con la banda
de Enrique, y quiero resaltar la simpatía de cada uno de
ellos. Tambien quiero agradecer la ayuda de Nacho Royo, el
road-manager de Enrique, por su excelente trato.
ENRIQUE BRILLÓ
BUNBURY Buenos Aires. Sala Roxy. Sábado 4 de noviembre de 2000
MARÍA LAURA VILLAVERDE
Buenos Aires se vistió de fiesta para recibir a un gran
artista. Los días de lluvia cesaron, la noche se hizo hermosa
y entonces, en el corazón de los bosques de Palermo, se
abrieron los arcos y salió el sol, a pesar de la hora.
Si bien "The Roxy" no es el mejor lugar para tocar, con un
escenario pequeño, ninguna ventana, cero ventilación, mala
organización y demás yerbas, Enrique pudo contra todo lo
adverso. Hasta el efecto extraño que le dio el sonido del paso
del tren por encima parecía buscado.
Con escasa promoción,
llenó las tres fechas, pero el sábado desbordó. Tuvieron que
reforzar el vallado y la gente se colgaba de dónde podía para
lograr verlo y oírlo un poco mejor.
Cómo todos esperábamos, Enrique brilló. Con más de diez
músicos en escena y un bajista que se ganó al público de una
manera pocas veces vista en esta aporteñada ciudad, recorrió
todo el repertorio de su "Pequeño Cabaret Ambulante", más dos
temas de Héroes (Maldito Duende e Iberia Sumergida) que
hicieron temblar a aquellos que pujan por una vuelta.
Volvió a salir dos veces, luego de la despedida, y en el
último reencuentro invitó a subir a una chica a la que conoció
improvisando en un boliche de Tangos en Buenos Aires. La
presentó con honores. Se llama Laura.
Aunque a sus fans femeninas no les cayó muy simpático ver ese
derroche de cariño delante de sus ojos, la chica cantó
"Confesión" a dúo con Enrique y el recinto se quedó atónito.
¡Esto sí que es Argentina! No hizo falta nada más, un adiós
sincero y hasta que se vuelva a abrir este u otro "Cabaret
Ambulante".
ESPECIAL