Burning (Rock and Roll Radio Festival 2011)
Loquillo + fotos y datos / Endémica
Siniestro Total + fotos y datos
Rock and Roll Radio Festival
25 de Marzo 2011 en Pabellón Rafael Florido (Almería).
Crónica y Fotos por Eduardo G. Magaña - IndyRock
La tercera cita del Rock and Roll Radio Festival, tras las celebraciones en Gijón y La Nuncía
(Alicante) en el pasado 2010, fue todo un éxito al congregar a unas 2.500 personas en el
Pabellón Rafael Florido de Almería de la mano de Moon World y Dgb Producciones.
Un festival itinerante en el que lo más granado del rock español de los ochenta se reúne, para
alegría de nostálgicos y fortuna de los más jóvenes, que juntos disfrutaron de esta gran
colección de leyendas patrias.
Los primeros en salir a escena, realizando correctamente su papel de anfitriones, fueron los
jóvenes almerienses La Endémica Louise, en una buena oportunidad de presentar su música ante
sus paisanos y ante alguno de sus ídolos.
Empezando el desfile de clásicos por el escenario almeriense aparecieron Burning. Estos
referentes de la movida madrileña, liderados desde el teclado por la voz de Johnny Cifuentes,
fueron los primeros en emocionar a los asistentes con clásicos como “Que hace una chica como
tú en un sitio como este” o “Mueve tus caderas”.
El ambiente empezaba a calentarse, los jóvenes punks se acercaban a las primeras filas. Era el
momento de Siniestro Total. “El hombre medicina” abrió el concierto del grupo vigués, con
Julián Hernández, y su característica locuacidad, a la cabeza, acompañado de Javier Soto,
Óscar G. Avendaño, Ángel González y Jorge Beltrán. Clásicos del punk rock español como “Yo
dije Yeah”, “Todo por la napia”, “Cuanta puta, y yo que viejo” o “Ay Dolores” sonaron junto a
los temas de su último disco “Country & Western”. Aunque la canción que más levantó
al público fue la gran “Bailaré sobre tu tumba” junto a su particular versión del “Sweet Home
Alabama”, dedicada a un pueblo tan inmigrante como lo fue el gallego. “Miña terra galega” puso
el punto y final a un concierto que quizás se vio perjudicado por su papel de telonero, al no
poder hacer bises para cumplir los horarios. Pero era tiempo del instante más esperado de la
noche, la salida de Loquillo al escenario. Apareció acompañado de una excelente banda formada
por las espectaculares guitarras de Igor Paskual y Jaime Stinus, el bajo de Laura
Gómez-Palma, la batería de Laurent Castagnet,y los teclados de Santi Comet y derrochando
una auténtica “Rock and Roll actitud”. Chulería elegante, poses dinámicas, gracejo canalla y
un enorme carisma en el escenario le garantizaron el fervor del público. “El rompeolas”,
“Carne para Linda” o “El hombre de negro” fueron grandes momentos en su repertorio, pero lo
mejor lo dejó para el final, con una sucesión de clásicos coreados por todos los asistentes:
“La mataré”, recuperada en su setlist pese a la polémica, “Feo, fuerte y formal”, “Ritmo de
garaje”, momento épico con todo el pabellón entonando el estribillo, “Rock and Roll Star”
y “Cadillac Solitario” con el que finalizó dos horas de gran concierto. Loquillo a
sus 51 años se mostró en plena forma, demostrando porque en las últimas tres décadas se
le ha considerado como uno de los mayores rockeros de este país.
Sábado 10 de marzo de 2001, Madrid por Yolanda para IndyRock
Ambiente cálido gracias a unos carteles repartidos por la ciudad con una frase
<<Burning por fin en Madrid>>, que tan buenos recuerdos me trae del verano
pasado (<<Burning, la leyenda continua>>).
Si, Madrid vibra por la vuelta de Burning; el sitio, la sala Revolver club que se ha
trasladado unos cuantos metros desde Galileo 26 hasta Islas Filipinas. No solo ha sido un
cambio de localización, sino también de estilo, a partir de las 12 se convierte en calabaza.
Llagamos a la sala a eso de las 21:20 a pesar de que nos han dicho que el concierto es a las
21. Siempre creemos en la hora de retraso de Madrid. Al llegar a la sala, hay formada una cola
para la adquisición de entradas, de unas 10 personas. Sabía que algún día esto pasaría, pero
no pense en ningún momento que fuera ese sábado. Realmente había gran expectación por el
concierto. Al entrar en la sala,ya hacia calor y había bastante humo..ambas cosas mezcladas
con la oscuridad y unas luces parpadeantes, hacían que no reconocieras ni al que tenias al
lado.Por suerte divisamos la barra y pedimos dos birras a precio nada popular (Gracias Juan!!)
y nos dirigimos hacia el escenario (que por cierto me costó un rato divisar). Nos colocamos en
la tercera fila, a la derecha clases de gimnasia del que apuesto fue uno de los que mas
disfrutó (a su manera) del concierto. A la izquierda sangre nueva, juraría que mas jóvenes que
yo! (a una dama no se le pregunta la edad) y delante los de toda la vida. El concierto tarda
en empezar unos 20 minutos que se me hacen eternos, mirando el reloj cada 20 segundos. El
primero en salir al escenario por detrás de la batería es Edu con sus gafas y su eterna
sonrisa, tras el Johnny con sus gafas de rock, tras ellos el resto de la banda. Johnny coge el
micro y hace saltar a un publico caliente y receptivo desde el principio Por el escenario
pasan "Mientelas", "Como un huracán", "Johny El seco", "Una noche sin ti", "Weekend",
"Chueca"(<<justo en la esquina esta el bar "Sierra??" donde sabéis que hay? los mejores
boquerones!>>),
"¿Que hace una chica..?","Esto es un atraco", "Mueve tus caderas"...siempre me olvido la
libreta! Johnny no se cansó de repetirnos que le encantaría que pudiésemos haber sentido el
calor de sus músicos y nuestro calor. Que era una gran sensación oír nuestras voces por detrás
de la suya, y que estaba realmente a gusto en Revolver. Entre medias de las canciones de
siempre, nos mostraron dos avances del nuevo disco, el primero una canción de la que no
recuerdo el titulo, pero me aseguran que Johnny dijo que era "Swing del lobo"(no se yo...). De
la segunda canción estamos seguros que no dijo titulo, y yo solo me entere de la descripción
de la anatomía de una mujer. Por ultimo, una sorpresa, "Jim Dinamita" con un Ramoncín que
salto del camerino para cantarla y lo mismo hizo al terminar, paso por Revolver como una
exhalación.Empezó a cantar en el micro de Johnny y terminó en el de Carlos vociferando eso de
"y voy a hacerte un cocoooooooooo". El publico pide Johnny B. Goode y una vez mas se queda sin
escucharla.
Tras este fantástico concierto, salida en falso debido a que ponen la música de la sala y
pasan unos minutos. Cuando ya estamos lejos del escenario, Johnny vuelve a salir por que no
nos podía dejar sin "No es extraño"..así que volvemos al escenario. Fin del concierto, esta
vez nos quedamos un rato para asegurarnos de que no continúa. Aprovechamos el lío en el ropero
para colarnos en los camerinos(pero esta vez fue demasiado fácil, así que no cuenta), allí
hablamos un rato con la banda y aproveché para hacer un poco de "cotilleo de investigación".
Les hablé de próximos conciertos. Me habían dicho que tocaban en Toledo dentro de un par de
meses con Lobos Negros y me dijeron que aún no estaba confirmado (ooooooh). Después de darme
por satisfecha con la recogida de información, salimos a la calle escoltados por un amable
señor que quería evitarnos el trauma de ver Revolver convertida en una de esas discotecas de
"chunda-chunda". Sólo Johnny con su picaresca consiguió convencer al tipo aquel para salir
algo mas tarde. Una vez en la calle, por fin encontramos a Mónica!! que nos dejo en manos del
torete y el coche que si hablara les llevaría a todos a la cárcel (menuda historia tiene ese
coche!). Insistió tanto en que nos cuidara que incluso me preguntaron si éramos hermanas,
jajaja (Graaaaaacias Mónica, eres un sol). Terminamos la noche en el "Cocodrilo" como no podía
ser menos. Sitio ideal para cerrar una noche en la que voló el Rock and Roll.
Fotos
J.E. Gómez ©
Indy Rock
TOCALA JOHNNY
La Caverna, Granada 13/14 noviembre 1997
J.E. Gómez -
Indy Rock
"La de las seis de la mañana. Tócala, Johnny", fue el grito, tímido pero sonoro desde las
primeras filas situadas ante el escenario. Al otro lado, tras sus teclados Yamaha, Johnny,
simplemente miró. En su cara se dibujó una sonrisa conflictiva y nostálgica. Caló sus
omnipresentes gafas negras y tras hacer el signo de OK con la mano, unas notas suaves y
desgarradoras surgieron de sus teclados. En ellas se contenía toda la esencia de años de
carretera, garitos, éxitos y sinsabores. Burning no ha muerto. Lo dicen sus seguidores, viejos
y nuevos. El rock no tiene barreras ni entiende de lutos. Burning está de gira. En la calle y
en el escenario mantienen la imagen de chaquetas de cuero negro, gafas Blue Brothers y actitud
descarada. "¡Que tiempos los del Risi!", decía Johnny, "pero aquí estamos, para hacernos unas
canciones". Todo el mundo, incluso los escépticos, se dejó llevar por el arrebatador estilo
"cheli" de Johnny, los rifs de Eduardo y el bajo de Carlos, todo ello aderezado con una
percusión implacable, contundente. Mueve tus caderas. Esto es un atraco, nena. Qué hace una
chica como tú... Todas las viejas canciones y otras nuevas.. y el vello erizado sintonizando a
los Stones. Realmente, eran las seis de la mañana. Jhonny lo dijo: "esto es una banda de rock
and roll". J. E. GOMEZ
BURNING: VENTITRES AÑOS DE ROCK AND ROLL, 1974...
por Ricardo Moyano (18-11-97)
El más "incendiario" y a la vez incombustible grupo de rock que ha dado Madrid surgió a
mediados de los setenta (1974) en el calor del barrio de La Elipa. Lo hacían para "ligar",
según confesaban ellos mismos, pero también, por supuesto, porque sus vidas eran el rock. La
voz aterciopelada y chulesca de Toño Martín, la stoniana guitarra de Pepe Risi y el piano
"honky tonkie" de Johnny se juntan para romper con los divos rosas y los grupetos de la
canción del verano que mandaban en la época. Y surge esa "leyenda de cuero y fuego forjada en
la fragua de los Rolling Stones" como les definió con su peculiar grandilocuencia Miguel Ríos.
Rolling, sí, pero también los New York Dolls de Johnny Thunder, o Patti Smith, o Lou Reed.
Mientras el general Franco agonizaba en El Pardo, y cantando todavía en "inglés vallecano",
dan a luz singles inencontrables con el "Johnny be good" de Chuck Berry, o con el "I'm
burning" de su propia cosecha, que es ya toda una declaración de intenciones. Luego, en 1978,
el LP "Madrid" representa el primer intento serio de un rock cantado en español que, fiel a
las esencias llegadas de EEUU y de Inglaterra, quiere abrir las puertas a lo autóctono, a lo
que enseguida sería llamado "la movida madrileña". Ramoncín, Alaska, Loquillo, Gabinete
Caligari, entre otros, reconocen la fuerte influencia de los Burning, que en esa larga
trayectoria que aun hoy no ha terminado, dan al aire una equilibrada mezcla de canciones de
rock guitarrero y rotundo junto a tiernas o ásperas báladas de amor y a temas más poperos y
bailables.
Las canciones de Burning giran siempre en torno a vivencias propias o cercanas, a los asuntos
eternos del rock and roll cantados en clave personal, trágica, romántica o festiva: las
chicas, los amigos, la noche, las copas, y, sobre todo en su primera época, también las
drogas, el mundo suburbial de la prostitución, los yonquis, los sueños líquidos. Siempre todo
narrado entrañablemente, incluso cuando las canciones se vuelven críticas hacia las secuelas
de la heroína y nos hablan de la destrucción del hermano ("Hermano", 1983) o de la amiga
("Cristina", 1985), o de la violencia del barrio ("Chueca", 1987).
En 1979 graban su tema estrella, "Qué hace una chica como tú en un sitio como éste", que por
su calidad musical y también por el hecho de incorporarse a la banda sonora de la película del
mismo nombre, les catapulta a una fama tan relevante como -a esos niveles de éxito- efímera.
En realidad, los Burning nunca han podido, casi a su pesar, desmarcarse de esa canción
maestra, inevitable en todos sus conciertos tanto como el "Johnny be good" de C. Berry, y
todavía a fines de los años 80 Pepe Risi reconocía en una actuación en el madrileño Rock Club
que era "una canción que hemos tirado a un rincón, pero a un rincón dorado".
El LP "El fin de la década", de ese mismo año, desarrolla temas claramente "stonianos" en lo
literario y en lo musical, punteos de guitarra, la voz arrastrada y sensible de Toño,
historias cálidas de amor nocturno, nacidas del coqueteo del propio grupo con las drogas, con
la "nieve". Como patrón, el Let it bleed y el Sticky finger de los Jagger y Richards.
En 1980, una nueva propuesta cinematográfica, la banda sonora de "Navajeros", da como
resultado el LP "Bulevar", donde, si la temática de muchos temas gira alrededor de El Jaro, el
joven delincuente vallecano, los aires musicales se aligeran, y varias canciones se remarcan
con estribillos muy característicos, que apuntan ya a la incipiente "movida" del Foro. Burning
actúa en estos años del fin de los setenta y principios de los ochenta en festivales, clubs...
Sin ser un grupo de éxito masivo, se les reconoce como renovadores del rock madrileño y
nacional, y como les cantaba Loquillo poco después, Pepe Risi había matado el silencio en las
calles de Madrid.
Pero la historia de Burning es también la de una supervivencia a su propio malditismo. Toño
Martín, el carismático cantante, abandona la banda y la música en 1982, para iniciar un viaje
de ida y vuelta desde las trampas del mundo urbano a la placidez de la vida rural y otra vez a
la gran ciudad, Barcelona, donde moriría años después alejado de todo, ajeno a su propia
leyenda. Sólo que el rock no se detiene, y Pepe Risi y Johnny tiran del carro, retoman su
vocación más stoniana, asumen las voces por mitad, como almas gemelas un poco huérfanas, y se
echan de nuevo a la carretera, a desparramar ese sonido de "belleza sucia" tan inconfundible,
tan de banda de barrio curtida en mil tocatas por el lado oscuro de las ciudades, de los
rincones perdidos de los pueblos, entre copas y humo de cigarros, donde viven los sueños,
donde surgen los amores fugaces e imposibles.
En 1990, el rock "auténtico" se pone de moda en los despachos de las ejecutivas discográficas,
y la llamada de una multinacional coloca de nuevo a Burning, como en una segunda juventud, en
el escaparate de los medios, con un disco en directo que recoge lo mejor de su trayectoria. En
esos años salen de las cuevas, de los garitos, y llenan pabellones deportivos. Pero las ventas
no están,. como no podía ser de otro modo, a la altura de las esperanzas de la empresa, y
Burning vuelve a la independencia, a la noche, a los pequeños locales donde dan siempre lo
mejor de sí. En 1992, el excepcional disco "No mires atrás", destilando todas las esencias de
dos décadas de rock and roll, anuncia una nueva etapa que aparentemente se verá truncada en
1997 por la muerte por neumonía del propio Pepe Risi, con solo 42 años, el mismo día de mayo
que se había llevado años atrás a Toño, y aun en plenitud de facultades musicales aunque con
la salud muy quebrantada por la vida en la carretera, por esas "fiestas magníficas en que lo
hemos pasado fetén", como le recordaba el propio Johnny el día de su muerte.
Y pese todo, en otra pirueta de resistencia, de amor eterno al rock and roll, Johnny, el único
superviviente de la formación original de 1974, sigue adelante con su viejo teclado Yamaha y
con los jóvenes miembros que se habían unido a Burning en los años finales: Carlos Guardado al
bajo, Eduardo Pinilla a la guitarra. Con sus temas históricos ya conocidos en toda España ( la
"Chica...", "Mueve tus caderas", "No es extraño que estés loca por mí", "Es especial", "Una
noche sin tí"....) y otros dejados en maqueta por el propio Risi, o compuestos en estos
últimos meses entre todos , pasean una vez más su mensaje rockista, su invitación a la noche,
a la amistad, a la celebración de la gran fiesta del rock and roll. Tiene inevitablemente que
haber momentos para la nostalgia, para las lágrimas, para el recuerdo a los grandes músicos
que fundaron Burning y que se fueron para siempre. Pero también tiene que haber impulso
adelante. "No pares de bailar" , como dice uno de sus temas. No, el rock no para, no puede
parar: se caería. Quienes como Burning -Johnny, Carlos, Eduardo- conocen su secreto, saben que
ha de recomenzar cada vez de nuevo, en las primeras notas de cada canción. Y siempre con el
corazón puesto en la garganta, en la voz, en las manos que tocan hasta la extenuación la
guitarra, el saxo, los tambores...
Discografía
Se encuentra repartida en varias compañías: Movieplay-Fonomusic, Belter (y tras su quiebra,
Divucsa), Victoria-PDI, BMG-Ariola, y Don Lucena.
-Single "Johnny be good/ I'm burning" (1974). -Single "Like a shot/ Rock & roll (1975)
-contenido en el colectivo LP "Viva el rollo"- -LP "Madrid" (1978) -LP "El fin de la década"
(1979) -LP "Bulevar" (1980) -LP "Atrapado en el amor" (1982) -LP "Noches de rock and roll"
(1984) -LP "Hazme gritar" (1985) -LP "Cuchillo" (1987) -LP-CD "Regalos para mamá" (1989)
-LP-CD "En directo" (1991) -LP-CD "No mires atrás" (1993)
Colaboraciones:
a) Colaboración de Burning en el disco de "Homenaje a Stukas" (1997) con el tema "Reinas de la
noche";
b) de Pepe Risi y Johnny en el disco homenaje a Burning "Banquete para ellos" (1997) con el
tema "Las chicas del drugstore"; y c) de Pepe Risi en solitario, colaboración en el disco
"Compañeros de viaje" (1997) de Loquillo y los Trogloditas, y la composición a medias con
Ramoncín del tema "La chica de la puerta 16" en el LP "Ramón-cinco" de este último. Maxis:
Igualmente, del disco "Hazme gritar" se extrajeron sendas versiones "maxis" de los temas "No
pares de gritar" y "Tú y yo". Caras B: Como caras "b" inéditas en disco grande: El single de
1978 "Qué hace una chica.../Ginebra seca" contiene la versión original de este último tema
nunca incluido en disco grande, al igual que un single de 1989 contiene una versión tampoco
editada en disco grande del "Dulces dieciseis" de Chuc Berry. B.S.O.: En la banda sonora de
"Navajeros" pueden escucharse un tema inédito sobre El Jaro, y en la película "Qué hace una
chica como tú en un sitio como éste" versiones en directo de temas ya grabados en disco.
Video: El único video oficial es el que recoge los conciertos que dieron lugar al disco "En
directo" de 1989.
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