4.000 fans para disfrutar de 'Roses'
Sant Jordi Club, Barcelona 04-10-2012
Fotos y crónica: Quim Cabeza / IndyRock
Dolores O’Riordan es The Cranberries, y así lo dejan claro en sus directos, al menos en el del Sant Jordi Club de Barcelona en octubre de 2012, donde lograron reunir a más de 4.000 seguidores ávidos de disfrutar en directo del último trabajo discográfico de esta banda: “Roses”...
La primera parte del concierto se centró en obsequiar a los presentes con el ramillete de canciones que conforma ese nuevo disco, mientras que la segunda parte sirvió para recuperar todos sus clásicos, como la adrenalítica “Salvation” o ese ineludible “Zombie” que cerró el concierto. Como propina, “Squizophrenic Playboy”, “The Journey”, “Promises” y “Dreams” que me convencieron de que The Cranberries han conseguido reunir media docena de buenas canciones sobre un directo oficioso y automatizado, donde la voz de Dolores O’Riordan representa el 90% de su oferta y el pasado es el único soporte de un presente improductivo. Algunos se preguntaban si The Cranberries son de esas bandas que han sobrevivido gracias a una sola canción (nadie discute que es “Zombie”)…; quizá no tanto.
Dos décadas
“Everybody Else Is Doing It, So Why Can't We?”, su primer álbum, vendió más de cinco millones de copias entre 1992 y 1993 pero, aún así, nadie conocía a The Cranberries fuera de las fronteras británicas. No fue hasta la publicación de “No Need to Argue” en 1994 que el grupo tuvo repercusión mundial gracias a una canción, “Zombie”: un gran tema donde valorar las prestaciones vocales de Dolores O’Riordan y apreciar que tras ella había una banda de rock bien estructurada.
Es cierto, este segundo disco no era tan bueno en conjunto como su predecesor pero incluía la guinda comercial para que el grupo irlandés vendiera la friolera de 15 millones de copias sólo en Estados Unidos y realizara su primera gira mundial a mediados de los noventa.
Es difícil situar a la banda, ya que muchas veces se les asociada con el rock alternativo por incorporar en sus canciones elementos del post-punk de los ochenta, otros hablan de su influencia folk-rock por sus raíces –se formaron en Limerick (Irlanda)-, y muchos dicen que son un grupo de pop-rock al uso. Quizá sean eso y algo más pero por lo menos The Cranberries no es de esos grupos que han caído en el desecho de la comercialidad. Es vedad que después de “No Need to Argue” sus discos han sido mediocres en su mayoría y su contenido ya no tenía el ingenio ni la vitalidad de sus dos primeros trabajos pero siempre incluían algo interesante. Su última apuesta se llama “Roses”, un disco que se grabó entre abril y junio de 2011 en los Metalworks Studios de Toronto y los Miloco Studios de Londres.
‘The Cranberries’ y su gorgorítica oda.
12 marzo 2010 Palacio Vistalegre MadridQué se esconderá bajo la naturaleza del número 7. En qué radica su magia, su simbolismo, su misterio. Adéntrate en cualquiera de los días que se necesitaron para originar el mundo y deléitate en esa nota musical que circunscribe, huyendo del pecado capital al que te incite. Enfréntate al samurai que llevas dentro, engrandecido en ese arte, que surca cada uno de los mares, y humedece Maravillas, bajo los colores de un arco iris, desteñidos por un conflicto que estableció el control sobre Silesia. Indaga en el chakra que mantiene con vida a tu gato negro interior, alejado de toda superstición y no culpes al fragmentado cristal, que hayan tenido que transcurrir siete años para que podamos tener oportunidad de deleitarnos nuevamente, con una de las formaciones mas laureadas en la escena mainstream, surgida a principios de los 90, y que, a través de un Folk-Rock alternativo, reminiscente de evidentes raíces irlandesas sonoras, a tantos incondicionales (entre los que me incluyo) cautivó. Y acudir a la llamada de ‘The Cranberries’ tras el citado período de silencio, provoca que esa espada de Damocles penda sobre las cabezas de aquellos, cuya honestidad y fanatismo se diluye a través de un límite fronterizo descrito por esa delgada línea entre lo racional y lo pasional. Se puso el listón muy alto y pagué las consecuencias.
por Armando Marín Ruiz - IndyRock
Imposible resultó entrar antes de la hora estipulada, 22:00 debido a una cola kilométrica que abrazaba al Palacio Vistalegre en su totalidad, y tan sólo pude escuchar, una vez me hallé en su interior, comentarios de lo buenos que habían sido sus teloneros ‘Outside Royalty’. Aunque no me gusta hablar sin ver, diré que tras oír gracias a su myspace, pude percibir sensaciones interesantes. Apuntados quedan.
El recinto resulta llamativo, al concebirse como remodelación de una antigua plaza de toros, y actuar finalmente como edificio multiusos; de ahí lo circular de su graderío y la movilidad tanto de éste como de su cubierta. Primer indicio para sospechar que la acústica del lugar, dejaría mucho que desear. Albergando a un total de 11000 espectadores, de estética heterogénea y dispar edad, todo estaba preparado para dar comienzo a una imparable y atemporal gramola de clásicos inapelables con la que la O´Riordan y los suyos, estarían a punto de satisfacernos. Tribales sonidos de fondo, y el negro telón que ocultaba el escenario, cayó, para dar paso a los primeros acordes de la guitarra de Noel Hogan, a la diestra de una Dolores O’Riordan, que mostraba su conocida hiperactividad sobre el proscenio, desde el principio, y sin olvidarnos del resto de fundadores, el hermanísimo Mike Hogan al bajo, y en posiciones de retaguardia, al control de la parte rítmica y percusiva, el baterista Fergal Fowler. Como apertura ‘Analyse’, su último gran hit con el que acostumbran a dar comienzo al espectáculo. Sonando bastante descafeinado y frío, como fría era aquella noche, con ‘Animal Instict’ y ‘How’ el ambiente empezó a caldearse, ofreciendo destellos de un júbilo que se vio frenado por una desafortunada incursión en el set de ‘Ordinary Day’, tema perteneciente a ese prescindible y decepcionante primer disco en solitario de la O’Riordan.
Y no se hizo de rogar el primer momento estelar de la noche. “Todo el mundo posee un recuerdo especial con esta canción” (en mi caso lo generé en aquel instante, abrazado a un sueño hecho realidad) enunciaba Dolores, y acto seguido los primeros acordes de ‘Linger’ enmudecieron al recinto y erizaron el vello de los allí presentes, perdurando durante ‘Dreaming My Dreams’ y ‘When You´re Gone’. Despojados de un inevitable cúmulo de emociones, repaso a su primer trabajo ‘Everybody Else Is Doing It, So Why Can't We?’ (Island Records, 1993) con ‘Wanted’ y esa cara B de ‘Dreams’, tan poco habitual en sus directos, ‘Liar’, dando a entender los de Limerick, que escucharon las peticiones de sus incondicionales, al solicitar novedades en el setlist, para evitar lo predecible del momento.
Ataviada con una llamativa chaqueta blanca y una capucha que cubría sus cortos y negros cabellos, la O’Riordan no cesaba en su empeño de regalarnos pasos de baile imposibles repletos de folklore, convulsos movimientos de estupefacción, y aceleradas carreras de extremo a extremo del escenario. Es agradable observar como Dolores logró vencer ese síndrome Cobain, que te aleja de toda realidad y te sumerge en una profunda tristeza, que deviene en un punto de no retorno en ese abismo llamado depresión, y totalmente revitalizada derrocha pasión en temas como ‘Desperate Andy’ y ‘Time is Ticking Out’.
Pero sin duda, el momento álgido de la velada se concentró de un modo íntegro en los últimos 20 minutos, previos a unos bises más bien obligados, por lo escueto del set, y que pasaron sin pena ni gloria. Rescatando de su gran ‘No Need to Argue’ (Island Records, 1994), vibramos con ‘I Can´t Be With You’ (gran detalle al término del mismo, ausentándose de la escena para ofrecer el protagonismo a la banda, en un solo instrumental de unos dos minutos de duración), y ‘Ode To My Family’; su elogiable declaración de intenciones ‘Free to Decide’; su frenético ‘Salvation’; su oda al gorgorito en ‘Ridiculous Thoughts’; cerrando con ‘Zombie’ ese gran himno antiterrorista que tanta repercusión mundial alcanzó, y que prácticamente todos habremos coreado en algún momento de nuestras vidas.
Recapitulando, puesto que los bises tan sólo ofrecieron una falta de coordinación entre guitarra y voz, en ‘Shattered’; una muy pobre, ‘The Journey’ recogida en su nuevamente desilusionante disco en solitario ‘No Baggage’ (Cooking Vinyl, 2009) muy lejos de estar a la altura de las circunstancias; y las impuestas ‘Promises’ y ‘Dreams’, con las que el público terminó de desgañitarse hasta enloquecer y hacer vibrar los cimientos del lugar, resulta ineludible hacer mención a la pésima acústica del recinto, una reverberante maraña instrumental que eclipsaba la limitada voz, en aquella noche, de su cantante, puesto que contaba con notables problemas vocales debido a un catarro, no pudiendo alcanzar sus habituales tonalidades agudas y gorgoríticas, y regalando excesivos momentos orales a un público bastante entregado, pero que si nos salimos de lo subjetivo y entusiasta, merecía mucho más. Ironía del momento, al no haber más que una salida de evacuación abierta, nos despidieron con ‘Exodus’ de Bob Marley.
Rendido a la evidencia de un intachable carisma, eché en falta una mayor entrega y emblemáticos temas como ‘Daffoil Lament’, ‘The Rebels’, ‘Empty’ o la propia ‘You and Me’. Siempre será un error poner listones.
23-10-02 Gira 2002
Granada, Palacio Deportes + Niños Mutantes
Organiza Musiserv
Fotos: J. E. Gomez © IndyRock
THE CRANBERRIES + NIÑOS MUTANTES
Por Jesús Sánchez -IndyRock
The Cranberries, tengo que admitirlo, siempre han sido una banda que he admirado en cierto modo, y anoche en el Palacio de Deportes de la capital granadina tuve la ocasión de desenmarañar el extraño misterio que encierra su atracción. Pese a no tratarse de una banda especialmente potente, de las que normalmente acudo a ver, siempre he admirado su facilidad para acertar en la diana del éxito comercial sin llegar a tener que vender su más que ganada credibilidad musical. El fenómeno O´Riordan se paseó anoche por el sencillo pero bonito escenario que minutos antes habían ocupado unos Niños Mutantes en plena fase de expansión a nivel nacional. El combo pop local aprovechó la ocasión para presentar su último y novedoso trabajo multimedia, esa moda que parece apostar por darnos más por lo mismo. Sus canciones sonaron durante media horita, lo necesario para confirmar que pese a redundar en su apuesta de lánguido pop de guitarras y juegos vocálicos, han dado cierto salto de calidad sobre todo en el plano instrumental. Saben que se dirigen a un público concreto, cultivado en el caldo del indie pop de los 90 y dispuesto a seguir consumiendo "modernidad" lírica y musical. Como no comulgo en actitud ni en patrones, dejémoslo todo en que su actuación al menos fue correcta y cumplió perfectamente con su función de digno aperitivo.
La O´Riordan, decía, venía a arrasar con sus mejores armas. Ella tiene el secreto: apariencia sexy (pese a los años), excelente voz, buen repertorio, una banda muy estable...y cinco mil personas delante que al menos conoce el 70% del repertorio. Es curioso lo de esta banda, nunca han levantado una inmensa polvareda pero conforme vas oyendo sus hits vas cayendo en la cuenta de que llevan ya unos años infiltrándose en fm´s, anuncios y demás vías para instalar sencillas melodías en tu cerebro. Cranberries son una buena banda de pop-rock. Saben crear una melodía, darle una buena letra, y dotarla de cierta electricidad que hace que algunos duretes a veces nos veamos avocados a corear sus estribillos. Llevan diez años trabajando duro, y su éxito es más que lógico, más aun hoy en día viéndolos compartir sitio en el top manta y en las estanterías de los grandes almacenes rodeados de innombrables.
Comenzaron el show bajo una oscura luz y un par de focos iluminando cuatro figuras de tela en el fondo. La banda, apoyada por un teclista y un guitarra ocasional, ocupa un muy discreto segundo plano, dejando que el peso del concierto recaiga sobre la O´Riordan. La primera media hora fue lo mejorcito: encadenaron grandes temas como "Zombie", que sonó sorprendentemente pronto, la preciosa "Animal instinct" o esa maravilla acústica que es "Linger", mi tema favorito del O´Riordan Clan. He ahí el secreto: tienen tantos temas que de un modo u otro le suenan a la gente, que su concierto solo decae en ciertos pasajes en los que presentan algunos temas de relleno ("Hollywood", "Dying in the sun"), evidentemente poco coreados. Aun así, los irlandeses intercalan inteligentemente más hits como "Ode to my family" o "Just my imagination", y se reservan para la recta final la potente "Salvation", con una Dolores en traje largo y guitarra colgada que machaca también en los bises con los primeros acordes de "Promises". En definitiva, un repaso casi tema por tema de su reciente recopilatorio, primorosamente interpretados y presentados durante hora y media por una señora que además de una grandísima voz conoce perfectamente el negocio. Dolores, tu sí que sabes.
Rey Morao, Dolores O´Riordan (The Cramberries) + Ariel rot
03-05-2007 Inauguracion Fnac Sevilla Fotos Óscar Romero
Dolores O´Riordan
Ariel Rot
Rey Morao
The Cranberries
Madrid 13-03-2002 Plaza de Toros de Vistalegre (MADRID)
Fotos Luis Cobelo- IndyRock
Crónica por Iñaki LÓPEZ DE EGUÍLAZ - IndyRock
Que Cranberries es un grupo de single no cabe la menor duda, y que por ello sus conciertos se convierten en una retahíla de todos ellos para gozo de sus fans escapa a toda crítica. Algo así era lo que se presumía y eso fue lo que al fin y al cabo sucedió. El ya habitual recinto de grandes conciertos de la Plaza de Toros de Vistalegre acogía en todo su esplendor a una legión de seguidores que antes habían calentado el ambiente con las actuaciones de Weezer y Dover, en una de esas citas agotadoras que acaban por aburrir a quienes no son devotos de unos pero sí de otros.Pasadas las once de la noche de un miércoles y para cerrar el macroconcierto, salía a escena el grupo estrella, que no tardó en interpretar "Zombie" como segundo tema de un extenso repertorio transistado mil veces por las radiofórmulas de medio mundo y haciendo las delicias de la abarrotada plaza de toros. A él le siguieron "Salvation", que en directo queda muy bien, "Just my imagination", que para ralentizar el concierto es una buena canción, o "You and me" o "Ode to my family", que son dos buenos temas para los bises. Y así hasta terminar con toda la lista de sus singles de los últimos ocho años.Estarán de acuerdo conmigo quienes cuyo criterio musical no quede velado por el subjetivismo más exarcerbado e irracional del fan, que lo mejor de ver a Cranberries es ver sobre el escenario a Dolores O´Riordan, por el carácter fetichista de sus contoneos, que despertaban eternos griteríos, y por escuchar esos ya característicos gorgoritos que a viva voz suenan francamente bien. Poco antes, del final del concierto, y ante la intempestiva hora de un día de labor en que el Metro cierra en torno a la una, la gente empezaba a desfilar por los pasillos mientras sonaba en los bises "Animal instinct".
FORMACIÓN
Formación
Noel Hogan - guitarra
Mike Hogan - bajo
Fergal Lawler - batería
Dolores O'Riordan - voces, guitarra, teclados
Biografia
¿Tienes un momento? Esa pregunta, aparentemente sencilla, es la que nos plantea el esperado nuevo álbum del grupo irlandés The Cranberries, Wake Up And Smell The Coffee, que supone su debut con el sello MCA Records y también su primer lanzamiento discográfico en los últimos dos años. A lo largo de la pasada década, The Cranberries han vendido varios millones de discos y han conseguido contar con un enorme número de fans en todo el mundo, gracias a sus cuidados arreglos, a sus impactantes melodías, unas canciones sólidas y llenas de calidad y, sobre todo, gracias a la transparente voz de Dolores O'Riordan. Ahora, coincidiendo con la celebración de su décimo aniversario, el grupo nos ofrece uno de sus mejores trabajos, en el que muestran el optimismo que disfrutan ante el brillante futuro que se presenta para ellos.
En cierto modo, Wake Up And Smell The Coffee supone una especie de vuelta a casa. El álbum ha sido producido en Dublín por Stephen Street (The Smiths, Morrissey, Blur), responsable de los dos primeros discos del grupo. Dolores afirma: "El álbum ofrece una gran estabilidad gracias al trabajo de Stephen. Desde que empezamos a trabajar juntos me ha mostrado siempre una gran sinceridad, una auténtica sensación de paternidad, tratándome como si fuera una de sus hijas. Esta vez, en cambio, nuestra relación ha incluido muchos más momentos de intercambio". El batería del grupo, Fergal Lawler, añade: "Ha sido genial volver a trabajar con él. Stephen es una de esas personas que comprende perfectamente lo que somos capaces de hacer y lo que deseamos, y nos ayuda a sacar lo mejor de cada uno de nosotros". Quizá por ello el álbum muestra un marcado sentido de sinceridad y compromiso por parte de los componentes del grupo que refleja el buen momento de estabilidad que disfrutan todos y cada uno de ellos, tanto en el plano profesional como en lo personal. "Nos sentimos más relajados que nunca", confiesa Dolores. "A estas alturas de nuestra carrera ya hemos demostrado lo que podemos hacer, así que nos estamos muy tranquilos, y eso ha hecho que hayamos disfrutado muchísimo con la grabación del disco, como si nos hubiéramos dejado llevar por la corriente".
Canciones como "Never Grow Old" o el primer single, "Analyse", se centran en el eterno enfrentamiento entre la mente y el corazón, aunque sin renunciar nunca a los grandes placeres de la vida. "El año pasado llegó un momento en el que fui capaz de descubrir la belleza que no había sido capaz de ver durante mucho tiempo", afirma Dolores. "Nuestras nuevas canciones vienen a decir cosas como: "No te molestes en preocuparte por lo que ocurrirá mañana, la semana que viene, el año próximo, cuando hay a tu alrededor tanta belleza". De sus nuevos temas destacan muy especialmente "Pretty Eyes", con un interesante ritmo con reminiscencias de los años 60, o "Time is Ticking Out", una composición que nos demuestra hasta qué punto The Cranberries aún ofrecen en sus canciones la misma decisión y las ideas claras que mostraron en sus trabajos anteriores. Otros títulos, como "Dying Inside", nos hablan de la constante corrupción del alma a la que nos somete la sociedad actual, algo que contrasta con el contenido claramente romántico de temas como "The Concept" o "I Really Hope". Otros temas, esta vez envueltos en un suave ritmo de vals, como ocurre con "Carry On" o "Do You Know", suponen una verdadera celebración de la vida, mientras que la canción que da título al álbum, con un fuerte ritmo de rock duro, añade nuevas energías al álbum, que concluye con una canción especialmente íntima y personal, "Chocolate Brown", grabada en directo solamente con un micrófono. "Algunas de las canciones del nuevo disco incluyen ritmos muy diferentes de todo lo que hemos hecho hasta ahora", afirma Mike. "Me parece algo muy agradable poder probar cosas tan distintas, aunque no es algo que hayamos preparado, sino que ha surgido de forma totalmente espontánea".
La facilidad con la que han conseguido siempre ese proximidad al público, y la calidez que incluyen habitualmente en todos sus temas, ha destacado siempre como uno de los sellos personales de The Cranberries desde el nacimiento del grupo en la ciudad irlandesa de Limerick. La década de los 80 trajo consigo una auténtica avalancha de grandes estrellas irlandesas en el mundo discográfico, entre ellas U2, Clannad, Enya, Hot House Flowers y Sinead O'Connor. En 1989, los hermanos Hogan, junto con dos de sus mejores amigos, Fergal Lawler y el cantante Niall Quinn, decidieron seguir los pasos de sus compatriotas y héroes musicales. Al principio se hacían llamar The Cranberry Saw Us. Su formación sufrió su primer cambio importante cuando Dolores sustituyó a Quinn poc después de que el grupo ofreciera sus primeras actuaciones. Las maquetas que grabaron en aquella época despertaron la curiosidad del presidente del sello Island Records, Chris Blackwell, así como del famoso productor Denny Cordell (Leon Russell, Tom Petty), los cuales les ofrecieron su primer contrato discográfico importante.
En 1992, The Cranberries publicaron su primer álbum, que muy pronto se convirtió en multiplatino. Su título: Everybody Else Is Doing It, So Why Can't We?. El single que editaron en 1993, "Linger", llegó al Top 10 de las listas norteamericanas, mientras el álbum conseguía vender más de un millón de copias tan sólo en Estados Unidos. Tras su reedición, entró directamente al número 1 de las listas británicas (una gran diferencia respecto al puesto 75 que ocupó en su primera publicación). Su segundo álbum, No Need To Argue (1994) vendió más de 12 millones de copias en su primer año de lanzamiento, apoyado por el éxito del single "Zombie". En 1996, el tercer álbum del grupo, To The Faithful Departed, producido por Bruce Fairbairn (Aerosmith, Bon Jovi, AC/DC) proporcionó al grupo nuevos discos de oro y platino. La crítica musical y los numerosos fans del grupo se sentían fascinados ante el estilo descarado y directo de The Cranberries. "Desde el principio tuvimos muy claro que en ocasiones, menos es más", afirma Noel. "Si llenas todo el espacio disponible, te das cuenta de que entonces la música no puede respirar, sobre todo teniendo en cuenta la clase de cantante tan impresionante que es Dolores".
En 1999, el propio grupo produjo el cuarto álbum, Bury The Hatchet, con el que alcanzaron el número 1 en 17 países, un disco que les sirvió además para realizar la mayor gira de toda su carrera. En total, actuaron en 6 continentes, ofreciendo 110 conciertos ante más de 1 millón de espectadores. Tras la gira, se tomaron un merecido descanso, tras lo cual volvieron a reunirse para componer sus nuevas canciones y para grabar el nuevo álbum del grupo. Las primeras sesiones de grabación de Wake Up And Smell The Coffee, en el verano de 2000, tuvieron como escenario los estudios Windmill Lane de Dublín, poco antes del nacimiento del segundo hijo de Dolores. Tanto ella como Noel fueron padres por segunda vez con el nacimiento, respectivamente, de Molly y Sophie, en enero y marzo de 2001. "Tener hijos hace que dejes de preocuparte de cosas que en realidad no tienen importancia", afirma Fergal. "Y en nuestro caso, la paternidad nos ha unido a todos mucho más como grupo. De repente, teníamos nuevos temas de los que hablar. Nos pasábamos el tiempo preguntándonos cosas como: "¿Le han salido ya los dientes a tu bebé?".
Muy pronto, todos tendrán que empezar a preparar el equipaje para sumergirse en una larga gira mundial. The Cranberries siempre han destacado como uno de los grupos más involucrados en su trabajo, y si no tienen ninguna obligación familiar que se lo impida, todos están deseando volver a tocar en directo: "Nos lo pasamos muy bien en nuestra última gira", afirma Mike. "Fue genial disfrutar en cada concierto tal y como siempre habíamos soñado, comprobando cómo nuestros fans son capaces de disfrutar al máximo con nuestras canciones aunque muchos de ellos no entiendan demasiado bien las letras".
A pesar de lo mucho que disfrutan cada vez que recorren el mundo, los cuatro se sienten especialmente bien cuando vuelven a casa. Fergal nos dice: "Mucha gente nos ha dicho en estos años que deberíamos irnos a vivir a Dublín o a Londres, pero nunca nos ha parecido necesario.. Limerick es nuestro hogar, allí viven nuestras familias y nuestros amigos. Si pasamos demasiado tiempo lejos de Irlanda, sentimos como si nos pesara el corazón, y sientes que debes volver a casa, aunque sea para una o dos semanas. Es un sitio mágico".
Muchos estarán de acuerdo al afirmar que The Cranberries son los responsables de esa magia a la que se refería Fergal. Hoy, después de 10 años y con más de 33 millones de álbumes vendidos en todo el mundo, el grupo se encuentra en su mejor momento, tanto en lo musical como en el terreno personal. "Estamos muy contentos, como grupo y también individualmente", confiesa Fergal, "y estamos seguros de que este álbum refleja muy bien esos sentimientos". Sin duda, con Wake Up And Smell The Coffee, The Cranberries han alcanzado un nuevo nivel de calidad en el terreno artístico. Que lo disfrutes... ( info remitida por Iguapop)
www.cranberries.com
GRUPOS EN INDYROCK
Más de un millar de bandas y artistas con página informativa en IndyRock magazine
INDYROCK MAGAZINE
Copyright
IndyRock ©
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a
disposición, comunicación pública y utilización total o
parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o
modalidad, sin autorización previa, expresa y escrita,
incluyendo, en particular, su reproducción y/o puesta a
disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa,
blogs, páginas personales, con fines comerciales o directa o
indirectamente lucrativos, y las no comerciales y sin ánimo
de lucro, a la que se manifiesta oposición expresa. Leer
más y Política de privacidad
Agenda de
conciertos
Agenda de Festivales
Agenda de sesiones
Concursos
Noticias
Noticias de rock latino
Productoras
Tablón de anuncios
Locales de ensayo
Salas de conciertos
Estudios de grabación
Email:
info@indyrock.es
jegomez@indyrock.es
Phone: + 34 680 92 55 14
Dirección
y edición
Juan Enrique Gómez
Merche
S. Calle
NO NOS ENVÍES CDs
Preferimos un link de descarga