EMAK BAKIA

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HISTÓRICO EN INDYROCK

CRÓNICAS, FOTOGALERÍAS, COMENTARIOS

01-11-03 Sala Planta Baja, Granada + Henry
Fotos Merche S Calle © IndyRock

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Más cerca, mucho más cerca
Emak Bakia y Henry
Sala  Fun Club
Cronica Sevilla, 31 de octubre de 2003
Por Paco Camero - IndyRock

Pocas, muy pocas personas acudieron al Fun Club para escuchar la personalísima y valiente propuesta de Emak Bakia, formación pergeñada por dos de los integrantes de Migala, Abel Hernández y Coque Yturriaga. Y lo cierto es que el concierto (salvo en contados momentos) no logró desenredarse de la maraña desangelada en la que estuvo atrapado desde el comienzo, no sólo por el escaso público. Hubo varias circunstancias: entre otras, sufrieron los buenos de Abel y Coque problemas de sonido, incluso el ordenador (el motor, el epicentro creativo de este proyecto) falló cuando debían soltar algún que otro sample. Pero el principal problema residió esencialmente en el mismo concepto musical de Emak Bakia. 

Explicación: en una reciente entrevista, Abel confesaba que quería deshacer el tópico de música de dormitorio, de proyecto paralelo, de la formación. Se refería a que su intención era dotar de entidad propia a Emak Bakia. Y hasta ahí de acuerdo. Sin embargo, aunque han conseguido (yo así lo creo) que el proyecto funcione sin que los recuerdos de sus composiciones para Migala vengan de la mano, Emak Bakia sí es musicalmente de dormitorio. Por eso mismo quizá el problema fundamental fue el ambiente, la atmósfera. 

Es francamente difícil que sus intimistas e inquietantes canciones nos seduzcan y nos fascinen en una sala con un sonido (casi) siempre deficiente y con murmullos de espectadores comprando cerveza en la barra como fondo ambiental. En cualquier caso, hubo momentos destacables, por supuesto. Por ejemplo, la preciosa "Juguetes en sus manos", de su última entrega, "Frecuencias de un rojo devastador" (bello título también), editado por Acuarela. También funcionaron los temas (y aquí es imposible no acordarse de Migala) en los que la voz profunda y envolvente de Abel desarrolla una de las caras del poliédrico conjunto de Emak Bakia: la del folk. Ahí están las sencillas pero cálidas y conmovedoras interpretaciones de "La telaraña de sus ojos" y "Vista aérea del viaje a Tsukiji". También se notó la falta de David Fernández (magnífico ex batería de Aroah y A room  with a view), que abandonó recientemente la nave para implicarse más a fondo en otras aventuras. Quizá a sólo dos personas les falten manos para trasladar al directo toda la riqueza que sus canciones presentan registradas en estudio. 

No he escuchado sus anteriores discos (los elepés "Jane" y "Después" y el epé "Un cuerpo extraño"), pero desde luego el último (y citado antes) ofrece una propuesta a la que cuesta trabajo resistirse: folk de ciencia ficción, bases de hip hop marciano y vanguardista, texturas, ritmos y melodías en permamente deconstrucción, aliento posrock, vocación electrónica y experimental: un entramado de estilos, todos ellos filtrados por ordenadores, innovador y preciosista. Su único pero reside en el directo. Eso se puede pulir, claro, pero, por ahora, Emak Bakia conquista y fascina escuchándoles de cerca, muy de cerca (no sólo físicamente).

Después de los vasco-madrileños actuó Henry, gaditano grupo de posrock que ha grabado ya su obra de debut, llamada (si no me falla la memoria) "Nihilist manifest". Demostraron sus componentes una pericia instrumental ciertamente digna, pero el problema estuvo en las composiciones, que sonaron monótonas. Quizá  una canción posrock tiene un verdadero problema cuando parece repetitiva y no hipnótica o arrebatadora. Se mostraron también más débiles a la hora de resolver la ecuación ruido/paisaje instrumental. Sus canciones son bonitas, pero acaso les faltaba punch. Aun así, fue una agradable sorpresa descubrir a este joven grupo: sus maestros, qué duda cabe, son buenos (en alguna ocasión, sobre todo en la apertura del concierto, sus atmósferas recordaron vagamente a Godspeed You! Black Emperor; luego su sonido se acercó más a la limpieza de Mogwai; y más tarde se parecieron un tanto a los italianos Giardini di Miró) y manejan los samples y los elementos electrónicos con criterio y solvencia. No estaría de más seguirles la pista. Tienen los mimbres; sólo les falta rematar el cesto con más rodaje y experiencia. 

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Emak Bakia  `Frecuencias de un rojo devastador´ Acuarela
por Fernando Navarro - IndyRock

No resulta nada fácil hablar del tercer disco de Emak Bakia, trío madrileño formado por dos Migala, Abel Hernández y Coque Yturriaga y el batería de A Room with a View y ex Aroah, David Fernández). Complejo, raro, melódicamente riquísimo, rítmicamente imposible, `Frecuencias de un rojo devastador´ permite, obliga incluso, a varias lecturas. Narración mediante recortes y chispazos, a tijeretazos, de la breve vida de un satélite en forma de esfera roja que se ha instalado en el cielo gris de una ciudad -una ciudad, Madrid quizás, de antenas y terrazas- `Frecuencias...´ puede entenderse también como un feroz alegato político, descarnado y comprometido, extremo y necesario. A pesar de abrirse y cerrarse con dos breves cancioncitas acústicas, `Frecuencias de un rojo devastador´ (menudo título) es una doméstica obra maestra del constructivismo más militante, radical (estoy convencido de que, de estar vivo, Vladímir Tatlin sería un gran fan de Emak Bakia), una desoladora reflexión sobre la ciudad y el hogar domótico, que va del techno primitivo (`Voz de radio virtual en la casa de las afueras´, `Kernel frequencies´, el glorioso último minuto de  `Una guerra muda´) a la deconstrucción estética, rayana con el misticismo (`Juguetes en sus manos´, la bellísima `Líneas de código de karaoke´, la inquietante, fascinante `Tormenta de ruido rojo´, sin duda mi favorita del disco) o al folk desconcertante y marciano (`La telaraña de sus ojos´, `Revelación en clave´, `Vista aérea del viaje a Tsukiji´). Un disco que bascula entre cierta escenografía nipona (esa esfera roja de la portada, a la manera de la bandera japonesa) y la melancolía europeísta, entre la fascinación y el horror ante la tecnología, dando al final la contradictoria sensación de que, probablemente, preferiremos las ciudades sin antenas, acaso sin terrazas y que abre varios interrogantes:¿existen Akai Bôru o Tsukiji? ¿Son en verdad ciudades o únicamente estados del alma? ¿cuándo, donde se librarán las últimas batallas?

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EMAK BAKIA `UN CUERPO EXTRAÑO´ ACUARELA DISCOS 
por Fernando Navarro IndyRock

Aunque parece imposible, Emak Bakia siguen creciendo. El proyecto paralelo de Abel Hernández y Coque Yturriaga (ambos en Migala) se ha convertido en trío (con la reciente incorporación del excelente batería David Fernández, miembro de A Room With A View y de Aroah) y, como tal, ha grabado `Un Cuerpo Extraño´, un breve split que sitúa a la banda por encima de cualquier comparación o cualquier etiqueta y que sienta de alguna manera las bases de lo que será el nuevo largo de la banda. Profundo, oscuro, casi kraut en su arranque (`Moreno´, cuyo silbido trae ecos del spaguetti-western, de Morricone, de desiertos vacíos; cuya electrónica cuántica distancia, enfría, congela las emociones), `Un Cuerpo Extraño´ se abre a la luz con `Forever (How Much Time Means?)´, una maravilla optimista y conmovedora, abiertamente esperanzadora, (brilla aquí David Fernández con sus percusiones, sutiles, inteligentes, jazzísticas) que culmina con los larguísimos `Un Cuerpo Extraño´ y `Years For Me (Handicap)´, ambos tensos, inciertos, oscuros, misteriosos (las más reconocibles virtudes de Emak Bakia); el primero con la excepcional, rasgada, dolorosa voz de Thalia Zedek, suspendida entre un medio tiempo obsesivo y lóbrego, entre una guitarra furtiva, húmeda; el segundo, nocturno, estricto y opresivo, dominado por un bajo insistente, por una amenaza en forma de interferencias y zumbidos, como si fuesen insectos electrónicos, cerrando `Un Cuerpo Extraño´ como se cierra una vida sumida en llantos, con cierto lirismo, como cierta poesía desesperada, inmerso entre dolores y descargas.

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BIOGRAFÍA
Curioso es el camino que ha seguido Emak Bakia hasta su consagración como espléndida vida autosuficiente. Curioso y seguro, adaptando como normal el desvío y la investigación, y la duda como elemento compositivo; el diálogo como parte intrínseca del mensaje, y ya desde el nombre. ¿Inquietud de Man Ray? ¿Expresión en euskera, a caballo entre la tranquilidad, la paz y lo femenino? Sobre todo un poco de todo desde el fruto workahólico de dos Migala, Abel Hernández y Coque Yturriaga, que concebían los tiempos muertos de las giras como una ejemplar manera de tantearse a sí mismos. De ahí surgió un "Jane" que sorprendió a propios y extraños con una solidez inusitada. Y también, en abril del año siguiente, el álbum "Después", que los reclamaba como proyecto serio, auto-crítico y emotivo. Crearon en esos lanzamientos un personal entramado de melodías al ralentí, que crecían desde los teclados y se adornaban retorciendo el cut up y el collage sonoro, dejando a la voz como parte importante pero no superior al resto del caudal. Ya pudimos constatar en aquel momento su aura de deconstructores de armonía y el ritmo, y las influencias del hip hop, el dub y la electrónica de vanguardia, y así sus siguientes pasos no se prestaron al convencionalismo o la soberbia: la brillante canción que incluyeron en el primer volumen de Acuarela Songs, y el EP "Un cuerpo extraño", donde la destacaba la presencia de David Fernández (el tremendo batería de los recientemente desaparecidos A Room With a View y que acompañó a Aroah en sus comienzos) al margen de las puntuales colaboraciones de Thalia Zedek y Miguel Marín (Piano Magic). Pero en estos momentos, Abel y Coque se plantean el grupo también como célula viva y mutante, que vira también en directo a nuevos espacios desde los que tragar aire a bocanadas. Se les ha podido ver en Barcelona, Ámsterdam o acompañando a The Zephyrs. Tesitura en la que nos llega el álbum "Frecuencias de un rojo devastador", en el mejor momento posible y con la experiencia en la casa y en la ruta. Las críticas cosechadas (tanto aquí como fuera de nuestras fronteras) no podrían ser mejores, y ahora el dúo lo presentará en directo con su arsenal de cachivaches y su talento a raudales.

 www.acuareladiscos.com - acuarela@acuareladiscos.com

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