Desde que arrancara la gira presentación de su segundo trabajo,
Reincarnation (2011), el trío Boat Beam no hace más que cosechar
buenas críticas y sumar fieles allá donde va. El pasado 30 de
abril le tocó el turno a la ciudad de Málaga, cita con la que
cerraban la mini gira andaluza. Desde la primera canción, “Monte
Alban”, con una puesta en escena delicada y elegante, Josephine
Ayling, Alisha Buttke y Aurora Aroca crearon un ambiente cálido
y mágico, al que el público entusiasta se dejó arrastrar gracias
a un directo policromático, donde luz y oscuridad convivieron
con igual fuerza, y en el que apostaron por la sabiduría y
sensibilidad musical, aquello que al fin y al cabo las ha
llevado al lugar que ocupan, esa especie de atalaya perfecta del
bright folk patrio.
Impulsadas por la deliciosa Josephine Ayling, cantante,
guitarrista y pianista del grupo, cuya simpatía iluminó el patio
de butacas y cuya voz, que enmudece y paraliza, lleva a lugares
más bellos, las canciones fueron incorporándose a la atmósfera
del Teatro Echegaray; así, tras alternar varios temas del
esqueleto de Reincarnation, como “Bergamot & Cinnamon”
, “Sharkfins” y “Sabio”, con algunos de su primer trabajo,
Puzzle Shapes (2009), como “Lion Hunt” y “Falling Over”, llegó
uno de los momentos más especiales del concierto al interpretar
“Fishing for Spears”, canción que puso de manifiesto los
diversos motivos que las han llevado a acaparar tantas miradas y
citas en festivales; motivos que guardan relación con su bagaje
musical y una amplitud de registros envidiable, versatilidad que
les permite recorrer estilos tan diversos como el folk o el pop,
pasando por el jazz y la música clásica.
“Sirens”, el single de su segundo trabajo, cuyo videoclip han
presentado recientemente, tomó el relevó dejando claro que estas
chicas son auténticas todoterreno, tiernas cuando el significado
de la canción así lo reclama, divertidas, atractivas o
fascinantes… casi podríamos decir que pueden ser todas las
canciones al mismo tiempo, tal vez por ello, por esa
versatilidad que hipnotiza y que está reservada para unos pocos
quisieron cerrar el concierto con una versión de los Beatles, “I
am a walrus”, dejando en el público una sensación irrepetible.
“Queremos
despertar todo tipo de sentimientos”
Entrevista por
Cristina Consuegra - IndyRock
Este sábado 12 de marzo, las chicas del bright folk
patrio, es decir, Boat Beam, arrancan gira de presentación de su
segundo trabajo, Reincarnation (2011), en Madrid, más
concretamente en Moby Dick. Se nota que estas tres artistas de
la melodía precisa, del sonido elegante e íntimo, tienen ganas
de directo, de que las canciones que forman parte de
Reincarnation adquieran forma sobre el escenario y transmitan
todas las luces y sombras que habitan en él.
Reincarnation es un trabajo más ambicioso y cuidado que su
primer álbum, Puzzle shapes, para el que las chicas de Boat Beam
han querido tomarse su tiempo, dedicar a cada canción toda la
energía y el cuidado que cada una de las mismas reclamaba;
un álbum en el que mantienen la esencia de su sonido pero que al
mismo tiempo evoluciona hacia horizontes musicales más abiertos,
contundentes y maduros.
Con canciones que hablan de la presencia silenciosa de la muerte
– o de la vida, según se mire-, de su intangibilidad, del
significado de la emoción en nuestra existencia, canciones como
“Sirens” o “Pollen at the dust”, sin olvidarnos de “Light
Years”, el trío Boat Beam ha facturado un álbum donde la belleza
sonora habla por sí sola, donde emoción y razón se confunden
para dar paso a una de las últimas verdades posible: la música.
Reincarnation (Origami, 2011) lleva casi dos meses en el
mercado, ¿qué reacción habéis percibido en el público?
Hemos recibido multitud de mensajes de gente a la que le ha
gustado mucho el disco, y el público en general dice que
Reincarnation es una evolución evidente, fácil de percibir.
Parece que toda nuestra obsesión por los detalles y los arreglos
ha merecido la pena.
¿Cómo fue el proceso de grabación?
Primero grabamos un disco entero de borradores, incluyendo
algunas canciones que al final no formaron parte del álbum. Esto
se lo entregamos al sello, y al productor Manuel Cabezali, unos
meses antes de entrar en el estudio para darles la idea. Luego
grabamos varios días en el gran estudio de Dani Richter, en
Madrid, El Lado Izquierdo, y después algunos coros y retoques en
el mini-estudio de Manuel. Como no nos metieron prisa los de la
discográfica, tuvimos el lujo de poder añadir cosas según se nos
iban ocurriendo, como por ejemplo la trompeta en "Sabio", ¡que
la añadimos después de buscar varias semanas a un trompetista
que pudiera hacerlo!
Uno de los aspectos que más llama mi atención es el orden de
las canciones, ¿cómo llegáis a esta selección?
Estudiamos cómo encajaban las canciones, cómo una terminaba y la
próxima empezaba, y luego pensamos mucho en cómo repartir las
canciones más movidas y las que respiran más. Al final ha sido
fácil porque las canciones nos sugerían su propio orden. Cada
canción cuenta una historia y todas tienen algo en común, que es
la reencarnación del espíritu humano en varias vidas distintas y
cómo entendemos la muerte en diferentes culturas.
¿Qué ha supuesto este segundo trabajo tanto a nivel personal
como profesional?
Ha sido un reto porque hemos hecho muy pocos conciertos durante
los meses de preparación y grabación del disco. Y esto supone un
cierto "bajón" a nivel energético porque no tienes esa fuente de
inspiración y apoyo de tu público. Todo vuelve a ser tu propio
instinto y creatividad. Y a nivel personal ha sido muy bueno
porque hemos tenido un descanso, hemos podido disfrutar y
relajarnos en casa, y dejar de pasar tanto tiempo en la
furgoneta. Pero ya tenemos muchas ganas de volver a conocer
gente y tocar estas canciones en diferentes partes de España.
¿Qué tipo de transformaciones sufre el álbum del estudio al
directo?
Ninguno, excepto que todo suena mejor en directo porque el
tamaño de la sala y la reverberación natural deja que tenga más
empujón el sonido de la banda. Algunas canciones cambian un poco
pero en general hemos querido ser bastante leales al disco. Pero
siempre hay más energía y adrenalina cuando tocas en directo y
las canciones suenan así, un poco más locas, más apasionadas que
en el disco.
Hablemos ahora de Puzzle shapes, vuestro primer trabajo, ¿qué
evolución habéis percibido desde éste a Reincarnation?
Puzzle Shapes era un disco muy íntimo, quería que sonara como
alguien en su habitación tocando sus canciones con unos amigos.
Hay momentos más grandes, pero en general es un disco más
minimalista y más tímido. Reincarnation es otra historia, tiene
mucha más seguridad. No soy yo hablando conmigo misma, como en
Puzzle Shapes, sino yo hablando con todo el mundo. También
Alisha y Aurora están más involucradas en Reincarnation, por lo
cual es más un disco de Boat Beam, más colaborativo.
Parece que en este segundo trabajo, las letras de las canciones
adquieren un protagonismo mayor que en el anterior, ¿ha sido
algo buscado o por el contrario ha surgido de forma espontánea?
Siempre me ha gustado mucho escribir letras y pongo mucho empeño
en que sea interesante y original. Pero también he perdido un
poco de mi miedo a lo que vaya a interpretar la gente, digamos
que tengo más confianza ahora y mi letra es más narrativa y
menos abstracta que en Puzzle Shapes.
¿Cómo habéis asimilado los cambios producidos en vuestras
vidas?
No ha habido un gran cambio en nuestras vidas. Seguimos viviendo
con más o menos el mismo estilo de vida, sólo es que ya llevamos
unos años aquí (Alisha y yo) y es cada vez más fácil
incorporarse a la vida porque entendemos el idioma y la forma de
ser de la gente.
Con vuestro anterior trabajo, habéis estado de gira casi dos
años y habéis recorrido buena parte de los festivales
nacionales… ¿qué lectura habéis hecho de esa gira y cuánto ha
quedado reflejado en Reincarnation?
Hemos aprendido que aunque las canciones que más gustan a la
gente cuando está en su casa pueden ser las canciones más
tranquilas, sin embargo, a menudo no gustan mucho en los
festivales. Esto nos ha influido a la hora de componer, y este
disco puede sonar mucho más adecuado para un festival, donde la
gente busca una base rítmica bastante fuerte. Pero hay gente que
nos ha dicho en los conciertos cuánto le gusta "The Rain Pauly"
y hemos también intentado incluir una parte más suave en el
disco. Queremos poder inspirar más de un sentimiento, y que
nuestra música pueda escucharse en más de una situación.
¿Cuál es la canción de Reincarnation que mejor define el
momento que atravesáis?
Todas, porque las estamos ensayando muchísimo ahora mismo!!
¿Qué podemos esperar de la nueva gira de Boat Beam?
Un directo muy variado e interesante, con más elementos
electrónicos pero todavía con un lado bastante orquestal. Estos
conciertos tiran hacia lo épico más que a lo intimo, pero
siempre hay sentido del humor en lo que hacemos. Hay luz y
oscuridad, como en la vida real.
Marzo 2011
BIOGRAFÍA
BOAT BEAM son Josephine, Alisha y Aurora. Una australiana, una
americana y una española, y no es ningún chiste. Al contrario,
es un proyecto que van muy en serio y que apunta muy alto. Han
sido elegidas talento Fnac, se han dejado ver en directo en
Japón y se presentaron a lo grande en la pasada edición del
Primavera Sound. Boat Beam usa las cuerdas de la guitarra, la
viola, el chelo y el piano para tejer música electroacústica que
suena a Debussy y Satie pero también a The Cinematic Orchestra y
The Divine Comedy. Folk rock avanzado y novedoso, que reinventa
y actualiza este sonido al siglo XXI.
Boat Beam es la suma de Josephine, Alisha y Aurora. Una
australiana, una americana y una española. No es ningún chiste.
Es un grupo que usa las cuerdas de la guitarra, la viola, el
chelo y el piano para tejer música que suena a Debussy y Satie
pero también a The Cinematic Orchestra y The Divine Comedy. Es
un grupo que usa sus voces para hacer canciones como las que
cantan Fiona Apple o Tori Amos pero también como las que
cantarían escritores como Sylvia Plath o Patrick Süskind si se
hubiesen dedicado a ello. Boat Beam se inspiran en la buena
música de Jóhann Jóhannson, The Dresden Dolls y PJ Harvey pero
también en otras cosas exquisitas. Sus canciones se alimentan de
sus experiencias. Su música suena a libros, a cine, a viajes. A
vida. Josephine llegó a Madrid en 2006 después de haber pasado
por medio mundo y de haber tocado en bandas con proyección en su
país como Terapin y Sparkadia. En España conoció a Alisha, que
había puesto su viola al servicio de combos de música clásica,
jazz y rock. Ya unidas, dieron con Aurora, una chelista de aquí
que había pisado las tablas de medio Madrid. Juntas lograron la
cuadratura del círculo con sólo tres vértices. Llámalo milagro.
Llámalo destino. Llámalo Boat Beam. El caso es que desde que
sumaron su talento y su esfuerzo, todo ha sonado diferente en la
escena underground de Madrid. Se oía el rumor de un grupo que
llenaba las salas con un repertorio conmovedor. Se leían
comentarios de iniciados cautivados por la emoción del
descubrimiento de algo grande. Se sentía la energía contagiosa
de los que las habían visto jugar con sus sentimientos jugando
con sus voces. Ya no es un rumor, ya no es underground. Hay tres
chicas en Madrid que hacen pop clásico, actual, intemporal. Hay
tres chicas en Madrid que enamoran para siempre a la primera
estrofa. Hay tres chicas en Madrid que tienen cuerda para rato.
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