GRUPOS
EN INDYROCK * Archivo histórico
CHANO DOMÍNGUEZ
Chano Domínguez & Niño Josele Lucha de
gigantes
Festival de Jazz en la Costa:
Sábado 19 de julio 2014 Parque del Majuelo, Almuñécar – Aforo:
1.000 personas. Calificación: ***
Por Enrique Novi - IndyRock
El Parque del Majuelo se llenó para recibir a uno de sus hijos
predilectos en el concierto inaugural de una edición que parece
recuperar el pulso tras unos años difíciles en los que los
recortes lo habían reducido a su mínima expresión y quien más
quien menos temió por su continuidad. Chano Domínguez comentó
encantado haber perdido la cuenta de las veces que había
participado. Solo en este Festival de Jazz en la Costa con la
del sábado van cinco… y las que queden, pues el gaditano siempre
es bien recibido por la parroquia sexitana y una garantía de
buena música. Y a pesar de ello a los más veteranos les pareció
que probablemente no fue esta la más espectacular de sus
actuaciones. Y puede que tuvieran razón. El formato a dúo con la
guitarra del Niño Josele es posible que le restara algo de ese
espacio que se suele tomar Chano para soltarse la melena y
levantar al público de sus asientos, esos clímax en los que se
vuelca arrebatado sobre las teclas del piano. Ciertamente el
concierto fue muy comedido y el tono general de la noche apenas
alcanzó los tonos rojos de los ecualizadores. Casi todo se
mantuvo en el terreno de los medios tiempos y el sosiego más que
en el del zapatazo. Y los pocos que hubo fueron recibidos con
entusiasmo. Buen concierto, no obstante, que comenzó con los
acordes de Django, el tema que John Lewis, el impulsor del
Modern Jazz Quartet, compusiera como homenaje al gitano Django
Reinhardt, y sin pausa continuó con la sugerente adaptación de
Because, el tema de los Beatles incluido en la suite que
conforma la suntuosa cara B del genial “Abbey Road”. Tras él,
otro de los temas incluidos en el reciente álbum “Chano &
Josele” que ha producido Fernando Trueba, el inolvidable Je
T’attendrai que compuso Michel Legrand para la película Les
Parapliues de Cherbourg. Tres maravillosas melodías que Chano y
Josele llevaron a su terreno de sutilezas flamencas antes de
darse un poco de aire en solitario. Primero fue Chano el que
abandonó el escenario para dejar a Josele rehacer uno de sus
temas y después fue Josele el que cedió el testigo a Chano que
atacó solo con el piano el tema del almeriense ¿Es esto una
bulería? también incluido en el disco conjunto. Tras el respiro
volvieron a juntarse para hacer Lua Branca, un clásico de la
pionera Chiquinha Gonzaga que rescatara Maria Bethânia. Una
pieza nada obvia del cancionero brasileño –ahí se nota la mano
de Trueba- que en manos de ambos adquirió todo el sabor de los
cantes de ida y vuelta. Siguieron con Two For The Road, del
siempre elegante Henry Mancini y con otra joya del acerbo de
Brasil, Rosa, del maestro del choro Pixinguinha, sencillamente
magistral. Para la recta final volvieron a darse un respiro en
solitario. Chano se explayó entonces con una improvisación en la
que muchos creímos descubrir la melodía de Gracias a la Vida,
probablemente el momento más aplaudido de la noche, y tras él
Josele hizo lo propio por bulerías. Cerraron con una aflamencada
Luiza, de Antonio Carlos Jobim y con la soleá incluida en el
álbum Solitude in Granada antes de retirarse y volver con un bis
que dedicaron a su admirado Paco de Lucía. El público se levantó
y rompió a aplaudir cuando Chano anunció su Canción de Amor.
CHANO & JOSELE en gira
Chano Domínguez y Niño Josele, por primera vez juntos sobre un
escenario. Ocurrió la noche del martes en Vitoria, en el
Festival de Jazz, lugar elegido para iniciar una gira
internacional que les mantendrá unidos hasta noviembre. El
resultado fue el perfecto maridaje que imaginó Fernando Trueba
cuando decidió que la inspiración jazzística de Domínguez y el
arte flamenco Josele estaban condenados a entenderse. En Vitoria
saltó la chispa, la misma que incendió el estudio de grabación
cuando ambos se encerraron para alumbrar Chano & Josele, el
nuevo proyecto de Calle 54 Records, el sello del cineasta y
productor discográfico.
Vitoria marca el inicio de un camino con paradas en Almuñécar,
Peñíscola, Barcelona, Pamplona, Sevilla, Málaga o Granada. Y con
incursiones internacionales como Marciac, en Francia, y Cali,
Pasto, Medellín, Barranquilla y Bogotá, en Colombia, para cerrar
en el Bankside Globe Theatre de Londres.
Tanto Niño Josele, nacido en 1974 a la vera del Mediterráneo,
como Chano Domínguez, que creció desde 1960 a orillas del
Atlántico, han bebido del flamenco y se han empapado de jazz.
Cada uno por su lado. Y cada uno a su aire. Chano, que a finales
de los años setenta militaba en una referencia del llamado rock
andaluz, el grupo Cai, antes de irse adentrando en el jazz con
Hiscadix, heredó de su padre la afición al flamenco; Josele,
descendiente de tocaores y cantaores, a quien el suyo puso una
guitarra entre las manos con seis añitos, ya andaba por los
treinta cuando descubrió al pianista Bill Evans y se metió de
cabeza en el jazz, en un amoroso aprendizaje de armonías y
progresiones, que le ha llevado a tocar con Phil Woods, Chick
Corea, Marc Johnson...
La feliz confluencia de los dos artistas parecía guiada por una
fuerza invisible, que hacía buscar al pianista de jazz la
tradición flamenca paterna mientras el guitarrista rebuscaba en
la esencia jazz que exploró en discos como Paz. Chano &
Josele es el testimonio de esa cita con la música, porque, como
escribe Fernando Trueba en la contraportada del álbum, la música
es “el idioma de la emoción, el único esperanto”. Se pudo
comprobar con Bebo Valdés y Diego El Cigala, en aquellas
Lágrimas negras que Trueba convertiría en un fenómeno
internacional avalado por medios como el New York Times y
corroborado con ventas de cientos de miles de ejemplares.
La mano de del cineasta –productor ejecutivo con Nat Chediak–,
se nota en el repertorio del álbum. Su huella está en una
selección de obras brasileñas que nunca resultan obvias. Por
ejemplo, las dos delicadas composiciones del maestro Jobim,
Luiza y Olha María. Y la Rosa, del ilustre Pixinguinha,
recordada hace unos años por Marisa Monte, o la inesperada, y
más antigua aún, de 1912, Lua branca, de Chiquinha Gonzaga,
pionera de la música popular de Brasil. Chano y Josele tocan al
Michel Legrand de los Paraguas de Cherburgo –su J´attendrai– y
Two for the road, pieza que Henry Mancini compuso para otra
película de mediados de los sesenta, y también grabada por dos
grandes músicos: Charlie Haden y Pat Metheny. Los
estadounidenses la tocaron con cuerdas de guitarra y contrabajo
mientras que los andaluces la han llevado a las cuerdas de la
guitarra y el piano.
El toque flamenco de Miles Davis
por
Enrique Novi - IndyRock
Chano Domínguez + Jesús Hernández Trío
sábado 6 de julio 2013 Paraje de la Ermita de los Tres Juanes
Atarfe Granada
Foto : Organización Festival de Jazz en el Lago
Sin el retraso de la jornada previa el singular paraje de la
Ermita de los Tres Juanes se llenó de música de altura en lo que
podría haber sido un mini festival dentro del Festival de Jazz
en el Lago. En concreto, como alguien propuso, uno dedicado a
ese particular territorio donde se encuentra la cadencia del
jazz con el compás flamenco. Y para llevarlo a cabo, un cartel
inmejorable era el formado por los dos pianistas que lo
integraban. Por un lado, Chano Domínguez, maestro de maestros en
esta fusión, y Jesús Fernández, uno de los músicos locales que
con mayor dedicación se ha entregado a esta causa. El idilio
entre ambas músicas viene de antiguo, y seguramente uno de los
primeros en olfatear esa intersección fue, precisamente, Miles
Davis, que iba a ser el invitado de honor de la noche.
En 1960 el trompetista de Illinois publicó Sketches of Spain, un
disco en el que buceaba en clave de jazz por las músicas de
tradición española y que mostró, como tantas veces haría a lo
largo de su carrera, nuevos senderos de exploración jazzística.
El protagonismo, sin embargo, iba a recaer en otra de sus obras
maestras, el álbum Kind of Blue, que publicado el año anterior,
supondría en su época y posteriormente todo un hito, hasta ser
considerado en cualquier lista el más importante disco de jazz
de todos los tiempos. Basándose en este trabajo, Chano Domínguez
editó el año pasado, bajo el prestigioso sello Blue Note,
Flamenco Sketches, un álbum con el que se postula para los
premios Grammy, y que sería la base de su actuación del sábado.
Abrió fuego, sin embargo, el trío de Jesús Hernández, que junto
al bajo de Manuel Sáez y la batería de Álvaro Maldonado atacó su
particular variación Goldberg de la obra de Bach, titulada
Sugestiones Goldberg y convertida en una soleá. No en vano su
origen como pianista hay que buscarlo en su formación clásica. A
partir de ahí fue incorporando a sus músicos invitados, primero
con el cante de Coloraíto, por seguiriyas, y más tarde por
tientos con la incorporación del trompetista Julián Sánchez para
hacer Sueño alfa.
El tono introspectivo y tenue que imprimió a su actuación apenas
se vio alterado por el brío con que acometieron La bojaira, una
insinuada bulería, y las alegrías de ¡Esa morena guapa! uno de
los momentos más celebrados de su concierto. Con el
percusionista Rubem Dantas y el guitarrista Guga Murray, ambos
brasileños, incorporados al grupo poco a poco fueron desgranando
el resto de temas de su álbum, desde la granaína Camino de Maua,
hasta algunos cantes de ida y vuelta deconstruidos, podríamos
decir, entre guajiras y colombianas.
Así el concierto adquirió tonos más cálidos con la versión por
bulerías del clásico Laura y el tema Iris de Wayne Shorter, que
dejaron para el bis. Tras una breve pausa para repasar la
afinación del piano, llegó el turno al gran Chano Domínguez.
Acompañado por un trío de ases a su altura, el bajista Gary
Willis, el excelso batería David Gómez y Daniel Navarro, que se
hizo cargo del cajón y levantó al público de sus asientos con
sus taconeos, el gaditano se dispuso a dar una lección de música
con uno de los más lustrosos que se pueden escoger del amplio
repertorio del jazz. Interpretadas en el mismo orden en que han
sido publicadas en el álbum, Chano comenzó con Flamenco
Sketches, inconmensurable, y continuó con la deliciosa Freddie
Freeloader, a la que dotó de un arreglo para sintetizador que le
permitió ejercer de héroe de la guitarra, y que volvió loco al
respetable.
A continuación volvió a dejar la rienda corta para atacar la
balada Blue in green, y de nuevo proporcionó un clímax con So
what. Domínguez, que es un prodigioso conocedor del flamenco y
del jazz, sonó menos aflamencado que en otras ocasiones.
Especialista en dotar de color flamenco a músicas de origen
ajeno, precisamente en este proyecto parece haberse decantado
por la sutileza y no apostar todo al mismo color. En su
actuación del sábado además tiró más de una vez por el sonido
del sintetizador para electrizar la propuesta, algo que a buen
seguro habría complacido al Miles Davis de los setenta. Y así
culminaron con All blues y las dos piezas extras que ha incluido
en su flamenco Sketches y que no estaban en Kind of blue, la
sugerente Nardis, un tema atribuido a Bill Evans y que nunca
llegó a grabar Davis, y Serpent’s Tooth, de su etapa en Prestige
Records.
Un piano con personalidad
por Enrique Novi - IndyRock
sábado 6 de diciembre 2008 Auditorio de la Casa de la Cultura de
Monachil Granada
La Oficina Técnica del Festival de Jazz de Granada aún debe
estar haciendo balance de la última edición del certamen pero
lejos de concederse un descanso continúa programando actuaciones
de tronío. Apenas dos semanas después de echar el telón en el
Teatro Isabel la Católica, propone un exquisito concierto a
cargo del trío de Chano Domínguez en el Auditorio de la Casa de
la Cultura de Monachil. Un artista con sobrado empaque y talento
para llenar un espacio que no envidia en aforo al del propio
teatro, sede principal del Festival de Granada. Domínguez pasa
por ser el músico que mejor ha integrado los mundos del jazz y
del flamenco. Y con todo merecimiento. El tema de la música de
fusión es casi siempre una cuestión controvertida. Desde que,
mediados los sesenta, e influido por la alargada figura de Jimi
Hendrix, Miles Davis diera uno de sus más sonados volantazos
para experimentar con lo que se vino a llamar Jazz-Rock, las
músicas de fusión han ido conquistando cada vez a un mayor
número de artistas dispuestos a explorar sus territorios, y cada
vez más aficionados han ido asumiendo como propios sus
lenguajes. Pero también es cierto que en muchas ocasiones los
mestizajes musicales han dado resultados artificiosos, fallidos
o pretenciosos. Y es que si bien es verdad que la mayoría de las
músicas que hoy conocemos y escuchamos tienen su origen en
fusiones de orígenes diversos (el mismo rock and roll está
generalmente admitido que es un cruce entre el country &
western de los blancos de origen irlandés sobre todo, y el
rhythm & blues de los negros), también lo es que estas
mixturas que han dado origen a nuevos géneros lo han sido tras
un largo proceso de convivencia entre unas músicas y otras. Se
trata de fusiones que han surgido, digamos, por cauces
naturales. No es el caso de la fusión auto consciente que muchos
músicos se han propuesto. Una mezcla practicada desde la
intelectualidad, y que muchas veces ha dado resultados
ortopédicos. Con Chano Domínguez, en todo caso, estamos ante un
ejemplo de lo primero y no de lo segundo. Su música navega con
naturalidad entre géneros porque no pertenece a un mundo o a
otro sino a ambos a un tiempo. Así los ritmos de los tanguillos
rezuman aires criollos, los de la soleá adquieren la cadencia de
un solo y los del fandango transpiran swing. Y cuando toca jazz
la personalidad de su piano sugiere compás flamenco. Así lo
demostró el sábado el mejor embajador del flamenco en el mundo
del jazz y viceversa.
Biografía oficial
Chano Domínguez nace en Cádiz el 29 de marzo de 1960. Su
primer contacto con la música le llega a través de su padre, un
gran aficionado al flamenco. A los ocho años, sus padres le
regalan su primer instrumento, una guitarra flamenca. De este
modo pudo practicar, de forma autodidacta, todo aquello que
había escuchado en los discos de música flamenca de su padre,
para luego tocar con los amigos del barrio.
A los doce años entra en contacto con las teclas, ya que entra a
forma parte del coro de su parroquia y, a escondidas, toca el
viejo órgano de fuelles de la iglesia. Poco más tarde,
conquistado por el sonido del piano, empieza a tocar en grupos
de música folklórica y comercial. Con la mayoría de edad, llega
su primer grupo, CAI, con el que empieza a hacer sus primeras
composiciones y con el que graba su primer disco: Más allá de
nuestras mentes diminutas (CBS). CAI graba un total de tres
discos con la compañía discográfica CBS y se convierte en uno de
los máximos exponentes del movimiento musical denominado "rock
andaluz". El grupo se disuelve en 1981 y Chano se acerca cada
vez con más fuerza al jazz.
La década de los 80 nos trae a un Chano Domínguez con un talento
y un estilo propios que presagian un futuro brillante. Su salto
al panorama jazzístico internacional llega gracias a su trabajo
con el mítico grupo Hiscádix, con quien toca en el
Festival Internacional de la U.E.R. en Suecia(1978)y se
proclamaganador de la Primera Muestra Internacional para Jóvenes
Intérpretes, celebrada en Palma de Mallorca en 1986. En 1988
realiza una gira por Alemania y al año siguiente por Bélgica. En
1990 es finalista del Concurso Internacional de Piano Martial
Solal, celebrado en París.
Mientras en España es solicitado en los principales festivales
de Jazz (Sevilla, Madrid, Terrassa, etc), su personalísimo
discurso musical es elogiado por músicos de la talla de Richie
Beirach, Bill Dobbins, Joe Henderson y Kenny Werner, con quienes
ha estudiado en distintos seminarios.
En 1992 forma su propio trío: Chano Domínguez Trío. En su mente
surge la idea de fusionar los ritmos del flamenco (alegrías,
soleás y bulerías) con las formas musicales del jazz. Ese mismo
año, obtiene por unanimidad del jurado, el Primer Premio en la
Muestra Nacional de Jazz para Jóvenes Intérpretes de Ibiza.
Impulsado por este reconocimiento profesional a su trayectoria y
a su personal concepto del jazz y del flamenco, el pianista
gaditano edita su primer trabajo en solitario, Chano (Nuba
Records). En este trabajo le acompaña su trío, compuesto por el
excepcional contrabajista Javier Colina y el también genial
batería Guillermo McGill. Este disco cuenta con la colaboración
especial de los célebres músicos Jorge Pardo, El Bola y Carles
Benavent, entre otros.
En 1994, realiza junto a Jorge Pardo, 10 de Paco, basado en
composiciones del guitarrista andaluz Paco de Lucía. Ese mismo
año es invitado por el grupo Presuntos Implicados a participar
en el álbum La Noche.
En 1996, vuelve a la primera línea del panorama musical
español con el trabajo Hecho a mano (Nuba Records), que supone
un avance firme y maduro dentro de su característico discurso de
jazz-flamenco. La prensa especializada califica este disco como
una obra inteligente, delirante y excelente. El lenguaje mestizo
de Chano ha crecido a pasos agigantados y lo convierte en uno de
los máximos exponentes del jazz nacional.
1997 es un año cargado de proyectos: graba junto a Martirio
Coplas de Madrugá (El Europeo), un trabajo que recopila algunos
de los temas más importantes de la canción popular española y
los trata con la estética genuina del trío jazzístico. También
compone la banda sonora de la película Siempre hay un camino a
la derecha, del director José Luis García Sánchez. La SGAE le
solicita ese mismo año para representar a la música con raíces
latinas en el Midem, celebrado en Miami, donde ofrece un
concierto a dúo de piano junto a Michel Camilo. En diciembre se
edita el disco En Directo. Piano solo, grabado en directo en el
Café Central de Madrid, trabajo en que incluye composiciones
propias y standards españoles y americanos.
A principios de 1998 es solicitado por Ana Belén para componer,
arreglar y producir el álbum Lorquiana, en el que Chano
Domínguez revisa los temas populares que Federico García Lorca
recopiló y dejó plasmados en un documento sonoro junta a La
Argentinita. Realiza la gira Son Cubano & Flamenco junto a
Gonzalo Rubalcaba y participa en los Festivales Internacionales
de China, Colombia, Alemania, Argentina y Cuba, en el Festival
Jazz Plaza 98 de La Habana, al cual es invitado por la SGAE y la
Fundación Autor. La revista Cuadernos de Jazz le otorga el
premio de Mejor Álbum de Jazz 1998 por su trabajo En Directo.
Piano solo y es, además, ganador del Premio al Mejor Álbum Jazz
en la III Edición de los Premios de la Música. Junto a los
músicos Hozan Yamamoto (Japón) y Javier Paxariño produce el
disco Otoño (Nuba Records).
En 1999, graba su nuevo trabajo, Imán, con el que vuelve a ganar
como Mejor Álbum Jazz en la IV Edición de los Premios de la
Música.
En el 2000 produce y dirige la grabación del álbum Tú no
sospechas, junto a la gran compositora Marta Valdés, con quien
realiza una gira conjunta por distintas ciudades españolas en la
primavera de 2001, acompañados por Javier Colina y Guillermo
McGuill.
En octubre de 2000, se estrena en España la última película del
oscarizado Fernando Trueba, titulada Calle 54. En este filme, el
cineasta español rinde homenaje a la música del jazz latino que
tanto le apasiona y cuenta con la participación de artistas de
gran talla: Chucho Valdés, Paquito D'Rivera, Gato Barbieri,
Cachao, Patato, Jerry González, Bebo Valdés, Puntilla, Michel
Camino, Eliane Elías, Chicho O'Farrill, Tito Puente.y Chano
Domínguez, único representante español. La banda de la sonora de
Calle 54 se edita en disco y es nominada a los Premios Grammy
Latinos 2001.
Despide el 2000 con un concierto especial en La Habana junto a
Chucho Valdés y Herbie Hancock.
Entre 2001 y 2002, realiza una gira por EUA con el
proyecto de Calle 54 junto a Eliane Elias, Paquito D'Rivera y
Jerry González, entre otros. En 2002 graba su nuevo disco Oye
cómo viene (Lola Records), editado también en DVD, Mira cómo
viene (Lola Records), y es nominado a los Premios Grammy en la
categoría de Jazz Latino.
El 2003 es invitado por Wynton Marsalis a realizar una serie de
conciertos en el Lincoln Center de Nueva York junto a la Lincoln
Center Jazz Orchestra. Allí se estrena la obra escrita por Chano
Domínguez para la ocasión, bajo la orquestación de Lluís Vidal y
titulada De Cai a New Orleans. Ese mismo año, Chano Domínguez
sale de gira por América del Sur y, con Wynton Marsalis,
comparte los escenarios de jazz más prestigiosos de
España.
Otro proyecto llevado a cabo en 2003 es el álbum Con alma (Venus
Records), grabado junto a dos otros grandes músicos: Jeff Balard
a la batería y George Mraz al contrabajo. El álbum Chano
Domínguez, 1993-2003 (Nuba Records) recopila los mejores temas
del artista de la última década.
En el año 2004 vuelve a trabajar con Martirio, con quien graba
el álbum Acoplados (RTVE Música). Realiza de nuevo una gira por
distintos países de Suramérica, que incluye Costa Rica y
Venezuela. Ese mismo año acepta un nuevo reto: la adaptación de
los temas populares recopilados por Federico García Lorca
para el espectáculo El café de las chinitas, del Ballet Nacional
de España, bajo la dirección de José Antonio y la escenografía
de Lluís Danès.
En 2005 graba el álbum Acércate más (RTVE Música) con Guillermo
McGill a la batería, Miguel Angá a la percusión y George Mraz al
contrabajo. Más adelante ese mismo año, comparte escenarios
europeos con Jack de Johnette Quintet y es reclamado en
prestigiosos festivales europeos de jazz: Festival de Montreux
(Suiza), The North Sea Festival (Holanda), Festival de Jazz de
Marziac y de Vienne (Francia), Festival de Jazz de Florencia
(Italia) y Festival de Jazz de Viena.
El primer proyecto de 2006 es Cuentos del Mundo (LKY Records),
un disco de cuentos compuestos por Chano Domínguez y Marina
Albero, narrados por la inconfundible voz de Constantino Romero
y cantados por la pequeña Serena. Con este trabajo,
Domínguez abandona temporalmente el jazz para componer,
interpretar, grabar, mezclar y producir un fantástico viaje por
el mundo para toda la familia.
Aunque 2006 es el año en que nace, comisionado por la Junta de
Andalucía dentro del proyecto El Jazz viene del sur, el proyecto
de más envergadura de Chano Domínguez: NFS, una formación que
cuenta con más de diez músicos y con la que han grabado el álbum
NFS, New Flamenco Sound (Verve, Universal), una combinación
única de jazz y flamenco. Para este trabajo, Chano Domínguez
vuelve a rodearse de excelentes músicos: Marc Miralta a la
batería, Israel Suárez "Piraña" a la percusión, palmas y jaleos,
Tomasito a las palmas y jaleos, Marina Albero a los teclados,
vibráfono y salterio; Blas Córdoba a la voz, palmas y jaleos;
Jordi Bonell a la guitarra, Diego Urcola a la trompeta, Llibert
Fortuna al saxo alto y efectos; y con la colaboración de
Steve Berrios y de Katherine Miller.
Chano Domínguez, el primer músico español que graba con Verve,
el prestigioso sello estadounidense de Universal, escribe:
"La idea New Flamenco Sound nace de la necesidad de seguir
desarrollando mi música (.) El resultado es un trabajo de
composiciones originales pensadas para la nueva banda en las que
vuelvo a tener como puntos de referencia las claves rítmicas del
Flamenco y el lenguaje vivo de la improvisación".
En 2007, los componentes de NFS realizan una gira por distintas
ciudades españolas, y viajan a Mexico, donde recogen excelentes
críticas tras inaugurar la XXIII Edición del Festival de México
en el Centro Histórico. En abril, Chano Domínguez es solicitado
por la Orquesta Sinfónica de Liepjaja (Letonia) para interpretar
sus composiciones de De Cai a New Orleans; también es invitado
al festival La cité de la musique de París.
Más de un millar de bandas y
artistas con página informativa en IndyRock magazine
INDYROCK MAGAZINE
CONCIERTOS
Agenda
FESTIVALES
Agenda
ANUNCIOS
Tablón
CONCURSOS
Rock, pop...
PRODUCTORAS
Salas, estudios,
locales...
GRUPOS
En IndyRock