DAMIEN JURADO

Damien Jurado
sábado 20 de junio 2009 Teatro Alhambra Granada
Tabaquismo y lumbago
por
Enrique Novi Indyock
Máxima expectación y lleno absoluto para asistir a uno de los
mejores nombres que haya podido incluir en su cartel el que
comenzó llamándose Ciclo de Pop Rock en el Central y que de unos
años a esta parte la Junta de Andalucía ha venido expandiendo
desde Sevilla también a Málaga y a Granada. Y Lambchop, cuyo
nivel sobre un escenario nunca baja de la excelencia, respondió
sobradamente a las expectativas. Antes un tímido Damien Jurado
prácticamente escondido tras una escueta guitarra de la que
extraía precisos arpegios para acompañarse, había pasado de
puntillas con una decena de temas intimistas e introspectivos.
Los cantó con los ojos cerrados y sin apenas distraerse más que
para presentarse al principio (soy Damien Jurado, vengo de
Seattle, Washington, y toco canciones tristes; he intentado
tocar también canciones alegres pero no ha funcionado), y al
final para preguntar la hora y asegurarse así de que le quedaba
tiempo para interpretar un último tema. Parada para echar un
cigarro a la puerta del teatro y de nuevo a la butaca. El
público recibió a los de Nashville con un caluroso aplauso y sin
el más mínimo aspaviento el grupo atacó los primeros acordes de
su magistral concierto. Da igual si se presenta solo Kurt
Wagner, o si despliegan una gran formación de una docena de
miembros o si, como en este caso, lo hacen como quinteto.
(Fragmento de la crónica del
concierto con Lambchop. Crónica completa >> )
Secreto de confesión
por Enrique Novi - IndyRock
Sábado 2 de octubre 2010 Teatro Alhambra, Granada +
Dani
Llamas
El tono confesional del concierto programado en el Teatro
Alhambra para la noche de un sábado no justifica una respuesta
tan discreta por parte del respetable. Tal vez una escasa o
errada difusión, algo no infrecuente en la oferta musical del
teatro de titularidad autonómica, pueda servir de excusa. O tal
vez no. Ya se sabe que el éxito tiene muchos padres mientras que
el fracaso siempre es huérfano, y las causas que lo explican son
inciertas. Así pues dos cantantes de apellido hispano que se
expresan en inglés y de pasado punk, aunque uno más reciente que
otro, formaban un cartel que merecía más atención. Dani Lamas,
líder de los jerezanos G.A.S. Drummers, ha demostrado
sobradamente su capacidad para inventar melodías híper
vitaminadas al frente de su banda, una de las que con más
credibilidad ha practicado el rock alternativo y el punk rock de
escuela americana en nuestro país.
Con la publicación el pasado año de su debut en solitario,
Speaking thru the others, donde paradójicamente da salida a sus
composiciones más íntimas, también dejó clara su habilidad para
los tonos más serenos y su facilidad para las melodías de
distancias cortas. En clave de folk-pop, interpretó los temas de
su álbum, junto a algún inédito y una versión de la exquisita
Pouring water on a drawning man, un éxito del 66 a cargo de
James Carr, uno de los más finos estilistas del soul sureño. Una
elección de las que dejan constancia de bagaje musical. Tras él
tomó el relevo Damien Jurado.
Más encogido que sentado sobre una diminuta silla, el tímido
patológico esparció en el suelo los arrugados papeles donde
lleva las letras de sus canciones y aferrado a su guitarra
desgranó con su voz arenosa el repertorio escogido para la
noche. En su anterior visita de hace poco más de año, en ese
mismo lugar y con idéntica actitud, abrió ante un teatro lleno
para Lambchop. Entonces, tal vez consciente de que la mayoría
esperaban a Kurt Wagner y los suyos, se justificó diciendo que
tocaba canciones tristes. “He intentado hacerlas alegres pero no
ha funcionado”. Cualquiera que haya escuchado Gillian was a
horse se da cuenta de que se infravalora, pero el sábado él era
el nombre principal en el cartel y no había necesidad de
justificar nada. Así que sin disculparse por su tono
introspectivo, alternando los temas de su reciente Saint Barlett
con alguno anterior, se dispuso a glosar la inquietante crónica
del fracaso emocional que es su obra, esas pequeñas joyas de
folk-pop indolente, textos sutiles de una destreza poética
inusual aún más sombríos desde el divorcio. Una lacerante
crónica del propio fracaso, con estampas de crudeza
pornográfica. Los secretos más amargos no se dulcifican cuando
uno se confiesa.
No se puede hablar de los cantautores urbanos fundamentales de
los últimos tres lustros y no mencionar a Damien Jurado. Y,
aunque no hacía falta que el de Seattle nos subrayara eso, menos
aún se puede obviar su enorme talento tras escuchar "Maraqopa",
el disco que publicará el 20 de febrero Houston Party/BCore. Nos
lo vendrá a presentar en directo durante la segunda quincena de
marzo. Se trata de un trabajo de los de puñetazo en la mesa, en
el que ha vuelto a tener como productor y mano derecha a Richard
Swift, igual que ya ocurrió en su predecesor, "Saint Bartlett"
(2010). Con "Manaqopa", la pareja ha vuelto a dibujar un paisaje
tan brutal como benevolente, llevando su apuesta conjunta
todavía más lejos. Porque Jurado, aqu&iacut e;, se ha
decidido a abrir de par en par la puerta de su fúnebre
insularidad, sin reservas, y a dejar que a sus diez canciones
les dé en la cara el viento que llega del valle y los cañones.
Un viento que a veces es ventolera. Generalizando, en "Maraqopa"
las vistas tienen millas de profundidad, la acción es muy
dinámica y los primeros planos sudan y gruñen. Estamos ante un
Jurado que explora, asume riesgos, libera a sus composiciones
con inyecciones de psicodelia y nos deja entrar en su hasta no
hace mucho aislado universo. El disco será puesto de largo en
nuestros escenarios con todas las de la ley, es decir, con una
banda completa (su primera gira en ese formato en cuatro años).
Sobre las tablas habrá cinco músicos, incluido "el padrino del
boom del folk", según la definición de Jurado publicada
recientemente en el diario 'The Seattle Ti mes'.
Damien Jurado `HOLDING HIS BREATH´ ACUARELA
DISCOS
por
Fernando Navarro - Indyrock
Hay como un rumor, como un continuo ambiente a río podrido
en cada una de las cinco canciones de este estupendo ep; como si
en ese río flotara, pútrido, hacia la desembocadura, el
cadáver de un chico. `Holding his Breath´ es una miniatura
grabada por el católico y brillante Damien Jurado, dueño de un
discurso ascético y terrible, grave, desolador, una breve
colección de canciones mortuorias y perfectas sobre la vida en
los pantanos y los humedales, la vida de los moluscos y los
peces, y las personas que se comportan como peces y moluscos;
blues, folk, gospel acústico en una obra de la que se podría
decir (sin pecar de excesivo) que, como los buenos autos
sacramentales, busca, sin mucho empeño, la conversión; enfrentar
la tristeza del cielo (heaven) con la irremediable, definitiva
miseria de la tierra. Con un muy apropiado cierre (ese blues
maravilloso que es `Butcher´s boy´) durante los dieciséis
minutos de `Holding his Breath´, Jurado se muestra enigmático,
inquietante (la confesión al borde del autismo sentimental de `I
am the greatest of all liars´, con ese título y ese piano
huidizo) hermosísimo, humano, terrible (`Oh Death Art with me´,
la muy Neil Young y maravillosa `Big Let down´), como si desde
el porche donde canta y compone se pudiera apreciar, más que en
cualquier otro sitio, el tono rojizo, de sangre, que toman los
atardeceres de la tierra.
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