EL TINGALDU FEST
EL FESTIVAL DE LA CONTRACULTURA
Parc de Baix-a-Mar, Vilanova i la Geltrú
20, 21, 22, 23 Julio 2017
Crónica y fotogalerías por ANDREAS DRESCHER / INDYROCK
El Tingladu, un festival que, gracias al esfuerzo de las asociaciones, voluntarios
y a la respuesta del público, ha conseguido llegar a celebrar diez años
ininterrumpidos de vida y siempre con el objetivo de dar un espacio y dar a ofrecer al
público la oportunidad de conocer grupos, muchos de ellos, utilizan la lengua catalana como
medio de expresión y con diferentes géneros musicales.
Con el lema “Nuestras manos, nuestro capital” el festival presentaba un cartel de
grupos venidos de diversas partes de Cataluña o Pais Valenciano y artistas
internacionales como
Leo Bassi,
Talco o
Mala
Rodriguez..
“
Un festival de la contracultura”, como decía Leo Bassi en su aplaudida actuación.
El Viernes abría la tarde la cantante
Joana Serrat con su música
folk-country, con un inicio frio por la respuesta del público, a pesar de que a
eso de las ocho de la tarde el calor era considerable todavía, la cantante se esforzó por
animar y hacer sentir sus canciones, generando aplausos por ello, pero sin llegar a conectar
totalmente.
Todo cambió con la energía y buen rollo que desplegaban el grupo
La Brigada,
claro que ellos jugaban con ventaja, jugaban en casa.
La Brigada , una formación que se creó en Vilanova i la Geltrú allá por el
año 2007 y con su disco debut del 2008 llegó a ser reconocido por la revista MondoSonoro
(edición catalana) el mejor disco del año y por la revista Enderrock el quinto mejor, aunque
después de dos discos más en 2010 y 2012 se quedaron en stand-by hasta este año
en que volvieron a los ensayos para responder la llamada que desde el Tingladu les
hicieron para celebrar estos diez años de festival.
Pop, rock, folk con carácter inglés mezclado con música catalana de los años 70, un cóctel
que conecto con su público, favorecido por el savoir fer de su cantante Pere Agramunt,
siendo ellos quienes prepararon al público para la actuación que vendría luego.
Y así, siendo cerca de las once de la noche aparecía
Adrià Puntí.
Con su disco “La Clau de girar el taller” (La llave de girar el taller), presentado después
de varios años de silencio.
Personaje imprevisible y genio, encima del escenario ofreció una actuación
memorable, visceral, intensa, imprevisible, con momentos de rock aceleradisimo
como en “Jeu” (sientate) o la canción coreada por todos “Ull per ull” (Ojo por ojo) o
“Si”, canción que Bumbury adaptó para si, se fue ganando a todo el publico. Excelente plato
del festival.
Después, otro de los platos estrella del viernes, los
Manel, actualmente
uno de los grupos pop catalanes mas conocidos por toda España, salían a escena con su último
disco “Jo competeixo” (Yo compito) (2016) con el que se situó en en el primer puesto
en ventas de discos en España.
Con un viraje hacia un sonido con elementos más electrónicos, el suyo, a diferencia del
artista anterior, fue un concierto en el que no se salieron del guion. Tocaron
bastantes temas de su último disco, canciones como la clásica ya “Al mar!” de su disco debut
y dejando para la última canción, ya en los bises, la esperada “Sabotatge”. En mitad
de su actuación, pero, un pequeño imprevisto con la guitarra de Roger Padilla, hizo que
durante un buen rato el cantante Guillem Gisbert tuviera que improvisar.
El Sábado fue
Tomeu Penya quien se hiciera cargo del comienzo del festival.
Cantautor mallorquín, veterano de los escenarios y con casi treinta discos a sus espaldas,
desarrolló, junto con su guitarra electroacústica, un country-rock aderezado con aromas de
mallorca. Canciones que, algunas de ellas, presentaba explicando anécdotas ocurridas durante
su vida.
Quimi Portet comenzaba con su rock con tintes surrealistas a eso de las
nueve de la noche. Bajo el brazo el disco que vio la luz en el 2016 “Ós bipolar” (Oso
bipolar). En el escenario, en formato trio, segunda guitarra y batería, fue
desplegando su rock pausado mientras el sol se iba poniendo. A destacar la canción “Tinc una
béstia dintre meu” (Tengo una bestia dentro de mi) de su disco “Oh my love” (2012),
impecable.
QUIMI PORTET
Con el sol ya en el ocaso aparecían los valencianos
Smoking Souls,
repetidores del festival el año pasado y dentro de su gira “Cendra i or” (Ceniza y
oro) nombre del último disco sacado este año y en el que ha colaborado gente como
Berri Txarrac.
Rock enérgico con melodías pop, animaron a los numerosos seguidores que, en el recinto ya
totalmente lleno, animaban cada una de las canciones.
Un comunicado reivindicativo de la plataforma antifascista de Vilanova i la Geltrú sirvió de
preámbulo para la entrada en escena del grupo italiano
Talco, bebedores de
la música de Banda Bassotti, Mano Negra o The Clash, entre otros.
Talco con su punk-chanka, como ellos definen su música, pegaban los primeros
saltos sobre el escenario.
Según diversas estimaciones que hacíamos los que estábamos cubriendo el festival en este
momento en el recinto habrían alrededor de unas ocho mil personas, y realmente la catarsis
colectiva con los italianos fue apoteósica. Paseando todavía su último disco hasta la fecha
“Silent town” (2015), aunque se escuchan rumores de estar preparando nuevo material,
canciones como “Il tempo” ,“Silent town” o la celebrada “Danza de’ll autumno rosa” ya
con multitud de bengalas encendiéndose por todo el recinto, la veteranía en festivales de la
banda se notó y mucho, sin dejar decaer el clímax con el público en ningún momento.
El lleno aún se mantenía esperando otra de las bandas esperadas, los valencianos
Zoo
y su interesante mezcla de ritmos electrónicos con rap, rock o ska.
Con su segundo disco del 2017 “Raval” y habiendo colaborado con gente como Def con dos
o Los chikos del maiz, su sonido en directo es contundente, con canciones reivindicativas y
con contenido político, volvieron a causar más bengalas encendidas entre el público. “Carrer
de l’amargura” (Calle de la amargura) , de su primer larga duración, “Raval” , “El cap per
avall” (La cabeza bocabajo) o “Dilo en castellano” de su último disco fueron sonando. Gran
final de festival por este día.
El domingo y todavía con la resaca del sábado, los conciertos tuvieron que retrasarse debido
a la tormenta que cayo en Vilanova. Los primeros en actuar, curiosamente llamados
El
Diluvi (El diluvio), empezaron aproximadamente casi una hora mas tarde de lo
previsto, provocando que tuviesen que reducir su tiempo de concierto.
El diluvi y su folk con elementos de cumbia, reggae, rumba y música tradicional valenciana
alegró el inicio de los conciertos. Buen rollo sobre el escenario.
Uno de los platos fuertes del domingo fueron
Aspencat, en la que será su
última gira antes de un parón indefinido.
Con su disco “Tot es ara” (Todo es ahora) del 2015, en el que han tocado
en festivales como el Crüilla en Barcelona y próximamente tocarán en el Arenal
Sound de Borriana son enormemente conocidos en Cataluña. El recinto se llenó y movió
al ritmo de los valencianos con su lema “la música nace de la rabia”. Kiko Tur e
Ivan Gosp, los dos cantantes, fueron incansables.
A las once, con el recinto lleno y con mucha expectación y después de una intro algo
desconcertante salia Mala Rodriguez como maestra de
ceremonias con su grupo de bailarinas, “sus niñas”, decía.
Controlando los tempos, pues está curtida en mil batallas, dominó a la perfección la
actuación y su rap mezclado con toques flamencos fue funcionando como una maquina bien
engrasada. “Tengo un trato” , “Tambalea”, en donde subieron al escenario numerosas mujeres
del publico a bailar la canción invitadas por la Mala, entre otras fueron sonando aunque
sin demasiados excesos por parte de la artista.
Ya en la recta final del festival y a la una de la mañana salían a escena los catalanes Oques
Grasses (Ocas gordas), con su tercer disco del 2016 “You Poni” y su música
mezcla de rumba, pop, reggae y muchas dosis de cachondeo, consiguió mover al publico en
numerosas canciones, hasta el punto en que en el tema final del concierto “Passos
importants” (Pasos importantes) la gran mayoría de publico se quitó la camiseta, porque,
como decía la canción, “...las cosas importantes se hacen sin camiseta”.
Cachondeo y buen rollo para el numeroso público joven que ocupaba el recinto a esas horas.
Y finalmente a las dos de la mañana, Miquel del Roig, un personaje que cada año repite
para finalizar el festival, cerró el décimo aniversario de un festival por la
cultura y para la gente.
EDICIÓN 2016