Por Jesús S. -IndyRock
Todo es posible pero nada es real. Esta abrumadora sentencia forma parte "Type", uno de los temas con los que Living Colour consiguieron caldear un concierto que nos trajo a una banda que hace unos años dábamos por perdida. En estos días de retornos de formaciones del pasado, te das cuenta de que cualquier cosa que pensabas no volverías a ver nunca más finalmente se materializa ante tus ojos. Una buena noticia la llegada a los escenarios españoles de esta banda, que rentabiliza su pasado como hacen muchas otras. Con un cancionero variado, donde hard-rock, metal, funk y soul conviven sin problema alguno, Living Colour sólo planteaban la duda de cómo se desenvolverían sobre un escenario después de tantos años. Las noticias que nos llegaban de su shows previos revelaban que definitivamente no habían perdido la agresividad. Y bien pudimos constatarlo en la Sala El Tren, donde se presentaron ante un público numeroso que fue, como el concierto, de menos a más conforme la banda entraba en combustión.
En el escenario, Corey Glover se convierte en el frontman negro que une presente y pasado con una voz prodigiosa. Lo mismo emite agudos imposibles que la engola al estilo de los grandes del soul. A su derecha, Vernon Reid, toda una institución de las seis cuerdas, no ha perdido un ápice de su estrambótico carácter, con la guitarra a la altura del pecho y sus muecas de loco maravilloso. En cuanto a la sección rítmica, el buen hacer de Will Calhoun se ve incluso superado por la labor al bajo de Doug Winmbish, un tipo tranquilo pero absolutamente necesario en esta banda, a la que aporta un excelente trabajo instrumental e incluso vocal como apoyo de Corey. El repertorio, los clásicos conocidos, fueron cayendo, desde “I want to know” a la cachonda “Bi”, pasando por momentos muy intensos como “This is the life” o lo mejor de la noche, la interpretación de “Papa was a rolling stone” que precedió a la festiva “Glammour Boys”. Transitando desde el soul al hard-calypso, el hip-hop y la experimentación instrumental (la jam session en la que Vernon deja de lado la velocidad en pos de la melodía, y que da paso a la algo forzada exposición rítmica de Will Calhoun), Living Colour son incapaces de dejar a nadie indiferente, como demuestra el momento en que Doug se mezcla con el público sin dejar de tocar el bajo. La explosión final en los bises vino de la mano de “Ingonorance is bliss”, con Corey bajando también del escenario y subiendo al palco de la sala. La esperada “Cult of personality”, con su riff zeppeliniano, terminó de poner patas arribas al personal, que rozó el cielo viendo a una banda negra americana tocando un clásico del punk inglés, “Should I stay or should I go”, versión turboacelerada marca de la casa que se une a la emblemática pregunta sobre nuestro color favorito.
Un gran show en definitiva, ciento veinte intensos minutos que demuestran que el buen gusto no está reñido con la variedad. Como gritaba Corey, todos somos Living Colour.
Auténtico rock negro
por Enrique Novi
Hay datos que son reveladores: de los dieciocho temas que Living Colour interpretó el jueves por la noche el la sala El Tren, siete pertenecían a su debut del 88, cinco a su segundo álbum, del 90, y tres al tercero, del año 93. La contundencia de las cifras deja bien claro lo lejano que ya queda el mejor momento de una banda que estuvo a punto de tocar la gloria antes de la explosión grunge para ir alejándose de ella inexorablemente conforme iban cayendo las hojas del calendario. Disueltos en el 95 y reunidos de nuevo a principios de siglo a raíz de un encuentro sobre el escenario del mítico CBGB’s, donde comenzaron, como tantos grupos neoyorquinos, su carrera, desde entonces giran por el mundo tirando del repertorio de su época de esplendor sin complejos y sin rubor alguno. Dicho esto, hay que admitir el poderío sonoro que aún son capaces de desplegar sobre las tablas. Desde el prodigioso guitarrista Vernon Reid hasta el súper dotado vocalista Corey Glover, el versátil batería Will Calhoun –los tres miembros fundadores del grupo- y el impresionante bajista Doug Wimbish, que en su día sustituyera al original Muzz Skillings, todos ellos son magníficos músicos de una destreza sin discusión. Y la ponen al servicio de un show de más de dos horas que no da tregua al oyente. Así que a pesar de los precedentes que los colocan fuera de los focos de los medios, el grupo muestra la prestancia de los que están en forma. Y su directo demuestra que son capaces de extraer notas con auténtico sabor a blues, a soul y a funk aunque ellos prefieran por encima de todo ello el rock más potente y despiadado, ese que haría sonrojar a tanto heavy de postura y de cliché. Y es que mientras el resto de chicos negros de su generación veneraban a James Brown y sobre sus bases se inventaban el hip hop, Vernon Reid, todavía motor del grupo, rendía pleitesía a otro chico negro muchas veces despreciado por su comunidad acusado de venderse y de gustar al público blanco: Jimi Hendrix. Living Colour fueron una rara avis en su día por ser uno de los pocos grupos negros que hacían rock –toda una paradoja en un género de raíces inequívocamente negras pero abandonado por los negros cuando se lo apropiaron los blancos en una época en la que oficialmente la segregación había acabado- y a día de hoy lo siguen siendo. Funny Vibe, Desperate people, Wich way to America?… uno tras otro fueron cayendo sus grandes temas, y entre medias hubo lugar para todo tipo de lucimientos: un deslumbrante solo de bajo con Wimbish entre el público, Glover paseándose micrófono en mano por toda la sala o el ejercicio de estilo drum’n’bass entre Reid y Calhoun. Así hasta acabar con el inevitable Cult of personality que dio paso a los bises. Que el último de ellos fuera una incendiaria versión del Should I stay or should I go de The Clash fue toda una declaración de principios.
Buenos Aires_ Argentina_ 24 de Agosto 2007 The Roxy Club.
Fotos y texto: Diego Vinitzca
La gente iba formando fila a un costado en la calle, fuera del The Roxy Club.
Todo avanza tranquilamente, de a poco comienza a llenarse de gente, que muy apaciblemente se va acomodando dentro del lugar, a la espera de la hora del show.
Casi es la hora, la gente charla como recién encontrada después del trabajo en un bar. Se escuchan pequeños murmullos, pero todo va bien, tranquilo. A minutos, la ansiedad dice presente, la gente empieza a mirar para el lado del escenario y pequeños gritos empiezan a copar el lugar.
En una milésima de segundo, todo explota, todo estalla en gritos, saltos y ahí ellos, Living Colour.
Arranca con un muy frenético cover de The Clash, "should I stay or should."redoblando el tiempo cada minuto hasta terminarlo en una potente versión punk.
Durante las 2 horas que duró el increíble show, presentaron su ultimo disco Everthing is Posible, The Very Best".
Como en todos lados del mundo, la gente hizo propios a temas como "Cult of Personality" el que los llevó al reconocimiento o el coreado por todos "Elvis is dead, Elvis is dead".
Los Colour fueron uno a uno metiendo unos increíbles solos: Doug Wimbish, haciendo punteos con su bajo con sonido a guitarra eléctrica podrida y lo mejor(,) ; los más de 5 minutos de Will Calhoun tras su bata haciendo complejas rítmicas y demostración de virtuosismo casi callejero; El increíble Vernon Reid, que arrancó y se mantuvo casi todo el recital estático, para terminar casi abrazado con la gente, y volviendo (cuando terminó) al final para revolear su remera al publico. Así los 4.
Todo terminó casi como si fuera una disco y todos bailando en el mismo lugar, incluyendo a los Colours.
Formación
Veronon Reid: Guitarras
Corney Glover: Voces
Will Calhoun: Bateria
Doug Wimbish: Bajo y Electricos.
Procedencia New York
Biografía
Living Colour fue una formación pionera en la fusión de metal, funk, soul, jazz, hip hop y punk rock, una amalgama que fue etiquetada como 'crossover' a finales de los ochenta, momento en que estuvo en el ojo del huracán gracias también al trabajo de bandas como Red Hot Chili Peppers, Jane's Addiction, Urban Dance Squad o Faith No More. Liderada por el virtuoso guitarrista Vernon Reid, Living Colour se formó en 1985 y publicó su primer disco, Vivid (Epic), en el 88. Se disolvieron diez años después para volver en el 2001.
A mediados de los 80 la música negra se reducía al hip hop, los estándares del pop y el llamado R&B, y el underground del jazz y el blues. En cierta manera, los músicos negros habían desaparecido del mundo del rock. Los Hendrix, Sly Stone o Eddie Hazel no habían tenido sucesores dignos de tal nombre. Lo más cercano a una banda de rock eran Fishbone, aunque su alocada propuesta era demasiado funk para los blancos y demasiado rock para los negros. El hueco que los músicos de color estaban pendientes de llenar tuvo dueño a finales de la década. Patrocinados por todo un Mick Jagger, en 1988 había llegado la hora de Living Colour.
El líder de la banda, Vernon Reid, era un virtuoso guitarrista que había militado en grupos de jazz y había colaborado con los músicos más dispares. Su técnica prodigiosa no sólo le convirtió en el mejor guitarra de su generación (no creo que ningún blanco haya logrado estar tan cerca de Van Halen como Reid) sino, triste es decirlo, en el único guitarra solista de rock con piel negra por aquellos años. La formación la completaban Corey Glover (cantante), Will Calhoun (batería) y Muzz Skillings (bajo).
Tras la edición de su primer álbum, Vivid, el éxito fue inmediato, principalmente gracias a su gran single, Cult of Personality, que fue acompañado por un videoclip bastante efectivo. El grupo teloneó a los Rolling Stones y el resto fue historia. Grandes giras, premios y sus vídeos en la MTV a todas horas. Los tiempos estaban cambiando.
Living Colour abrieron la puerta al éxito al resto de grupos de fusión de la época, y junto con Faith No More sentaron las bases para Rage Against The Machine y el resto de clones de esta banda que aparecieron durante la primera mitad de los 90. Las canciones de Living Colour no sólo llevaron la fusión entre rock, funk, rap y cualquier otra cosa a los charts, sino que además devolvieron las letras inteligentes y comprometidas al rock, antes de que los RATM y Pearl Jam de este mundo hicieran su aparición. Se acabaron las canciones sobre chicas y coches. Al igual que los grupos de hip hop de la época, Glover y sus compañeros hablaron sobre desigualdades económicas, hipocresía política y racismo, aunque todo ello de manera más suave que sus hermanos raperos.
Un segundo álbum tan brillante como el primero dio paso al comienzo del fin. Su tercer disco, Stain, más experimental y oscuro, obtuvo unas ventas muy pobres. El bajista dejó la banda, pero aun así el grupo decidió seguir adelante. Sin embargo, durante la grabación del que iba a ser su cuarto trabajo, las diferencias sobre el camino a seguir fueron, al parecer, demasiado amplias, y el grupo se separó. Corría el año 1995.
La agrupación anunció su reunión a principios de 2001.
Discografía
Vivid (1988)
Time's Up (1990)
Biscuits (1991) -EP-
Stain (1993)
CollideØscope (2003)
The Chair in the Doorway (2009)
Shade (2017)
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