Micah P. Hinson, El factor humanoEn 1996, Bob Dylan permitió que el Banco de Montreal usase su canción “The Times They are a-Changin'” en una campaña publicitaria. Treinta años antes, había dicho de ella: “no es una declaración, es un sentimiento”. Si convenimos en que no había burla o disimulo en aquellas palabras, con su canción Dylan no trataba de explicar, como un iluminado, lo que otros dudaban o ignoraban; pretendía, sencillamente, comunicar a otras personas un estado de ánimo producido por causas que lo impresionaron con viveza.
Por Manuel C. Ferrón - IndyRock
Micah P. Hinson comenzó su concierto del miércoles interpretando los primeros compases de dicha canción de Dylan, en una aparente declaración de intenciones, la de vincular su propuesta a la de los grandes nombres de la historia del folk americano (Woody Guthrie era evocado desde la guitarra de Hinson, sobre la que, como en la de Guthrie, rezaba la leyenda “esta máquina mata fascistas”), que interrumpiría airosa y súbitamente para mostrar a los asistentes que su propósito real no era hablar de Dylan (“¿Bob Dylan?, Yo puedo escribir mis propias canciones… mejores canciones.”, espetó) o Guthrie, tampoco de Elvis o John Denver, a quienes versionó en el bis; sino hacer la narración de su vida a través de sus canciones.
El de Tennessee concibe la música como un acto de comunicación humano y, por tanto, imperfecto. Por pura coherencia, su concierto fue un imperfecto acto de comunicación humana. Imperfecto sólo a causa de inconvenientes técnicos de poca entidad o, para algunos espectadores y el propio Hinson, a causa de las barreras idiomáticas que impedían a unos disfrutar de las extensas e intensas glosas de Hinson a la mayor parte de sus canciones; y al intérprete, de la reacción del público a las mismas. Por lo demás, en el extenso repaso a su discografía pudimos disfrutar de un carismático Micah P Hinson dialogante y sincero que con hondura y desgarro nos cantó y nos contó pasajes de una vida en la que las cicatrices que dejan el rencor, las instituciones mentales, las drogas, los anillos de compromiso, la religión o las snuff movies pueden transformarse en pura vitalidad gracias a una guitarra y una voluntad libre.
FIB 08, crónica y fotos, Galeria y video
Madrid, 14 de abril de 2008 Sala Heineken + The Baltic Sea
crónica Rafa Carazo - IndyRock
Fotos Aaron Palazón - IndyRockEste joven gigante es, desde hace ya unos años, no sólo el más reciente y sólido valor de la americana sino que se ha convertido en su viva estampa. Houston Party ha confiado en él desde sus inicios y el paso del tiempo confirma el acierto. Ahora lo acerca a España con una extensa gira por nuestro país en la que, saliéndose del tradicional puente aéreo Madrid-Barcelona, también recalará en Alicante, Málaga, Sevilla, Bilbao, Durango, Santiago de Compostela, Vigo, Valencia. ¿El motivo? presentar las canciones de su nuevo trabajo "Micah P. Hinson and the red empire orchestra" que verá la luz en el mes de mayo, mientras nos tenemos que conformar con el EP de adelanto "The Surrendering".
Noche de lunes y nuevo lleno hasta la bandera. El aluvión de propuestas de calidad no impide que los conciertos en la capital registren unas entradas tan elevadas como sorpresivas. Michael Paul Hinson finge sentirse abrumado por el lleno, "there´s a hell of people" espeta, cuando en realidad es conciente de tenerlo merecido.
Su inquietante biografía con grandes dosis de pasado turbulento (amores imposibles, adicción a narcóticos, expulsión del hogar, carencias económicas, miseria emocional.) alimentan la leyenda que se inició con "Micah P. Hinson and The Gospel of Progress" (Sketchbook, 2004).
Tanto en la obra de este confesado fan de John Denver como en el concierto de anoche confluyen susurros folk, nanas espectrales, aristas rock y la libertad del country junto con muchos y diversos ecos a Tim Buckley, Kris Kristofferson, Willie Nelson, Nick Lowe, Bob Dylan, Johny Cash, Lambchop y todo ello para desembocar en una orgía de noise rock. Y por si había pocos nombres en esa relación no podemos olvidar un último: Buddy Holly aunque sólo venga a la mente por su evidente parecido físico.
Micah se asomó al escenario con una comodidad pasmosa e inició el concierto sólo a la guitarra pasando del susurro al verso suave y de éste al rugido con una rapidez epatante en un juego de ritmos que se perpetuó a lo largo del show mostrando su enorme facilidad para pasar de lo íntimo a lo expansivo. Pronto se hizo acompañar de un bajista (con bajo hofner en forma de violín, el mismo que compró Mcartney con su primer sueldo cuando tuvo que abandonar la guitarra y pasarse al bajo todavía con The Silver Beetles -un poco de betleamanía) que también interpretó el banjo para acabar condimentando las canciones con un tercer hombre a la batería, teclados y slide guitar.
En su continuo esfuerzo por marcar los tiempos del concierto para llevarlo a su ritmo (lento y pausado, exasperante en ocasiones), logró largos intervalos entre canción y canción voluntariamente provocados en ocasiones (una sóla cinta para la acústica y la eléctrica le obligaba a cambiarla continuamente) o fruto del azar en otras (rompió cuerda en dos ocasiones).
Fumó e intimó con el público (otra artimaña para ralentizar el tempo del concierto) con historias en las que menta su medicación, su boda o el amor por su esposa "que inspira mi último trabajo" y en particular la magnífica "we won´t have to be lonesome tonight" que inició con guitarra desafinada lo que le obligó a parar la canción para reiniciarla minutos más tarde en un gesto que ejemplifica su esencia: esa mezcla de tranquilidad y pasotismo, la fingida poca profesionalidad y su sobrado saber estar.
Rescató canciones de sus dos albumes publicados hasta el momento, recordó su ep "The Baby & The Satellie" (Scketchbook, 2005) con "Dreams You Left Behind" y por supuesto presentó su flamante nuevo álbum.
Concierto intenso pero monótono por momentos en el que quedó firmemente confirmada la capacidad expresiva de este tejano nacido en Memphis. A sus 27 años demuestra ser un sabio precoz que no elude responsabilidades y que asusta en su facilidad para transmitir emociones devastadoras, para impartir lecciones sobre sentimientos humanos y para utilizar la fuerza como tragaluz.
Acabó con una versión de John Denver "This Old Guitar", canción que define a la perfección el espíritu clasicista y atemporal de su música. Y para terminar con más referencias, citemos sus cinco discos más escuchados "Pet Sounds" de The Beach Boys (1966), "Trompe le Monde" de Pixies (1991), "Loveless" de My Bloody Valentine (1991), "Blood on the Tracks" de Bob Dylan (1975) y "Forever Changes" de Love (1967).
Abrieron la noche los sevillanos The Baltic Sea que con un sonido más épico, más rock y más oscuro inundaron la sala a la espera del plato fuerte de la noche. Con composiciones como "Walls", "Seychelles" o "A song for everyone" demostraron calidad compositiva y claros ecos al rock americano de la pasada década del que un servidor no ha conseguido nunca disfrutar.
Pero esta banda ejecuta de manera impecable sus composiciones y tiene temas de indudable pegada, así quedó patente con la adictiva "Television Bells" o la enorme "We might be losers" con la que cerraron.
Biografía
Nació en Memphis el día que dispararon al presidente Reagan. Cuando era aún un adolescente, se marchó a Texas. En Abilene, hizo sus primeras incursiones en el mundo de la música. En esta misma ciudad, comenzaría una tortuosa relación sentimental con una mujer bastante mayor que él, ex modelo y viuda del guitarrista de un grupo local llamado Tripping Daisy. Junto a la “viuda negra”, como más tarde la calificaría el propio Micah, se adentró en el consumo de estupefacientes, llegando a pasar una temporada en la cárcel en la primavera de 2000 acusado de falsificar recetas. Tras su paso por la cárcel, comentó haberlo perdido todo. Más tarde, tras conseguir un empleo e instalarse en un motel, comienza a utilizar instrumentos prestados, y llegó a componer alrededor de 30 canciones que más tarde incluiría en sus primeros discos.
En el invierno de 2003, comienza a cambiar su suerte. Junto a sus viejos amigos de la banda The Earlies, revisa sus primeras composiciones. El fruto, “Micah P. Hinson and te Gospel of Progress”, su primer disco. Desde entonces, no han parado de llegar las buenas críticas. Todo ese apoyo ha hecho posible que Hinson, con veinticuatro años, sacara su segundo disco, “Baby And The Satellite”, y un año después el tercero, “Micah P. Hinson And The Opera Circuit”.
Más tarde encontraría un nuevo amor con el que se casó en 2008 tras interrumpir un concierto en Londres para pedirle matrimonio. Esta nueva relación rehabilitó a Micah. Su música comenzaría a salir de las cavernas y a ver un poco de esperanza en la humanidad y en el amor.
Vuelve a la carretera. Micah P. Hinson, el inadaptado en busca de conexión. El trovador de gafas redondas y orejas salvajemente agujereadas. El gran aullador. El fan de John Denver. El dolor minimalista del neofolk. El coctel salido de mezclar a Leonard Cohen con el vals de Texas y la rabia de un veinteañero que canta como si hubiera nacido viejo.
Repasará en ellos el repertorio que le ha llevado hasta donde está -ser uno de los iconos más alabados y genuinos del indie del siglo XXI-, pero también avanzará material de sus próximas e inminentes entregas: un EP de seis canciones, que verá la luz en abril, "The Surrendering", y en el que da salida a su faceta más experimental; y su esperado nuevo larga duración, "Micah P. Hinson And The Red Empire Orchestra", cuya publicación está prevista para mayo. Un álbum en el que su doble V (vals y violines) está más presente que en "Micah P. Hinson And The Gospel Of Progress" y "Micah P. Hinson And The Opera Circuit", aportando un lejano aroma decimonónico, conectándolo de alguna manera con el espectro de los pioneros del centro y el este europeo que se instalaron en el suelo donde él ha nacido. Un disco que convertirá a este joven bardo en punto de referencia a la hora de evaluar la música importante de 2008. Micah suma y sigue.
MICAH P. HINSON & The Junior Arts Collective: 2012
Hemos estado antes aquí, hablando de lo humano y lo divino alrededor de Micah P. Hinson, de sus pactos con la suerte y la desgracia, de su biografía de “loser” y kamikaze prematuro, de sus líos de faldas y su posterior redención musical. Y volvemos al escenario del crimen, como casi todos los que cometen alguno, porque el de Memphis, Tennessee, recolocado por la vida en Texas, tiene nuevo disco y lo vendrá a presentar en directo en noviembre. El álbum verá la luz ese mismo mes con el título de “Micah P. Hinson & The Lonesome” y contendrá dieciséis canciones sacadas de su baúl de los recuerdos y los secretos. Rarezas y caminos alternativos, descartes y otras mezclas. El primer corte, fragmentos de una entrevista en Australia realizada por una periodista que no sabía nada de él. El último, una versión acústica de “The Life, Living, Death And Dying Of A Certain And Peculiar LJ Nichols”, nunca antes publicada. El segundo, una mezcla diferente de “The Day Texas Sank To The Bottom Of The Sea”. El penúltimo, “You Will Love Me Then”, una canción inédita suya. Y así podríamos seguir, entre un “outtake” de su LP de debut; una versión de Woody Guthrie al piano; la primera toma de “The Nothing”, grabada cuando era un “homeless” (entonces la bautizó como “The Lonesome”); su visión del viejo clásico del gospel “Come Thou Fount”... El disco irá con el número de noviembre de la revista 'Rockdelux', que dará amplia cobertura al lanzamiento y a su autor. Uno de esos círculos que se cierran: no olvidemos que fue ahí, en 'Rockdelux', donde se alzó el telón en estas tierras para el estadounidense, gracias a una laudatoria crítica firmada por Juan Cervera de su primer largo, “Micah P. Hinson And The Gospel Of Progress”, que hizo saltar la liebre y nos arqueó las cejas; después Houston Party lo licenciamos.para España y el resto... es historia. Una historia que en noviembre escribirá un nuevo capítulo. Atención: nuestro hombre ha decidido bautizarse para su próximo tour otoñal como Micah P. Hinson & The Junior Arts Collective. ¿Y quiénes son The Junior Arts Collective? Nada menos que Timber Timbre, el trío canadiense de neo folk que con cuatro discos a las espaldas desde 2006 ha plantado su bandera entre el country y el blues, el pasado y el presente, el gótico profundo y los ambientes claustrofóbicos. Sí, esta alianza promete.
Micah P. Hinson & The Nothing” 2014, su séptimo LP
Esta obra sucede a la recopilación de rarezas 'Micah P. Hinson And The Junior Arts Collective' (2012) que distribuyó la revista 'Rockdelux' en su número de noviembre de aquel año, así que desde 2010, con “Micah P. Hinson & The Pioneer Saboteurs”, el estadounidense no sacaba un trabajo bien surtido de canciones nuevas suyas. Podrán escucharse, las flamantes y también parte de las otras, las que repesque de una trayectoria que le ofrece ya decenas de posibilidades donde tirar la cañ
Con este disco el de Memphis (pero residente texano) gira hacia sonoridades que evocan, más que en ocasiones anteriores, el porche delantero de una granja poco transitada, con baladas de amor para tiempos de guerra a ritmo de vals o casi y ambientaciones adaptadas a una hipotética segunda parte de “O Brother, Where Art Thou?”. Temas como “There's Only One Name”, bluegrass de banjo en la solapa, o “The Life, Living, Death And Dying Of A Certain And Peculiar L. J. Nichols” (que ya venía interpretando en directo desde 2010, en una versión más desgarrada), trotando con el contrabajo entre Tennessee y Texas, ejemplifican la marea tradicionalista que inunda buena parte de su nueva obra.
Eso no impide que haya momentos para el galope garagero en plan Violent Femmes, caso del corte de apertura, “How Are You Just A Dream”, o para la escenificación fantastasmagórica, como pasa en “Sons Of The USSR”. Pero, en resumen, estamos ante el Micah más “rocking chair” de su carrera, que diría un fan de The Band, aunque mantiene todos los rasgos que han provocado definiciones del tipo “el Leonard Cohen del indie” y han posibilitado que desde que nos visitó por primera vez, en 2005, haya ido cultivando una parcela de seguidores cada vez más amplia.