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PATRICK WATSON
16 Marzo del 2008 Razzmatazz Barcelona
Fotos José Carlos Fernández Amado - IndyRock
Crónica Iván Reyes - IndyRock


Para quien no conozca a Patrick Watson (la persona), destacar
que procede de Canadá, concretamente de Montreal. El Sr. Watson,
siempre ha estado muy ligado al entorno musical, se inició en la
formación clásica a los siete, ello le llevó a cantar en
iglesias de la zona oeste de Montreal e interpretar piezas de
Debussy y Satie entre otros compositores.
Su capacidad creativa y su efervescente afición por
experimentar, le motivó a formarse en el jazz. A los 16
años colabora en una banda donde cualquier registro tenía
cabida, sin prejuicios ya era capaz de mezclar la música clásica
con la electrónica, el dub o el soul entre otras.
Su primer trabajo "Just Another Ordinary Day" fue editado en
2003, y tres años más tarde registra "Close to Paradise",
realizado el 26 de septiembre. Las repetidas colaboraciones con
otras formaciones, como por ejemplo en el álbum Ma Fleur de The
Cinematic Orchestra le permiten alcanzar una madurez, una
riqueza y una precisión que saltan a la vista en sus directos.
Actualmente la solidez y brillantez de la formación nos obliga a
entender a Patrick Watson como un cuarteto formado por Mishka
Stein (bajo), Robbie Kuster (batería), Simon Angell
(guitarra) y por último el cantante, pianista y front-man que da
nombre a la banda.
Watson se hizo con el público prácticamente antes de empezar,
pues subió a realizar unos ajustes en el piano y, tras unas
sonrisas, aprovechó para grabar unas melodías de voz, que dejó
secuenciadas desde su pedal de efectos hasta que toda la
formación estuvo en su puesto.
El concierto arrancó de la mejor manera posible con la canción
que da nombre al disco "Close to Paradise". Tras las primeras
notas, todo el mundo en la sala sabía que iba a ser uno de esos
conciertos que no dejan indiferente a nadie, el sonido era
adecuado y las dimensiones de la sala permitían una calidez y
proximidad que harían saltar chispas enseguida, y así fue. Tras
las primeras notas de piano y los primeros suaves golpes de
escobillas de Robbie, llegó la aterciopelada voz de Patrick, la
cual recorrió toda la sala hasta levantar el último pelo de
todos los brazos de los asistentes.
Patrick no tardó en levantarse del piano para acercarse a su
público y con su pedal de efectos en la mano jugó con delays,
consiguiendo en ocasiones una sensación de desgarro enfurecido
que llegaba a todos los rincones de la sala, todo ello, eso si,
controlando cada una de las dinámicas e intensidades con las que
se jugaba en cada momento durante la canción.
La magia ya estaba servida, las líneas de batería eran
bestiales, en ocasiones buscando la pesadez y en otras la
ligereza y el detalle más insospechado, dibujaban y desdibujaban
todas y cada una de las estructuras que Patrick con su voz y
desde su piano fabricaba, creando un ir y venir envolvente que
recordaba a menudo a una banda sonora.
Simon en ocasiones sutil, proporcionaba en una dosis de melodías
fronterizas que recordaban a formaciones como Calexico, en otras
ocasiones rozaba la psicodelia recordándonos a Jefferson
Airplane y otras veces su ferocidad lo asemejaba a Buzz Osbourne
en Fântomas.
Un groove adecuado y una caída lenta, produjo en la cabeza de
los presentes pensar en dub, no cabe duda de que la
banda ha sabido sin duda aprovechar el ramalazo de reagge y soul
que Patrick ha mantenido desde su más tierna adolescencia.
Cabe destacar que hubieron momentos de feeling feroces donde el
batería llegó a lanzar sobre el suelo cadenas y demás juguetes
para crear una preciosa atmósfera.
Algo parecido ocurrió con Simon que jugueteó sobre las cuerdas
de su guitarra con todo tipo de artilugios, incluyendo un
cepillo de dientes eléctrico.
El contacto con el público era total, Watson y Simon se
desplazaron al centro de la sala y nos dieron una lección a
golpe de guitarra acústica y voz a capela, mientras que Robbie y
Mishka más tímidos se aproximaron al borde del escenario con
xilófono y un shaker improvisado.
Por el escenario pasaron canciones esperadas por todos, como
"The Storm" o "Weight of the World" acogidas con fuertes
aplausos.
Patrick Watson supo terminar muy bien su trabajo, se despidió
con "Bright Shiny lights", sirviéndonos secuencias de voces que
grababa y disparaba desde su pedal, abandonó el escenario
dejando parte de los coros registrados en ese momento, cerrando
el concierto como lo empezó. Sin duda esta formación demostró
que tiene muchas cosas que contar con una decisión y frescura
implacable.
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