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SAM ROBERTS BAND
Entrevista Por Jesús Rojas - IndyRock
En la música de Sam Roberts hay pop, rock, psicodelia, ¿qué
artistas reconoces como tus máximas influencias?
Crecí escuchando a Bob Dylan, The Kinks, J.J Cale, The Band,
Hawkind, The Beatles y Neil Young, por citar sólo unos
cuantos. Considero a todos ellos como grandes inspiradores en
mis composiciones y mi estilo musical.
Estos estilos vivieron sus mejores momentos durante los años
60, ¿por qué crees que en la actualidad no hay muchas bandas
que se dediquen a seguir cultivando estos géneros?
Pienso que es importante no pensar en la música, de ninguna
manera, como algo perteneciente a un tiempo o un lugar concreto.
Las bandas que están obsesionadas con identificarse con
tendencias, corrientes o géneros no durarán mucho. Yo estoy
trabajando por hacer una música que trascienda a cualquier era.
"Chemical City" es tu segundo trabajo, ¿qué novedades
encontramos respecto a "We were born in a flame"?
El proceso de grabación entre los dos discos ha sido muy
diferente. "We were born in a flame" era un esfuerzo individual,
algo muy introspectivo. "Chemical City" se grabó de un modo más
crudo, más directo. Nosotros tratábamos de capturar el
sentimiento y la energía con la que la banda se muestra en
directo.
¿Qué repercusión ha tenido Garth Hudson (organista de The
Band) en el resultado final del disco?
Garth Hudson y The Band redefinieron el uso del órgano (y
teclados en general) en los discos de rock and roll. Hay algo en
el modo en que toca que lleva una canción fuera de lo ordinario
y a otra dimensión. Nosotros también nos condujimos a hacer eso
con "Chemical City".
Habéis grabado esta nueva obra en una iglesia presbiteriana,
se dice que hay mucho de místico en vuestras canciones, ¿se
puede decir que Sam Roberts es un rockero místico?
No estoy tan seguro de que sea algo místico lo que me define a
mí y a mi música. Esa palabra parece implicar que puedo mover
objetos con la mente o, tal vez, llegar a un espectáculo volando
sobre una alfombra volante. Soy, sin embargo, una persona
espiritual (no necesariamente religioso) y eso repercute en todo
lo que escribo. Trato de encontrar lo extraordinario en lo
mundano.
¿Te consideras cantautor o crees que Sam Roberts es una
banda?
En este aspecto hay un poco de paradoja. Escribo toda la música
y las letras y esa es una tarea muy solitaria. Sin embargo, cojo
esas canciones y se las doy a la banda y ellos se encargan de
transformarlas a su manera para imprimirles su propio carácter.
En ese momento, la canción pertenece a todos nosotros, no
solamente a mí. Trabajamos juntos muy estrechamente, tanto en el
estudio como sobre el escenario. Como un grupo de cinco, no como
un cantautor con acompañantes.
¿Qué relación tienes con Dave, Eric, James y Billy? ¿Lleváis
mucho tiempo trabajando juntos?
Conozco a Eric y James desde que éramos muy jóvenes. Hemos
crecido tocando juntos en muchas bandas diferentes. Dave también
ha estado mucho tiempo tocando con nosotros. El batería, Josh,
lleva con nosotros un par de años. Hemos comido, bebido,
viajado, luchado, tocado y compartido todo durante meses. Somos
como un paquete de perros salvajes que sobreviven en un paisaje
salvaje manteniéndonos unidos.
En Canadá siempre ha habido grupos interesantes, ¿cómo ves la
escena actual? ¿Algún grupo que quieras destacar?
La música canadiense se ha dado a conocer en el mundo entero
durante los últimos años, pero ha sido un movimiento sano
durante mucho tiempo. Pienso que su fuerza viene de su
diversidad, no hay "un sonido" que la defina. Cada uno anda su
propio camino, haciendo lo que le inspira para sentirse bien, no
buscamos hacernos famosos. En la actualidad me gustan Broken
Social Scene, The Stills, The Dears, Matt Mays, Kos, y muchos,
muchos más,.
(Junio 2007)
BIOGRAFÍA
SAM ROBERTS es una de las referencias más interesantes dentro
del panorama alternativo en Canadá. Aclamados tanto por la
prensa musical como por el público en general, los premios que
han recibido por parte de los medios y la industria discográfica
canadiense asi como las ventas de sus discos les avalan. Tras
dar el salto a USA, los de Montreal quieren también conquistar
Europa, coincidiendo con la publicación de su nuevo disco
"Chemical city". Americana y rock psicodelico de la mano.
Nuevo disco "Chemical City" (edición especial con dos temas
inéditos)
A la venta el 21 de Mayo de 2007 - Bittersweet Recordings
-
"¿Quién dijo que una canción no puede salvar tu vida?", se
pregunta Sam Roberts en "Uprising Down Under", un elegíaco corte
de su nuevo disco "Chemical City". "Quien fuera que lo dijera,
te estaba engañando".
Es una afirmación arriesgada, pero no es la primera vez que Sam
Roberts se la juega y se deja el corazón en un disco. Su debut
("We Were Born in a Flame") estaba lleno de canciones sobre el
amor, la fe, la compasión, la lucha y la trascendencia, y en el
disco aparecía su ahora ya famosa declaración acerca de que él
moriría por el rock'n'roll. En sus siguientes singles ("Brother
Down", "Don't Walk Away Eileen" o "Where Have All the Good
People Gone"), este músico de Montreal probó su intachable
dedicación al pop pasional, al folk místico y al rock
psicodélico más salvaje. Incluso los críticos mejor preparados
para detectar mierda se rindieron ante él.
Con "Chemical City", Roberts y su banda han conseguido una
continuación más visceral y cruda, pero, paradójicamente, más
ambiciosa que sus trabajos anteriores. "Hasta ahora, tengo la
impresión de que preparaba de antemano cada detalle y cada nota.
Esta vez, he preferido dejarlo todo más abierto para tratar de
conseguir inmediatez y urgencia en todas las canciones". Para
conseguir que la creación fluyera mejor, Roberts viajó a Holanda
y a distintos lugares de África, incluyendo las islas Mauricio y
Sudáfrica, la tierra natal de sus padres. Durante ese viaje,
pero por fin en Australia, encontró una vieja iglesia
presbiteriana en Nueva Gales del Sur, cerca de Byron Bay, y
decidió que aquel era el lugar indicado -remoto, aislado- para
grabar su nuevo disco.
Se le unieron sus viejos amigos: Dave Nugent (guitarra solista),
Eric Fares (teclista), James Hall (bajista) y Billy Anthopoulos
(batería). El co-productor Mark Howard (que trabajó
anteriormente con artistas como Lucinda Williams o The
Tragically Hip) llegó con todo el material de grabación
necesario. Y la camaradería entre ellos aportó una evidente
calidez a todo el trabajo. Roberts señala: "Vivíamos y comíamos
todos juntos en la iglesia, pasábamos las mañanas en la playa y
volvíamos a mediodía para ponernos a trabajar. Era idílico". La
grabación se completó más tarde en Montreal, con el ingeniero
Joseph Donovan (The Dears, The High Dials), compañero de
estudios de Roberts, que se hizo cargo a partir de entonces de
los controles. Se añadió también el batería Josh Trager. Pero la
mayoría del álbum, y sobre todo su espectacular sonido de
órgano, nacieron de la inspiración de las tomas en la iglesia
australiana, de Garth Hudson (el teclista de The Band) o,
quizás, y realmente, de ambos.
La mayoría de las canciones de "Chemical City" transmite una
energía contagiosa. La ya citada "Uprising Down Ander" (con la
colaboración de Matt Mays, estrella del indie canadiense y
también viejo amigo de Roberts) y "The Resistance" (con su
preciosa frase: "We danced while the city slept") son eufóricas.
Otras canciones, como la más acústica "Bridge to Nowhere" o el
psycho-pop de "Mystified, Heavy" se refieren a cuestiones más
existenciales. Y el contraste es deliberado. Roberts vuelve a
explicarse: "En este disco quería explorar tanto las
profundidades más oscuras como los momentos más alegres de la
experiencia. La tensión entre esos dos extremos es lo que más me
atrae del rock'n'roll y lo que da fuerza a mis canciones
favoritas".
Entre todo esto, algunas canciones tratan lo que Roberts
califica como "cuestiones diarias", coronadas siempre por un
rico envoltorio metafórico. La hipnótica "Mind Flood" trata
sobre el proceso creativo. Y dice: "Grey skies, the waters rise,
blue skies, the river dries". Y la emocionante "An American
Draft Dodger in Thunder Bay" pinta el retrato de un objetor de
conciencia durante la guerra de Vietnam, que podría trasladarse
fácilmente a la guerra de Iraq. "Precisamente sobre eso va la
canción. A Canadá está llegando mucha gente desde los Estados
Unidos. Simplemente, no les gusta cómo está siendo gobernado su
país".
Pero donde "Chemical City" es más ambicioso es en su aspecto
"fantástico". Desde la ilustración de la portada (de Ken Dewar)
hasta canciones como "The Gate", el "himno" que es el primer
single del disco y que habla de un futuro en el que el mundo (un
"imperio que se ha desvanecido") estará poblado sólo por santos
y por pervertidos pecadores, o "The Bootleg Saint", llena de
personajes que habitan una ciudad-estado. Roberts admite que
algunas de sus novelas favoritas, incluyendo "Dr. Bloodmoney" de
Philip K. Dick o "The Sheep Look Up" de John Brunner, son una
inspiración evidente para estas canciones. "La mayoría de la
ciencia ficción no es más que una representación fragmentada de
nuestro mundo. En realidad, no es para nada tan fantástica como
parece", apunta Roberts.
Real o irreal, búsqueda o cruzada, "Chemical City" nos devuelve
a estos "guerreros de la carretera" para luchar contra el
cinismo y la autocomplacencia. Resistirse es inútil, pero la
salvación está asegurada. Lo cierto es que quien dijo que una
canción no puede salvar tu vida no conocía la música de Sam
Roberts.
(Informacion remitida por Love to art)
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