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SLIM CESSNA'S AUTO CLUB
Domingo, 15 de mayo de 2011
Planta Baja Granada
Así hacemos las cosas en el campo
por Manuel C. Ferrón
En la quinta de las seis fechas de la gira de presentación en
España de su flamante álbum, Unentitled, el sexteto de
Denver, Colorado, Slim Cessna’s Auto Club, ocupó el escenario de
Planta Baja para ofrecer un incendiario concierto en el que,
acompañado de su Auto Club, un quinteto que bien podría haber
formado parte del reparto del clásico de John Boorman,
Deliverance, Slim Cessna, hijo de un predicador baptista, ofició
una turbadora ceremonia en la que rindió culto a los géneros
tradicionales de la música americana profanándolos sin piedad,
desdibujándolos, sobrepasando sus contornos, retorciéndolos y
estirándolos a su antojo en el perverso culto tabernario que
practica desde 1998 amparado por el ex Dead Kennedys Jello
Biafra y su discográfica Alternative Tentacles.
La frenética banda (batería, contrabajo, teclados, guitarras,
pedal steal y mandolina eléctrica) pone su versatilidad al
servicio de los dos vocalistas, Cessna y el no muerto Jay Munly,
casi permanentemente enzarzados en una plática apocalíptica
encaminada a la unión mística con dios, el trance, a través del
alcohol o la violencia que salpican los textos de sus canciones,
salmos infernales en los que el gospel se confunde con el vudú y
el country con el punk y evocan con idéntica intensidad a Will
Oldham y Joe Strummer, a Nick Cave y Mano Negra, a Dead
Kennedys y Johnny Cash.
Un viaje de hora y media a toda velocidad a través de ocho
álbumes hacia un indefinido destino: la salvación o la condena,
la gloria o el infierno. Así hacemos las cosas en el campo.
Allmusic comienza
diciendo del grupo que “toca country gospel con un fervor que
parece emanar de un púlpito punk”. La descripción es certera,
pues su mezcla de psychobilly y cow-punk parece el vehículo
perfecto para las diatribas, o más bien las herejías, de Slim
Cessna, un larguirucho vaquero de poderosa voz procedente de
Dénver, Colorado, que tocado con un sombrero blanco de ala ancha
y un diente de oro, lanza blasfemias contra dios y contra el
diablo como un predicador enloquecido, o como el indómito
enterrador personaje secundario en una obra maestra de John
Ford. SCAC es el grupo que esperarías encontrar tocando en el
mismo infierno. Una banda formada por ex voluntarios del
Ejército de Salvación que ahora, armados de contrabajo, banjo,
pedal steel, batería, guitarras eléctricas y dos frontmen que
chorrean carisma, ya solo visitan las iglesias para beberse el
vino del cáliz y meterse en el bolsillo la mitad de las limosnas
que los feligreses hayan dejado en las alcancías. No las cogen
todas porque en una mano aún conservan la Biblia y algo de fe,
aunque en la otra lleven siempre una botella de whisky. Con
quince años de carrera sus espaldas, este combo de espíritu
tabernario graba actualmente con Alternative Tentacles, el sello
de Jello Biafra, que no se cansa de mencionarlos cada vez que le
preguntan por su grupo favorito. Y según las prestigiosas
publicaciones Spin y No Depression, fueron lo mejor de la última
edición del festival South By SouthWest de Austin, Texas.
BIOGRAFÍA
Rock norteamericano en ebullición y estado impuro, el que mejor
le sienta a esa música: nada de desinfectantes, acidulantes,
edulcorantes, pasteurizaciones. Y encima, por partida doble. Con
un pionero del punk-rock estadounidense reconvertido en cronista
de piel de cuero, John Doe, y un combo que parece una pandilla
de prófugos del rock cristiano, lobos con piel de demonio, Slim
Cessna's Auto Club. Juntos en un tour (enero de 2012) que
promete ser uno de los más calientes del invierno.
Cuando hablamos de John Doe nos estamos refiriendo al cofundador
de X, banda clave en el disparo de salida del punk californiano,
escena de la que se convirtió en el más visible y dotado de sus
compositores a finales de los 70 y principios de los 80. Con
canciones como “Johnny Hit And Run Pauline” y “We're Desperate”
definió a la juventud descontenta y desilusionada de su
generación, que no encajaba en la visión que tenía Ronald Reagan
de Estados Unidos. Más tarde, a mediados de los 80, en el
proyecto paralelo de aquella banda, The Knitters, Doe desarrolló
la cara más roots de X, que la tenía y bien marcada. Y luego
llevó eso más lejos a partir de 1990, cuando publicó “Meet John
Doe” y dio el pistoletazo de salida a su carrera en
solitario.
Desde entonces su voz, con el tacto del cuero, ha transitado a
lo largo de nueve álbumes una senda de rock de raíz y de autor
con una visión y estética que se dirían pensadas para bandas
sonoras de John Sayles. Lo demostró cuando nos visitó en otoño
de 2009 con The Sadies como banda de acompañ ;amiento, para
presentar el disco conjunto de versiones que acababan de
publicar, “Country Club”. Lo volverá a hacer en enero con su
nuevo disco bajo el brazo, “Keeper”. Un veterano sin reverencias
nostálgicas. Con tremenda clase. Capaz de cantar “I Still Miss
Someone” de Johnny Cash y conectarla con una imaginaria versión
country de “Girlfriend In A Coma” de The Smiths. De los que
dejan un reguero de admiración.
La misma admiración que han cosechado Slim Cessna's Auto Club en
sus dos primeras visitas a España, en mayo y septiembre de este
año, con sus conciertos incendiarios (y nos quedamos cortos).
Parecen salidos de los Estados Unidos que Greil Marcus tan bien
describió en “La República Invisible”, de esos pueblos donde a
partir de una edad a todo el mundo le faltan dientes, miembros o
tuercas. Cuentan sus historias de forma arrolladora,
comportándose en directo como soldados de permiso en la noche de
Halloween, y escupen sus canciones con un fervor casi gospel,
tan impactante que parece que desde ese púlpito estén predicando
Iggy Pop o Black Sabbath. De ahí que sus conciertos hayan sido
calificados de experiencias religiosas. Lo son. Como ha dicho su
mentor Jello Biafra -en cuyo sello pub lican en Estados Unidos-,
son una banda ideal para tocar en el bar del fin del mundo.
Tienen su base en Denver y ya van por los ocho discos de
estudio, el primero homónimo y de 1995 y el último,
“Unentitled”, de marzo de 2011.
The Commandments According to SCAC',
En septiembre de 2016, Slim Cessna’s Auto Club publica su
nuevo disco ’The Commandments According to SCAC’. Han sido
veinticuatro años desde que Slim Cessna se separó de The Denver
Gentlemen, ese gran progenitor de la peculiar cepa de la
Americana gótica, para formar Slim Cessna Auto Club con un grupo
de talentosos compañeros de viaje.
Muchas bandas con una larga y exitosa carrera como ellos
decidirían mantenerse en sus raíces. Pero en lugar de dormirse
en los laureles, Slim Cessna’s Auto Club han desafiado su
habitual ‘modus operandi’ para grabar su nuevo disco.
Wallace Stenger capturó el espíritu del oeste en su novela de
1971 ’Angle Of Repose’. Jim Thompson sin duda exploró el lado
más escabroso de la experiencia del oeste. Cormac McCarthy
definitivamente evocó el torturado día a día de la vida en una
pequeña ciudad fronteriza. William Faulkner y Flannery O'Connor
conjugaron todo ello con humor y emotividad. Toda esta tradición
literaria impregna el desgarrador sonido y las fascinantes
historias de Slim Cessna’s Auto Club. Y durante veinte años ese
ha sido en gran medida el reino de culto en el que el Auto Club
ha obtenido su fiel legión de seguidores.
’The Commandments According to SCAC’ será el primer álbum de
material original lanzado en el propio sello dela banda,
SCACUNINCORPORATED. El título evoca los temas de castigo y
redención cósmica que han servido de motor compositivo para la
banda en el pasado. Pero este conjunto de canciones suena más
optimista y expansivo, una cualidad que le da a la composición
un ángulo más brillante. Siguen siendo capaces de recrear la
oscuridad embriagadora y la intensidad festiva que les
caracteriza. Pero ese sonido oscuro respira ahora con un nuevo
color y una extraña delicadeza en los sentimientos. Quizá sea en
parte gracias a las mayores contribuciones creativas de su
colaboradora Rebecca Vera o la inclusión del
contrabajista Ian O'Dougherty, aunque el núcleo de la
composición y el sonido de la banda siga firmemente anclado en
la visión de Slim, Munly Munly y Lord Dwight Pentacost.
Cualquiera que sea la verdadera fuente de esta transformación,
’The Commandments According to SCAC’ es un nuevo capítulo en la
experiencia creativa del grupo, revitalizando su viejo espíritu
pero manteniendo la llama que arde en su vientre.
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