Stereo Total
Sr. Chinarro
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Lacrosse
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Los Punsetes
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Exson Valdes
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Lacrosse
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Klaus Kinski
Diario de un festival sevillano.
por Armando Marín Ruiz - IndyRock
Es la fusión de contrastes sensoriales la que desde hace ya seis primaveras, confecciona un manto como envoltura de un festival que, no conforme con buscar su lugar y pretender afianzarse, se acrecienta, permitiéndose el lujo de escapar de su esencia, en clave de Folk de raíces y Pop de sustratos, y experimentar con la amplitud de miras sonoras. Es fácil aplaudir a posteriori una propuesta tan arriesgada con la que Green Ufos se enfrentaba a la sexta edición de su ‘SouthPop Festival’, sin embargo era el apoyo previo en la creencia de que perfectamente podría funcionar, un buen ejercicio de espiritualidad acorde con la semana que acontece.
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Antonna
Jueves 25 de marzo de 2010 Sala Malandar
En el diván con ‘Anntona’.
El SouthPop’10 se inició a cappella con un buen himno vitalista ‘Nunca es tarde’, ideal como habitual propósito al comienzo de cualquier año: “Nunca es tarde para empezar a cuidarse; nunca es tarde para el amor”. Esa buena persona conocida como Anntona tuvo la siempre complicada tarea de inaugurar un festival, sacando a relucir prácticamente en su totalidad, aquellos temas que en Los Punsetes, su proyecto matriz, no tenían cabida y recopiladas quedarán para la posteridad en su álbum de debut ‘En la cama con Antonna’, trabajo equilibrado donde un cáustico sentido del humor, no tan ácido e incisivo, es un perfecto hilo conductor con el que dar profundidad a una cotidianeidad que roza un pesimista patetismo, y a su vez pueda marcar directrices adecuadas para frenar la negatividad de una actitud que no haga más que hundirnos en la tragedia. Sin pelos en la lengua, incita a la autocrítica como terapia de choque y al “ríase de usted mismo” como una buena solución para acabar con nuestros acotables problemas. Destacando de su set canciones como ‘Y además bastante fea’, ‘La policía del amor incorrecto’, ‘Dos paquetes cien’ o ‘Todo el mundo tiene porno en casa’, pudo contar con la dulce fragilidad vocal de Marina (Klaus&Kinski) haciendo las veces de Ana Fernández-Villaverde (La Bien Querida) y Ariadna (Los Punsetes) para alcanzar el toque de dramatismo idóneo en ‘Tú hueles mejor’ y ‘Podía volar’. Una actuación que no venció pero convenció. 7’5
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Charades
Sin noticias de ‘Charades’.
Sin tiempo para el habitual receso de transición entre actuación y actuación, se presentaron Charades en el escenario, con un evidente ‘jet lag’ tras haber aterrizado en tierras hispalenses después de su experiencia por lares tejanos, en el SXSW Festival, y como si de una improvisada prueba de sonido se tratase, se infundaron sus respectivos instrumentos, comenzando el concierto con ‘Aguaceros’, el inminente single de su reciente tercer trabajo ‘Revolución Solar’ (BCore, 2010).
Desde que iniciaran su andadura como continuación a proyectos anteriores ‘Hello Cuca’ o ‘Electrobikinis’, donde un renovado espíritu de garage con guiños punk, denotaba una tendencia al alza en nuestro país, allá por el 2004, deviniendo primero en un EP ‘The Only One’ y más tarde en su primer trabajo ‘When Shining Blue’ (BCore, 2006), del que sólo rescataron para su directo ‘Phone’, ríos de tinta han fluido por la prensa especializada, haciendo hincapié en su revitalizante, fresco y adictivo compendio pop en su ‘En Ningún Lugar’ (BCore, 2008) y su vena tribal y lisérgica cercana a un emo hippismo, en el que una vuelta a la primigenia melódica, inmediata y sencilla, se complementa con capas de coros ‘onomatopéyicos’, materializando emociones de un modo más visceral, que mediante palabras.
Sin embargo, nada de lo citado pudo ser apreciado en su actuación en la sala Malandar, ya que el sonido era lamentable: la ausencia de graves imposibilitaba la plenitud en el desarrollo de una psicodelia imperceptible; el fallo en los amplificadores provocaban altibajos instrumentales; los juegos vocales, pseudo-angelicales, se eclipsaban entre ellos; su esencia coral quedaba en un mero artificio monótono, aburrido y redundante. Con tales condiciones resultó imposible disfrutar de pequeñas joyas compositivas, halladas en su repertorio, como: ‘Grito tu nombre’, ‘En Ningún Lugar’, ‘En las Batallas’, ‘Revolución Solar’, ‘Medio Cielo de Revolución’ o un insulso bis ‘Veo al Diablo’. Al no disponer de condiciones óptimas para realizar un juicio de valor, no me queda más que mantener mi expectación hasta un próximo encuentro.
Viernes 26 de marzo de 2010 Teatro Alameda
En los albores de ‘François and The Atlas Mountains’.
Con puntualidad suiza, 19:40 y ante un desangelado recinto, se inició la primera jornada de un festival con sugestivo cartel. Y la primera sorpresa a agradecer no se hizo esperar, con la puesta en escena, por vez primera en esta ciudad, de estos cuatro imberbes franceses, originarios de Saintes. Tras una treintena de acompañamientos, en esta ocasión, François se presentó vinculado a Victor Crespi al bajo (Ladybird), Pierre Loustaunau a los teclados y sintetizadores (Petit Fantôme) y Mory a la étnica percusión (Uncle Jelly Fish), para presentar en un formato muy tribal y experimental, su fresco ‘Plaine Inondable’ (Talitres / Green Ufos / Lejos Discos, 2009), donde los sonidos percusivos primigenios, despiertan todo un espíritu elemental enraizado a nuestros simiescos antecesores. Destacando ‘Be Water (Je Suis de L’eau)’, ‘Do you do’ y ‘The Way To The Forest’, y atreviéndose incluso a deleitarnos con una saeta un tanto afrancesada, todo un ejercicio de integración folclórica, resultó ser un gran punto de partida y referente de lo que aún nos quedaba por degustar, y sin duda un grupo a tener muy en cuenta a partir de nuestro hallazgo. 7’5
‘Klaus & Kinski’ reinventándose a sí mismos.
Como si de una muñeca de porcelana se tratase, cuya fragilidad se pone en jaque al ubicarse entre elementos de exuberante densidad y robustez, y por si no fuese suficiente, una placa tectónica se aleja de toda traición, avisando de inminente actividad sísmica, así se enfrenta la misteriosa Marina, a un público con ganas de ser sorprendido. Próxima a una estática actitud y con una mirada que por momentos se pierde, como un ahogado grito en el silencio del desierto, evocando la tristeza de un sumiso sufrimiento, una inconfundible voz desde la dulzura del susurro, nos apuñala con las primeras estrofas de ‘Ya estaba así cuando llegué’, primer corte de su flamante ‘Tierra, trágalos’ (Jabalina, 2010), con el que se enfrentan a la siempre ardua y complicada reválida de un debut como ‘Tu hoguera está ardiendo’ (Jabalina, 2008) que transita por el lado más legañoso de la vida. Con éste segundo trabajo desgranado en la primera parte de la actuación con los destellos electropop de ‘Eres un sinvergüenza’ y ‘Brilla como una estrella’; la intimista y melancólica ‘Mamá, no quiero ir al colegio’ y la ecléctica ‘Ley y Moral’ (cuyo videoclip es bastante recomendable de visionar), consiguen estirar sus ideas en esencia, insuflando un mayor grado de peligrosidad y nervio, a un shoegaze de controladas filigranas, reducidas a la mínima expresión con tal de adquirir la sencillez y contundencia necesarias para sonar de un modo substancialmente monolítico y generar una densidad atmosférica de oscuridad.
En la desequilibrada pugna entre lo instrumental y lo vocal, ésta última se ve ahogada mediante una sucesión de capas sonoras, propias de una tendencia Noise que en su día llevaran a lo más alto, el hasta la fecha mejor grupo del género ‘My Bloody Valentine’. Por supuesto no faltaron a la cita los clásicos de un repertorio que sigue creciendo gracias a la finura de su sentido del humor y lo corrosivo de un sarcasmo que manifiestan en el pop ensoñador de ‘El Cristo del perdón’, ‘Crucifixión, la solución’ (sonando mucho menos contundente que la grabada en estudio), ‘Nunca estás a la altura’ (su corte más Indie e hiperactivo), o la aclamada y pegadiza ‘Rocanrolear’, echando en falta la acelerada ‘Flash-Back al revés’, con evidentes ápices de un Country-Folk sureño, seguramente por lo escueto del tiempo dispuesto para el set, con imposibilidad de marcarse ningún bis. Sin lugar a dudas, toda una exquisitez para el fan y todo un lujo para el casual neófito.
El cuarteto de Murcia se despidió a través de un tímido “muchas gracias y hasta pronto” por parte de la naïf Marina, terminando haciendo mutis por el foro y dejando al respetable satisfecho. 7’5
Porque la vida puede ser maravillosa con ‘Lacrosse’.
Contrastando de modo diametralmente opuesto, con la propuesta intimista y por momentos desconcertante de Antonio Luque (Sr. Chinarro), la cual no pude cubrir por motivos ajenos a la organización del Festival, ante nosotros se presentó el sexteto sueco liderados por el carismático Kristian Dahl, y la agitadora y sicalíptica, de pintoresca voz, Nina Wähä. Avalados por el prestigio del exquisito pop que se fragua por aquellos nórdicos rincones, y apadrinados por el colectivo Fikasound, garantía de confianza en todas sus propuestas musicales, no podía ocultar que mi momento más deseado en este festival, había llegado. El principal argumento que Lacrosse defiende es afirmar que al mal tiempo buena cara, y nada mejor para paliar la que está cayendo en estos tiempos, que su propuesta de tendencia optimista rozando lo triunfal, a través de vitalistas y positivistas himnos gritados a los cuatro vientos con modernidad y hedonismo, que nos devuelve a lo que en su día acuñó el gran Chema Rey “la revolución de los colores”. La divertida ‘My Plan’ dio comienzo a un planteamiento plagado de festividad y travesuras orquestales, a través de sencillas y pegadizas melodías al uso, que poco a poco iría atrapando a cada uno de los presentes, por su contagiosa y apabullante energía con un épico y jubiloso desenlace. Una especie de sinfonía extraída de ‘I´m not afraid’ hizo las veces de intro para ‘No more lovesongs’, y sin más dilación se adentraron en lo mejor de su segundo trabajo ‘Bandages for the heart’ (Tapete Records / Green Ufos, 2009), con el pop naïf y desenfadado de ‘Come Back Song #1’, la hipervitaminada ‘All The Little Things That You Do’ y la sobrecogedora ‘Excuses, excuses’, no sin antes recabar en la sencilla y nostálgica ‘You Cant Say No Forever’ de evidente corte Folk y contagiosos estribillos corales, la que en su día fue el primer single de su álbum de debut ‘This New Year Will Be For You and Me’ (Tapete Records, 2007). Todo un carrusel de sensaciones gracias al aluvión de coros, en ocasiones imposibles, laberínticas melodías y lo vigoroso de un espectáculo en perfecta conexión con el público allí presente. La saltarina ‘Who Will Bring Us Together?’, la explosive ‘My Stop’ muy en la tónica de ‘Arcade Fire’,y la gran sorpresa del evento, con la impagable participación de Philipsen, el coreógrafo de su reciente videoclip para ‘We Are Kids’, consiguiendo que las primeras filas le siguieran imitando unos movimientos de lo más ridículo y a la vez divertido, y ya no hubo marcha atrás. Rendidos a sus pies, con ‘So Sad’ y un aclamado bis ‘It’s Always Sunday Around Here’ se percibía un único deseo, que el momento se hiciera eterno, en el que nuestras perennes sonrisas no desapareciesen jamás de nuestros rostros, y bailásemos hasta la extenuación. Toda una lección de POP con mayúsculas, con profunda personalidad, profesionalidad, confianza en sí mismos y sabedores de que la vida no volverá a ser lo mismo tras Lacrosse. Un inapelable 10.
No controles mi forma de bailar porque es ‘Stereo Total’.
Tras el vitalista torbellino de colores nórdico, que dejó el listón a tal altura, que resultó imposible superarse, convirtiéndose con creces en la mejor actuación del festival, hicieron acto de presencia el binomio franco-alemán, poniendo toda la carne en el asador para que la fiesta originada, no decayese. El tándem multilingüista (lo mismo te cantan en francés, que en inglés, alemán, japonés e incluso recientemente se atreven con el español) cuya sabiduría musical bebe de un agitado que no mezclado cóctel de tecno-pop de juguetería, garage-punk de cacharrería, genuino rock&roll de los cincuenta y por supuesto, la chanson francesa, a la sombra de unos omnipresentes Gainsbourg-Birkin, y mantienen un espíritu intacto con el que elaborar ideales canciones para el sábado noche.
Bajo la identidad cercana a una alocada bondad, la diva berlinesa y aristócrata del verbo, Mademoiselle Cactus, conjuga sus facetas de letrista, baterista y vocalista, mientras que a su izquierda, un indolente dandy de extrarradio, Herr Göring, adentrándose en una excéntrica travesía, únicamente acompañado por una perversa maldad en pos de una estridente guitarra eléctrica y un electrizante teclado sintetizado, sometiendo al oyente a la fusión de sonidos minimalistas con acordes punk.
Es indiscutible que Stereo Total arrasan al otro lado del Rhin desde hace ya, más de una década y sobre todo, nunca decepcionan con lo que se traen entre manos; sin ir más lejos con su penúltimo trabajo “No controles” (Elefant Records, 2009), en donde podemos ser deleitados en la lengua de Cervantes, por frívolas versiones de la movida madrileña. Destacaré de la actuación temas como ‘Plástico’, ‘Amo Amor a Tres’ (con la inestimable colaboración de un invitado del público), la revisión del ‘Voy a ser mamá’ de Almodóvar y Mcnamara, además de clásicos en su dilatado repertorio como ‘Lolita Fantôme’ o ‘Holiday Inn’, así como una versión punk del ‘My Way’ de Sinatra, cantada en francés, tras la que el público, a petición del dúo, subió al escenario, culminando una jornada de muy alto nivel musical. Siendo sincero, tan sólo eché en falta ese clásico ‘Musique Automatique’. 7’5
Sábado 27 de marzo de 2010 Teatro Alameda
La inmadura madurez de ‘NitoNiko’.
Quien cerrara en la pasada edición la fiesta de inauguración, tuvo el privilegio en ésta, de abrir la segunda jornada. Con puntualidad británica, desde la penumbra e introducidos por una marcha reiterativa y por momento claustrofóbica, NitoNiko se presentaba ante un escaso público que no llegaba a las 30 personas. Envueltos por ese halo tan desangelado, el trío barcelonés liderado por Juanjo Pedro a la voz, Aina Godoy a la guitarra y segundas voces, y Marc Crós al bajo y a las bases, con orgullo arrojaban ese pop electrónico de estimable pureza, recogido en su primer trabajo ‘Selva de Mar’ (Molécula Records, 2009). Sin perder la dulzura, simpatía y amabilidad que les caracteriza, pudo apreciarse una madurez en sus maneras y una mejoría en las dotes vocales de Juanjo, alejándose con estilo de posibles comparaciones con productos extraídos de la academia de Operación Triunfo. Más allá de la senda del buen hacer, se alejan de ser formación de un solo hit ‘Los chicos de ahora’ y plantean alternativas siempre en la misma disyuntiva con canciones como ‘Niño solitario’, ‘Corazón de selva’ o ‘Tiempo’. 6’5
Exsonvaldes y su trasgresión de los límites de la belleza.
El momento más deseado de la jornada no se hizo de rogar y mediante una sutil firmeza, arropados por dos guitarras acústicas, un bajo eléctrico y la ligereza de una percusión acorde para el evento, estos cuatro parisinos saludaron al respetable y acto seguido comenzaron su memorable actuación con ‘Sunlight’. Juntos desde el instituto, la prensa de nuestros vecinos del norte afirma estar ante el próximo gran referente del Pop francés, con posibilidad de llenar estadios en un futuro no muy lejano; y estadios no se si acabaran llenando, pero el teatro Alameda se iba haciendo más pequeño por momentos. ‘Last Year’, ‘Ppm’ o ‘Hurry Up’ ofrecían melodías depuradas de grandilocuencia para un directo en formato cuasi-acústico; La tranquilidad de unas composiciones que someten al oyente a un clima de emotividad que alcanza su zenit a través de explosiones finales tras in crescendos previos, marca de la casa. “Somos una banda de rock escribiendo canciones pop”, así se definían Simon Beaudoux y los suyos, teniendo muy claro que “una canción tiene que ser pegadiza y enamorarte a la primera escucha, además de inteligente y ocultar multitud de detalles que descubrir con las siguientes”. En definitiva la esencia de una buena canción; La razón de ser de Exsonvaldes. ‘I Know’, ‘Going away’, incluso ‘Old & weak’ evidencian la trasgresión de los límites de una belleza conquistada, con un rock de melodías cercanas al folk, guiños de post-rock y una evocadora y embaucadora voz, que ante el micrófono como sin él, a capella o envuelta por un coro extraído del mismísimo ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen, interpretación inclusive, completaban su primer set en Sevilla y segundo en nuestro país (tras pasar por la capital y ofrecer uno de sus habituales ‘live in the living’ en petit comité), con ‘Lali’, su revisión del ‘Take On Me’ de los noruegos A-Ha (en la que Simon demostró un gran brío y control vocal, al entonar las siempre complicadas culminaciones agudas en los estribillos) y una espectacular y vibrante ‘Everything I See’, sin lugar a dudas, los temas más destacados de su segundo trabajo ‘Near the Edge of something beautiful’ (Volvox / Green Ufos, 2009). Un concierto inolvidable, fascinante, impresionante, irrepetible, emotivo… en definitiva, perfecto. 10
‘Los Punsetes’ y sus verdades como puños.
Con paso firme y sin alterar la formación de a uno, Ariadna toma posiciones, se cuadra y se paraliza. Lo único que delata su hierática actitud y estática performance, es ese uniforme parpadeo mientras mantiene la impertérrita mirada lanzada al infinito. Los que abanderan una tendencia iconoclasta en el underground madrileño, y presumen de su devoción por Eduard Punset, lanzaron en poco más de 40 minutos, su reflejo de lo absurdo a través de un rock sarcástico y unas letras ácidas y oscuras, transformadas en coreables himnos imperecederos. Reminiscencias de un punk setentero, de un kraut ochentero, de un shoegaze noventero, manifiestan un sonido hilvanado con frialdad y pasotismo, meticulosamente estudiado. Huyendo de toda poesía y lirismo, Los Punsetes se caracterizan por una aplastante honestidad en sus composiciones, frutos de una frívola ironía llevada a su máxima expresión. Previo a una abrupta y seca despedida con un escueto ‘gracias’ por parte de Ariadna, fuimos deleitados con grandes temas como ‘Fondo de armario’ (Toma nota de un detalle, cuando apunto es imposible que falle); ‘Estilo’ (sin duda alguna la belleza está en el interior, pero a algunos les asoma y a otros no); ‘Dos Policías’ (Un par de policías nos separan, ya nos han arruinado el fin de semana); ‘Tus amigos’ (Que le den por culo a tus amigos, pasa de ellos y ven conmigo) o la propia ‘Maricas’ (Quiero morir en una discoteca llena de maricas (…) Se supone que la vida no es tan estridente, mamá está equivocada y los libros mienten). Me quedé con curiosidad de echar una moneda al pie del micrófono, para ver que pasaba. 7
La colorida luminosidad de ‘The Hidden Cameras’.
Llegados desde Canadá y envueltos por un caluroso aplauso de bienvenida, atesorando el honor de encabezar un cartel de lo más variopinto, uno a uno, ‘The Hidden Cameras’ fueron adquiriendo hasta ocho posiciones sobre el escenario. Acto seguido, como si de un cardíaco palpitar se tratase, la percusión de ‘Origin:Orphan’ acompasaba la lentitud de unas pulsaciones que incidía sobre un expectante teatro Alameda, sobrecogido sobremanera tanto por el solo de viento, como por ese lamento vocal, finales. Con ‘Pensil Case’ y ‘Awoo’ como elementos de transición mediante enternecedores estribillos, los de Toronto fueron mostrando argumentos que explicasen la inverosímil etiqueta de ‘Folk gay eclesiástico’, a través de canciones como ‘Death of a tune’, ‘A Miracle’ (la única joya extraída de su magnífico primer trabajo ‘The Smell Of Our Own’ (Rough Trade Records, 2003)), o la poliédrica ‘Walk On’ por su ampulosidad orquestal que destapará el lado más anguloso y oblicuo de la actuación con temas como ‘Bboy’, ‘Follow These Eyes’ o ‘Do I Belong?’; sin embargo ‘Hump from Bending’ dará paso a lo mejor de un set que se resistía a convencer. Cegados (literalmente) por la luminosidad de ‘Smells like Hapinness’, multitud de colores sonoros reflejaron en los presentes, destellos de felicidad gracias a la belleza de un pop jubiloso, y lo vigoroso de una voz como la de Joel Gibb, con personalidad y desenfreno. Pegadizos coros de vocales abiertas ‘In The Na’; interpretaciones escénicas como si de una constante performance se tratase ‘The Little Bit’; escuela de saltimbanquis ‘Underage’; y como desenlace en este alegre y divertido circo orquestado, las estupendas melodías de ‘Breath On It’, con las que Gibb y los suyos cerraron una actuación que terminó transformándose en una fiesta con tintes de happening, de gloriosos cantos al sol, proferidos a pleno pulmón. 8
‘Zombie Zombie’ y su krautrock interestelar.
Y la apuesta más arriesgada del festival aterrizó en clave de ‘krautrock’ abduciendo a los escasos testigos del avistamiento. Zombie Zombie decían venir de Paris, aunque todos sabíamos que su lugar de procedencia, se encontraba a millones de años luz, en una galaxia aún desconocida para los científicos de la Nasa. Zombie Zombie decían llamarse Etienne Jaumet y Cosmic Néman (quien haya visto ‘Invasion of the body snatchers’ entenderá cómo se hizo con la labor de percusión en ‘Herman Düne’) y pronto fuimos sometidos a través de un discurso sonoro, alejado del habitual ruidismo propio del género, a una reveladora catarsis que inducía a lo más profundo de nuestros orígenes. El primero, un auténtico alquimista de sonidos analógicos, deambulaba a sus anchas por su instrumental laboratorio, repleto de múltiples teclados y sintetizadores, además del theremin, con genuinas e inherentes emisiones sci-fi; el segundo, baquetas en mano y a los pedales retro, deleitaba con un excelente ejercicio de coordinación y concentración a la percusión, y como si de una danza tribal cósmica se tratase, el ritmo se iba apoderando de tu cuerpo, nublando tus sentidos hasta perder el control de tus acciones, y formar parte del cada vez más numeroso séquito de zombies planetarios que les acompañarán hasta los confines del universo. En un momento de lucidez comprendí los efectos que iba causando en mí, la oscuridad sintética con estructura in crescendo de ‘Driving this road until death sets you free’, sin embargo ya era demasiado tarde. 9
Domingo 28 de marzo de 2010 Sala Obbio
La elegancia personificada de ‘Southern Arts Society’.
Quien tendrá el privilegio de inaugurar la decimosexta edición del FIB Heineken, tuvo el placer de cerrar la sexta edición del SouthPop Festival, en la sala Obbio. Podría hablarse de un entrañable encuentro pseudo-familiar, en el que, a través de una distendida actitud profesional, los protagonistas del momento, Andy Jarman al frente (con evidentes y obvios síntomas de cansancio, al forma parte del staff de Green Ufos), nos regalaron una actuación de exquisita elegancia y profunda sensibilidad, gracias a una impecable instrumentación arropada por imágenes proyectadas desde una luminosa nostalgia.
Once canciones de seductoras melodías en las que este londinense muestra su fascinación por España; el triste romanticismo que oculta una guerra entre hermanos, por defender unos ideales ‘Bullet and the gun’; un marinero en tierra, atrapado en un puerto de Canarias, sin poder regresar, sin querer quedarse, anhelando encontrar su lugar ‘Landlocked sailor’; la redención a través de un viaje sin retorno, en el que una ventana se abre a un horizonte cuyo descubrimiento jamás es tardío ‘The window’; melodías transitoria hacia un incierto mañana y un melancólico ayer ‘Time is gone’; el sentido a una vida, en una ciudad como Sevilla ‘This town’.
Southern Arts Society, es una cometa que baila con el viento; la profundidad de un túnel que muestra una luz al final; una ventana desde la cual poder divisar una razón de ser; una juventud que se resiste al inevitable paso del tiempo; un marino horizonte repleto de sueños por alcanzar; anónimas luces de neón reflejadas en un Cadillac solitario; un cielo electrificado y tormentoso en medio del desierto; el planear de una gaviota iluminada por la luna llena.
EDICIÓN 2007
3er Festival De Música Independiente Ciudad De Sevilla
28, 29, 30 y 31 de marzo de 2007 Teatro Alameda - Sevilla
Fotos Óscar Romero - IndyRock
crónica por Juan Díaz
Bonnie 'Prince' Billy; Del corazón al traste por Patricio de la Torre Crónica de un Festival que se supera con el tiempo por Sandra Romero
BONNIE PRINCE BILLY with DAWN McCARTHY (FAUN FABLES)
Edwin Moses
Tender forever
THE BITTER SPRINGS
AT SWIM TWO BIRDS![]()
Dorian
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Destroyer
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MARK EITZEL
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MS. JOHN SODA
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PETER VON POEHL
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PLASTIC D'AMOUR![]()
SOUTHERN ARTS SOCIETY
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Grupo de expertos solynieve
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Mendetz
Crónica de un Festival que se supera con el tiempo.
por Sandra Romero para IndyRock
Desde el comienzo en la fiesta de inauguración en día 28 de marzo en la sala Fun Club de Sevilla, el festival comenzó prometiendo y no en vano. Con Sibyl Vane comenzó el espectáculo, tres chicas entregadas a un público que rápidamente comenzó a dejarse llevar por sus sonidos y sus melodías pop. Regalando para los oídos más entregados las canciones de su último trabajo "Turismo de interior". Pronto siguieron sobre el escenario Mendetz, este grupo de barceloneses, con su sonidos electrónicos, sus guitarras rítmicas y su batería de ritmos frenéticos, enloqueció a los asistentes, volcándose en cada una de las canciones, y como era de esperar este grupo formado en el 2003, y ya con bastante éxito sobre sus espaldas, aún teniendo en cuenta que su primer álbum fue grabado en el 2006 (bajo el nombre de la banda) "Mendetz", no dejaron de agradecer, con guiños hacia los asistentes, aquella acogida, haciendo las delicias de todos. Tras la bien acogida y deseada fiesta de inauguración se dio el pistoletazo de salida a lo que fue el primer día oficial del Festival. El evento tuvo lugar en el Teatro Alameda, casi en pleno centro de Sevilla. Comenzando a las 19.30 la primera de las actuaciones. Para el primer día (29 marzo) el Festival nos deparaba un cartel de lo más variopinto. Comenzó sonando Plastic D'Amour, grupo compuesto por Alberto (compositor y arreglista) y Blanca (letrista y cantante), y con ya dos álbunes a sus espaldas "e.p." y su mas reciente "Olivia" deleitaron a los asistente que disfrutaron de sus letras tanto en francés como en inglés, sentados sobre el suelo del teatro dejándose arrastrar por el sonido rítmico y 'pop' de sus canciones. Era el toque de calma para ir calentando el ambiente. Tras aquel sonido relajante subieron al escenario Southern Arts Society, que con unos cuidados sonidos, un magistral violín y unas guitarras eléctricas muy mimadas, comenzaron a elevar un poco el ambiente. Sus canciones creadas a caballo entre Londres y Sevilla, y una puesta en escena con imágenes evocadoras, marcaron una pauta más en un día lleno de sorpresas, que incrementaron al invitar a Roger Quigley (cantante de At Swin Two Birds) al escenario para hacer una versión de "Starman" de Bowie, dentro de un increíble espectáculo. Minutos más tarde Mark Eitzel llenó el escenario con su presencia. Cantautor gratamente reconocido tras su extensa y llena de éxitos carrera, dejó caer su sonido y su saber hacer por un teatro lleno de público expectante y que rápidamente se volcó ante él, y ante las perlas que iba dejando caer de su garganta y su guitarra. Fue uno de los grandes triunfadores de la noche. Metiéndose al público en el bolsillo con tan solo dejarse ver su prominente barba. Y todos se dejaron llevar tanto que en tan solo unos minutos se encontraron frente al último grupo de la noche Grupo de Expertos SolyNieve, grupo granadino que desató al público contenido, regalando canciones de su primer trabajo juntos "Alegato Meridional". Y que hizo que las personas asistentes terminaran un gran día con un buen sabor de boca y el cuerpo pidiendo más. Apenas unas horas después (30 marzo, 19.30) y con ansias del día mas prometedor del Festival, se abrieron las puertas del recinto, y las notas comenzaron a invadir de nuevo toda la sala y a todos los asistentes. Destroyer se encontraba sobre el escenario y sus seguidores a sus pies. El cantante y escritor nativo de Vancouver, Canadá, con guitarra en mano, y sentado frente a un público relajado esperando sus canciones, comenzó su repertorio. Con calma, y con un sonido totalmente acústico fue desgranado canciones de su extensa carrera que cuenta con 9 álbunes y cientos de colaboraciones. De los cuales el último en el mercado, en el 2006 "Destroyer's Rubies" de nuevo deslumbró a todos los que una vez mas se reunían para disfrutar de un Festival asombroso. Apenas repuestos del show de este magistral artista encontramos a Dorian sobre el escenario del Teatro, y a todos los presentes deseando escucharles, este grupo joven que apenas cuenta con un par de álbunes en el mercado "10.000 Metrópolis" y su último trabajo "El mundo no es de nadie" causaron expectación, dejando bien claro que su tema "El futuro no es de nadie" fue una de las canciones mas tarareadas del festival. Los chicos se despidieron entre aplausos. Y el reponerse apenas estaba en el horario de aquel día, porque cuando todo el mundo intentaba recobrar fuerzas, la llamada del Teatro recordaba que sobre el escenario en apenas unos minutos iban a encontrar a At Swim To Birds, donde el cantante Roger Quigley aguardaba a un público que se había entregado sin haber sonado ni una nota de su repertorio. Con un violonchelo junto a su guitarra, sonando en unas notas ondulantes llenas de sentimiento, que junto a unas letras profundas y una voz envolvedoras hizo que la sala se llenase de admiración y magia. Dejándonos descubrir que si ultimo trabajo "Returning to the scene of the crime" reedición de casi todas de sus últimas canciones era una verdadera obra de arte. Pero la noche de sorpresas sobrecogedoras no acabó con la actuación de At Swim To Birds, sin mucha demora sobre el escenario encontramos a Peter Von Poehl, sin menospreciar al resto del cartel de un día memorable, la revelación del momento, este joven cantante sueco, nos descubrió con su primer álbum "Going To Where The Tea Trees Are" un mundo lleno de buena música. Con una producción muy cuidada, una voz sorprendentemente cautivadora, y unas canciones dignas de pasearse por estadios repletos de espectadores que las coreasen, nos dejó boquiabiertos. Fue la sensación de la noche. Apenas se recobró el aliento cuando el último grupo del día subió al escenario Ms. John Soda, procedentes de Alemania, compuesto por Micha Archer (bajista) y Stephanie Bohm (vocalista, teclista y bajista), ambos hicieron las delicias de los asistentes con su música 'electrónica' (que para el directo detallaron menos) y su sonido particular. Dejando en manos de los asistentes temas de su LP "No P. On D." y de su EP "Drop=Scene" temas que fueron disfrutados hasta la última nota. Y con ellos un día más el teatro cerró sus puertas para dar paso al último día del Festival. Y el último día llegó (31 marzo, 19.30), y sin apenas haber comenzado ya la morriña de un festival memorable se dejaba ver en las caras de los asistentes. Comenzó con Pleasant Dreams un grupo joven con apenas 3 años de vida que poco a poco y con un sonido pop melódico se fue ganando un nombre en el mundo de la música, deleitaron al público asistente con temas de sus dos maquetas hasta ahora publicadas "Con Bibliodemoteca" (2001) y "Ejercicios Prácticos de Ingravidez Sonora" (2004), y de "Secreto de mil otoños" la última de ellas. Que encandilaron a los asistentes. Tras este grupo Valenciano. Llegó el turno Edwin Moses este genuino grupo ataviados con sus túnicas árabes y rescatando del olvido canciones de un músico que se perdió en los anales de la historia componiendo sus álbunes como el último publicado en el 2006 "The gospel african year", dejaron frente a todos los asistentes un repertorio musical tan peculiar como su atuendo y su propósito, su estilo indefinible tocando todos los estilos, pero magistralmente interpretados, dejaron al personal impresionado. Realmente su propósito a veces un tanto tachado de locura, invadió a los asistentes que disfrutaron de un show esplendido musicalmente hablando. Los asistentes invadidos por la locura colectiva pronto esperaban con entusiasmo la llegada de Tender Forever, esta chica Mélanie Valera llegada desde Burdeos, desató todos los sentidos dentro de aquel lugar, sacó de la manga canciones desde el intimismo al electro pop, dejando a todos los asistentes entre incrédulos y admirados, bailando mientras ella desmembraba canciones, en su propio e indiscutible estilo, un show que sorprendió no solo por su música realmente espectacular, sino por su puesta en escena, que desde el comienzo hizo participe al público en sus 'locuras' haciéndolas de todos, mientras entre canciones saltaba al publico para dejarse llevar, un toque de frescura para un fin de fiesta magistral. Después de disfrutar con la energía sin límite de esta chica llegó el turno de The Bitter Springs, un veterano grupo que después de tenernos muchos años esperando de nuevo volvió a reunirse, y dieron salida a lo que hoy en día es su nuevo álbum "Benny Hill's Wardrobe" (2006). Supo conquistar a todo el público asistente con sus letras que son capaces de llevarte desde la sonrisa más socarrona hasta el más puro dramatismo. Consiguieron que el público se entregara y disfrutara cada segundo de sus canciones, siempre manteniendo un guiño hacia todos los asistentes, y el público lo agradeció. Pronto y sin apenas percatarnos de ello apareció sobre el escenario Bonnie 'Prince' Billy with Dawn McCarthy (Faun Fables) este cantante de country-folk enigmático y sorprendente (tengamos en cuenta su faceta de actor) apareció en el escenario como si no fuese a quien todos esperaban, y dejó joyas sacadas de su último álbum "The Letting Go" (2006) así como de los anteriores (se cuentan ya por 15), para que todos los asistentes se deleitaran con su música y su voz, profunda y desgarrada, invitando a Dawn McCarthy, actriz y cantante componente de 'Faun Fables', que con sus florituras vocales dio un toque especial y inesperado a las canciones de Bonnie 'Prince' Billy, dejando a todo el público impresionado con un broche final digno de un gran festival.
Southpop Festival 2007:
por Juan Díaz para IndyRock
Éxito. Grandes conciertos como el de Tender Forever, Mark Eitzel o At Swim Two Birds, grandes figuras que visitan una ciudad abandonada por ellas y todas las entradas vendidas son los resultados de la mejor edición del festival apadrinado por Green Ufos. Si bien había cierto escepticismo ante un cartel poco llamativo a priori, al final no podemos más que rendirnos ante una apuesta novedosa, arriesgada y, al final, brillante. Además nos alegramos de que los grupos españoles hayan tenido mucho más protagonismo que otros años, con resultados bastante positivos. Esta es una pequeña revisión de lo vivido en el Teatro Alameda durante estos últimos cuatro días.
28 de marzo, Fun Club.
SIBYL VANE
Estas chicas tienen mucha miga, con un disco muy interesante, "Turismo de Interior" (B-Core 2006), llegaron a Sevilla con la timidez de cualquier extranjero que visita la ciudad por primera vez; rebosantes de simpatía y con cierto tono amater, pero al instante llegó la música. Guitarra, bajo y batería, a dos voces, empezaron a todo trapo con "Mientras Dura", haciendo mucho ruido del bueno (el malo lo ponía un sonido algo deficiente), para seguir pegando con "Turismo de Interior" y el resto de canciones de su último trabajo (sólo al final incluyeron algo de su debut). Punk aguerrido y algo de pop naif, fueron despertando en la abarrotada sala un sentimiento de sorpresa y satisfacción sin ningún altibajo, incluso las dificultades técnicas del final (cayó una cuerda) supusieron más un toque de intimidad grupo-público que un problema. Muy buenas.
MENDETZ
El cuarteto catalán debutaba en Sevilla espoleados por la buena acogida de su debut y por la apuesta patria de los organizadores de esta edición del Southpop Festival. Su apuesta es clara, rock bailable de tono siniestro y contagio inmediato, cocinado gracias a ese bajo súper inflado y ritmos funky, acompañados de bases espitosas y teclado onda siniestra. El riesgo es mayúsculo, la repetición de la formula acaba deshaciendo el encanto (ya les pasó a The Faint) y durante buena parte del concierto tuvieron que recurrir a guiños extramusicales para no perder interés, hasta su despedida con "Futuresex", su mejor canción, buscado más el sonido funk lustroso y resplandeciente que la monótona oscuridad anterior. A pesar de ello sonaron compactos, bien equilibrados y con tablas sobre el escenario. Esperamos más y mejor de ellos.
29 de Marzo, Teatro Alameda.
Plastic D'Amour
Abrían los catalanes la sesión del jueves con muy poca gente aún en el auditorio, gajes de la temprana hora (20:00 horas). Y lo hicieron intentando aumentar los decibelios y los bits de alguno de sus temas más animados, aunque quedó claro al instante que esa no era la vía para romper el hielo de la congelada audiencia. Fue en los momentos más íntimos, con la voz de Diana tomando protagonismo, cuando Plastic D'Amour sacaron jugo a los mejores temas de sus dos discos, con la sutilidad y el french touch tan característicos.
SOUTHERN ARTS SOCIETY
La banda de Andy Jarman, que comparte su tiempo entre ella y su trabajo en Green Ufos, va tomando poco a poco cuerpo, experiencia, y va consiguiendo que su repertorio, hasta ahora escaso, tenga valor al lado de estrellas como las que se ven estos días por Sevilla. El bueno de Andy, frontman simpático y entrañable, juega con los ritmos mancunianos y la dulzura de la viola, en una mezcla poco usual de aires folkis y territorios rítmicos sintéticos. Cual Bowie del barrio de La Alameda sevillana, busco en Roger Quigley a un cómplice para versionar "Starman", dejando así uno de los momentos entrañables del festival. Esperemos más noticias de Andy y los suyos cuando amplíen sus miras.
MARK EITZEL
Una sombra dejó por unos pocos minutos sin voz al público del Southpop Festival, era la de un gigante que timidamente apareció sobre el escenario. Su aspecto de transeúnte nocturno, traje, corbata y gorro sobre su pelada cabeza, comenzó a conseguir del público las primeras muecas de complicidad con el líder de American Music Club, que a continuación se hicieron crujir de dientes cuando su pequeña guitarra con la palabra "OCEAN" (sin duda el Pacífico que tanto adora) y su inmensa voz desgarraban sentimientos de vacío y amargura, sentimientos que se hicieron tan hondos gracias a la interpretación de Eitzel. Nadie pudo quitar la vista del californiano hasta que desapareció tras el telón. Su comportamiento nervioso y casi esquizofrénico no le dejó articular palabra entre canción y canción, hasta que pudo ver que la audiencia era partícipe de cada movimiento, y pudo relatar historias propias que desencadenaron las letras que ahora ya eran experiencias comunes para todo el público. Momento especial de intimidad, momento de la gran música, momento de festival.
GRUPO DE EXPERTOS SOL Y NIEVE
Expectación máxima ante la aparición de "la cultural" en Sevilla, ante este nuevo acercamiento al rock con aires meridionales que protagonizan los granadinos y Sr. Chinarro entre otros. Pero ya desde el comienzo la polémica estaba servida (estando el J de por medio era difícil evitarla), "El Sur, El Mediodía y La Libertad" fue puesta en escena desencadenando una tormenta eléctrica más típica de Los Planetas, un muro de guitarras que tapaba por completo la gracia y el deje andaluz del que hacen gala el Grupo de Expertos; ni el "Sureño" de Silvio ni "Claro Y Meridiano" fueron la fiesta de comunión "surista" que esperábamos. Lo mejor al final: la versión de Vainica Doble y "La Inspiración Me Cogió Trabajando" si aparecieron con la chispa esperada. Actitud: pues también aquí puede haber quién defienda que estar beodos y fumados es precisamente la representación de su discurso, o habrá muchos que digan que resulta poco profesional y que es imposible sacar un buen concierto cuando casi no eres capaz de mantener tu instrumento.
La discusión puede seguir por ahí hasta el infinito, muchos preferimos mantener muy clara en la vista la imagen de un mundano gigante que nos había visitado hacía unos instantes.
30 de Marzo, Teatro Alameda.
DESTROYER
Cuando llegamos a ver al canadiense yo creí sinceramente que el no había venido a vernos a nosotros. Apareció en solitario con una simple guitarra española para defender los (buenísimos) temas de su reciente "Destroyer's Rubies", y su actitud perezosa no animaba más que al bostezo, e incluso a la deserción. Una lástima.
DORIAN
Los barceloneses pusieron mucha más carne en el asador con su propuesta tecno-pop de letras comprometidas. Se mostraron como una banda muy curtida y experimentada a pesar de su juventud, sabiendo sacar mucho jugo de sus melodías. A pesar de jugar con un estilo difícil en un festival en el que son minoría las apuestas bailables, captaron el interés de la audiencia y la llevaron a su terreno con temas de "El Futuro No Es De Nadie". Mucha valentía.
AT SWIM TWO BIRDS
La cita anual del público sevillano con el bueno de Roger Quigley resultó, para no variar, emocionante, vibrante, y en este caso novedosa en el plano escénico, ya que se hizo acompañar por una joven violonchelista. Si en otras ocasiones Roger se rodea unicamente de los crujidos de su guitarra o de los quiebros de su voz, la aparición del chelo arropa su música y le permite una (incluso) mayor progresión emocional. "In Bed With Your Best Friend", "Close To", "A Kind Of Loving", "I Need Him" y "Things We Never Do" conforman un repertorio imprescindible, infalible y con el que el británico nos ha convertido en sus confesores más incondicionales. Si a ello le sumamos su simpatía y cercanía (se dejó ver por todos los rincones del festival y no se ahorró ni una sonrisa o comentario para sus fans), pues lo propongo como hijo predilecto del Southpop; muy grande Roger.
PETER VON POEHL
Otro punto a favor de los organizadores se lo anotan con el descubrimiento de este sueco, rubio y espigado, que consiguió un concierto directo, sencillo e infeccioso, en el que el folk delicado y sosegado de su álbum de debut, ""Going Where The Tea Trees Are", fue traducido para la ocasión al rock gracias a una estupenda banda y a una concepción sincera y entregada del directo. Una acertadísima manera de sacar doble partido a sus composiciones, señal de que tienen mucho recorrido. También ayudó que Peter pudiera, con su limitado español, animar aun más a la gente con su cercanía, generando así un clima de euforia conforme los temas más conocidos iban cayendo.
MS. JOHN SODA
El cuarteto indietrónico cerró las actuaciones del viernes con un concierto que fue de menos a más. La puesta en escena fue prometedora, con dos bajos (en lugar de sacar demasiados "Apples"), batería y teclados, pero de primeras las buenas intenciones no fructificaron y la frialdad protagonizó la mitad del concierto. Tantos buenos temas acabaron por descongelar al personal y "Scan The Ways", "Nº One" etc. lograron poner a bailar al más pintado, sonando mejor que en el disco, sobre todo esta última, que se convirtió en un tour de force fantástico, abrasando la pereza indietrónica a ritmo de rock directo y vertiginoso. Buen sabor de boca en una actuación irregular.
Sábado 31 de Marzo, Teatro Alameda.
Problemas estructurales impidieron que pudiéramos llegar a tiempo de ver a Pleasant Dreams.
EDWIN MOSES
Agradable sorpresa la que nos ofrecieron los seguidores de esta religión tan personal, una suerte de escape soul para el festival. Durante unos minutos cambiamos nuestro color de piel, nuestra religión e hicimos un viaje a New Orleáns para recibir una bendición de gospel y soul por parte de unos santones con túnica, que pasaron de poder ser mera anécdota a encontrar un espacio importante entre los asistentes.
TENDER FOREVER
Apoteosis. Baldo Green Ufos esbozaba una sonrisa cuando le comentaba que probablemente no veríamos mejor concierto después de Mark Eitzel. Desde luego sabía bien que un terremoto se iba a desencadenar gracias a esta jovencita y su entusiasta visión de la música. Técnicamente sólo se hacía acompañar por un portátil y por una amiga de fatigas, pero esa falta de acompañamiento musical era suplida con creces con un entusiasmo, una entrega y una excitación únicas. Como una Bjork de barrio, su personalidad y su voz se hacen protagonistas del mundo por unos instantes, y sólo así se puede entender que el público fuera presa de un estado de exaltación tan increíble. Éramos su juguete, accediendo sin reservas a cada uno de sus caprichos, recogiéndola las ocasiones que se lanzaba contra la audiencia, coreando sus gritos o siguiendo sus gestos. Cualquier cosa pudo haber pasado porque la magia se apoderó del teatro, y la sonrisa de la cara de Baldo se traslado a todos nosotros. Inolvidable, Tender forever.
THE BITTER SPRINGS
Una animada charla con Melanie Valera (Tender Forever) nos impidió hacer acto de presencia cuando los norteamericanos hicieron acto de presencia.
BONNIE PRINCE BILLY
Había un increíble silencio ante la presencia de Will Oldham en el escenario, fruto sin duda del respeto que le profesaba la audiencia. Tal fue la expectación y el sobrecogimiento que hizo un poco de tapón a las aventuras imprevistas, quedando todo restringido al guión trazado. Que ya es mucho, basando el repertorio en "The Letting Go", esa maravillosa colección de despedidas resignadas, se hizo acompañar de la increíble voz de Faun Fables, sustituta de Dawn Mcarthy para el directo, y ambos sobre el escenario cortaron la respiración de todos en "Love Comes To Me","Cursed Sleep", etc. Había entre los asistentes, no cabía un alma, ese entusiasmo controlado, esa atención a cada uno de los gestos de Oldham típica de los grandes momentos. Faltó, como ya hemos comentado, espacio a la improvisación, a lo inesperado, pero todo fue a favor entonces del preciosismo, la naturalidad y la belleza de unos temas inolvidables, tanto como el momento que acabábamos de vivir.
Bonnie 'Prince' Billy;Del corazón al traste
por Patricio de la Torre - IndyRock
Will Oldham es un trovador, o esa es la sensación que emana de su figura, aunque un trovador del siglo XI poco tenga que ver con el americano. Trovar procede de inventar o crear literalmente, y estas son las dos caras que desde los años noventa ha sembrado por el camino. Inventa desde la experimentación y las colaboraciones, y crea literalmente desde el folklore, y es que escribe desde la raíz e interpreta desde la raíz, sin metáforas, sin pretensiones... Crea cada vez que sube el volumen de la voz, cada vez que termina una canción y cierra el círculo, y termina la historia...
Aparte de ir acompañado de una guitarra electroacústica más americana que la barba amish que se ha dejado, Dawn McCarthy, guapisima cantante de los
Faun Fables, le hizo coros y agudos en algunas partes del concierto y acompaño a Will en el bis acapella que cerraba el círculo, quizá a una voz con tanto registro como la del cantautor no le hizo justicia.
Presenciar un concierto del lado experimental, más alternativo o heterodoxo, con una banda o colaboraciones debe ser una gozada, pero en Sevilla nos ha dejado un repertorio clásico, una colección de miradas al interior, un cante profundo y sincero.
Sus canciones regaron el Teatro Alameda de respeto y silencio tal como se anunciaba, de folk, de emotividad, de espiritu, de abrazos tiernos y caricias reconciliadoras. Nos pusimos a recordar a Johnny Cash, Nick Drake, a Edith Frost y a Dylan. Y a sentir lo mismo otra vez. La soledad, el amor, las trampas de la carretera, los mismos demonios de siempre... Canciones intimas que ojalá fueran nuestras, y que lo fueron durante hora y media para clausurar la historia del South Pop 2007...
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