Aflicción
por
Manuel C. Ferrón - IndyRock
Desde la separación definitiva en 1999 de Come, el grupo que el
ex-Codeine Chris Brokaw compartía con Thalia Zedek, la cantante
y guitarrista de Washington D.C. ha publicado tres discos en
solitario, el último de los cuales, “Liars and Prayers” (2008),
presentó en concierto en Granada, tardíamente, en el marco del
ciclo musical estable Fonorama.
Con el acompañamiento de Winston Braman, al bajo; Mel
Lederman, al piano; David Curry, a la viola; y Daniel
Coughlin, a la batería; Thalia Zedek nos condujo, a través de
las sendas del sufrimiento físico y la pesadumbre moral por las
que discurre su cancionero, hasta el borde del abismo de lo
inconveniente, de lo inmoral. Desde allí nos ofreció, áspera y
próxima a un tiempo, un repertorio compuesto en su mayor parte
por las canciones de “Liars and Prayers”, que fue completado con
lo mejor de sus anteriores discos: “Trust Not Those In Whom
Without Some Touch Of Madness” (2004), del que sonaron más
vibrantes que en la grabación “Brother” y “Virginia”; y, su
debut en solitario, “Been Here and Gone” (2001), con una
impecable “1926”.
Parajes sonoros antes transitados por la Velvet
Underground, Patti Smith, o Leonard Cohen, a quien Zedek
homenajeó en 2001 grabando una excelente versión de “Dance Me To
The End Of Love”, son recorridos por Thalia y su grupo sobre
patrones rítmicos heredados del emocore, sin rastro de
folk ortodoxo ni de los dejes blues que se le atribuyen en su
faceta de guitarrista. Su principal virtud es la perfecta
adecuación entre lo que se dice y la manera en que se dice:
cadencias de tono sombrío rotas por cambios de ritmo y
estallidos de furia son la fiel traducción musical de los
trastornos de la normalidad de la vida colectiva que
describen las letras de unas canciones tan sobradas de
coherencia como, mi mayor objeción a la propuesta de la
Thalia Zedek Band, de monotonía.
THALIA ZEDEK - `YOU´RE A BIG GIRL NOW´ Acuarela
Discos
Por
Fernando Navarro - IndyRock

No es casual que en la
portada de `You´re a Big Girl Now´ Thalia Zedek (mujer enorme y
genial, de profundas, marcadísimas ojeras) aparezca fumándose un
enorme puro, con la mirada perdida, en cualquier bar más o menos
oscuro de alguna ciudad más o menos remota; como tampoco es
casual que para titular este breve ep haya escogido esa canción
de Dylan donde la mirada femenina toma un aspecto casi mítico,
universal y algo ambiguo. Francotiradora militante en algunas de
las más creativas bandas de la escena americana más reciente:
Come, Uzi, Live Skull, voz profunda y oscura de donde provienen
lamentos que producen, antes que tristeza o nostalgia, pavor,
Zedek aporta un nuevo capítulo en su obra definitiva sobre la
desgracia, sobre ese espeso camino a las tinieblas; en este caso
casi un monográfico sobre la pérdida de la identidad (los textos
tomados de Lou Reed y Dylan de `Candy Says´ y `You´re a Big Girl
Now´) el desconcierto (la cruel agonía de siete minutos de `No
Substitutions´) y las falacias (`JJ85´, brillante, quizá la más
clara canción de su reciente repertorio) que se cierra de golpe,
sin escapatoria con `No Fire´, construcción opresiva y
claustrofóbica, casi melodramática, donde apenas queda espacio
para otra cosa que no sea el miedo. Miedo a tantas cosas.
THALIA ZEDEK BAND
Con su voz de arena y alcohol Thalia Zedek y su banda actuarán
por primera vez en Granada dentro del ciclo Fonorama. Cuando
triunfó en los 90 al mando del grupo Come, a la sombra del
huracán grunge y de la mano del sello Sub Pop, la Zedek ya
atesoraba una larga trayectoria como líder de bandas que no se
achicaban ante las avalanchas de noise-rock (Dangerous Birds,
Live Skull o Uzi, entre otras). Desde entonces no ha hecho más
que crecer como autora y como intérprete. Después de disolver
Come, inició una aventura bajo su propio nombre cuando empezaba
la década que ahora termina. En ese momento se despojó de gran
parte del lastre instrumental de antaño para bucear a pulmón en
sus primeros trabajos, lacerantes discos sobre la vida y el
dolor. En su última entrega, en cambio, a la base ya conocida de
guitarra, batería y viola, añade pianos y bajos para sonar como
una banda -la que la acompañará en su actuación en el Teatro
CajaGranada de CajaGranada-, como no lo había hecho desde que
firma en solitario. El sonido denso y contundente de grupo de
rock herido adquiere toda la potencia emocional con su voz de
lija y sus textos de pérdida y pasión, contundencia y delicadeza
de un solo trago. Cada vez más cerca de las grandes, si no lo es
ya.
La que fuera una de
las dos mitades al mando de Come ha vuelto a los escenarios con
un disco, Liars and Prayers (
Thrill
Jockey), que es el más crudo, emocional y directo de toda
su carrera. Una demostración de sensibilidad y preocupación
sincera por la realidad política de hoy y de siempre y la
responsabilidad directa que en ella tienen las acciones del
-anterior y actual- Gobierno estadounidense, que Thalia Zedek ha
afrontado desde la emoción y la capacidad de generar empatía.
Acompañada de una banda reformada que ha añadido bajo (Winston
Braman) y piano (Mel Lederman) al formato de batería (Daniel
Coughlin) y viola (David Curry) que ya utilizó en Trust Not
Those in Whom Without Some Touch of Madness (Thrill Jockey, 04),
la voz de Thalia suena áspera sin llegar a estar seca, doliente
sin estar dolida (ni hundida, sólo tocada), en un arrebato de
honestidad.
Acuarela Discos
http://www.acuareladiscos.com
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