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GUADALUPE PLATA

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HOSTEL LEMON&ROCK

BUSCADORES DE ALMAS

Granada, 12 Diciembre 2017.

La guitarra de Pedro de Dios sintoniza con el más allá y acaricia las almas malditas de Robert Johnson y de Violeta Parra

Fotogalería, crónica y vídeo por FRAN KARMONA / IndyRock

Una vez más tuvimos la oportunidad de ver a Guadalupe Plata en Granada. No fue una vez más cualquiera. Fue una vez especial, porque ver a los ubetenses es siempre es especial. Pero, si además los ves actuar a medio metro, es emocionante. En medio del patio central del acogedor Hostel Lemon&Rock estaba todo dispuesto para que Guadalupe Plata iniciara su aquelarre musical. Un barreño de zinc, una tubería de cobre, tres guitarras, un instrumento artesanal de madera de tres cuerdas, una batería roja y unas maracas esperaban a Pedro de Dios, Paco Luis Martos y Carlos Jimena. (...)

VÍDEO GALERÍA, DIRECTOS DE GUADALUPE PLATA EN IDNYROCK
INICIO: Vídeo directo en la sala LEMONROCK de Granada - 12-12-2017. VÍDEO: FRAN KARMONA

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Con un lleno total, el público del Lemon&Rock esperaba impaciente el comienzo del concierto. Sobre las 21:00 horas aparecían entre el público el trío de Úbeda y como si estuvieran en casa, se ponían manos a la obra. Los instrumentos comenzaron a sonar y los sonidos iban tomando las almas de los allí presentes. No faltaron sus temas más conocidos como Calle 24, Baby me vuelves loco, Huele a Rata, Lorena, Gatito, Milana o su homenaje a Violeta Parra con Qué he sacado con quererte.

Sus sesiones instrumentales se adentran en territorios más allá de la música y rascan el interior de las entrañas. La guitarra de Pedro de Dios sintoniza con el más allá y acaricia las almas malditas de Robert Johnson y de Violeta Parra. Hace que sintamos esa extraña sensación de que hay algo más allá al escuchar sus discos, que son obras artesanales donde ellos dejan registrados la pureza de la primera toma. Viéndolos tan cerca conectas rápidamente con lo que quieren transmitir y durante más de una hora y media estuvimos en trance observando como los dedos de Pedro de Dios se metían dentro de la guitarra y sacaban pedazos de almas que viven en su interior. Son buscadores de sonidos y de emociones y llegan donde pocos lo hacen. Fue una noche mágica que recordaremos todos los que estuvimos en el Hostel Lemon&Rock, que como siempre estuvo a la altura de tan especial y vertical concierto.

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FOTOGALERÍA. Concierto en sala El Tren. Fotos: FRAN KARMONA

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EL CORAZÓN PRIMIGENIO DEL BLUES

Guadalupe Plata estuvo en la sala El tren y nos presentó su quinto disco homónimo, como todos los anteriores, y vinieron acompañados de Galleta Piluda, un divertidísimo trío murciano..

Granada, Sala El Tren, 20 de mayo de 2017

Fotogalería y crónica por Frank Karmona / IndyRock

Galleta Piluda: Con una batería y un teclado Farsisa no necesitan más acompañamiento que al  doctor de la percusión que va haciendo sonar sus maracas y sus bongos en una pose muy digna y seria. Con un estilo propio, que denominan “Garrulismo yeyé”, tienen temas originales y ácidos, con un directo muy fresco y divertido, con ganas de cachondeo y de hacer pasar un rato divertido. Galleta Piluda es donde el rock and roll de los sesenta va evolucionando a sonidos de garaje primitivo y psicodélico llegando a un surrealismo con sus letras, así son los Galleta Piluda.

Guadalupe Plata presenta su cuarto largo; no han cambiado nada, tampoco han inventado nada y eso es lo que pretenden. Su música entra en el corazón del blues más primario y respeta ese espíritu, mezclándolo con música de raíces como el flamenco, que tantas similitudes tienen con el folklore más puro. Sacan disco cada dos años y en este no defraudan; la portada está hecha por Pedro de Dios y es un perro de vieja, título con que se conoce al disco, aunque todos se llamen Guadalupe Plata. En este disco hay un tema donde se adentran en el alma de Violeta Parra y hacen una versión de su tema Qué he sacado con quererte que Pedro de Dios interpreta magistralmente con su voz más dulce, haciendo gala de ello. Quizá el único cambio en este disco esté ahí, en que Perico canta más, dejando claro que a parte de tocar la guitarra como nadie, también sabe cantar. Lo han grabado en el estudio sevillano de La Mina; famoso por su sonido y sus barbacoas. En esta ocasión querían un poco más de comodidad y para ello se han llevado las zapatillas de casa, y lo han grabado en dos semanas. Hasta ahora habían grabado en dos días, todo muy rápido, para buscar ese espíritu de la primera toma que hay en los viejos discos de blues. El trío de Úbeda mantiene la tradición del delta del Mississippi y se adentran en esos pantanos, donde los esclavos se liberaban haciendo sonar lo que tenían a mano. Utilizan instrumentos hechos por Paco Luis Martos, todo un maestro en el noble arte de la carpintería, y los hacen sonar con el alma, creando atmósferas surrealistas que nos adentran en el mundo de los espíritus y las leyendas, que pueblan los pueblos de Andalucía. Hacen un recorrido por el mundo de los muertos y nos traen sus mensajes y sus lamentos. Entre sus referencias están Howlin Wollf, Lightnin Hopkins, Johnlee Hooker, Skip James o Elmore James, de donde sacan toda esa fuerza que tan especiales hacen sus conciertos.

El concierto comenzó a las 23:00 horas y terminó bien pasada la medianoche, más de una hora y media de concierto que pasó muy rápido. Comenzaron con Borracho, tema de este último disco y tras arreglar algún problema técnico con el micrófono, soltaron gran parte de su repertorio. Las más celebradas y bailadas por el público fueron Calle 24, Baby, me vuelves loco, Lorena, Milana o Gatito, psychobilly en estado puro que hizo volar las cabezas de más de uno. El sonido del barreño de zinc, la guitarra eléctrica y la batería de los Guadalupe Plata sonaron en la Sala El tren como un expreso de mercancías peligrosas y dejaron buenas sensaciones con este cuarto disco, quinto si contamos el EP de seis temas que los dio a conocer. Estuvieron muy concentrados y brillantes.

Guadalupe Plata se ha convertido en un grupo que comienza a llenar allá por donde pasa, cada vez está  siendo más conocido por su peculiar sonido y por respetar y recuperar la tradición más pura de la música de raíz. Hacen gala de un extraordinario directo, donde realizan auténticas sesiones de instrumentación que te llevan al interior de las sombras del alma humana. El misterio de la España profunda tiene leyendas y fantasmas que pueblan los rincones de mansiones y cortijos y los Guadalupe parece que los captan a través de su música. Sus instrumentos y la voz de Pedro de Dios, son potentes máquinas artesanales diseñadas para ello. En 2013 recibieron el premio Impala a mejor álbum de sello independiente, un galardón que en años anteriores había recaído en artistas como John Grant, Nick Cave o  Sigur Rós. No es el primero que la banda ubetense gana; ya fueron disco del año por la revista Ruta 66 y premio El ojo crítico de RNE de música moderna. Y es que según Carlos Jimena, su batería,: “Cuando se juntan unas buenas palas y ganas de trabajar, se cava una buena tumba.” Eso es Guadalupe Plata: un buen puñetazo en la mandíbula que todo el mundo entiende.

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EL PASADO SE HACE PRESENTE

GUADALUPE PLATA

Presentaban su tercer larga duración, que lleva de nuevo como título el nombre del grupo.

Granada, Planta Baja, 24 y 25 de abril de 2015
Por Luis Miguel Albarracín. Fotos: Antonio Puertas / IndyRock

Guadalupe Plata es un grupo diferente. Pantanos oscuros, música vudú, cementerios con vida aderezado con gatitos y serpientes por todas partes. Con la aproximación a su "Tormenta" comenzó un reguero sinuoso y polvoriento en una sala Planta Baja abarrotada, con todo vendido para viernes y sábado. Con Pedro de Dios situado a la derecha del escenario, se abrieron las puertas del infierno, haciendo las veces de cantante y guitarrista venido desde el Misisipi en pos de gloria y tristeza. Muy elegante para la ocasión, con zapatos relucientes y camisa bien planchada, buscaba con cada acorde sacar de su cuerpo el demonio que lleva tatuado en su brazo izquierdo. En el centro, con los tres componentes pegados al público, crecía la figura de Carlos Jimena, nuestro Capitán Haddock particular, llevando el timing y de vez en cuando sacando a relucir las maracas de Antonio Machín. Y a mi izquierda, conduciendo el bajo, contrabalde (un alucinante barreño de zinc), guitarra y maracas (según mandaran los temas), el todopoderoso Paco Luis Martos, otro ser proveniente de lejanas tumbas ávido por morir en paz. 

FOTOGALERÍA, GRANADA PLANTA BAJA 2015. FOTOS: ANTONIO PUERTAS * INDYROCK

Presentaban su tercer larga duración, que lleva de nuevo como título el nombre del grupo, diferenciándose de los anteriores por ser el rojo el color elegido para la portada en esta ocasión. Venían con ganas tras grabar en Londres con el productor Liam Watson (ha producido entre otros el "Elephant" de White Stripes). Desde dos mil ocho, año en el que debutaron con un Ep, han crecido muchísimo, haciéndose los amos y señores de un sonido propio al que no se le acerca ninguna banda de por aquí. Alternaban canciones instrumentales con otras en las que Pedro afilaba el cuchillo y soñaba con ratas y bichas de su pueblo, Úbeda. Con el "Boogie de la muerte" ya tenían a sus seguidores en el bolsillo. Porque Guadalupe Plata se deja de pantallitas, pijaditas y anexos varios. Van al grano. Música en estado puro, sin más. Con sus visitas a Austin, las escuchas de Robert Johnson, John Lee Hooker o Howlin´ Wolf dan en su hora y media de show todo un tratado de blues que ni la mejor enciclopedia te puede ofrecer. Pedro no mantiene una comunicación con el público, lo que sí hace mucho con sus dos secuaces, estableciendo una tensión que los mantiene despiertos por si un enterrador anda cerca y quiere acabar con ellos. 

   Su lírica es escueta y sin concesiones. Sus temas más laureados tienen referencias a ratas, gatos y serpientes. "Hoy como perro" seguía animando al personal, aunque en ciertas ocasiones se les pedía algo más de caña continuada y no tanto las subidas y bajadas de magia que a ellos tanto les gustan. Fue un concierto con un sonido muy parecido, quizás en algún momento se hicieron algo monótonos, pero no todo iba a ser un jardín de rosas, y menos ellos que visitan cementerios en noches de luna llena. 

   Cómo no le iban a cantar a una maldita "Rata" malnacida habiendo una tumba de por medio. Guadalupe crea una atmósfera única, tenebrosa, tétrica, en blanco y negro. Aprenden de los grandes, disfrutan con el blues del delta, con aquellos  bluesmen que ya son mayores y que apenas tienen dientes. como si Pedro, Carlos y Paco Luis entraran en trance y no quisieran venderse al mejor postor. 

   "Huele a rata" seguía aumentando el calor de la sala. Más animales y más oscuridad con una voz que mejora con cada disco, con la que Pedro se va sintiendo más cómodo. El set list es muy particular porque juegan con las canciones como les da la gana, sin ceñirse a temas enlatados y cerrados. Atacaron con su lluvia de "Serpientes negras", las que muerden y te dejan sin una gota de sangre, así son ellas. Las canciones más radiadas empezaban a llegar. "Calle 24" hizo las delicias de todos, con una letra que ya tiene sus años y que todo el mundo estaba deseando escupir en el pantano bluesero que la virgen de Guadalupe había construido con cada gota de sudor de su frente. Y como no podía quedar ahí el despliegue de medios emocionales, llegó otro de los platos fuertes de la noche: "Milana". Enseguida un recuerdo a nuestro querido Paco Rabal y a la rabia que Pedro siembra con su completo dominio de la guitarra, con poses como sólo él sabe, y controlando las pedaleras como el puto amo que es. "Baby me vuelves loco" arrojaba amor y pasión a raudales, como sólo los bluesmen del delta saben transmitir. 

   Un pequeño descanso y al tajo de nuevo para dejar en el Planta ganas de volver a verlos. "En este cementerio" encerraba la llave del ataúd que liberaba las almas perdidas, las que piden a gritos algo de piedad. Carlos no se quitaba ni por un momento su chaqueta, la elegancia y el saber estar ante todo. ¿Más animales por salir de la chistera? Por supuesto. "Gatito" hacía maullar hasta a los mudos. Pedro de Dios en todo momento se mete en su papel e imagina que toca mucho tiempo atrás, en la era cavernícola, en la que el hombre con un palo y una piedra todavía no sabía que había inventado el rock and roll. Un concepto básico para gente que no entiende de memeces ni de palmaditas en la espalda. Con frases como "no sabía que la amaba hasta que la enterraban" qué más se puede decir. A partir de ahora habrá que mirar más allá, las alcantarillas ocultan otro mundo, sensaciones hasta ahora prohibidas que los ubetenses-granadinos nos han descubierto.

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GUADALUPE PLATA, ARCHIVO HISTÓRICO INDYROCK

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