Loquillo crece con el tiempo. Mantiene esa pose, esa actitud singular que le ha hecho formar
parte de la historia del rock ibérico, descarado, desafiante y entrañable. Demuestra que el
escenario no es más que un lugar para pasear y contar historias, a su estilo y con sus
ritmos. Un concierto en el que la banda contaba con un músico granadino de especial
relevancia, el bajista Alfonso Alcalá, uno de los magos de la música con denominación
‘Granada’, que ahora se une al carro de Los Trogloditas.
LOQUILLO, HISTÓRICO EN INDYROCK
CRÓNICAS, FOTOGALERÍAS, COMENTARIOS
Un concierto que suena a disco: de Loquillo a don Loco (2014)
José María Sanz, Loquillo, reune a 7.000 personas en el Palacio de Deportes de Granada en
un concierto que servía para grabar su próximo disco "en vivo", para el que además ha
subido sobre el escenario a Ariel Rot y Leiva.
IDEAL / EFE
FOTOGALERÍA Palacio de Deportes de Granada *
IndyRock
Con todo vendido y una legión de incondicionales, Loquillo iluminaba el Palacio de Deportes
de Granada para ofrecer dos horas de concierto y más de una veintena de temas que servirán
para grabar su próximo trabajo, con DVD incluido. Eligió la ciudad por petición de un
seguidor durante su último concierto en Granada y ha empezado su actuación con las manera de
caballero de 'El creyente' y media hora de retraso. Y aunque tuvo muchos nombres, como ha
cantado en su 'Línea clara', Loquillo se ha presentado con su traje de chaqueta negro
impoluto para mirar de frente a sus seguidores y demostrar, con su voz de disco y su mirada
implacable que es el señor Loco, como le han coreado sus seguidores.
El concierto, que se enmarca en su gira 'De vez en cuando y para siempre', mantiene la
tradición de Loquillo de grabar un directo cada nueve años. Éste tocaba.
El catalán ha tardado cinco canciones en saludar a su público y lo ha hecho brindando con
cava "de mi tierra" por Granada, Andalucía y España, antes de lograr que el estadio saltara
con temas de toda su trayectoria como 'Malo', 'Cuando fuimos los mejores' o su 'Hombre de
negro'.
Loquillo ha ampliado su mítica banda de rock and roll con el saxofonista Dani Nel·lo (ex de
Los Rebeldes y actual líder de Mambo Jambo) y ha cerrado el concierto con la buena compañía
de Ariel Rot y Leiva.
Y como dos horas dan para mucho, el Loco se ha dejado querer, se ha sentado aferrado a su
micro, y ha demostrado que sigue siendo una 'Rock and Roll Star' para emocionar a un público
llegado desde cualquier rincón del país que estaba convencido desde antes de que las luces
se encendieran.
Clásicos como 'Qué hace una chica como tú' han removido a los 7.000 espectadores por un
recorrido por el bagaje musical de Loquillo.
Rot y Leiva se han sumado a esta fiesta que se convertirá en disco para acompañar a Loquillo
antes de que se marchara de Granada con medio disco nuevo en su 'Cádilac solitario'.
Rock and Roll Radio Festival
25 de Marzo 2011 en Pabellón Rafael Florido (Almería).
Crónica y Fotos por
Eduardo G. Magaña - IndyRock
La tercera cita del Rock and Roll Radio Festival, tras las celebraciones en Gijón y La
Nuncía (Alicante) en el pasado 2010, fue todo un éxito al congregar a unas 2.500 personas en
el Pabellón Rafael Florido de Almería de la mano de Moon World y Dgb Producciones.
Un festival itinerante en el que lo más granado del rock español de los ochenta se reúne,
para alegría de nostálgicos y fortuna de los más jóvenes, que juntos disfrutaron de esta
gran colección de leyendas patrias. Los primeros en salir a escena, realizando
correctamente su papel de anfitriones, fueron los jóvenes almerienses La Endémica Louise, en
una buena oportunidad de presentar su música ante sus paisanos y ante alguno de sus ídolos.
Empezando el desfile de clásicos por el escenario almeriense aparecieron Burning. Estos
referentes de la movida madrileña, liderados desde el teclado por la voz de Johnny
Cifuentes, fueron los primeros en emocionar a los asistentes con clásicos como “Que hace una
chica como tú en un sitio como este” o “Mueve tus caderas”.
El ambiente empezaba a calentarse, los jóvenes punks se acercaban a las primeras filas. Era
el momento de Siniestro Total. “El hombre medicina” abrió el concierto del grupo vigués, con
Julián Hernández, y su característica locuacidad, a la cabeza, acompañado de Javier Soto,
Óscar G. Avendaño, Ángel González y Jorge Beltrán. Clásicos del punk rock español como “Yo
dije Yeah”, “Todo por la napia”, “Cuanta puta, y yo que viejo” o “Ay Dolores” sonaron junto
a los temas de su último disco “Country & Western”. Aunque la canción que más
levantó al público fue la gran “Bailaré sobre tu tumba” junto a su particular versión del
“Sweet Home Alabama”, dedicada a un pueblo tan inmigrante como lo fue el gallego. “Miña
terra galega” puso el punto y final a un concierto que quizás se vio perjudicado por su
papel de telonero, al no poder hacer bises para cumplir los horarios.
Pero era tiempo del instante más esperado de la noche, la salida de Loquillo al escenario.
Apareció acompañado de una excelente banda formada por las espectaculares guitarras de
Igor Paskual y Jaime Stinus, el bajo de Laura Gómez-Palma, la batería de Laurent
Castagnet,y los teclados de Santi Comet y derrochando una auténtica “Rock and Roll
actitud”. Chulería elegante, poses dinámicas, gracejo canalla y un enorme carisma en el
escenario le garantizaron el fervor del público. “El rompeolas”, “Carne para Linda” o “El
hombre de negro” fueron grandes momentos en su repertorio, pero lo mejor lo dejó para el
final, con una sucesión de clásicos coreados por todos los asistentes: “La mataré”,
recuperada en su setlist pese a la polémica, “Feo, fuerte y formal”, “Ritmo de garaje”,
momento épico con todo el pabellón entonando el estribillo, “Rock and Roll Star” y
“Cadillac Solitario” con el que finalizó dos horas de gran concierto. Loquillo a sus
51 años se mostró en plena forma, demostrando porque en las últimas tres décadas se le
ha considerado como uno de los mayores rockeros de este país.

LOQUILLO MALDICE SU DESTINO
por
Luis Miguel Albarracín - IndyRock
5 marzo 2011 Auditorio Manuel de Falla, Granada
Jose María Sanz Beltrán volvió, triunfó, convenció y se fue con el aplauso unánime de su
público en el bolsillo. A estas alturas de la película hablar de Loquillo significa recordar
situaciones y experiencias vividas en los últimos treinta años de nuestra historia del rock
and roll. Desde niños hasta abuelas presenciaron la actuación del chico del Clot, pasando
por veinteañeros, treintañeros, cuarentones, cincuentones… hasta donde el cuerpo aguante.
Familias de tres, cuatro o cinco personas acudieron para seguir aprendiendo de nuestro
Johnny Hallyday ibérico. Una camiseta de los Celtics con el dorsal número cinco, el
logotipo del pájaro loco con sus tibias reflejado en un par de paredes del Manuel de Falla,
moqueta gris impecable, la imagen de Marlene Dietrich sobre una pantalla, un micrófono con
plumas cabareteras y lo más importante, la presencia de una banda que no tiene desperdicio
alguno. A las nueve comenzó el show que pocos olvidarán.
Fotos
Manuel Medina (marzo 2011 sala Habana Huelva)
Si existe alguna cualidad del Loco que merece la pena ser resaltada, ésa es su inteligencia
para rodearse siempre de los mejores, de aquellos talentos que trabajan para él y
consiguenwidth:250px !Important; height:auto !Important; que se vayan sumando a su
discografía nuevos temas que se irán añadiendo a su repertorio definitivo. Contar en su
equipo con Jaime Stinus ha sido su gran fichaje. Sin duda. Guitarrista, compositor y
productor, todo en uno. Su elegancia sobre el escenario aporta muchísimo, con un sonido
increíble, controlando en todo momento lo que interpreta, y haciendo las delicias de todos.
Un buen escudero es Igor Paskual, que aporta frescura y juventud a la formación, comunicando
muy bien con los espectadores. La base rítmica arropa muy bien a los guitarristas; Laurent
Castagnet en la batería, la argentina Laura Gómez en el bajo, y Santi Comet en los
teclados.
Pero el auténtico foco de atención, claro está, es Loquillo. Con su entrada al escenario se
ganó la admiración y el respeto de todos hasta el último acorde de la última canción. Las
tres primeras interpretaciones fueron auténticamente demoledoras: “En las calles de Madrid”,
“María” y “Pégate a mí”. La cantidad de gestos, poses y sobre todo, actitud, que Loquillo
despliega sobre el escenario no tiene precio. Los fotógrafos realizaban su trabajo y quería
poner todo de su parte. Por falta de pose no será. Dicen que lo más difícil no es llegar a
donde se quiere, sino mantenerse. Y Loquillo lo lleva consiguiendo durante muchos años con
diferentes formaciones a su lado.
A partir de aquí, con un público heterogéneo al máximo, sin demasiadas ganas de
lenvantarse de sus butacas, el Loco fue desgranando diferentes temas para celebrar su
treinta aniversario en el mundo del rock. “Maldigo mi destino”, “Línea clara”, “Rock´n roll
actitud”, “La edad de oro” y “Arte y ensayo” fueron las siguientes. A continuación llegó la
primera dedicatoria de la noche, que recayó en la figura de Jose Ignacio Lapido, que se
encontraba entre el público, y al que agradeció su presencia con “Memoria de jóvenes
airados”. La segunda dedicatoria fue para sus inseparables amigos Jaime Urrutia, Andrés
Calamaro y Enrique Bunbury, a los que rindió homenaje con “El hombre de negro”, incluyendo
también en sus menciones a su querido Johnny Cash. “Cruzando el paraíso” fue la elegida para
enlazar con el primer momento álgido de la noche. Con “El rompeolas” las butacas se quedaron
vacías y todo el auditorio se puso en pie. El Loco sonreía y se le notaba feliz, en continua
comunión con sus seguidores. Con canciones tan redondas no necesitaba ningún tipo de
presentación. A partir de ese momento la actuación fue in crescendo, y tanto artista como
público iban aumentando en intensidad.
Sentado en un taburete comenzó Loquillo su particular “Rock suave”, el cual tiró al suelo
para levantarse y conseguir uno de los momentos más especiales junto a la guitarra de Jaime
Stinus. “Carne para Linda”, “Las chicas del Roxy” y “Todo el mundo ama a Isabel” conectarían
con otro momento “Stinus”. “Autopista” en manos de Jaime merece otra parada en el camino. Se
detenía el tiempo cada vez que el productor de los últimos discos de la banda tomaba el
mando. Qué capacidad para hacer disfrutar.
Así concluyó la primera hora y cuarto de concierto, con todos sus fans pidiendo que el
espectáculo continuara. La gente que va a ver al chico del Clot no está hecha de cualquier
pasta. Sus seguidores son fieles de toda la vida, lo habrán visto en muchísimas ocasiones,
pero ahí siguen, apoyándolo siempre que acude a su ciudad. Y llevando a sus hijos a sus
conciertos para que en casa escuchen sus discos todos juntos.
Si alguno andaba despistado y no estaba del todo convencido, con la última parte de la
actuación era imposible negarse a la evidencia. No existen muchos artistas que cuenten con
un final de show tan brutal y contundente. Sin paliativos. “Cuando fuimos los mejores”, “La
mataré” y “Feo, fuerte y formal”. Hasta ahí bien. Pero todavía quedaba la traca final.
Canciones que todos los presentes habrán cantado cientos, miles de veces, de ésas que pasan
de generación en generación. “El ritmo del garaje”, “Rock and roll star” y “Cadillac
solitario”. Dos horas de puro Loquillo que no dejaron indiferente a nadie. Su inteligencia
lo sigue manteniendo en la liga de los buenos sabores de boca. Porque treinta años merece la
pena celebrarlos, y si es rodeados de personas de todas las edades mucho mejor. La historia
continúa. Con Jaime Stinus a su lado al Loco le quedan todavía grandes discos por
grabar.
FOTOGALERÍA 07 - 05-04 Gramada, Industrial Copera.
FOTOS: MERCHE S. CALLE * INDYROCK
POLÍTICAMENTE INCORRECTO
por
Enrique Novi
En el remodelado Auditorio Manuel de Falla, de nuevo dispuesto para acoger en su seno la
música en directo, se presentaba el personaje Loquillo, en la que era, tras la de MClam, la
segunda entrega (ya que el concierto previsto de Celtas Cortos fue suspendido) del ciclo
Falla, música en 360 grados, que culminará en mayo con la presencia de la cantante Malú.
Basten los mencionados nombres para dar una idea de la concepción que tienen los
responsables culturales de nuestro ayuntamiento, encargado del programa del auditorio, de en
qué consiste abrirse y abrir un sacrosanto espacio a las músicas de extracción popular. La
simple denominación de 360 º, además de no decir lo que pretende, pues son los grados que
según uno de sus discursos pretendía aplicar Pinochet a su política -para dejarla en el
mismo sitio-, desprende un tufillo a intelectualismo seudopopulista no exento de
condescendencia. La consecuencia primera es el sufrimiento al que se someten los oídos del
público.
Pues aunque el auditorio puede presumir de disponer de una de las mejores acústicas de la
ciudad y más allá, no está concebido para absorber la amplificación desmesurada de este tipo
de conciertos, normalmente sonorizados por técnicos que no contemplan sus posibilidades.
Nada de esto parecía incomodar a un público bullicioso y entregado que al grito de ¡Loco,
loco! recibió los primeros acordes de En las calles de Madrid. A partir de ahí se fueron
sucediendo los clásicos del espigado rockero, pues el concierto se enmarca dentro de la gira
que celebra sus 30 años sobre los escenarios, una gira que lo ha tenido rodando gran parte
del pasado año 2010. Una banda robusta, solvente y de incontestable pegada, cuyo peso recaía
sobre sus excelsos guitarristas, Igor Paskual y el histórico Jaime Stinus, que no se dejaron
en el tintero ningún cliché rockista, pensada para reventar grandes estadios, añadió
prestancia a temas inmortales como Línea clara, El rompeolas o Las chicas del Roxy.
También tuvo tiempo de rendir pleitesía a sus héroes de ayer y de hoy, a los Johnnys, Cash y
Hollyday, a Pepe Risi, al allí presente Lapido (al que dedicó Memoria de jóvenes airados) y
hasta a su excompinche Sabino Méndez. Entre unas y otras, José María Sanz repasó todo su
catálogo de poses, gestos y guiños de seductor de barrio, elegante y chulesco, además de
provocador. Así fue especialmente ovacionado un primer pitillo al que dio candela antes de
acometer La edad de oro. Y es que Loquillo puede parecer algo payaso pero le hace feliz
mostrarse políticamente incorrecto. Con el público en pie se hizo esperar antes de repasar
en los bises sus temas más conocidos, Cuando fuimos los mejores, Feo, fuerte y formal, El
ritmo del garage y, cómo no, decidido a la incorrección política, La mataré. Como era
previsible se dejó para la despedida Rock & Roll Star y Cadillac solitario. Para
entonces, casi dos horas más tarde, el auditorio era toda una fiesta.
LOQUILLO, 2003, 21 DE FEBRERO, INDUSTRIAL COPERA DE GRANADA
LOQUILLO, INDUSTRIAL COPERA. 2002. FOTOS: J. E.
GÓMEZ
LOQUILLO 2001
LOQUILLO 2001, CONCIERTO EN GRANADA. FOTOS J. E.
GÓMEZ * INDYROCK
BIOGRAFÍA
Jose Mª Sanz, de nombre artístico Loquillo, nació el
21 de diciembre de 1960 en el barrio del Clot (Barcelona). Hijo de dinamitero republicano y
con fuertes valores familiares, desde joven se forjó un carácter recio y obstinado: como
persona o artista, Loquillo es de una pieza, sin dobleces o articulaciones. Tras unos
prometedores comienzos en el baloncesto, abandonaría el deporte por el rock and roll cuando
el perfilador de ojos y la canasta empezaron a hacerse incompatibles. Rozando la veintena,
se convierte en firma habitual de algunas publicaciones musicales y, además de ejercer de
mánager eventual de su amigo Carlos Segarra, comienza a cantar.
En 1980, sin grupo, repertorio ni apenas experiencia, graba su primer disco, Los tiempos
están cambiando, que contiene éxitos como Esto no es Hawai (Qué wai) o Rock and roll star.
Tras una temporada liderando a Los Intocables, con quienes grabó el EP Autopista (1982),
empezaría su carrera triunfal con los Trogloditas, su banda de entonces en adelante.
Loquillo y Trogloditas debutaron en Dro con dos singles, Vaqueros del espacio y Todos los
chicos en la playa, a los que seguiría su primer LP, El ritmo del garaje (1983), que incluía
los himnos Cadillac solitario, Barcelona ciudad o Quiero un camión, y un segundo titulado
¿Dónde estabas tú en el 77? (1984).
Sin casarse con la facción rocker más purista, pero tampoco con sus primos punks, la carrera
de Loquillo y Trogloditas continuó en 1985 con La mafia del baile y el celebrado single
Chanel, cocaína y Don Perignon, al que seguiría, dos años después, el arriesgado Mis
problemas con las mujeres. En este disco, homenaje a los grandes crooners norteamericanos de
tres décadas atrás, Loquillo rompió su techo de ventas gracias, en parte, a La mataré. La
racha seguiría con Morir en primavera (1988) y éxitos como El rompeolas o La mala
reputación, donde los Trogloditas adaptan a Brassens, pero Loquillo finalmente toca el cielo
con la publicación del álbum en vivo A por ellos... que son pocos y cobardes (1989), que
vuelve a poner de moda el Cadillac solitario. Su pegada quedó constatada en la fiesta del
PSUC, en Barcelona, donde compraron su entrada casi 140.000 fieles.
Con Hombres (1991) comienza la colaboración de Loquillo con Gabriel Sopeña en el tema
Brillar y brillar. En el mismo disco figuraba Simpatía por los Stones, un tema tributo a la
banda de Mick y Keith. Mientras respiremos (1993), por su parte, reivindicaba a Johnny Cash
con el clásico El hombre de negro, además de incluir la polémica Los ojos vendados y John
Milner, que se convertiría en un referente para toda una generación de rockers.
La relación artística de Loquillo y Sopeña se estrechó en La vida por delante (1994),
trabajo al margen de los Trogloditas donde ambos musicaban textos de Octavio Paz o Neruda,
entre otros. El rock regresó en 1996 con Tiempos asesinos y el single Ya no hay héroes,
donde El Loco cantaba a dúo con Hugh Cornwell, de los Stranglers. A finales de ese mismo año
se grabaría Compañeros de viaje (1997), disco en vivo con la colaboración de ilustres como
Jaime Urrutia, Carlos Segarra, Ramoncín o Pepe Risi. De nuevo en solitario, Loquillo
publicaría Con elegancia (1998), otro álbum de poemas musicados, y Nueve tragos (1999), obra
en clave de swing jazz.
Desde entonces y hasta hoy, Loquillo y Trogloditas han grabado dos trabajos más: Cuero
español (2000) y Feo, fuerte y formal (2001), con los que dejan patente su condición de
mitos vivientes del rock patrio. Su poderío como banda quedará amplificado, si cabe, con la
inclusión de Guillermo Martín en la gira de Arte y ensayo (2004), su mejor disco en años.
La obra
El Loco lo ha entendido bien. Su nuevo disco, Arte y ensayo, suma 11 temas y 42 minutos
magros de guitarras y talante subjetivo, una colección empaquetada en un concepto claro, con
voluntad ejemplarizante: volvamos a la raíz, oídos sordos al mercado de los engaños y el
mínimo común denominador pop; hagamos las cosas por amor y porque sí. Que el talento nos
lleve a la fama y no al revés.
Loquillo y los Troglos abren el disco con Arte y ensayo, el tema que le da título, su
mascarón de proa. Una pieza de rock con calidad y mensaje directo y sincero: "Dirijo de
forma independiente; soy un río enfrentado a la corriente". Avanzada la canción, los vientos
empastan con las guitarras de Igor Paskual (también compositor de muchas de las músicas de
este Arte y Ensayo) y esos coros que guiñan un ojo de simpatía por los Stones.
Las declaraciones de intenciones no cesan: Rock and roll actitud, el primer sencillo, es
todo un himno; el rock es algo más que una etiqueta, amigo. Fito Cabrales, sin sus
Fitipaldis, se apunta a los coros y al recado.
A lo largo de Arte y ensayo, Loquillo mira al frente y se abre paso con sus golpes más
efectivos: letras inteligentes; conciencia de clase; provocación; rock de alto octanaje;
referencias a los clásicos. Pedal de distorsión en Malas compañías, Tiro de gracia o Restos
de serie; melodías tan pegadizas como El hijo de nadie y estructuras que recuerdan al mejor
rock español de los ochenta. El león que lame sus heridas y se vuelve a levantar en Corre,
rocker, corre; la descripción casi novelesca del ángel caído con chupa de cuero en la
inspirada Personajes de Fitzgerald (donde El Loco canta como Lou Reed) o la resaca de
aquellos primeros pasos, el rock'n'roll en su dimensión más pura en Veteranos, compuesta con
el compadre Carlos Segarra.
Arte y ensayo, producido por el habitual Jaime Stinus, es un disco redondo confeccionado con
la colaboración del no menos familiar Gabriel Sopeña en Rock and roll actitud, Corre,
rocker, corre y Tiro de gracia. Los Trogloditas siguen siendo un engranaje perfecto, una
máquina de hacer rock como pocas en este país. Josep Simón y Jordi Vila, una base rítmica
hecha para durar. Ellos son a Loquillo lo que la E Street Band a Springsteen: la constante
perfecta; el colchón, la cama y el canapé.
Hace muchos años que El Loco perdió el miedo a decir lo que siente o a mudar de piel en
función de su inquietud creativa. Arte y ensayo casi termina con una revisión de I Fought
The Law, himno antisistema de Bobby Fuller popularizado por los Clash. Loquillo la rebautiza
Luché contra la ley y los Troglos van a por todas sin dejar prisioneros. Pero,
inmediatamente después, llega la preciosa Johnny et Sylvie, tonada cinematográfica de amor
acaso inspirada en Johnny Halliday y Sylvie Vartan que huele a noche, a chanson y a
cortinón.
Así, con versos en francés y el arrullo del acordeón, se despide una obra diseñada sin
presiones y sin reloj, como un filme de Arte y ensayo. Un disco que te recuerda por qué
Loquillo es uno de los grandes.
TREINTA AÑOS DE CARRERA
2010. Treinta años después de haber dado comienzo a su carrera, maduro y sereno, Loquillo
es, por derecho propio, una de las leyendas mayores del rock español, una de las más sólidas
y rotundas. Un viaje que le ha llevado hasta aquí, en el que su público lo ha visto crecer
como persona y como artista a cada paso que daba. Inquieto y ajeno a los estados
acomodaticios se ha reinventado en diversas ocasiones, ha peleado duro por defender su lugar
en los tiempos más difíciles y no ha bajado ni por un momento el listón de la calidad en su
extensa obra. Vive sus mejores días y lo celebra con una gira que se constituye en todo un
éxito de crítica y público.
Llegar a cumplir treinta años de carrera no es fácil. En otros países, los artistas de
largas carreras son considerados clásicos. Loquillo lo ha conseguido, ha adquirido la
categoría de clásico, un título indiscutible al alcance de muy pocos
2011. La vida sigue girando, y con ella prosigue la segunda parte de una gira que conmemora
los 30 años de carrera, una celebración en la que Loquillo, sus músicos y el público
festejan algunas de las canciones más memorables de la música española de los últimos
treinta años. Canciones que, como él, han adquirido el marchamo de
clásicos.
En el año 2011 Loquillo lanzó un disco con poemas musicados de Luis Alberto de Cuenca
titulado Su nombre era el de todas las mujeres. La música y adaptaciones estuvieron a cargo
de Gabriel Sopeña.
Actualmente, Loquillo es el presentador de un programa titulado American Chopper, dicho
programa se emite en el canal de televisión Discovery Max. En él aparece la familia Teutul,
de Orange County Choppers.
Como curiosidad, el apodo de Loquillo se lo puso el famoso jugador de baloncesto Epi, con el
cual jugó en categorías inferiores.4 Durante su etapa de jugador de baloncesto, estuvo bajo
el mando de uno de los entrenadores españoles más laureados de la historia: Aíto García
Reneses.
En marzo de 2015, Loquillo junto con la banda The Nu Niles lanzó un disco titulado Código
Rocker con 14 canciones que abarcan su carrera profesional desde 1980 hasta nuestros días,
más un tema propio de la banda rockabilly The Nu Niles, con quienes salió posteriormente de
gira.
El 22 de abril de 2016 lanzó un nuevo disco en solitario, Viento del Este. El álbum consta
de 12 canciones, incluida una versión de "Me olvidé de vivir".
Durante 2016 y 2017 lleva a cabo la gira "Salud y Rock & Roll", que le lleva a actuar
por toda España, Londres y Dublín, y grabar en CD y DVD un directo en Las Ventas. La gira
acaba el día 15 de diciembre de 2017 en el WiZink Center de Madrid.
En 2017 fue galardonado con la Medalla de Honor de Barcelona, concedida por el Ayuntamiento
de esta ciudad.
Loquillo cuenta con numerosos fanes alrededor de todo el mundo. Existen varias sedes
sociales en honor al cantante barcelonés en Lasarte-Oria (Guipúzcoa), Valencia y Barcelona.
También cuenta con un club de fanes (Loquillo Fan Club) y distintas páginas de apoyo en las
redes sociales como Loquillo Fanatics, Viva el Loco o Rock and roll actitud.
En 2018, y con motivo de su 40 aniversario, Loquillo lanza el triple CD recopilatorio Rock
and Roll Actitud, que incluye una nueva versión inédita de Rey del Glam, el tema que ya fue
un éxito en su versión original de Alaska y Dinarama.6 También anuncia once conciertos en
España de su gira 40 años de Rock and Roll Actitud.7
Loquillo escribe artículos en el blog de elmundo.es y en distintos semanales en los que
podemos ver su crítica y su opinión sobre temas de actualidad.
Web oficial
www.loquillo.com