FOTOGALERÍA: SANATORIO DE LA ALFAGUARA 2021. FOTOS: J. E GÓMEZ
El antiguo edificio en ruinas del Sanatorio Antituberculoso de la Alfagaura, fue objeto de una
restauración para mantener los restos a modo de testigo de lo que fue el misterioso edificio
en el corazón de la sierra de la Alfaguara. Ir a reportaje sobre la restauración
IndyRock. Historias de
Fantasmas
Reportajes de actividad paranormal
Una visión del universo paralelo, más allá de nuestra percepción Del fantasma de la Diputación de Granada
a las apariciones del Sanatorio de la Alfaguara, del espíritu del Granero a la mujer de
Negro... MONOGRÁFICOS INDYROCK
Apariciones
en el viejo sanatorio antituberculoso Expertos en parapsicología graban psicofonías en las que se oye a una enfermera que pide
que no les molesten más y que se llama Berta, igual que la religiosa fundadora del
hospital
El profesor Rafael Reyes tomó imágenes en las que aparecen la enfermera, un niño y sombras
extrañas.
Reportaje sobre el Sanatorio de la Alfaguara en 2012, con un estudio
sobre el futuro del inmueble en el que se producen apariciones y poltergüeist, ubicado
en el Parque Natural de la Sierra de Huétor, Granada. Vídeo: J. E. Gómez
Reportaje sobre las apariciones fantasmales en el Sanatorio
Antituberculoso de la Alfaguara, Granada. Fantasmas y poltergüeist en las ruinas del
antiguo centro de retiro en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Hüétor.
Vídeo: J. E. Gómez
VÍDEO REPORTAJES DEL SANATORIO DE LA ALFAGUARA * J.
E. GÓMEZ
APARICIONES EN EL VIEJO SANATORIO ANTITUBERCULOSO
Expertos en parapsicología graban psicofonías
en lasque se oye a una enfermera que pide que no les molesten más y que se llama Berta,
igual que la religiosa fundadora del hospital
JUAN ENRIQUE GÓMEZ * TEXTOS, FOTOS Y VÍDEOS
10 de julio de 2007
FOTOGALERÍA: FOTOS HISTÓRICAS, SANATORIO DE LA ALFAGUARA. ARCHIVO DIARIO IDEAL
Se llama Berta, murió hace décadas. Es uno de los fantasmas que aparecen entre las ruinas del
viejo sanatorio antituberculoso ubicado en un recóndito paraje de la sierra de La Alfaguara.
La presencia etérea, de la que los vecinos de Alfacar y algunos montañeros han hablado desde
hace años, se ha dado a conocer. Unas psicofonías grabadas por expertos en parapsicología y
fenómenos paranormales, revelan que la figura que aparece entre las ruinas, dice por sí misma
que se llama Berta.
Betha Whilemi - Archivo IDEAL
Lo asegura un joven granadino, Rafael Reyes Casal, profesor de Secundaria, que junto a
compañeros de investigaciones paranormales, grabaron varias psicofonías a los largo de los
últimos meses. «Es una de las grabaciones, realizada por la noche entre los restos del
sanatorio, notamos la presencia de alguien. Le pregunté cómo se llama. Su respuesta quedó
grabada en la cinta. Dijo "Berta", y curiosamente es el mismo nombre de la fundadora del
sanatorio antituberculoso, Berta Wihelmi», dice el investigador, que con esta respuesta daba
un importante giro a la investigación que desde hace años se sigue en los círculos
parapsicológicos sobre uno de los lugares en los que las leyendas populares señalan mayor
actividad de lo que denominan almas en pena.
Rafael Reyes se interesó en investigar el sanatorio antituberculoso tras conocer los
comentarios de los habituales de la Alfaguara y vecinos de Alfacar. En el año 1923, con el
impulso de Berta Wihelmi, se construyó e inauguró un centro hospitalario y de reposo para
tuberculosos. El sanatorio se mantuvo hasta la Guerra Civil.
El sanatorio en plena actividad. Foto: Archivo IDEAL
Desgraciadamente el frente se estableció en esa zona de la Alfaguara, entre pinares a mil
metros de altitud. El sanatorio se abandonó y quedó semidestruido. El tiempo terminó de
convertirlo en ruinas. Desde poco después de la guerra se empezó a hablar de apariciones,
algunas de ellas documentadas por expertos como Rafael Casares y Juan Arcas, que lo incluyeron
en el libro "13 historias de fantasmas, casas encantadas y poltergeist", pero hasta el momento
nadie había podido determinar la posible identidad de las apariciones y menos aún
fotografiarlas y filmarlas en video.
Rafael Reyes, tras investigar durante dos años, realizó unas fotografías en las ruinas del
porche, con una amiga, Yazmina Mimun, en primer plano y con la intención de que los fantasmas
apareciesen al percibir la presencia humana. «Sabía que aparecerían. Había notado claramente
su presencia», dice Rafael, que asegura que en el margen izquierdo de la imagen aparece la
figura de una enfermera vestida como lo hacían a principio de siglo, y en la parte derecha, el
rostro de otra mujer. «Hay más fotos que se han hecho a lo largo de los últimos meses, una de
ellas con el rostro de un niño, la imagen de un perro y una figura de negro», dice.
Las voces
Las primeras percepciones fueron las voces. Una voz de hombre, una figura de negro que
posiblemente podría tratarse de un cura, ya que el sanatorio, durante un tiempo, fue regentado
por jesuitas. Habló la primera vez que acudimos al sanatorio. «Mientras veíamos que la
grabadora podría tener problemas con las pilas, oímos una voz de hombre que decía "tranquilo,
que sí va a salir". Allí no había nadie».
Más tarde, con la continuación de las investigaciones, una decena de psicofonías han
registrado frases, una de ellas, en latín, y la más importante, comprobada recientemente por
sistemas de análisis de espectro de audio, en la que la voz de la enfermera dice claramente:
«No me molestes más», y otras palabras imperativas: «Vete» y «No entres dentro». El
investigador preguntó, en esa ocasión en la que parecía que la mujer estaba con más intención
de hacerse presente, si tenía miedo. La respuesta fue: «Tu sabes que no tengo miedo».
La investigación se da a conocer ahora porque la tarea de analizar las voces está ya muy
avanzada. «Está claro que no son voces humanas, la intensidad e inflexión de la voz, más
gutural, se muestra claramente como no humana en el análisis del espectro de onda».
Rafael Reyes cree que los campos de energía que se mueven en el viejo sanatorio son la
representación de personas que vivieron y murieron allí, que no han podido abandonar el mundo
de los vivos porque les ha quedado algo por hacer. «Se manifiestan ante personas que pueden
tener una sensibilidad especial para percibir energías y formas», dice Rafael Reyes, pero lo
cierto es que cualquier persona que llega al viejo sanatorio, entre los pinares de la
Alfaguara, ruinoso y con dos enormes cipreses que flanquean las entrada, siente algo extraño,
aprecia un silencio especial, una abrumadora tranquilidad.
Apariciones
Los vecinos de Alfacar siempre han sabido que las apariciones del sanatorio se corresponden
con personas que vivieron allí. Saben que Berta Wihelmi tenía la imagen de una mujer muy
apegada a su hospital, al cuidado de los enfermos. También saben que allí murieron muchas
personas a causa de la enfermedad, entre ellos niños.
En las imágenes tomadas por Rafael Reyes, se aprecian caras de niños entre la maleza y las
ruinas, además de la imagen de un perro, posiblemente un Doberman.
El investigador asegura que hay dos entidades enfrentadas, la mujer, que no quiere presencia
de personas, y el hombre, posiblemente el sacerdote, a quien no le molesta que allí vaya
gente.
Desde hace años, el sanatorio de la Alfaguara es un punto de encuentro para senderistas, ya
que se encuentra en una de las rutas más utilizadas de la Alfaguara.
FOTOGALERÍA: SANATORIO DE LA ALFAGUARA 2007. FOTOS:
J. E GÓMEZ
Berta Wikman, un cura, enfermeras y un perrito paralítico
Un hombre que vivió en el sanatorio de la Alfaguara reconoce a los fantasmas Agustín Marañes,
de 80 años, asegura que la mujer de blanco tiene que ser la última directora del sanatorio,
Doña Elena Bickmann Durante la segunda Guerra Mundial le impidieron sacar a su hijo de
Alemania y siempre le esperó en la Alfaguara, aunque nunca llegó
16 de julio de 2007
Agustín Marañes
Agustín Marañes Morilla, tiene 80 años. Vive en Algeciras, y no ha podido evitar que las
noticias sobre apariciones y fenómenos paranormales en el antiguo sanatorio antituberculoso de
la Alfaguara, le hayan provocado una explosión de recuerdos. Agustín fue una de las personas
internas en el sanatorio cuando aún funcionaba como tal. Tenía 17 años. Su padre le llevó a la
Alfaguara para curarse de una pleuritis. Allí vivió durante varios meses. Conoció
personalmente a las personas cuyas almas o energías vitales, se aparecen entre las ruinas que
aún quedan del viejo centro sanitario.
Páginas de IDEAL con el reportaje
«Es indiscutible, si se aparece una mujer de blanco, es la que fue la última directora del
sanatorio, doña Elena Bickmann, una mujer encantadora, que siempre me trató con cariño, a mí y
a todos los que estaban allí», dice Agustín, que no niega que también pueda aparecerse el alma
de la fundadora, Berta Wihelmi, «pero al saber que los expertos hablan de una mujer, un niño,
unos perros y un sacerdote, mi mente se ha trasladado a aquel tiempo. Todo coincide con la
época en la que estuve allí», dice Agustín, que recuerda que había un sacerdote, muy alto,
vestido de negro, tal y como se ha señalado por parte del profesor Rafael Reyes y otras
personas que han sentido presencias extrañas en el paraje del sanatorio, y los perros.
Las imágenes en las que Rafael Reyes asegura haber captado a animales, dos perros, recuerdan a
Agustín Marañes, a uno al que llamaban "Esparramáo" porque el perrito había nacido con una
atrofia en los cuartos traseros y se movía muy bien, pero arrastrando toda la parte de atrás
de su cuerpo. «Y el otro era "Caricarcusa", no se de dónde sacamos ese nombre, parecía un
perro labrador, aunque quizá en una imagen de fenómenos paranormales se le pueda confundir con
un Dobermán por la cara fina», dice Agustín, que recuerda que la vida en el sanatorio era
agradable.
Insiste en que la mujer que la mujer de blanco era Elena Bickmann y cuenta que «siempre vestía
de negro, y se pasaba el día con la bata blanca puesta encima. Ella tenía una triste historia
que es la que ha podido provocar que no descanse en paz». Agustín cuenta que esta mujer era
alemana, amiga de la fundadora del centro, Berta Wihelmi. Al comenzar la Guerra Civil
Española, volvió a Alemania, y al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, decidió volverse a
España y reabrir el sanatorio, que había quedado abandonado por la contienda española. Pero al
intentar salir de Alemania con su hijo, de unos 12 años, le impidieron que el chaval cruzase
la frontera. «Le querían para la guerra, por lo que no pudo marcharse con él. Allí, en la
frontera, quedó con su hijo que se verían en La Alfaguara, pero creo que nunca se llegó a
producir el reencuentro». Agustín no sabe si el chico murió. No estuvo en las listas de
muertos ni de desaparecidos, pero nunca volvió. Sobre Elena Bickmann siempre pesó el recuerdo
de su hijo, y ahora, décadas después, no es posible descartar que la imagen de un niño en las
apariciones del sanatorio, pueda deberse a aquel muchacho, hijo de doña Elena.
Agustín, cuando años después se caso, estuvo de viaje de novios en Granada. «Intenté ver a
doña Elena, porque ella fue como una madre para mí. Me dijeron que vivía retirada en una de
las primeras casitas de Sierra Nevada, ya en la carretera. Pero no la vi». Esta mujer, según
el doctor granadino Fernando Girón, del Departamento de Historia de la Medicina de la
Universidad de Granada y autor de un libro sobre el médico Alejandro Otero, en el que se
refleja parte de la historia del sanatorio, comenta que Elena murió aquejada de un cáncer,
después de que el sanatorio se cerrase de forma definitiva.
Apariciones
Para el investigador granadino, Rafael Reyes, es posible que Elena Bickmann sea una de las
apariciones del sanatorio de la Alfaguara, pero mantiene que las psicofonías y las imágenes
captadas por su cámara, hacen referencia expresa a la fundadora, a Berta Wihelmi. «Una de las
noches que pasamos allí, y tras realizar las fotos en las que aparece una mujer vestida como
enfermera, le llego a preguntar su nombre. Y la respuesta es muy clara. Dice "Berta" con una
voz en la se aprecia que no puede pronunciar bien la erre, pero dice Berta».
Para Rafael Reyes, no se puede ver este caso como la aparición de un único espectro. Son
varias las presencias, y cambian según los momentos en los que ha acudido al sanatorio. Esta
misma semana Rafael Reyes conversaba con Agustín Marañes. Ambos se sorprendían al comprobar
datos aportados por Rafael y que Agustín podía recordar de su paso por el sanatorio. El cura
de negro, ojos de niños y los perros.
Adentrarse en las ruinas del sanatorio de la Alfaguara provoca ahora una extraña sensación. El
lugar está completamente abandonado. Aún queda en pie la nave principal, junto al gran porche
del sanatorio. Las ventanas derruidas han sido tapadas con "somiers", posiblemente los mismos
que utilizaron los enfermos. Las vigas de madera están caídas entre los escombros. Los marcos
de ventanales han desaparecido. La vegetación ha cubierto lo que un día fue una explanada con
magníficas vistas hacia el bosque y Sierra Nevada al fondo.
Un rato en silencio, entre los cascotes, provoca sensaciones enfrentadas, paz y miedo. Desde
el pinar llega una pequeña brisa que te eriza el vello.
1955
EL SANATORIO
Lugar: Se encuentra en el interior de la sierra de La Alfaguara, en el Parque Natural de la
Sierra de Huétor, entre pinares.
Historia: Fue inaugurado el 17 de mayo de 1923 para acoger a enfermos de tuberculosis. Fundado
por Berta Wihelmi. Durante la Guerra Civil fue abandonado y, posteriormente se convirtió en
ruinas.
Adentrarse en las ruinas del sanatorio de la Alfaguara provoca ahora una extraña sensación. El
lugar está completamente abandonado. Aún queda en pie la nave principal, junto al gran porche
del sanatorio. Las ventanas derruidas han sido tapadas con "somiers", posiblemente los mismos
que utilizaron los enfermos. Las vigas de madera están caídas entre los escombros. Los marcos
de ventanales han desaparecido. La vegetación ha cubierto lo que un día fue una explanada con
magníficas vistas hacia el bosque y Sierra Nevada al fondo.
Un rato en silencio, entre los cascotes, provoca sensaciones enfrentadas, paz y miedo. Desde
el pinar llega una pequeña brisa que te eriza el vello.
Coordenadas:
Campamento de la Alfaguara en, 37°15’34.62’’N - 3°31’47.17’’O,
Fuente Fría está en 37°15’59.51’’N - 3°31’11.76’’O.
El sanatorio está en, 37°15’52.99’’N - 3°31’6.85’’O.
EL SANATORIO DE LA ALFAGUARA VUELVE A PONERSE EN PIE
Consolidan como elemento histórico y patrimonial el antiguo edificio sanitario, conocido por
sus apariciones espectrales, situado en la sierra de la Alfaguara
JUAN ENRIQUE GÓMEZ Y MERCHE S. CALLE * Reportaje septiembre 2021
Los escombros han desaparecido, los muros empiezan a recuperar su altura original con
mamposterías encaladas de blanco, suelos y azulejos reaparecen tras retirar la mugre acumulada
durante más de medio siglo. El antiguo Sanatorio Antituberculoso de la Alfaguara, el conocido
como El sanatorio de Bertha Wilhelmi, conocido por los fantasmas de la Alfaguara, vuelve a
recuperar parte de su imagen original. El Ayuntamiento de Alfacar ha iniciado la restauración
parcial del derruido inmueble situado en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Huétor,
junto al paraje conocido como Fuente Fría.
Los senderistas que cada día se acercan hasta las ruinas del sanatorio, algunos atraídos por
la leyenda de las apariciones espectrales, se han llevado la sorpresa de encontrar que en los
alrededores del derruido inmueble hay máquinas hormigoneras, montículos de arena, palés
cargados de ladrillos, sacos de cemento y operarios que trabajan en el interior de la
estructura.
La imagen final del sanatorio no cambiará de forma drástica, ya que se mantiene la actual
estructura | Las partes de obra nueva dan la idea de cómo fue el inmueble en sus orígenes |
ertha Wilhelmi, la mujer que impulsó el sanatorio de la Alfaguara y trabajó en favor de los
enfermos de tuberculosis
No se trata de una rehabilitación integral que pretenda la reconstrucción del inmueble a su
imagen original, sino de una consolidación de los restos que aún quedan en pie a modo de
testigos de lo que fue el antiguo sanatorio. Significa que los muros que aún se mantienen se
fijan y se levanta, a base de nueva obra, la pared inexistente hasta la altura en la que
estaría el techo. Los restos de muretes se dejan como ladrillo visto, lo que genera un
evidente contraste con la nueva pared encalada y se señala, con claridad, lo original de lo
nuevo, lo que da al visitante una idea clara de lo que era el inmueble y lo que ha quedado de
él.
No se va a reconstruir la segunda planta del edificio, caída desde hace décadas, pero en el
ala oriental del viejo sanatorio se mantendrá el porche columnado y el techo de esa parte, que
aún se conserva, se consolidará con vigas de hierro para evitar que pudiese caer.
Evitar rituales
La parte más significativa de la nueva imagen que ofrecerá el viejo sanatorio de los fantasmas
es que la estructura estará cerrada, con ventanas y puertas selladas con cristales, de forma
que pueda observarse el interior. La idea es que todo el complejo esté vallado para evitar
posibles accidentes, mal uso de las instalaciones, e incluso que se realicen, como ha ocurrido
en ocasiones, prácticas de satanismo y rituales espiritistas, algunos de ellos con hogueras en
el interior y exterior del sanatorio. Por el momento no se conoce la fecha de terminación de
las obras, que dependerá de la disponibilidad económica del ayuntamiento, pero la realidad es
que los trabajos van muy avanzadas. El proyecto de rehabilitación del sanatorio de la
Alfaguara lleva coleando desde el año 2012, fechas en las que el Parque Natural de la Sierra
de Huétor pensaba acometer una actuación que pretendía derribar el inmueble en su mayor parte
y dejar solo unos pequeños muros de poca altura que delimitasen el antiguo recinto, de forma
que quedasen como testigos arquitectónicos de lo que fue. Este proyecto se quedó en el papel y
ha sido ahora cuando el Ayuntamiento de Alfacar lo ha retomado.
Esta rehabilitación se suma a las iniciativas que el ayuntamiento ha puesto en marcha para
revalorizar el patrimonio histórico de la sierra de la Alfaguara, especialmente las trincheras
de la Guerra Civil que se encuentran diseminadas por su territorio.
Apariciones
Hace 101 años desde que un grupo de personas, encabezadas por Bertha Wihelmi, crearon el que
fue considerado como uno de los sanatorios para enfermos de tuberculosis más conocido y activo
de España. Por allí pasaron centenares de personas hasta principios de la pasada década de los
setenta, unos últimos años que fueron mantenidos por una de sus enfermeras, Elena Wikman. Tras
el cierre y el paso de los años, comenzaron los rumores de apariciones de enfermeras, imágenes
espectrales del cura que atendía el sanatorio, e incluso de un perro al que conocían como
'Esparramao' porque no podía mover las patas traseras y se arrastraba al andar.
Investigaciones realizadas por expertos en parasicología como Rafael Reyes, mostraban la
presencia de figuras vestidas de blanco que aparentaban ser enfermeras del viejo sanatorio. En
2007 IDEAL publicó varios reportajes en los que se daba cuenta de estas apariciones y las
investigaciones que se llevaban a cabo. Desde ese momento, el sanatorio recibió más visitas.
Un ‘hogar’ seguro para el fantasma de la Alfaguara
Medio Ambiente demolerá las paredes del viejo sanatorio y mantendrá la planta como testigo
histórico
Jóvenes y grupos de aficionados a la parapsicología sedan cita en un inmueble en ruinas que
puede derrumbarse sobre sus cabezas
Marzo de 2012
Las paredes y tejados del viejo sanatorio antituberculoso de la Alfaguara, en el interior de
un denso pinar escondido entre caminos forestales, se han convertido en un peligro inminente
para las personas que muchos fines de semana se concentran entre las ruinas para intentar
captar sonidos de ultratumba y experimental visiones del más allá. Los responsables del Parque
Natural de la Sierra de Huétor, tienen sobre la mesa un proyecto para derribar el viejo
inmueble y dejarlo convertido en un espacio donde únicamente haya un pequeño muro que marque
la planta del antiguo edificio y sirva de testigo histórico de su existencia y, de camino,
mantenga el ‘hogar’ de los fantasmas de la Alfaguara, pero seguro y sin peligro para los
visitantes, dice el director del parque, José María Teruel.
Han pasado 89 años desde que en pleno corazón de esta sierra, un grupo de enfermeras, médicos
y religiosos, abrieron las puertas del que sería uno de los más activos y conocidos sanatorios
antituberculosos del sur de la Península Ibérica. Ahora es un conglomerado de muros derruidos
y tejados a punto de caer.
En julio de 2007, IDEAL publicaba un reportaje que hacía que estas ruinas saltaran a los
medios de comunicación de toda España. Tenían un atractivo muy especial: entre los
escombros, hierros y cascotes, se oyen voces, aparecen siluetas, sombras y emanaciones
energéticas de su fundadora, Berta Wihelmi, enfermeras y pacientes que habitaron y
murieron entre sus paredes, incluso la imagen de ‘esparramao’, un perrito paralítico de sus
patas traseras que vivió allí y que aún se arrastra entre los arbustos. Eran el resultado de
una serie de investigaciones realizadas por un especialista en fenómenos paranormales, Rafael
Reyes, que llegó a captar psicofonías en las que una voz decía ser «Berta».
La imagen actual del sanatorio es la de un enclave muchísimo más deteriorado y en degradación
de lo que estaba en 2007. La Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía había
colocado un cartel junto a las ruinas en el que indicaba a los visitantes que estaban en un
parque natural, pero ahora el cartel ha cambiado y su leyenda es mucho más explícita:
«Peligro, casa en ruinas. Prohibida la entrada». Los responsables del parque temen que se
produzca un accidente, «porque la casa está en una situación lamentable». Las vallas no
impedirían la entrada, ya que muchos de los grupos de jóvenes y de aficionados a las ciencias
ocultas no las respetarían, como no lo hacen ni con el cartel ni con las cadenas y
prohibiciones que impiden el paso de vehículos desde la carretera de la Alfaguara a los
carriles forestales que pasan junto al sanatorio. Lo hacen de noche y ‘armados’ de bolsas con
bebidas para hacer más llevadera la vigilia de espera de acontecimientos paranormales. «No nos
preocupa que vayan a experimentar sensaciones y fenómenos extraños, pero sí que hagan fuegos y
que luego dejen las botellas en el monte, con el peligro de incendio que ello conlleva», dic e
el director del Parque Natural de la Sierra de Huétor.
La reconversión de ese espacio está a la espera de que haya una partida económica para poder
acometerla, pero no es demasiado cara. La idea es derribar casi por completo el complejo que
formaba el sanatorio. Eliminar las paredes, los techos que aún quedan y los muros, hayan caído
o no, incluido el gran porche de entrada del sanatorio, donde los enfermos pasaban los días
tomando el sol, cuando se podía, y respirando el aire de la sierra. «Solo dejaremos un murete
de baja altura, no más de ochenta centímetros, que marcará el contorno y la planta del
edificio», a modo de testigo, como se hace en las excavaciones arqueológicas una vez que se
terminan las prospecciones. En el interior de ese contorno que formará el muro, se mantendrán
los suelos que aún estén sin levantar, que son muy pocos.
El viejo sanatorio está ubicado en un punto en el que existe un denso bosque de pinos,
encinas, quejigos y una enorme masa de vegetación autóctona. La entrada al sanatorio se hacía
por una explanada en la que había, y aún se conservan, dos enormes cipreses que lógicamente se
mantendrán, al igual que los espacios ocupados por vegetación plantada en su momento, olivos y
almendros. No será necesario acometer un programa de reforestación o de recuperación del
entorno del sanatorio porque el propio bosque se encargará de ello.
Visitantes
Un paseo junto al sanatorio de la Alfaguara da la pista de lo que allí ocurre cada fin de
semana, los restos de botellón se parecían a pesar de que los vigilantes ambientales que
trabajan en esa zona se encargan de retirar botellas y basuras. Más difícil de eliminar son
los signos de fogatas realizadas en la explanada, junto a los cipreses, bajo el porche e
incluso en el interior de la estancia principal del sanatorio. Sus autores no parecen
conscientes de que los muros pueden caerse en cualquier momento, con la lluvia o el viento. No
tienen en cuenta que un fuego que se descontrole en esa zona puede generar un incendio
forestal de proporciones impensables, sobre todo en épocas de sequía extrema.
No es Berta
Desde que se difundió la presencia de espíritus en el sanatorio, constatada por el
parapsicólogo, Rafael Reyes, las especulaciones han sido muchas. Todo el mundo asegura que la
mujer de blanco que aparece junto a los arbustos, y captada en una imágenes fotográfica por
este especialista, es la imagen de Berta Wihelmi, y que otras figuras son un cura y
enfermeras. Pero la descripción de una persona que vivió en el sanatorio cuando solo tenía 16
años, Agustín Marañes, que indica que «es indiscutible, si aparece una mujer de blanco, era la
última directora del sanatorio, doña Elena Bickmann, una mujer encantadora, que siempre me
trató con cariño, a mí y a todos los que estaban allí», dice Agustín, que no niega que también
pueda aparecerse el alma de la fundadora, Berta Wihelmi. Recuerda que había un sacerdote, muy
alto, vestido de negro, tal y como se ha señalado por parte del profesor Rafael Reyes y otras
personas que han sentido presencias extrañas en el paraje. Agustín Marañes confirmó en 2007
que las imágenes de las que hablan los parapsicólogos se corresponden con la realidad de lo
que él vivió en el sanatorio y los personajes que conoció.
«Pedimos respeto a un espacio natural protegido»
El director del Parque Natural de la Sierra de Huétor, José María Teruel, pide respeto y
cuidado para con un espacio natural protegido y donde existen poblaciones vegetales y animales
que se encuentran en peligro de extinción. Pide a los grupos de jóvenes que no vayan en motos,
que si quieren acceder lo hagan andando, sin saltarse las cadenas que prohíben el paso a
carriles donde no deben circular vehículos. «No están cerrados por gusto, sino porque se trata
de zonas donde hay un alto peligro de incendio y deben ser protegidas» y no dejar las basuras
en el monte. Provocan la muerte de especies animales y causan incendios.
Los bosques de la Alfaguara esconden manantiales, trincheras y
misteriosas apariciones
El agua del subsuelo aflora a través de un caño horadado en la roca. Es
el punto medio de un recorrido a través de umbrías y pinares hasta el sanatorio de los
fantasmas
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