Mon Laferte. Foto: Val
Palavecino
AUTOPOIÉTICA: EL CAÓTICO RETRATO DE MON LAFERTE
Aunque a lo largo de su carrera
ya ha experimentado
incontables veces, con
Autopoiética
la cantante lleva al extremo su
creatividad y muestra su lado más experimental, que sin embargo
es más Laferte que nunca.
MARTÍN VAYÁ ESCRIG * INDYROCK
29 septiembe 2025
El término autopoiésis
apareció por primera vez
en 1972, cuando los biólogos
chilenos Humberto Maturana
y Francisco Varela
lo acuñaron al
proceso de automantenimiento de
las células. Este se define como la
capacidad de los
sistemas de producirse
a sí
mismos: "La vida crea
vida". El concepto llevaba tiempo pululando por la
cabeza de
Mon Laferte, la
cual era
admiradora de
los dos científicos. Llevando
el concepto a la parte más poética, lo relacionó con su
capacidad de reinventarse y regenerarse tanto
en la faceta privada como en la musical. Si bien a lo
largo de su carrera ya ha
experimentado incontables veces, con
Autopoiética la
cantante lleva
al extremo su creatividad y muestra su lado más experimental,
que sin embargo es más Laferte que
nunca. Antes de
entrar de lleno
con el proyecto, es
oportuno hacer un breve
resumen de la carrera
de la cantante chilena, y así entender cómo se llega
a su octavo álbum
de estudio. Norma Monserrat Bustamante
Laferte nació el
2 de mayo de
1983, en Viña
del Mar.
Desde pequeña mostró un
notable talento para la
música, consiguiendo con tan
solo trece años
una beca para el
conservatorio de su ciudad. Pese a esto,
prefirió aprender de forma autodidacta y terminó
dejándolo. En el 2003 fue una de las ganadoras del programa de
cazatalentos Rojo Fama y grabó
su primer disco, La
chica de
rojo, todavía bajo
el nombre de
Norma Monserrat. Cansada de
una carrera
que apuntaba hacia
lo "teledirigido", decidió
mudarse a México, donde se ganaba la vida cantando
versiones de temas célebres.
En 2009 le
diagnosticaron un cáncer
tiroideo, que la
obligó a retirarse una larga temporada de la música.
Una vez recuperada,
adoptó
el nuevo nombre de Mon Laferte y presentó su álbum Desechable, un
recordatorio del inmenso
talento de la cantante. Ya
en 2015 llegó su "salto a la
fama" con Mon Laferte
Vol. 1,
que consiguió
posicionarla en los puestos más altos de la música
latinoamericana. En los siguientes álbumes exploró diferentes
sonidos como el indie, el pop o una faceta más folclórica;
pero en palabras de la propia Laferte, "más que de géneros, la
música va de sacudir y hacer sentir".
Temáticas del
proyecto
Tenochtitlán, sencillo del álbum y primera canción del tracklist, es la introducción perfecta para adentrarnos en el
caótico y bello mundo de Autopoiética.
Apenas unos segundos de canción bastan para
notar que nos encontramos ante algo nuevo,
algo fresco para
Laferte. Con una
tétrica instrumental de trip-hop a lo Portishead, chops
vocales o el
uso del autotune, se nos
avecina ya lo plenamente
experimental que va a
ser este proyecto musical.
No solo es una introducción
que define el
álbum a nivel
sonoro, sino también
a nivel
simbólico. Tenochtitlán, actual Ciudad de México, fue la
capital y centro religioso del imperio azteca. Ya
desde su fundación vemos el marcado
componente religioso de esta,
que fue fundada
atendiendo a motivos sagrados más que lógicos (un
águila que cazó una serpiente, señal anunciada por una deidad,
fue el motivo por el que construyeron la ciudad manualmente en
una zona llena de lagos y no en una más accesible). Laferte
nos presenta una canción que habla sobre la
crítica social y
el juicio público,
y lo relaciona de
forma sublime con el
título: ¿Cómo es posible
que en la
actualidad nuestros
valores sigan marcados por
una mentalidad propia de
hace milenios,
muchas
veces condicionados por antiguos valores religiosos? Este
será uno de los principales leitmotivs del álbum,
explorado en otros temas
como Levítico 20:9,
referencia religiosa directa. Esta canción
es un claro ejemplo de la temática de resistencia
frente a antiguas estructuras
de poder y
algunas de sus arcaicas normas que
persisten en la sociedad.
Captura del videoclip de Tenochtitlán
Y es que Autopoiética es un
proceso muy personal, siendo quizás su álbum más
introspectivo. Mon Laferte se caracteriza por plasmar
sus experiencias vitales en
las canciones a
modo terapéutico
y,
en sus propias
palabras, prefiere "abrir la
herida y sanar
que meter
la basurita debajo de la alfombra".
La cantante lanzó este proyecto
tras convertirse en madre y cumplir 40 años, eventos
que sin duda influyeron en su
exploración sobre la
reinvención y la
lucha contra los prejuicios de edad y género, así como el feminismo y el
empoderamiento femenino, entre otras
temáticas presentes en el álbum.
Me gustaría destacar Te juro que volveré,
quizás una de las canciones más tristes de su repertorio. En
esta nos relata la historia de
su vida y
partida hacia México,
a través de
la promesa que
les hizo a su madre y abuela sobre volver
a Chile tras probar
suerte en el extranjero.
La abuela de Norma fue quien la introdujo a un
ambiente musical y cultural y era
una de sus principales motivaciones a la
hora de
hacerla. A pesar de convertirse en la gran
estrella que es hoy en día y haber cumplido su sueño
de dedicarse a la música, su abuela lamentablemente falleció
antes de verla triunfar y Laferte no pudo cumplir su
promesa. "Esta
es una canción que habla de mi historia como migrante, es una
historia de fracaso; yo le prometo a mi abuela que la voy a
traer conmigo cuando las cosas me vayan bien y no lo logro, mi
abuela muere antes".
Desde la producción se nos transmite ese
sentimiento de impotencia y tristeza de la letra. Si bien es
verdad que la cumbia es un
género que suele
tener temáticas alegres
o positivas, en
este caso
se manipula el tempo y el tono de voz
de Laferte para dar esa sensación conmovedora
de fracaso. Esta
elección se puede interpretar como una metáfora
sobre las promesas que les hizo a su madre
y abuela, pero
que finalmente no pudo
llegar a cumplir.
Otro
elemento narrativo
de vital importancia es la
faceta visual
del proyecto, diseñada
en colaboración con la artista mexicana Bárbara Sánchez-Kane. La provocadora portada nos
hace vislumbrar
lo
transgresor del contenido que veremos en el álbum, además de
los videos musicales y visualizers que ayudan aún más a
situarnos dentro del mundo de
Autopoiética.
Portada de Autopoiética
Producción
A
lo largo del
artículo ya
he mencionado algunos
"juegos" en la producción, que
muchas veces acompañan directamente a la temática
de las canciones
y afectan a
la sensación que nos
provocan, siendo casi imposible hablar
de ambos aspectos
de forma aislada.
Aun así, he considerado
oportuno dedicarle su propia sección a la producción, aspecto
fundamental de este proyecto. En sus anteriores trabajos, la
fórmula para crear las canciones era muy de cantautora,
apoyándose primero en los instrumentos y sus propias ideas
líricas y luego desarrollando los temas; sin embargo, para
este álbum decidió darle preferencia a la producción y
desarrollar en base a eso.
Autopoiética es,
de lejos, el álbum más arriesgado y el pico creativo de Mon
Laferte. Es un collage muy variado (casi de forma abrumadora), que
refleja esa idea
de reinvención y
autopoiesis. Nos
encontramos ante géneros
de base más
innovadores, como el trip-hop,
el pop más experimental, un reggaetón alternativo o una
canción dance; pero también con piezas de un corte más
clásico, cada una con su particular giro. El álbum está lleno
de sorpresas y toques distintivos únicos, siendo su escucha un
auténtico viaje sonoro por el mundo autopoiético de Laferte.
Es imposible abarcar todos y
cada uno de los matices del proyecto,
y en este caso, una escucha vale más que mil
palabras. Aun así, me gustaría comentar una de las canciones
más destacadas y mi favorita
del álbum. Mew
Shiny es una balada pop experimental con una muy
cuidada producción, que recuerda a Björk tanto
por el estilo innovador como por el uso del inglés y
su pronunciación. Un emotivo solo de guitarra después del segundo estribillo eleva aún más el
sentimiento de la canción. El tema es de nuevo un proceso
personal basado en la propia experiencia de Laferte. Al tener
a su hijo —comenta la cantante—, tanto ella como su pareja se centraron
de lleno en ser
papás y "olvidaron"
cuidar su relación.
En la
canción nos
relata la sensación angustiosa de sentirse invisible para
la persona a la que amas
pese a tus
constantes esfuerzos por
ella. El título,
un tipo de
Pokémon muy raro y
difícil de encontrar, hace referencia a este sentimiento de
impotencia frente a
tu valor como
persona e incluso tu
autoestima. "Olvidamos
que éramos pareja cuando nació nuestro hijo. Solo éramos mamá
y papá. Intenté hacer cosas para que me viera; me arreglé; él
también hizo cosas, pero no funcionó. La canción grita: 'Soy
un Mew Shiny' — ¡soy un ejemplar difícil de encontrar! Estoy
aquí para ti, y no me estás viendo."
El
precioso y poético
visualizer completa la
redonda experiencia
de esta
canción, casi entendiéndose
como un "todo" artístico.
Captura del Visualizer de Mew Shiny
Si Tenochtitlán era la introducción perfecta, Casta Diva es a su vez
la outro ideal para este proyecto. Norma
reveló
que esta fue la canción que más le costó del álbum, tanto a
nivel musical como lírico. Es una
reinterpretación de una de las arias (subgénero solista
de la ópera) más conocidas y populares, Casta Diva,
de la ópera de
Bellini, casualmente llamada Norma. La versión original de la
canción es una plegaria a la diosa de la luna, donde la
protagonista le suplica por paz y tranquilidad para
su pueblo; Laferte, en una versión mucho más
terrenal, le confiesa sus debilidades y "defectos", sus imperfecciones. La cantante incorpora la
reimaginación también en
la producción con el uso de sintetizadores, coros con
autotune o un caótico final glitch,
que reflejan no
únicamente una elección
estética, sino también
ese caos interno
de sensaciones, esa
imperfecta pero
bella naturaleza humana que Mon Laferte ha ido abrazando a lo
largo del
álbum. Casta Diva
es, sin duda,
el caótico y
experimental colofón que merece
Autopoiética.
Recepción y futuro
Si bien la cantante consiguió
llevarse con este proyecto
su quinto Grammy Latino
a mejor álbum de música alternativa y ser nominada al de Rock
Latino o Alternativo en los Grammy's, el proyecto
ha quedado un poco opacado por otra propuesta
similar en la
escena de la música hispana, Motomami.
Proyectos diferentes,
sí, pero que comparten ese afán de cambio y experimentación que
hace relacionarlos casi de forma inconsciente. Considero que Autopoiética es un gran álbum y merece
mucho más reconocimiento del que
—al menos en
el mainstream— recibe.
Casi dos años después de su
lanzamiento, Mon Laferte anticipa
ya su siguiente proyecto, Femme Fatale. Tanto los
sencillos Otra Noche De
Llorar y Esto
Es Amor, en colaboración con el artista argentino
Conociendo Rusia, como sus propias declaraciones, avanzan un
álbum influido por el jazz, desde sus vertientes más
tradicionales hasta las más experimentales. Será
un proyecto a tener en cuenta este
año, y todavía a expensas de oírlo, podemos esperar un trabajo
emotivo, sincero y que supondrá un ejercicio de experimentación
más en el catálogo de la artista; una nueva pincelada
en el
caótico retrato
de Mon
Laferte
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