El 'sabor' de los noventaLa primera semana de diciembre empezaba con temperaturas gélidas, pero llegó un soplo de aire cálido desde Londres. ¿Y cómo puede ser esto? No podía ser de otra manera que con la banda británica Morcheeba, que llegaba a Madrid con su nuevo álbum "Head up High" (PIAS, 2013). La vuelta de Skye Edwards a la banda desde el anterior álbum, les ha devuelto a los mejores momentos sus primeros álbumes.
03/12/13. Sala But. Madrid. Organizado por Doctor Music
Fotos y crónica: Javier Alonso Juliá y Marina Sanz Domínguez / IndyRock
Sobre las 21.30 de la noche y con la sala llena apareció Ross Godfrey y el resto de la banda. Pero los aplausos y vítores se los llevó Skye, sobre la que recayeron todos los piropos de un público con ganas de escuchar los mejores temas de un grupo que nos marcó a mediados y finales de los noventa."Gimme Your Love" fue toda una fiesta con el público coreando el estribillo, el cual estuvo muy receptivo y participativo. Si la noche estaba siendo una auténtica delicia, con los siguientes temas "Shoulder Holster", "Otherwise" y la versión de "Lets Dance" de David Bowie, la sala se convirtió en una fiesta por todo lo alto.
Comenzaron con "Make Believer". El trip-hop más oscuro de los noventa se refleja en este gran tema de su nuevo disco.
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Desde lo más actual pasaron a "Never an Easy Way", uno de los temas de su álbum de debut "Who Can You Trust?".
LLegó entonces uno de los temas estrella, "Part of The Process" de su álbum "Big Calm". Todo el público la cantó junto a Skye, que mostraba una sonrisa de oreja a oreja al ver como la sala disfrutaba con la música de Morcheeba.La interpretación de "The Sea" nos dejó como en una nube. Todo un lujo poder disfrutar en directo de uno los himnos de la banda, que tanto les ha marcado en su carrera.
Nineties nostalgiaLuego de la intempestiva tormenta de festejos por las recientes victorias futbolísticas, sopló una tranquila brisa en la ciudad condal. De tal manera, una multitud nostálgica fue acariciada por los suaves beats ingleses de mediados de los noventas. Una brizna de aire que refrescó, con sutiles ráfagas de trip hop, soul y acid jazz, la repleta sala principal del complejo Apolo. Con el cartel de “Sold Out”, el célebre club barcelonés presenció la vuelta a las tablas del trío británico, con la reincorporación de la cantante Skye Edwards, quién había dejado a los hermanos Godfrey en el 2003 para avocarse a sus proyectos personales.
Por Ana Llurba - IndyRock
Como una brillante maestra de ceremonias, Skye, enfundada en un despampanante vestido de diseño con crinolina, de inspiración victoriana y estampado escocés, dirigió un suculento recorrido por la discografía de Morcheeba.
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El mismo arrancó con una lograda versión de “Moog Island”, a la que le siguió “Never an easy way”, también de su primer disco (“Who can you trust?”, China Records, 1996). Con la celebérrima “Friction” (“Big Calm”, China Records, 1998) matizada por ritmos que abrevan en el amplio espectro que va desde el dub hasta el hip hop, creció exponencialmente la emoción entre el público. La velada continuó con una evidente progresión cronológica por la historia de sus discos, con la interpretación de “Otherwise” (“Charango”, China Records, 2002) que aumentó la sensación de revival premeditado. Fue entonces cuando los de Morcheeba presentaron la primera canción de su última producción, la tranquila balada “Even though”(“Blood like lemonade”, 2010), a la que le siguió el corte que da nombre al disco.
A continuación, los hermanos Godfrey y Skye, devenida directora de orquesta, invocaron el recuerdo del espíritu lounge entre la audiencia que coreó, emocionada, una versión de “The sea” (Big Calm, 1998) uno de los hits del trío británico. Luego de esto, la cantante sorprendió al público solicitando un joint que (trás invocar la complicidad de la incauta audiencia, con un“que no se entere ni mi madre, ni mis hijos!!!”) compartió con el resto del grupo, tecladista y baterista incluídos.
Pero, la nostagia no se quedó sólo en la anécdota del joint, sino que continuó con un repertorio de esas melodías que empalagaron con su omnipresencia la agenda radiofónica y la escena clubbing de fines de los noventa, como “Slow down” (“Charango”, 2002) o la popularísima “Trigger hippie” (“Who can you trust?”, 1996).
Sin embargo, el abuso del revival fue saludablemente matizado con la ejecución de algunas canciones del nuevo disco, como “Crimson” o “ Beat of the drum”. Estas fueron eclipsadas posteriormente con la coreada “Blindfold” (“Big Calm”, 1998) que concluyó con una efusiva multitud de unas diez personas, bailando con Skye Edwards arriba del escenario.
Espacio Movistar. 23/05/08
Crónica: Francesca Tur - IndyRock
Fotos: Gabi Vàzquez - IndyRock
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Morcheeba empieza puntual, con un aforo que rebosa ganas de verlo en directo y sin Skye Edwards ni Daisy Martin. Hoy aparecen acompañados por Manda una voz francesa, que aunque blanca, suena con el desgarro, la fuerza y la potencia de las voces negras. Muy acorde con su estilo y con mucha energía la vocalista que les acompaña en este tramo de gira dejará al público enamorado. Ahora los hermanos Godfrey prescinden de una vocalista principal y actúan con varias voces, con las que contactaron a través de su My Space. Buscan posicionarse sin una frontwoman característica, sino que ahora, por fin, deciden ser ellos la banda, el estilo, el alma de Morcheeba y buscar colaboraciones para las diferentes giras y conciertos.
De blanco, con una cola lateral y una simple pulsera roja, ella bailará, se moverá y cantará los viejos temas de manera cercana a lo que estábamos acostumbrados. Manda seduce, enamora con su voz potente y encaja a la perfección con la banda. Los hermanos aparecen concentrados y como buenos británicos salen sin retraso. Se disponen a los lados y empiezan fuertes. Sin más, nos regalan dos grandes éxitos "Moog Island" y un "Otherwise" precedido por una presentación breve y concisa. Consiguen ganarse al público que salta, baila y tararea los temas de principio a fin. Desde este comienzo impactante y gracias al buen sonido y al juego de luces constante toda la noche, el Espacio quedará inundado de su atmósfera tan característica, tan Morcheeba, tan suya. La sala ya vibra, ya salta, ya está en el bote. Será en el cuarto tema, después de una "Gracias por venir" en catalán por parte de la vocalista, que arranquen con su single de presentación del nuevo disco. "Enjoy the ride" en directo gana fuerza, potencia y conquista al público con una frescura que demuestran que Paul y Ross Godfrey son el alma del grupo.
Con esta y junto "Run honey run", donde pedirán palmas y será Ross quien llevé la voz cantante de esta versión de John Maryn,"Sleep on it tonight", con un toque psicodélico, y "Gained the World" demostrarán que han vuelto con un toque más electrónico, manteniendo su tono elegante y romántico. Ahora se alejan del aire melancólico de sus anteriores discos y tocan, aun y la comentada anterior depresión de uno de los hermanos, con un tono más divertido, más bailable y más entregados. Nos deleitan con esos temas con los que comenzaron, con esos temas blues que suenan a pop, que suenan a trip hop con toques psicodélicos folk, que suenan a sesión nocturna. Y es que viajarán sobre su evolución, sobre su variedad. Vinieron a presentar "Dive Deep", pero no nos encontraremos a este como protagonista, sino que saltaron por sus grandes temas. "Part of the process", "The see" o "Let me see" nos dejaron claro que son los hermanos Godfrey, la "voz cantante" de un grupo que puede jugar con varias voces, pero que tengan a quien tengan al frente, se mantienen en el mismo lugar.Trás una hora de concierto un acertado "Blindford" que crece en intensidad y fuerza y cierra la velada tras un redoble de luces. Manda desaparece primero y tras ella el resto.
Tras los gritos, los vitoreos, las protetstas y los saltos sobre el suelto, aparecen Ross y Manda. Ella ahora cantará en francés con tan sólo su guitarra acústica. "Au de la", del nuevo cd, dará paso a un "Over and over" que con todos al frente consigue enloquecer al aforo casi completo. Tras que el guitarra nos dijera que es viernes noche y que toca beber y bailar arranca "Be yourself". Disfraza el Espacio en una sala de baile y sin más, con un aplauso enorme, llega su tema por excelencia, aquel de años atrás, aquel que aun conquista a los no enamorados de la banda. "Rome wasn't built in a day" trae palmas, "olés" y gritos. Un final en mayúsculas, un final apoteósico, grande y que nos deja claro que se mantienen en ese lugar que ganaron años atrás.
22 de Julio Poble espanyol Barcelona-Grec 2003
Fotos: MarceRock - Indyrock
SALA: La Riviera (MADRID) 20.10.2002
por Iñaki LÓPEZ DE EGUÍLAZ - IndyRock
Fotos Luis Cobelo
PROMOTORA: Music End
Han sabido valerse de la matriz del trip-hop para hacer de él una suerte de subgénero, peleado con el ritmo y amante de la melodía, dónde los solos de guitarra eléctrica pasan la página de los bocetos antaño trazados por el tiralíneas del bajo. Arrojaron luces dónde los ambientes del género por excelencia de Bristol se las veía y se las deseaba para sacar al día de una niebla musical que Massive Attack se empeñaban en sumir con un telón de "líneas azules" que hoy todavía nadie se atreve a subir en el teatro de las obras maestras. Morcheeba vivieron un pasado paralelo de altas cotas de calidad motivadas por la novedad del género a mediados de los noventa, que sin embargo pasaron por entonces desapercibidas al gran público. Hoy viven en España un célebre presente gracias a un genial "Charango" que podría parecer echado a perder por la maldita elección del single de presentación.
Más allá de esa primera frivolidad de promoción ("Otherwise", para más señas), que en la cita madrileña se presentó tercera en la puesta en escena de un prometedor comienzo de concierto a cargo de "Trigger Hippie", el combo británico, con todo vendido desde el día anterior, hizo extensivo su sonido a los pasos fronterizos del blues, el ragga, el funk y el dub, ante una parroquia de las de libreto mejor aprendido que la tabla del diez.
Allí sonó francamente bien "Slow down", con el inmediato feedback de los presentes garantizado, demostrando que "Charango" es un disco lleno de grandes temas. El parentesco musical con el hip-hop salía a flote en los mejores minutos de concierto con los solos del MC telonero, metido a espontáneo, que levantó el, por momentos, monótono devenir de la solista.Tal vez por ello de tener la miel en los labios se echó demasiado en falta la genialidad negra de "What New York couples fight about" y, sobre todo, los ecos old school de De La Soul en "Women lose weight", cubriendo sin embargo con creces el expediente al abordar el tema que bautiza el disco. De ese modo reivindicaron las raíces puras del spoken word que tanto ha dado al trip-hop y que en aquel concierto hizo ganar enteros dónde las medias tintas del género harían que alguno les metiera en el ya roto saco del chill-out.Una buena piedra de toque para el directo de los alemanes De-Phazz a mediados de diciembre.
Tres años atrás estuve viajando por Perú, Chile y le preguntaba a la gente "Cuál es la mejor música sicodélica de este país de los 70 y finales de los 60". Encontraba fascinante la mezcla entre Rock and Roll con las raíces nacionales de cada país. Además siempre me gustó la música brasilera.![]()
La conexión entre Morcheeba y la música latinoamericana
Entrevista por Antonio Díaz Oliva y Álbaro Farías.- Santiago de Chile - IndyRock
Agradecimientos a Manuel Maira.
En el año 2002 Morcheeba lanzaba al mercado un álbum llamado "Charango", en referencia a un instrumento típico de la música Latinoamericana. Ross Godfrey, uno de los líderes de Morcheeba junto a su hermano Paul, aprovechó su visita a Chile y se reunió con Claudio Parra integrante de Los Jaivas, la banda chilena más importante de los 70 y finales de los 60. Intercambiaron música, palabras, impresiones y hasta de futuras colaboraciones. Acá la cabeza de Morcheeba habla sobre su afición por la música latina y otras cosas.
-¿Cómo nació este interés por la música latinoamericana y, en especial, por Los Jaivas?
¿Cómo fue tu primera vez en Chile?
Estuve en Santiago y en las montañas. También recuerdo cuando fui a Valparaíso y, en especial, una fiesta en la que estuvimos bailando hasta tarde. Mucha gente me había hablado de la música chilena. Así que pregunté acerca de la mejor banda de finales de los 60 y 70. Y me dijeron que Los Jaivas fue la mejor banda de esa época.
¿Te acuerdas quién fue?
Varias personas me lo recomendaron. Fui a una tienda y pregunté por el primer álbum. Que se llamaba: "Volatín".
¿Dónde lo encontraste?
En Santiago. Recuerdo que cuando fui a la primera tienda y me dijeron que no lo tenían fue algo loco. Era como ir a una tienda de discos en Londres, preguntar por un disco de los Beatles y que no lo tengan. Lo escuché y lo encontré interesante. En ese tiempo había comprado un charango y comenzaba a tocarlo. Por eso al siguiente disco de Morcheeba se llamó justamente " Charango". Entonces desde ese entonces he estado interesado en esos sonidos. Fui a un concierto a un lugar llamado la "Feria", donde había un tributo a Los Jaivas porque su vocalista había muerto.Así que cuando me preguntaron si estaba interesado en ir a Chile a tocar un concierto les dije que sí, me encantaría volver.
¿Cuántos días te quedaste la última vez?
Tres semanas. Aproveché de recorrer las montañas y los ríos. Unas semanas antes había estado en Machupichu. Ahí descubrí harta música. Me inspiró bastante.
¿David Byrne (ex Talking Heads) te habló de Los Jaivas?
No. Él me dijo que le prestara atención a la música latinoamericana en general. Algo que me llamaba la atención fue que en esos tiempos era muy difícil por la situación política y el riesgo que era hacer música. Me gustaba la valentía de los músicos.
¿Cuál es tu relación con David Byrne?
Él me llamó cuando hice el primer álbum. Era un gran fan suyo y él me dijo "Hola soy David Byrne. ¿Quieres producir un disco conmigo? Le dije que sí. Vino a Londres e hicimos cinco o seis canciones para un álbum llamado "Feelings"(1997). Desde entonces hemos sido amigos.
¿Conoces la historia del Estadio Víctor Jara (Músico que fue asesinado por el gobierno militar)? Sí. Conozco lo que le pasó. Es extraño que ahora estemos tocando ahí, pero es la magia de la música.
Charango es el nuevo álbum de Morcheeba. Y suena como ese disco que estabas echando de menos en tu colección; música ambiental para el siglo 21.
BIOGRAFÍA
Desde 1996 hasta 2000, Morcheeba ha publicado tres álbumes: Who Can You Trust, Big Calm y Fragments Of Freedom, que han vendido millones de copias en todo el mundo. Durante estos cuatro años la banda se ha sumergido en la locura del éxito y ha resurgido con renovada decisión. Están convencidos de que a partir de ahora deben hacerlo todo -experiencias, esfuerzos, colaboraciones- según las leyes de su propio estilo musical.
En los años 60 un grupo de músicos brasileños formaron Tropicalia, un movimiento basado en la idea del "canibalismo musical". Gilberto Gil, Caetano Veloso, Gal Costa y la banda de rock Os Mutantes combinaron la música popular de Brasil y la samba con todo lo que les gustaba de la música occidental: rock'n'roll, psicodelia, rythm & blues... El obtetivo era "devorar y digerir" lo mejor de la música europea, y dejar el resto a un lado.
Ahora Morcheeba ha retomado esa idea, aplicándola a su rico y extraño trabajo. "Nos hemos servido de nuestro origen-la tradición beat británica-y hemos hecho todo lo posible para definir nuestro propio sonido", explica Ross Godfrey, el guitarrista y multiinstrumentista del grupo." Skye, Pacewon, Slick Rick y Kurt Wagner pueden sentirse muy contentos con este disco"
El resultado es Charango. El apasionado corazón de Morcheeba late en cada una de las canciones- sigue existiendo la misma elegancia, el mismo romanticismo y la misma melancolía que hizo tan especiales los tres primeros álbumes -pero han ganado en amplitud de miras. Es una música que se atreve a forjar su propia identidad, incorporando cualquier estilo de cualquier lugar del mundo, siempre que le guste a sus creadores. La beneficiosa influencia de la música de librería, de las partituras para películas, del viejo y nuevo hip-hop, el country, el rock de los 70, el blues, la música exótica, y la psicodelia brasileña de Os Mutantes, todos han tenido algo que ver en la creación de este sonido rabiosamente moderno.
"Hace 10 años no hubiéramos podido hacer un disco como este," dice Paul Godfrey, cerebro y letrista de Morcheeba. "No se trata de que hayamos ido en busca de lo exótico, es más bien el resultado natural de nuestras experiencias recientes y de la música que hemos estado escuchando."
También es el resultado de los cambios que ha sufrido Morcheeba. "Ya sé que es casi una frase hecha, pero es muy difícil enfrentarse al éxito", dice Paul. "Acabas obsesionándote con que la gente te reconoce por la calle. Así que lo mejor es concentrarse en la composición y en la producción. Y nuestro objetivo ha sido integrar todas esas tradiciones clásicas dentro de nuestro estilo característico y hacer la música que amamos."
Después de estos cuatro años de locura en los que Skye, Paul y Ross eran reclamados por todas partes y no tenían tiempo para pararse, han pasado los dos últimos años haciendo lo que consideraban más importante. "Si pienso en una semana típica, diría que me he pasado la mayor parte del tiempo en el estudio," afirma Ross, "Me dedicaba a improvisar, a componer, y cuando llegaba a casa me ponía a tocar o a escuchar música. Mis días han estado dedicados enteramente a la música, y cada momento ha sido como una lección, un aprendizaje nuevo de las cosas."
Pero este disco no encierra ningún fraude. Todo el sonido está interpretado en directo, y el grupo se ha esforzado mucho en la búsqueda de los instrumentos adecuados para crear el sonido perfecto."Hemos trabajado muchísimo, y hemos logrado exactamente lo que soñábamos", cuenta Paul. "No hemos tenido esas complicaciones habituales de tener que preocuparnos por ganar dinero o por sacar el negocio adelante. Después de terminar este disco, me siento un auténtico artista, y es la primera vez que me siento así en toda nuestra carrera."
Otro ingrediente importante fue la elección de colaboradores. Nick Ingman fue el responsable de los arreglos orquestales. Ingman es un veterano que se dedicó durante los años 60 y 70 a la creación de discos para la librería de sonido Music de Wolfe, que fueron grabados por músicos de estudio para ser utilizados en radio y televisión. Han sido discos muy utilizados, pues funcionaban sorprendentemente bien en samples. El bajista de rythm & blues Pino Palladino ha llenado de funk gran número de los temas de este disco, y Kurt Wagner, del colectivo soul Lambchop, de Nashwille, escribió las letras de Undress Me Now y de What New York Couples Fight About, un tema en el que también canta. Slick Rick, el pionero del hip-hop que acaba de salir de la carcel por disparar a su primo, escribió e intervino en el tema Women Lose Weight y Pacewon of the Outsidaz escupe todo su veneno en Charango y Get Along.
Charango es el álbum que Morcheeba estaba deseando hacer. Los tres han empezado a adaptarse a los enormes cambios que trae aparejado el éxito, y han aprendido a distinguir qué es lo que importa y lo que no. Entretanto, han ido construyendo una obra de arte. "Queríamos hacer un álbum extraño, psicodélico", concluye Paul. "Pero no perdemos nuestra sensibilidad para el pop, así que hemos intentado que los temas también puedan ser cantados. Siempre empezamos nuestros temas sentándonos con una guitarra acústica y construyendo una canción, cada uno de nuestros temas encierra una buena canción."
Charango es canibalismo musical de la era moderna. No podía haberse hecho en un momento mejor que este.
2013
Skye Edwards se unió de nuevo en 2010 a Pablo y Godfrey Ross para la esperada vuelta de Morcheeba, que con su álbum Blood Like Lemonade restauró el encanto que los convirtió en el pilar del movimiento groove electrónico de los 90, que encabezaron. En el mes de mayo sacarán un nuevo disco que presentarán en el Cruïlla. En su anterior disco Blood Like Lemonade el trío británico muestra la esencia de los clásicos anteriores como "Who Can You Trust?" y "Big Calm" transportándote como nunca lo han hecho a esos parajes exóticos. El ADN de la banda sigue siendo ese downtempo atravesado por surcos de trip-hop, dejes africanos, y riffs de guitaras y sonidos de sitar coronados por la voz íntima de Skye. Una banda muy personal, difícil de clasificar y que con el paso de los años ha conseguido hacerse un hueco en el corazón de sus seguidores, aportando a partes iguales un profundo pozo de melancolía y otro de optimismo.
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