XI Edición Música y Poesía Supervivientes
24 febrero 2007
José Ignacio Lapido - Circo del Arte - Granada
Fotogalería:
Merche S Calle © IndyRock
JOSÉ IGNACIO LAPIDO, LA SOLVENCIA
Por
Luis Miguel Albarracín / IndyRock
24 febrero 2007
Solvente. Ésa es la palabra con la que se podría resumir el concierto de Jose Ignacio Lapido.
Comenzó con "No sé por dónde empezar", "Luz de ciudades en llamas" y "Alguien vendrá". El
resto fue un despliegue de música elegante, sin fisuras, una actuación perfecta. Un sonido
envidiable, un ensamble de temas muy bien pensado, y una noche en la que todo parecía que iba
a salir bien. Con el paso del tiempo, Lapido ha ido elaborando aun más algunos de sus temas, y
el resultado ha sido todavía mejor. Y los coros que arropan su voz también han sido un gran
acierto.
Por supuesto, tuvieron cabida en su puesta en escena las canciones de su último álbum ("En
otro tiempo, en otro lugar"). Temas como "Escrito en la ley", "No digas que no te avisé", la
fabulosa "Bellas mentiras", "La antesala del dolor", la que da título al disco, "De espaldas a
la realidad", o la más rockera de todas, "Más difícil todavía", sonaron como nunca. Víctor
Sánchez acompañó muy bien en todo momento al maestro, y Popi González (nuevo miembro de la
banda) hizo lo mismo al frente de su batería.
Tras un pequeño impás, aparecieron sobre las tablas Lapido (sólo a la voz) y Raúl Bernal (en
el piano). Bordaron "Con la lluvia del atardecer". Impecable. Jose Ignacio se muestra más
relajado y cómodo que en anteriores ocasiones, y la inclusión de Raúl Bernal ha aportado un
salto de calidad a la formación que antes no tenía. En "Más difícil todavía", por poner un
ejemplo, la magia del piano se nota y mucho. Los medios tiempos también fueron para enmarcar.
Jose Ignacio hizo mención al hecho de tocar en un circo. Contó que los primeros conciertos que
se organizaron en España fueron en el Circo Price de Madrid y que, de alguna manera, al tocar
él en el Circo del Arte se cerraba un ciclo. Además, anduvo muy agudo y cínico en los
comentarios que realizó entre canción y canción.
Se sucedieron temas de todos sus discos, incluso algunos que hacía tiempo que no se escuchaban
(como "Ladridos del perro mágico").
Por supuesto, también hubo lugar para recordar a su grupo de siempre, 091. Lapido ha sabido
dotar a sus composiciones de una textura homogénea, que hace que todas suenen actuales y
sacadas de la misma hornada, sin desentonar en ningún momento por el paso del tiempo, que en
ocasiones crea auténticos desastres. De los Cero sonaron "Espejismo número ocho", "Esta noche"
y "Zapatos de piel de caimán", la última del concierto, del que todo el mundo quedó muy
satisfecho.
Sin embargo, como no todo podía ir bien, Lapido no pudo tocar todo lo que quiso, ya que la
Policía Local, llamada por vecinos de la zona a quienes molestaba el sonido, acudió al recinto
para pedir al organizador que suspendiera el concierto, algo que no hizo ya que tenían permiso
municipal hasta las doce. Los últimos minutos fueron de escasísima luz y a las 12 en punto.
Acabó. José ignacio se disculpó por no poder continuar más tiempo compartiendo melodías, y la
velada concluyó.
Guerrero García
23 febrero 2007
Circo del Arte - Granada
Foto Lucía Rivas / Ideal
Guerrero García y CRAG, la evolución en vivo
Por Luis Miguel Albarracín / IndyRock
23 febrero 2007
Se trataba del segundo concierto en Granada de Guerrero García, tras su debut en la Sala el
Tren, y volvieron a salir victoriosos. Si el armazón de la banda son Toni Guerrero (que
disfruta como nadie tocando las cuerdas de su guitarra eléctrica) y Jose Antonio García
(haciendo uso de su voz y armónica), también es cierto que se compaginan con los demás músicos
como una verdadera banda de rock and roll. Para no andar perdiendo el tiempo, comenzaron su
actuación con "El cielo en mi cabeza", una canción redonda muy pegadiza, con la que ya se
metieron al público en el bolsillo.
Continuaron con el resto de temas que contiene su Ep ("Espía del silencio","Flechas sin
blanco" y "Oublier le temps"). También tocaron las canciones que se incluirán en su inminente
álbum de debut. Con una paleta de sonidos siempre cercanos al pop y al rock, los estribillos
se hicieron parte de la noche y aseguraban que los presentes pudieran disfrutar aun más. Como
nota divertida de la velada, José Rueda, comandante al mando de la batería de los Guerrero
deleitó con un corrido mejicano de Los Tigres
En todo momento se palpaba la sensación de banda, teniendo cada uno de los componentes su
momento de luz y brillantez, desde Toni Guerrero al bajista más bailongo de las últimas
décadas (David Santiago). Y por supuesto, capitaneando la nave, un "Pitos" que sigue
creyéndose su papel de frontman como siempre, cuidando en todo momento su puesta en escena y
dotando a las canciones de la credibilidad necesaria. Guerrero García finalizó la hora que
estuvo sobre el escenario con una versión de "La vida qué mala es", únicamente representada
con percusión y voz, en un ejercicio de reinvención del tema que les quedó muy bien.
.
Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, noche de pioneros
Debido a lo dispar de los dos grupos, se reunieron en la carpa del Circo del Arte personas de
muy diferentes edades, desde jóvenes rockeros que beben de 091 y disfrutan con el nuevo
proyecto de Jose Antonio, a muchos adultos con barba cerrada que han disfrutado de los discos
de Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán (CRAG). De los tiempos de "Señora azul" ya ha llovido un
poco, y era una buena oportunidad de verlos en directo, en una de las pocas veces que lo han
hecho.
Para cerrar la noche, era el turno de CRAG, un grupo que apenas ha tocado en directo unas
cuantas veces, a pesar de su veteranía. Rodrigo García, Adolfo Rodríguez, Juan Robles Cánovas
y Jose María Guzmán presentaron ante un público que tenía muchas ganas de verlos, lo más
granado de su repertorio. Pero no sólo de su andadura juntos, sino también de sus aventuras en
solitario o con otros grupos, antes y después de CRAG. Así, sonaron canciones de Los Íberos,
de Cadillac, o de los discos que han ido publicando a lo largo de los años en solitario. Si
bien su disco "Señora azul" (1974) es el más conocido (contiene la canción que da nombre al
disco o la delicada "Sólo pienso en ti"), los colores de otros momentos del grupo también
merecen un lugar importante.
La velada transcurría de forma muy agradable, con un toque de intimismo. Fueron muy dados a
contar anécdotas entre canción y canción, compartiéndolas con su público, donde citaron entre
otros a Los Ángeles o las locas historias que sucedían en los setenta en Torremolinos (más
conocida como "Torre-mis-líos", debido a la abundancia de suecas y chicas de buen ver).
Incluso Cánovas tuvo tiempo de contar un chiste, muy bueno, por cierto. De esta manera,
cantando unos, a continuación otros, como una auténtica comuna, fueron desfilando canciones
como "El río", "De piel trigueña", "Linda prima" o "El país de la luz". Mención especial para
"Calle del viejo París", una historia muy bien contada y cantada por Guzmán, que la compuso
cuando tenía catorce años.
Sin duda, una noche llena de muy buenos momentos, con unos Guerrero García que cada día pulen
más su máquina de hacer rock, y unos Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán que demostraron que
quien tuvo y retuvo, y lo guardaron para darlo en el Circo del Arte.
C.R.A.G. Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán
Circo del Arte 23-2-2007 Granada
crónica y foto por Fernando Navarro Sr. para IndyRock

En el año 1.974 apareció en el mercado discográfico español el album "Señora Azul" de
Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán, sin duda uno de los tres mejores elepés españoles de
todos los tiempos. Con anterioridad, en 1.973, salió al mercado el disco "Solera" del grupo
del mismo nombre, otra joya de la música española, del que ya formaban parte Rodrigo García
y José María Guzmán.
Treinta y tantos años después se han reunido en Granada estos cuatro músicos con carreras en
grupos como Los Íberos, Los Pequenikes, Los Módulos, Cadillac o en solitario, para
ofrecernos un enorme concierto lleno de perfecciones: armonías vocales únicas e inimitables,
textos preciosistas (casi todos de Rodrigo), guitarras acústicas portentosas, sonidos
sicodélicos y un público volcado en el calor de una fría "sala" (Quizá no era el local
adecuado para un concierto tan intimista). Las canciones eran conocidas por casi todos: Sólo
pienso en ti, Summertime girl (Los Iberos=Adolfo), Don Samuel Jazmín, Calles del viejo París
(Solera) Señora Azul, El país de la luz y Perdí mi oportunidad (Guzmán), o El vividor
con un final haciendo el fantástico coro de "Love the one you're with". (Crosby,
Stills & Nash /gracias Paco Medina)
El público, variopinto, se volcó con los cuatro magos coreando sus canciones, sonriendo en
determinadas frases o intercambiando miradas de complicidad en una canción determinada. Los
más jóvenes domaban los blues, los menos jóvenes tarareábamos, cuando no cantábamos los
temas de cabo a rabo. Una noche plena, irrepetible, indeleble, mágica, nostálgica,
absoluta.
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