Incluso en los tiempos en los que los juegos eran
increíblemente sencillos, la música tenía una gran importancia y se convertía en una seña de
identidad. Sólo hace falta recordar las melodías y efectos de sonido de títulos como Tetris o
Pac-Man. Con el tiempo, estos entretenimientos han evolucionado y han adquirido complejidad y
calidad; en muchos casos, convirtiéndose en auténticas aventuras gráficas, donde el aspecto
musical cobra un gran protagonismo para la trama argumental. Con la llegada del fenómeno de
los eSports (competiciones retransmitidas de videojuegos), este efecto es aún más exacerbado.
Actualmente, el mercado de los videojuegos es uno de los más poderosos del mundo, con un valor
que supera los 250.000 millones de dólares. A nadie sorprenderá que la competencia sea feroz y
que la creación y la promoción de los juegos representen un negocio en el que hay que cuidar
todos los detalles. Evidentemente, también en el ámbito musical. La tensión y el ritmo de cada
escena de juego tienen que estar bien planteada. Y para ello se acude a profesionales
especializados.
Estos artistas han conseguido verdaderas obras de arte y están tras las fascinantes
composiciones de títulos como Final Fantasy, The Legend of Zelda,
The Last of Us o Silent Hill. La industria, incluso, ha creado
sus propios galardones para estas producciones. The Game Awards, los premios más prestigiosos
del sector tiene su propia categoría para banda sonora. De hecho, como ocurre con todo este
prominente sector, se trata de una de las salidas profesionales más prometedoras y con mayor
demanda del mercado laboral.
Con la evolución de la tecnología, además, se han creado nuevos recursos para la creación
musical. Pero también se han vuelto más exigentes los clientes, que buscan la perfección en
todos los aspectos. Además, en el mundo de los videojuegos existen nuevas tenencias, como el
predominio de los títulos para móvil, que requieren una adaptación a este entorno; la música
sigue siendo importante, pero hay que tener en cuenta las particularidades de estos
dispositivos y de su uso (muchas veces en público), sin olvidar la necesidad de descargar
datos para jugar.
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Por otra parte, los eSports incorporan, evidentemente, este componente a sus competiciones.
Pero van más allá y convierten la música en uno de los ejes centrales de las retransmisiones.
Algunos de los presentadores de estos eventos, los famosos y bien remunerados Streamers,
tienen experiencia en la importancia de este factor. Muchos empezaron retransmitiendo sus
propias partidas a través de las plataformas de video, como YouTube o Twitch, con la
música que ellos elegían para potenciar el espectáculo.
La relación entre música y eSports va más allá de las melodías que forman parte del juego o
que amenizan la retransmisión. El mejor ejemplo lo encontramos en la serie Arcane, que
incorpora uno de los grandes éxitos de los últimos años en la banda sonora: “Enemy” de la
banda Imagine Dragons. Arcane ha sido un referente de la calidad en las producciones de
animación, con diversos reconocimientos. Pese a contar con la ventaja de estar basada en el
juego más representativo de los deportes electrónicos (League of Legends),
cuyos eventos competitivos son referentes en pronósticos y
audiencia, ha querido llegar a la excelencia y no aprovechar, sólo, el tirón del título.
A estas alturas, no podemos dudar de la importancia del aspecto musical en los videojuegos.
Pero aún podemos añadir más datos. Por ejemplo, tal vez no todo el mundo sepa que compositores
de la talla de Hans Zimmer
han aportado su arte a este sector. En el caso del dos veces
ganador del Óscar (por El Rey León y por Dune), la colaboración llegó a títulos como Call of
Duty o FIFA; ambos, por cierto, grandes representantes del ecosistema de los eSports (como
podemos ver, esta relación es muy estrecha). Esta es una muestra del interés de las
desarrolladoras por cuidar cada detalle en sus productos y mantenerse en lo alto del
sector.
En definitiva, poco podemos aportar a los aficionados a los videojuegos, pues son
perfectamente conscientes de la relevancia de la música en sus entretenimientos favoritos.
Pero, para los que aún se resisten a este tipo de ocio digital, tal vez ahora sepan que éste
es un ámbito donde los melómanos tienen su espacio; aunque sea matando dragones o pilotando
coches a gran velocidad.