GRUPOS
EN INDYROCK * Archivo histórico
ORBITAL

Fotos:
Carlos Sánchez - IndyRock- Benicassim
2001
Orbital
en Sónar 2009
Orbital,
Live at Glastonbury 1994 - 2004 //2CD + DVD 2007
Cuando ORBITAL pisaron por pimera vez las tablas del escenario
de Glastonbury -el 25 de Julio de 1994- llegaban con una
reputación de ser la banda más innovadora de la Música
Electrónica en directo. Por aquel entonces ORBITAL se
presentaron armados con un flamante disco recién horneado en
estudio y que nadie había escuchado todavía. El resultado de
aquella experiencia fue el considerado por la crítica uno de los
conciertos más grandes jamás realizados (la revista Q lo votó
como uno de los 50 mejores concietos de la Historia de la
Música) . Desde entonces quedó claro que había algo especial
entre ORBITAL y Glastonbury que iba más allá de las
consideraciones de estar en el lugar adecuado en el momento
preciso. "Fue uno de los repertorios más brillantes jamás
ejecutados en Glastonbury", confima la organizadora del
Festival, Emily Eavis, "en la historia de nuestro festival sigue
siendo considerado como un momento verdaderamente especial. A lo
largo de los años ha habido unas pocas interpretaciones que
trascendieron la relación habitual entre banda y público, y eso
fue lo que ocurrió con ORBITAL en aquella ocasión".
En los siguientes 10 años ORBITAL volverían a Glastonbury en
cinco ocasiones, demostrando nuevamente su sorprendente y
eufórica ejecución en directo, siempre tentando los límites de
hasta dónde podía llegar un acto teorícamente de "Dance" en
cuanto a posibilidades de espectáculo visual y sónoro hasta
hacer de aquellos momentos los más esperados para miles de
la personas asistentes a aquellos fines de semana de mediados de
verano. Tal y como las grandes bandas y festivales de los
años 60 y 70 se combinaron para definir el sonido de aquellas
décadas doradas, ORBITAL recuperaron ese espíritu en sus
conciertos de Glastonbury. Pocos artistas han conseguido en los
últimos 10 años tal unión entre artista y arena. Un último dato:
cuando en 2004 ORBITAL dieron su último concierto en ese mismo
escenario, el periódico The Guardian agradeció a la banda el
hecho de ser "el mejor espectáculo en directo de música dance
jamás producido en la generación de sucesores de Kraftwerk".
Fotos:
Carlos Sánchez - IndyRock
Plaza de toros de Illumbe (San Sebastián)
EQUINOCCIO FESTIVAL
Por
Luis BENITO PEDRUZO - IndyRock
22 septiembre 2001
Plaza de toros de Illumbe (San Sebastián)
Público: 2.000 personas
Organizado por: NoData Club
"Equinoccio: época en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador,
los día son iguales a las noches en toda la Tierra, lo cual
sucede anualmente del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de
septiembre".
Qué mejor que celebrar el equinoccio de verano con la actuación
de los que en su día fueron bautizados como los padres del
inteligent techno. Los hermanos Hartnoll visitaban por primera
vez la ciudad del cine, al menos durante estos días. Junto a
ORBITAL conformaron el cartel del festival Mateo & Matos,
Silvania, Garcynoise y Chelis.

Tras
un obligado calentamiento llegadas las 00:00 horas pudimos
"celebrar el equinoccio tal y como lo hacían nuestros
antepasados de las diferentes culturas". La cúpula de Illumbe se
abrió a la vez que sonaban composiciones al más puro estilo
tribal, en un escenario ocupado por una pequeña orquesta y un
grupo como si de una tribu ancestral se tratara.

Cambio de escenario, entran
las mesas de los maestros. Mucha menos gente congregada de lo
esperado teniendo en cuenta que no es fácil disfrutar del
directo de los grandes nombres la electrónica por estos lares (Y
eso que en la misma ciudad podemos contar con el Electrogaia
-agosto- y el Elektronikaldia -primeros de octubre-).
Tension, single de su último trabajo, "The Altogether", fue la
elegida para abrir una sesión trallera como pocas. El
anuncio del festival decía que iban a utilizarse 50.000 watios
de sonido y, la verdad, el asunto no andaría lejos. Los
británicos parece que han decidido apostar por otros estilos
mucho más potentes que el que les dio a conocer. También da la
sensación de que continúan con tantas ganas e ilusión como hace
diez años. Ahora bien, nosotros nos quedamos con los Orbital del
principio ("In Sides" es un básico en la historia de la
electrónica). El público terminó por animarse y reaccionar ante
la propuesta variada, "cañera" y 100% bailable de los Hartnoll.
Más de noventa minutos de electro-shock. ¿Qué más se puede pedir
el día en que el verano nos dice adiós?
EN
LA ÓRBITA DEL "INTELLIGENT TECHNO"
por
Iñaki LÓPEZ DE EGUÍLAZ
23.09.2001 SALA: La Riviera (MADRID)
PROMOTORA: Onda Expansiva


Fotos
: Luis Cobelo - IndyRock
.
La paranoia estaba cerca. Los hermanos Hartnoll aterrizaban en
la sala La Riviera con "The Altogether", su último antecedente
fichado hacía tan sólo unos meses, y un ambiente caldeado de
expectación y mentes lisérgicas. Así que con el aforo casi
completo, la especulación mental a flor de mandíbula y el
arsenal de tecnología musical preparado en una mística pirámide
de samplers, la pareja arremetió con las primeras embestidas de
luz que asestaban las linternas de sus sienes sobre los ritmos
de "Tensión", por aquello de romper el hielo.

Detrás, una docena de
paneles blancos acribillados por acné juvenil en hileras de
esferas cóncavas o convexas, según el movimiento, hacían de
soporte al apartado multimedia que el dúo iba poner en escena
con ese brebaje de beats y breaks que hacían saltar cualquier
medición por minuto. Despertando el sentido de la vista, un
acertadísimo juego de luces que parecían responder a los
estímulos de la música como el perro de Pavlov. Saludando y
animando continuamente a los allí presentes, actitud muy de
agradecer por otra parte, evocaron un déjà vu de "In Sides" para
escapárseles en "Oi!" uno de los mejores momentos del concierto,
que tendría su impecable continuación en ese ya clásico del
"intelligent techno" que es "Satan". Se echó en falta la versión
que hicieron hace unos años del tema original de la serie "El
Santo" homenajeando al genio Lalo Schrifin, pero en medio estaba
casi hora y media de maravillosa electrónica, prolongada en los
aclamados bises por el endeble "Doctor?", que a mí me sigue
recordando al peor Jean Michel Jarre. Momentos clave fueron los
que se vivieron en la monumental Riviera con los amplificadores
encajando como podían los beats de "Last thing" mientras los
hermanos Hartnoll seguían apelando al público a levantar los
brazos como perfecta coreografía de un éxtasis tecnológico
dentro del cual sonaba la voz de David Gray en las tomas
pregrabadas del magnífico "Illuminate". Orbital volvieron a
derribar los prejuicios que siempre se ciernen sobre la
electrónica en directo. Si todavía tienes dudas, espera a ver a
Underworld.
Historia
por
Jesús Rocamora

Hace
algo más de 10 años que Orbital publicaron su primer disco. Eran
los días de fiesta, de la resaca del acid house y de las raves,
tiempos anteriores a la democratización de la música electrónica
y a la invención de etiquetas sofisticadas como intelligent
techno. Épocas en las que la endogamia de la cultura dance
empujaba al anonimato a sus creadores, los pequeños sellos
distribuían sus catálogos gracias al boca a boca y los estilos
estaban aún por emerger. De ahí que su primer disco fuera
publicado sin título alguno y conocido posteriormente como "El
Disco Verde" (ffrr, 91), debido, sencillamente, al color de su
portada. Así de simple, como el amarillo verdoso de un limón
prematuro.
Orbital, o los hermanos Phil y Paul Hartnoll, empezaron con
apenas 10 años a aporrear el piano con canciones punk, influidos
por The Clash, a la vez que quedaron impresionados con el
universo creado por George Lucas en Star Wars. En la década de
los 80, y tras una toma de contacto con el hip hop en América,
se sumergieron de lleno en las ácidas sesiones en el M25 Orbital
Motorway de Londres, de donde posteriormente cogerían su nombre.
En 1989 grabaron Chime, todo un signo de su tiempo y su primer
éxito tras ser fichados por London Records para su filial FFRR.
En 1991 se publica "El Disco Verde", que incluía los singles
Chime, Satan/Belfast y Midnight/Choice, y que constituía un
espléndido debut. Había nacido un cuerpo celeste cuya fuerza y
magnitud potencial atraerían en el futuro a muchos hasta su
propia órbita. Todo sería cuestión de esperar un par años.
Esta vez fue Internal Records, otra subdivisión de London, quien
acogió el segundo trabajo de los hermanos, llamado (en un
derroche de imaginación) "El Disco Marrón", su madurez y primera
obra maestra. Aquí las canciones parecen girar alrededor de un
mismo centro, una idea común. Se terminan de trazar las
irregulares elipses del primero y se liman las asperezas dejadas
por el desgaste de un pasado fiestero. Es Orbital en estado
puro. El público, parcialmente desenterrado del más-bajo-suelo,
se preparaba para el Big Bang de la música electrónica.
Emociones Inteligentes Artificiales.
En 1994, mientras Tricky, Chemical Brothers, Underworld o
Prodigy preparaban sus mejores trabajos, Orbital y el sello Warp
tropezaban con una de las etiquetas menos afortunada de la
década pasada: el intelligent techno, tecno inteligente o música
electrónica para tu dormitorio. "Snivilisation" (Internal, 94)
fue un disco menor, correcto y desigual en la calidad de sus
composiciones. Pero su mayor defecto es soportar peor el paso de
los años que su antecesor. Su mayor acierto: el single Are We
Here?, donde Orbital comienzan su búsqueda de vida fuera de la
Tierra, y que sirvió de lanzadera para que los hermanos Hartnoll
pudieran estar en el sitio adecuado en el momento adecuado. La
música electrónica irrumpe en el mercado, copando los primeros
puestos en las listas de lo mejor del año de las revistas,
hablando de géneros que parecen haber salido de la nada, de
drum´n´bass, de trip hop o de breakbeat. La revista inglesa NME
premia el concierto de Orbital en Glastonbury'95 como la mejor
actuación del año con uno de sus BRAT Awards. Ni los festivales,
territorio habitual de rockeros, se salvan: la invasión de la
electrónica acaba con todo lo anterior. Su alta tecnología
elimina, de un plumazo, los viejos mecanismos que mantenían con
vida a los supervivientes del grunge. La supernova estalló en
1996 con In Sides, segunda obra de arte del grupo. El abanico de
sensaciones expresadas en sus composiciones es amplísimo,
alcanzando una altísima cota de lirismo en sus cortes. Fue la
respuesta a aquellos que afirmaban que la música electrónica era
insensible y fría. In Sides incluía el single The box, que se
convierte en una de las mejores canciones del grupo, y que se
identificó rápidamente con el concepto banda sonora imaginaria.
Las fuentes de las que bebían los hermanos eran claras, las
direcciones a tomar en el futuro, eran múltiples y, en cualquier
caso, se hicieron referente para muchas bandas que entendían la
música electrónica como algo más próximo al pop que a las
raves.
Tras el derroche de creatividad de In Sides, el listón quedó muy
alto. Su posterior obra, The middle of nowhere, fue un disco
menor, con cierta vuelta a las pistas de baile y poco avalado
por crítica y público. Recientemente han publicado The
altogehter, en el que cortan en minutaje de sus cortes que
parece haber remontado un poco la calidad de las composiciones.
En cualquier caso, parece necesario esperar un tiempo para
observar de lejos como encaja esta pieza en su discografía.
Colaboraciones y curiosidades.
En todos estos años, gran parte del esfuerzo artístico de los
hermanos Hartnoll se ha dirigido a colaborar en proyectos de
distinta naturaleza. En cuanto a su amplia aportación a bandas
sonoras, destacan sus cortes para la película Hackers, Pi, El
Santo y Spawn. En las tres primeras comparte protagonismos con
otros grandes de la electrónica mundial, como Underworld, The
Chemical Brothers, Aphex Twin o Ron Size. El caso de la BSO de
Spawn es más interesante, pues estaba formada por colaboraciones
techno/metal, y si bien el resultado es irregular, la revisión
de Satan junto el guitarrista de Metallica aportó nuevos matices
a su música y paso a engrosar el amplio acervo de creaciones
techno-rock tan de moda en los 90. Distintos también son los
casos de las bandas sonoras de Wipeout XL, video juego para la
Playstation, y de Event Horizont ("Horizonte final" en España)
donde colaboraron en la totalidad del score con el compositor
Michael Kamen y donde muestran su lado más oscuro y
tenebroso.
Otras colaboraciones del grupo han sido la remezcla del Bedtime
Stories de Madonna y el corte que cedieron al álbum Help,
proyecto de las asociación War Child en defensa de los
niños-soldados en Bosnia. Alison Goldfrapp, que el año pasado
nos sorprendió con un disco de ambiente portishediano, ha puesto
voz en varias canciones del grupo. Por otra parte, y dentro del
ideario ecologista y denunciador del grupo, The girl with the
sun in her head, que abre In Sides, fue grabado usando energía
solar en memoria de Sally Harding, muerta trágicamente en
diciembre de 1995. Por último, en The Altogether se incluye un
corte utilizado por el grupo para un documental del fotógrafo
Nick Waplington, y están preparando una edición del disco en
Dolby Sorround y DVD.
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