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FOTO: Wild Punk Serie Z 2012





FESTIVAL SERIE Z


2003
28, 29 y 30 de agosto.  IFECA. Jerez de la Frontera. Cádiz
Fotos: Marcerock - IndyRock
Crónica por Jesus S. - IndyRock


Hellacopters

Twisted Sister


Radio Birdman


Quireboys

Nine Pound hammer

Hydromatics


Mermaid / NCC

Cherry Valence

Holy Sheep

Segundo Z.
Por Jesús S
    Lo que hace dos años era un proyecto fruto de una apuesta que entonces se antojaba fantasmagórica, se ha convertido en una inmensa realidad. Juan Cacheda y el Área de Juventud del Ayuntamiento de Jerez siguen apostando fuerte por el rock, algo de lo que otras corporaciones deberían tomar nota. Y que digan lo que quieran, pero tener esto en plena Andalucía del flamenco, el caballo y la imaginería semanasantera es algo impagable. Público venido desde todos lados: Italia, Inglaterra, Alemania. Y por supuesto, de todos los rincones de nuestro país. Buen ambiente en definitiva, a pesar de no alcanzar una cifra exagerada de asistentes. Mejoría en el aspecto organizativo en cuanto a instalaciones, mejor restauración y servicios. Suspenso en el tema de las caídas de última hora, aunque eso es lo que implica contar con bandas que apenas existen o cuya continuidad penden de un hilo. De todas formas el cartel se reestructuró de manera brillante y se cumplieron a la perfección los horarios. 

   La primera jornada del festival contaba con el cartel a priori más flojo. Aun así la tarde-noche del jueves se saldó con un notable alto. El dudoso honor de abrir el festival correspondió a Commando 9mm, que en media hora ofrecieron la habitual dosis de punk de la vieja escuela. Tras ellos, Rock-A-Hulas ofrecieron un histérico show a pleno sol donde el rock n´roll más cafre se impregnó de surf y fuzz. Sonaron intencionadamente sucios, gamberrearon lo suyo y salieron ilesos del trance, seguramente porque poca gente les prestó atención. 

   La primera aparición internacional corrió a cargo de Motorchrist. La banda de Danny Nordahl (ex NY Loose y Faster Pussycat) abrió con los primeros acordes del "Hell´s Bells" de AC/DC y a partir de ahí repasaron su disco de debut, finalizando el show con el "I just want to have something to do" de Ramones. Vinieron, vieron, bebieron pero no vencieron; estuvieron bien sin más y ofrecieron lo justo para dejar un buen sabor de boca a aquellos que gustamos del hard sleaze de antaño. A esas horas ya paseaban entre el público unos tipos vestidos de cuero negro, que más tarde tomaron el escenario. Lords of Altamont gustaron a casi todo el mundo, ofrecieron más show que música pero dejaron caer buenos temas que animaron a la gente a agolparse en las primeras filas.

   El retorno de Texas Terri a nuestro país rescató las polémicas habituales que la envuelven. Mientras algunos la califican de bluff sin talento, otros nos resistimos a pensar que su éxito en España es producto de una campaña bien orquestada en connivencia con algún que otro medio. En cualquier caso, la Terri ofreció un show más que correcto. Es cierto que sus temas no van a cambiar el curso de la historia (aun menos las novedades que presentó), pero la tía sabe bien a qué juega, y saca el máximo provecho a sus dotes de frontwoman provocadora e histérica cantante. Convenció más a la hora de atacar tres covers que de por sí levantan un show: "I got a right" "I wanna be your dog" y "Sonic reducer", amén de intercalar/ensuciar el stoniano "Jumpin´Jack Flash".  ¿Oportunismo o sentido homenaje? Cada uno puede pensar lo que quiera, considero que polemizar sobre ello más que nada es una pérdida de tiempo.

   Como el dia a la noche se pareció la actuación de Terri a la siguiente, ya a plena noche. Jason Ringenberg y sus Nashville All Stars tomaron el escenario y en una hora repasaron fielmente el legado de los Scorchers. Hubo mucho feeling en su show y un buen puñado de genuino country-rock apegado al lado más clásico del género que provocó que el sector duro de la audiencia se abriese a buscar un bocado. 

   Mucha gente se preguntaba que hacía una banda mayoritariamente desconocida encabezando el cartel, pero Thee Michelle Gun Elephant son una realidad desde hace unos años. Dioses en Japón, su calado en nuestro país se reducía a un pequeño círculo de inquietos. Pues bien, la apuesta de la organización valió la pena, porque estos japos la montaron gorda. Ya desde su aparición bajo las notas de "The Godfather" evidenciaron una imponente clase. Bien vestidos, serios, decididos. Sencillamente arrasaron, aun entre el sector más escéptico de la concurrencia. Musicalmente poderosos, afilaron guitarras y machacaron nuestras psiques con una alucinante selección de rock n´roll kamikaze, exquisitamente atronador. Sonaron temas de sus dos discos más conocidos, "Gear blues" y "Casanova snake". "West cabaret drive" puso en marcha un bolo que se recordará durante meses, seguida por joyas como "Smoking Billy", "Revolver junkies" y "Rodeo tandem beat spectre". En definitiva, dieron una soberbia muestra de por qué eran los líderes de la jornada, acojonando al más duro de los concurrentes. Sayonara, babies. 

   El segundo dia todos teníamos una sensación algo extraña tras las cancelaciones que se produjeron. Hubo reajuste de cartel y finalmente la ausencia de Wildhearts, Rock City Angels y Warrior Soul se suplió cambiando del jueves al viernes a Dan Baird y los suyos. A pesar del desajuste que provocó en muchos fans no poder ver a tipos como Kory Clarke o Ginger descargando en directo, la gente no se desanimó y finalmente pudo vivir una espléndida velada de buen rock n´roll. Desde el comienzo con los malasañeros Bummer, la tarde fue un constante "better and better". Juancho y cia. afrontaron el calor con humor, ofrecieron un show intenso con algunos de sus mejores temas ("Party lights", "Chaman Boogie"), y nos regalaron su versión de "Under my wheels" con Kike Turmix sumándose a la fiesta, sudando y berreando como un poseso. 

   Precisamente los antiguos coleguitas de banda de Mr. Turmix fueron los siguientes en tomar al escenario. Gracias al cielo, Sin City Six han vuelto, porque es una banda que estaba llamada a ser muy grande, aunque en su show jerezano apenas pudieron demostrar su potencial, evidenciando una lógica falta de rodaje.  De todas formas, esperemos que la conexión USA-Malasaña vuelva a funcionar y nos depare grandes momentos en el futuro. 

   Savoy Truffle tomaron el escenario poco después. Muchos no les habíamos escuchado todavía, pero las referencias eran inmejorables, así que nos apostamos en las primeras filas para presenciar un show que a nadie decepcionó. Sí, finalmente pudimos constatar que en Japón también saben lo que es una bandera confederada. Y es que si no fuera por los ojos rasgados, estos tios habrían pasado por cualquier combo revivalista del área de Alabama. La actuación hay que valorarla en su justa medida, como lo que fue: una portentosa demostración de rock sureño perfectamente ejecutada por una completa banda que incluía percusionista. Eso acentuaba aun más su sonido, muy cercano por momentos a Allman Brothers, quizás algo más duros. Cerraron su show con una tal vez excesiva jam aliñada con un largo solo de guitarra en la más pura tradición Duane Allman, pero nadie podrá reprocharles que no estuviesen a la altura de las grandes bandas que les sucederían, esa misma noche, en ese mismo escenario. 

   En el ambiente crecía la tensión. La gente era consciente de que a partir de ese momento iba a suceder algo grande, muy grande. A pesar de no contar con Rick Richards, Dan Baird y lo que queda de los Georgia Satellites, acompañados por Ken McMahan (The Dusters) a la guitarra, ofrecieron uno de los shows del festival. Todos conocíamos el amor de Baird por la música que interpreta, el modo en que se vuelca en cada riff, cada palabra, cada concierto que da. Pero lo vivido fue algo de una esquisitez tal que ni la ya extinta luz solar pudo eclipsar. Uno tras otro, Dan y los suyos fueron desgranando el más rockanrollero repertorio de los Sats. Sonaron "Don´t pass me by", "All over but the crying", "Sheila", "I dunno"...en fin, cualquiera que conozca esos temas sabe de lo que estoy hablando. Dan dejó caer también alguno de sus temas en solitario y puso su voz al servicio del legado Bolan cuando en plena jam nos regaló una fantástica "Get it on" que sonó como el cielo. Por si eso fuera poco ofreció también una particular visión del "Pills" de N.Y.Dolls. Podrían haber estado horas tocando, pero la puntualidad mandaba...

   Junkyard fueron relegados al tercer puesto de la noche cuando la organización entendió que debían ser Quireboys los que precedieran a Twisted Sister. Pero eso es un detalle sin importancia porque estamos hablando de dos bandas realmente imponentes, aunque si debo de ser objetivo, creo que Junyard se deberían haber llevado ese mérito, más aun después de ver su actuación. Parece que todas aquellas bandas de la oleada angelina de finales de los 80 debieran pedir perdón por haberse dado a conocer en una época en la que tristemente trascendía más las groupies que te agenciabas, el jaco que te pinchabas o la cantidad de maquillaje que pudiera soportar tu piel. El caso de Junkyard es tal vez el más sangrante. Nunca conocieron el éxito masivo, cuando lo merecían como el que más. Y si habían de pasar una reválida importante, el Serie Z les daría la oportunidad. Así que recién reunidos, virtud de un milagro obrado por Pat Muzingo y la persistencia de Juan Cacheda, se presentaron en Jerez sin saber muy bien si la cosa saldría de manera medianamente decente. Y joder si pasaron la prueba. Nada más aparecer en escena David Roach, aun ya sin pelo crepado, la cosa se caldeó bastante entre la gente. Mirada seria, concentrada, mano en micro, ojeando de soslayo a la banda, Dave disparó al cielo y comenzó un inmenso show de hard rock and roll. Sonaron endiabladamente poderosos, como si nunca se hubiesen tenido que separar y buscarse curros cutres para subsistir. Iniciaron la velada con "Life Sentence", del mismo modo que en su directo editado hace un tiempo. Y una por una fueron cayendo todas esas joyas que deberían ser valoradas como lo que realmente son, clásicos de un época que muchos ignoran: "Hot Rod", "Blooze", "Misery Loves Co.". Las guitarras sonaron como nunca, Muzingo aporreó la batería como una bestia, y Dave, bueno, Dave demostró estar por encima del bien y del mal, por muy jodidas que le hayan ido las cosas en la última década. Actuó con carisma, consiguió que las primeras filas se sacudieran, bajó al foso, ofreció vino a sus fans y se dejó abrazar. Puso el alma en cada nota que salía de su garganta, como en ese emotivo "Simple Man" o en el aclamado "Hollywood". Un concierto cien por cien sentimiento y pura emoción, como la que demostraron interpretando "Tush" y "Lost in the city", y que además terminó de la mejor manera posible, con un inesperado "Whole Lotta Rosie" que puso todo aquello patas arriba. En definitiva, algo que no se puede contar, sólo vale haberlo vivido. 

   Quireboys lo tenían dificil para superar a los americanos, pero aun así ofrecieron un show digno. Eso es algo garantizado cuando tienes a un frontman como Spike delante. Un tipo que, en todos los sentidos, ha heredado a Rod Stewart en voz y actitud escénica, pero que se aleja del concepto de impostor cuando lo tienes delante. Acompañado, como es habitual, por una banda de circunstancias ("this is Quireboy´s 45th guitarrist", bromeó Spike presentando al nuevo hacha ) que no estuvo especialmente brillante, ofreció un show vocalmente espléndido, interpretando el repertorio habitual de los ingleses con pasión. Desde "This is rock and roll", desgranaron lo que todos esperábamos: "Tramps and thieves", "Hey you", "There she goes again". Ofrecieron un renovado "Whippin´ boy" menos country que el original, y dejaron para la recta final la emotiva "I don´t love you anymore" y "7 o´clock". El bis, como no, fue la acelerada "Sex party", y aunque hubo poco sexo y muchos golpes, el festivo tema de celebró como merecía en primeras filas. Buen show, pero Spike debería plantearse formar una banda estable y con gente un poco más solvente y, por qué no, carismática. 

   Y bueno, llegó el fin de fiesta, y vaya fiesta. Directamente desde los mas horteras 80´s, como si saliesen de una maquina del tiempo que les hubiera conservado en formol, Twisted Sister pisaron el recinto, directamente venidos del lujoso hotel donde se hospedaban. Nada más que su presencia en el backstage ya puso al personal (mucho del cual estaba allí sólo por ellos, lo que también es triste, oiga) de los mismísimos nervios. Con el acceso al escenario acotado desde el back por vayas de seguridad y vigilantes, los jodidos Twisted Sister pasearon su rebuscado glamour entre una nube de fotógrafos, subieron al escenario, y una vez allí, sencillamente la armaron. Reconozco que no esperaba ni en sueños presenciar algo similar. Los chicos habían vuelto, y lo hacían por todo lo alto, con la fuerza de antaño. Dee Snider, Jay Jay French, A.J.Pero, Eddie Ojeda y Mark Mendoza se encargaron, y de que modo, de hacer mover hasta al más recalcitrante anti-metalero. Fue un show heavy-metal, por mucho que me digan que los Sister no son heavy metal. Atuendos, luces, intros espectaculares, poses, fuegos, ticks jevis del pasado, puños al aire, etc. Todo olió a gran show de heavy metal, con todo lo bueno y poco de lo malo que eso conlleva. Sin ser grandes músicos se las apañaron para sacar adelante un  show en el que, desde "The Kids Are Back", ya se tenían ganado al público. Dee Snider reinó como nunca, cantó más alto que nadie en el festival, arrancando coros a las masas en "Stay Hungry" y moviéndose como un poseso enseñando sus ropajes en "Destroyer". Mark Mendoza ahostió literalmente su bajo, y Eddie Ojeda anduvo bien a las seis cuerdas, mientras que Jay Jay le secundaba con acierto. Sonó el repertorio más duro de la banda: "Under the blade", "You can´t stop rock and roll", la coreada "We´re not gonna take it". Sólo dieron respiro cuando interpretaron  la aorera "The price". Hubo hasta solo de batería a la vieja usanza, con Pero alzado a los aires por una elevadora, que dio paso a la fase humorística del show con Eddie tratanto de traducir al español las palabras de Dee, con más gracia que acierto. El final fue un inmenso aluvión de decibelios, con "Come out and play" y "S.M.F.". Los chicos volvieron, se enrollaron y triunfaron. Indudablemente, al que no gustase de su música probablemente le parecerían un chiste, pero no se puede negar que dentro de lo suyo ofrecieron algo inigualable, más aun cuando hoy en día bandas coetáneas a ellos e incluso alumnos aventajados en su día se arrastran sin pena ni gloria. 

   La tercera jornada presentaba un cartel de diferente orientación a la anterior, menos ochentero, más apegado a la high-energy y el punk-rock. Las dos bandas españolas que abrieron el evento ofrecieron shows cortos (algo que habría que mejorar en futuras ediciones) pero intensos. Primero Holy Sheep anduvieron por el lado vicioso del rock n´roll en un frenético show que evocaba aquellos primeros días del punk neoyorquino, y dejaron claro que son un nombre muy a tener en cuenta en el futuro. Tras ellos llegó una de las bandas más esperadas del festival, que hubieran merecido tocar a plena noche y con más tiempo. Mermaid provocaron que ya tempranito el recinto ofreciera buen aspecto, porque nadie quería perderse a los navarros que están revolucionando el panorama nacional. Ofrecieron lo que pudieron dadas las circunstancias, presentando unos cuantos temas de "Red led or death", con un Íñigo inmenso que desató un torbellino junto al resto de las sirenas. Abrieron con "Silver Bullet", un tema tan grande que podría haber firmado el mismísimo Dave Wyndorf. Ofrecieron media hora de rock duro, cósmico, ácido. Sonaron "Woman making machine" y "I rock" y cuando la estaban liando gorda, tras una orgía de plumas de cojín y decibelios, sencillamente les cortaron el sonido. Feo gesto que nos dejó a todos bastante indignados; cabría preguntarse si le habrían hecho eso a alguna de las bandas foráneas, me temo que no.

   En las antípodas de Mermaid, Nuevo Catecismo Católico ofreció un show previsible, aburrido y poco convincente. Se hablan maravillas de ellos, pero a mi me parecieron muy regulares, y ni siquiera el final con "Endangered species" levantó apenas al público que los despidió con indiferencia. A lo mejor no tuvieron su día, pero resultaron lo peor del Z. 

   De The Cherry Valence conocíamos ya su incendiario directo, aunque quedó claro que en un club es donde mejor transmiten su propuesta. Aun así, ofrecieron un buen show que casi mejor habría que calificar de inmensa jam en la que unieron unos temas a otros, con los dos baterías intercambiando constantemente, ahora toco, ahora canto. Frenético se mostró Nick, como siempre el miembro más activo. Ofrecieron indicios de su inmensa clase y demostraron llevar en la sangre el espíritu de todas esas bandas setenteras que hacían del caos un arte. Nos regalaron su fabuloso "Sweat sweat sweat (all over you)", rindieron tributo de Hendrix, como no, y acabaron en auténtica juerga sonora con Cheetie, Paul y cia. demostrando que la calidad y la clase que atesoran son valores que aunque tienen que pulir les asegura siempre un puñado de incondicionales. Si les hubiese dado tiempo a más la hubieran líado en serio, como hicieron hace unos meses en su gira por clubs. 

   Los que pululábamos libremente por el backstage pudimos ver desde temprana hora a Blaine y su esposa Ruyter por allí. El bestial guitarrista de Nashville Pussy volvía con sus Nine Pound Hammer al escenario en el que el año anterior triunfara con aquellos. Y esta vez la cosa no fue tan facil. NPH son una banda totalmente diferente a Nashville Pussy. Arrancan de lo mismo, el punk gamberro y el sonido americano, pero ellos alargan ambos conceptos a los extremos y el resultado final es una especie de country rockeado a mil revoluciones por minuto. Temas que de tocar tranquilamente con una acústica les podrían habrir las puertas de Nashville, pero que en esta versión rozan la paranoia punkera extrema. Con un cantante de formas bestiales y voz cavernosa a lo Lemmy, fueron desgranando su repertorio en el que cada tema se parecía al anterior, aunque cada vez con más y más potencia. Una juerga salvaje que a muchos no gustó, y que deparó una recta final con casi irreconocibles versiones del dictatorial "Two Tub Man" y de un acelerado hasta la parodia "Train Kept A Rollin´" que algunos sólo pudimos reconocer poniendo gran empeño. Esperabamos que Ruyter, que animó a su marido desde detrás de los amplis, se uniera a la fiesta, pero no fue así y la cosa se quedó en simplemente aceptable.

    Tampoco triunfó Scott Morgan comandando a los Hydromatics. Comenzó el show bien, con buena voz y tocando con autoridad, pero la cosa fue a menos y casi termina en desastre de no ser por esos temas de la Sonic´s Rendezvous Band (entre otros, los consabidos "Sweet nothing" y "City Slang") que la leyenda de Detroit interpretó con más pasión que acierto. Hubo de cambiar de guitarra varias veces, pero los problemas técnicos dieron al traste con un concierto que podría haber sido mucho más. Una lástima.

   Y el destino deparó que Hellacopters tuvieran que demostrar una vez más lo grandes que son entre dos de las bandas que más han significado en su evolución, claro que sólo hubiera faltado que cierto grupo maquillado se hubiera presentado a la fiesta. Pues bien, los Hellas demostraron una vez más ser la mejor banda europea de la última década. Ya de noche, con el escenario acotado a las dimensiones de un club (donde parece ser que quieren seguir desenvolviéndose), Nick Royale, Strings, Bobba y demás nos ofrecieron la hora perfecta de rock and roll que todos esperábamos. Abrieron con "By the grace of God", y ya entonces se había montado un frenético pogo en las primeras filas. Sonaron sus temas más recientes: "Down on freestreet", "Better than you"; escogieron algunos temas de su pasado reciente (inmensas "No song unheard" y "Move right outta here", acojonante "Hopeless case of a kid in denial" que Nick presentó como autobigráfica) y sólo dieron motivos de polémica al abordar de forma más sosegada sus temas más tradicionalmente acelerados ("You´re nothin´", "Gotta get some action"). De todas formas, se comportaron como auténticos clásicos en el escenario, con las ya famosas posturas de guitar hero de Strings (por otro lado impecable a las seis cuerdas) y con un Nick disfrutando cada minuto del show. Sonaron bien (no en las primeras filas), con el teclado de Bobba otorgandole profundidad y grandeza al sonido de una banda que aunque muchos digan que van en dirección equivocada en sus discos jamás decepcionaran en directo. Y si a eso le sumamos el final con "Search & Destroy" sólo podemos concluir que dieron uno de los mejores shows del festival, poniendo en un serio aprieto a Young, Tek y el resto de los Birdman.

   Hacía 18 años que Radio Birdman no daban señales de vida por estas tierras del demonio, así que la expectación creada atrajo a un buen número de seguidores al recinto jerezano. Había gran ambiente cuando un desmejorado Rob Younger y un inmejorable Deniz Tek tomaron el escenario. Costó distinguir a Chris Masuak con su nuevo look rapado y con unas gafas menos cantosas que las que solía gastar en los setenta. Como no contaron con personal de apoyo,  resultó algo extraño verlos a ellos mismos, una leyenda, preparando el show. Abrieron con "Burn my eye" y "Crying Sun", de manera algo fría para lo esperado. La banda permaneció estática en el escenario, tan solo Younger hacía amagos de moverse un poco. La cosa empezó a animarse cuando cayó la primera joya de "Radio´s appear", "Non stop girls", y ese pedazo de "Hanging On" que abría "Living eyes". En la parte central del concierto ofrecieron lo mejor de sí, con "Aloha Steve and Danno", "Anglo girl desire", "What gives" y "455 SD" (tema presentado por Tek dejando clara su pasión por el motor y las autopistas). Sonaron bien como banda, pero a mi no llegó a convencerme el sonido de las guitarras, algo que era característico de ellos en los 70, más limpias entonces que ahora, que aparecen más saturadas. Así, el inicio de "Murder City Nights" no sonó como esperaba, aunque el tema en sí es una joya que levantó al público. Más temas: "Descent into de maelstrom", "Do the pop", y recta final con un largo primer bis, de lo mejor de la noche: la inmensa "Man with golden helmet", la consabida "New Race", y traca final con particulares versiones de Elvis ("Wild Turkey") y 13th. Floor Elevators ("You´re gonna miss me"), que hicieron perder algo de ardor a la actuación pero que no empañaron un gran show de retorno, más de lo que muchas bandas jovenes pueden dar. Auténticos maestros del rock, su legado sigue vivo, y están de vuelta para reivindicar su ascendencia sobre tantas bandas que les señalan como referencia mientras el gran público sigue ignorándolos. Así son las cosas hoy en dia. Siempre tendrán un fiel puñado de seguidores, pero su terreno debería ser el de las grandes ligas. Esperemos que esta vez se les haga justicia.





HISTÓRICO EN INDYROCK

CRÓNICAS, FOTOGALERÍAS, COMENTARIOS


SERIE Z 2002
THAT´S THE WAY I WANNA ROCK N´ ROLL!!!
Por Jesús Sánchez - enviado especial - IndyRock
Fotos: Lydia García - enviada especial - IndyRock


 
Y bien, el sueño se hizo realidad y aquí estoy yo para contarlo. Han sido tres días de puro infarto. Permítanme la manida expresión, señores lectores, pero, imaginad la odisea, desde que coges un tren a las 11 de la mañana de un jueves y saber que partes con destino a mas de 20 conciertos en tres días, de cabeza hacia una orgía continua de rock and roll, buenas vibraciones y fiesta non-stop. Sí, señores, los que estuvisteis allí, ya sabéis de lo que estoy hablando. Los que no acudisteis, perdonad, pero os perdisteis algo histórico. 
THE PARTY STARTS NOW!!!
Jueves 5 de Septiembre 2002

Speedbuggy-USA

Pero dejémonos de sermones y vayamos al grano. Llegué a Jerez con tiempo de sobra para dejar las cosas en un hostal, quedar con un buen puñado de amigos y acudir a la fiesta de presentación en la Casa de la Juventud del jueves noche. Como era de esperar, nada mas llegar nos encontramos con la imagen de un Cacheda (¿alguien no conoce ya a este hombre?) totalmente eufórico. Mientras se ultimaban los preparativos de la fiesta, decidimos echar unas cañas en una cervecería cercana a la Casa de la Juventud. A los cinco minutos de estar allí, con pop escocés de fondo, decidimos sacar unos cd´s recopilatorios que habíamos auto fabricado para las fiestas after concert y convencimos al camarero para que animase un poco el cotarro. Fue entonces cuando vemos aparecer por la cervecería a cuatro tipos que ya conocíamos bien: los inseparables Five Horse Johnson, que meses antes habían tocado en Granada, teloneando (y comiéndose con patatas) a B-Movie Rats. Los americanos tocaban en el festival al día siguiente, pero acudían los cuatro, como un grupo de amigos mas, a ver las actuaciones de la fiesta. Es curioso, pero me pareció algo potente ver a una banda tan unida. Se sentaron en una mesa alta a charlar y a beber cerveza tras saludarnos. Mientras, le pedimos al camarero que pinchara un tema de ellos que llevábamos en los cd´s, y el cachondo de su cantante, Eric Oblander, nos lo agradeció con un aullido. Entrañable.

PPM

Tras las cervecitas, entramos en la antigua bodega que hace las veces de Casa de la Juventud. En esos momentos descargaban Fuzz Machine, y mientras presenciamos su actuación, fuimos tanteando el ambiente un poco. Fueron llegando ilustres amigos, como JF León (Ruta 66), que se trajo consigo a la pareja de moda del pop ramonero español, Suzi Chain y Jonathan. Al final, la sala se llenó, y bandas como Blackberry Clouds y Rip KC dejaron el pabellón español bien alto. En el caso de P.P.M., que acudían a tributar a Ramones (cayó "It´s alive" versión turbo-dinámica), tuve mis diferencias con algunos amiguetes, que dicen que ya huele el tema de Ramones, mientras que a mí me parece una bendición que tipos como Novi y Javi sigan siendo capaces de mantener, aunque sea a base de una lectura tan excesiva, la fuerza de una banda inolvidable. Otros esperados aquí en el sur eran Uzzhuaia, la banda de Alex, nuestro amigo y compañero de DDT Magazine. Ofrecieron un show de potente hard rock de tintes modernos, pero sabiendo finalmente reconocer influencias con una correcta versión del "Mama Kin" de Aerosmith, aunque más apegada al sonido que le dieron Guns N´Roses en el "Live? Like a suicide" que a la original de 1972.
Una de las sorpresas de la fiesta, y también del festival fueron Speedbuggy USA, maravillosa banda de country-punk-roots que ese jueves nos ofrecieron un show semi acústico cargado de buena música. Unos tíos con muy buenas pintas (sombreros, botas de cowboy, peinados interesantes...) que derrocharon vitalidad y que, a pesar de no haber oído nada de ellos antes, se te hacían familiares a base de rockear con clase. En cuanto a la actuación de Rip KC, he de decir que me la perdí (a alguna hora tenia que reponer fuerzas, y acudí a cenar cuando ellos tocaban), pero por los comentarios de la gente parece ser que estuvieron muy bien; no en vano, su ultimo lanzamiento es una masa de rock en estado septuagenario y al parecer son capaces de plasmar esa fuerza en un directo sin fisuras.

En definitiva, la fiesta de presentación a la larga fue el prólogo perfecto de dos jornadas que en aquellos momentos ni imaginábamos que iban a depararnos tantos buenos momentos. Sí, todos íbamos en cierto modo bastante seguros de que esto iba a ser algo grande, pero lo acontecido el viernes y sobre todo el sábado superó todas nuestras expectativas. El primer día presentaba tres platos fuertes en el programa, y un buen acompañamiento. Por lo tanto, decidimos no gastar fuerzas el jueves noche e ir a dormir a una hora respetable. 


JEREZ ROCK CITY
Viernes 6 de Septiembre

Revolvers / Ultracuerpos

A la mañana siguiente empezamos a tantear el ambiente por las terrazas de las calles mas céntricas de Jerez.  Sin llegar a los niveles masivos del Espárrago (ni falta que hace), vemos que las calles comienzan a estar tomadas por gente de melena larga y camisetas de diversa índole. Jerez es un desastre en estos días, la mitad de la ciudad es una gran zanja donde decenas de obreros se apresuran para dejarlo todo dispuesto para los juegos olímpicos de caballos o lo que diantres sea. Pronto avistamos a Kike Turmix, que no quiere perderse la cita bajo ningún pretexto. Eso sí, no sin antes insistir en meterse una buena mariscada, a la que nosotros no acudimos por impedimentos monetarios, así que buscamos un restaurante de menú muy cutre pero efectivo, y junto a unos amigos de Madrid y Barcelona nos dirigimos al centro de la batalla, el impresionante recinto de IFECA, situado en una punta de la ciudad, rodeado de un gran parque cerca del cual dejamos los vehículos para acto seguido recoger a nuestra avezada fotógrafa Lydia e introducirnos con paso aún tímido en el patio exterior del recinto, una especia de explanada flanqueada por un lado por el recinto cubierto y por el otro por unos soportales bajo los que se cobijaban el pequeño mercadillo y una larga barra de bar. Y lo mas importante sin duda, el escenario. Grande, con el bonito logo del Z (genial el diseño del amigo Wyn de Málaga) al fondo, y rodeado de inmensos altavoces, bastante mejor de lo que esperaba.
Asistimos a los últimos minutos de la primera banda, Sol Lagarto, bajo un idem infernal que agolpó a la gente al lado derecho del recinto y pronto Ultracuerpos ocuparon el escenario, en una actuación breve pero digna, aunque esta vez nos quedamos sin sus célebres versiones de Iggy, Stray Cats y Elvis. Más tarde, los veríamos felices entre el publico. La actuación de los teutones The Revolvers fue probablemente la menos notable del festival, se esperaba más de ellos y no ofrecieron nada destacable. Ni su imagen, ni sus textos ni su música me dijeron nada nuevo; y aunque ofrecer algo novedoso hoy en día es difícil, otras bandas saben llevar bien a su terreno parámetros conocidos, mientras que Revolvers insisten en clichés sobados y lo que es peor, sin gracia alguna.



Backdraft / Sewergrooves


Tras ellos, aparecen Backdraft, otros revivalistas (esta vez del hard setentero) de los que conocía su correcto sin más "Goddamn Man Ep" y que a fuerza de tesón y calidad concluyeron una actuación brillante, bien ejecutada.  Sin estridencias, y dejando claro que su directo es la piedra angular sobre la que deben construir su carrera, nos ofrecieron buenos trallazos como "G´damn man" o "Angels high".  Como anécdota, la cara de un amiguete que no salía de su asombro al decirle yo que eran suecos, mientras él hacía cábalas acerca de a cual estado de las barras y estrellas pertenecían.
Poco después, tuvimos media hora larga de correcto rock energizado por parte de Sewergrooves, una banda que no anduvo como pez en el agua entre tanto hard clásico, pero que se defendió dignamente ante una audiencia que poco conocía de ellos. Esperemos a verles en un local pequeño, donde me juego algo a que esa saturada mezcla de high energy y rock and roll tiene un efecto mucho mas ventajoso para ellos.

USA TODAY!
Tres grandes bandas americanas 100% serían las encargadas de elevar la temperatura del festival a limites cercanos al puro fuego. From California!!! Speedbuggy USA!!! Volvieron a dejarnos boquiabiertos a los casi 2000 asistentes. Lo mismo que la noche anterior, pero ahora con un set cargado de fuerza en el que dejaron claro que son capaces de desarrollar un buen trabajo rítmico sin descuidar melodías y arreglos en directo. En cierto modo nos recordaron a lo que anda haciendo Mike Ness últimamente, una buena mezcla de clasicismo y rabia, con toques rockabilly en algunos momentos. En definitiva una autentica gozada de banda, con un buen cantante al frente. Esperemos nos visiten pronto otra vez.
Five Horse Johnson, fueron de lo mejor del Fest. Tras conocer que Firebird no acudirían a la cita, la banda de Toledo, Ohio, se perfilaba como la gran candidata a ofrecernos genuinos riffs en esta primera jornada. Y es que lo de estas bestias no es normal. Hoy en día pocas bandas son capaces de ofrecer sobre un escenario lo que ellos, que desde ya son para mi una de las grandes bandas del momento. Basaron su actuación en sus dos últimos discos, temas potentes e intensos, puro hard blues lleno de increíbles matices, con la poderosa voz del orondo Eric al frente, melena al viento, con la harmónica echando humo como siempre, y la magistral labor a la guitarra de Brad Coffin. Así, repasaron temas como "Mississipi King", coreado en éxtasis colectivo, o "Silver", una pieza que eleva a la banda a las alturas de la ejecución ejemplar: contenida al principio, enrabiándose a mitad, con un impresionante solo de Coffin que deja la boca abierta a los presentes, una puta maravilla de principio a fin.

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Nashville Pussy / Hanoi Rocks


Difícil lo tendrían Nashville Pussy para superar eso, y no lo consiguieron. Pero sin duda mucha era la gente que ansiaba tener por fin enfrente a esa fiera llamada Blaine y a su señora Ruyter. Ellos son los hermanos Young de nuestra época, tios. No necesitaron forzar mucho la máquina para levantar cientos de puños al viento al inicio con "Say something nasty". Ni  los problemas de sonido (hubo un momento en que solamente escuchamos su actuación por los monitores de la banda) pudieron arrebatarles el más mínimo ápice de profesionalidad. Yo los veo ya como el típico grupo engrasado que sabes que siempre van a rallar alto, aunque sea a costa de la espontaneidad que parece ser que derrochaban en sus inicios. La nueva bajista, KatieLynn Campbell, meneó bien su trasero mientras Blaine ponía en el aire las primeras notas de "High as hell". La gente enloqueció con "Keep on fucking", que será sin duda uno de sus himnos definitivos vista la reacción que provocó. Y así, fueron cayendo temas como "Piece of ass" y "Struttin´ cock". Lo mejor vendría en la recta final, con espléndidas versiones de AC/DC ("Shot down in flames", donde Ruyter ejecutó a la perfección el papel de Angus en el solo) y Turbonegro ("Age of Pamparius"). Tras eso, dejaron caer el telón con el inefable "Go mutherfucker go". Buen concierto, algo breve pero enérgico, de una de las bandas en mejor forma del momento.

THE MORE THINGS CHANGE. LA DECEPECIÓN HANOI
Y tras los Nashville, el punto difícil de esta crónica. Muchos éramos los que esperábamos con ansia desmedida la primera y única actuación de Hanoi Rocks en nuestro país. Y he de reconocer que, aunque las crónicas de sus shows en Francia y UK nos hacían presagiar una noche memorable, lo que tuvimos la ocasión de presenciar en Jérez fue cualquier cosa menos un paseo de los finlandeses. Por supuesto, no discuto que merecen seguir ejerciendo como Hanoi Rocks, al menos esa banda fue obra de Monroe y McCoy y ellos la siguen pilotando. Sin embargo me parece que nunca tendremos la oportunidad de vivir lo que otros fans vivieron 20 años atrás, en la época en la que arrasaban en sus shows en Helsinki, Tokio o Londres. Su actuación se basó principalmente en el carisma (no vamos a negar que lo sigue manteniendo) de Michael Monroe, que apareció en el escenario luciendo sus mejores galas: gafas, sombrero, pompones...pero me parece que para esta reunión han descuidado un tema cardinal. No importa lo bueno que hayas sido en otra época, la gente sigue queriendo buena música, y bien ejecutada, y de eso me temo que andan cortitos hoy en día los fineses. Porque a ver, cualquier guitarrista de tercera haría un mejor trabajo que el realizado por McCoy, un mito de la guitarra en su época, creador de riffs y melodías que muchos veneramos, pero actualmente ni  sombra de lo que era. Otros siguen manteniendo un nivel aceptable, pero nuestro Andy lo está pasando realmente mal, todo para él son problemas físicos, y ni el desmesurado entusiasmo (por momentos histriónico) de su compi Monroe, ni el trabajo de los mercenarios de segunda línea pueden ocultar sus carencias. Sus nuevos temas no suenan mal, especialmente "People like me" ("Lucky" me convence menos) y ni que decir tiene que su set actual, en cuanto a ejercicio nostálgico, cumple perfectamente la labor de devolvernos en cierto modo algo grande, porque temas como "Motorvatin", "Highschool", "I can´t get it", "Oriental beat" etc siguen siendo clásicos del rock 80´s, pero fue su interpretación lo que no nos dejó satisfechos a muchos de sus fans más acérrimos. En cualquier caso, fueron grandes y esa es la imagen que me permito conservar en mi retina, al igual que algunos buenos momentos de su actuación al final, con una más que correcta versión del "Up around the bend" de la Creedence (la banda favorita de Monroe) y el final apocalíptico con "Million miles away". Esperemos que en el futuro Andy salga adelante y consigan, si no volver a brillar como en 1984, al menos mantenerse a la altura de la leyenda. Otra cosa sería arruinar un recuerdo demasiado bello como para tirarlo por la borda. Tras el show, busco desesperadamente a mi amigas Magenta y  Lydia, dos true-fans de Hanoi, y sus miradas me confirman que, por esta vez, el maquillaje no pudo ocultar la triste cara de la realidad. Es hora de volver a la cama, porque lo de mañana sí que va a ser fuerte. Fuerte de verdad!
LA OPINIÓN DE UN FAN DE HANOI
Extraigo aquí, con expreso consentimiento de su autor, la opinión de un amigo fan de Hanoi Rocks que quiere aportar otra visión de lo acontecido. Tiene la palabra Mike Dog (Madrid): "Indudablemente la actuación de Hanoi iba a traer polémica. Yo disfruté el concierto un montón, me volví loco berreando "Malibu Beach"  pero tras el bajón de adrenalina comprendo al sector más crítico, como también entiendo lo que tú dices. Andy no está ni para girar, ni para grabar, ni para nada, sólo está para internarlo en un sanatorio a recuperarse. Con todo lo mal que estaba, apenas sin poderse mover, me emocionó su actuación:  lo huevos y las ganas que le puso, rockeando a tope  y con una sonrisa en los labios. Por otra parte, Mike  estaba demasiado espídico y por momentos se olvidaba de cantar. Pero joder, tienen una personalidad tan arrolladora que es imposible no disfrutar, ¿quién hay así hoy día?... nadie. A un concierto se va a vivir la experiencia y de eso nos dieron de sobra Andy y Mike y además tienen un repertorio maravilloso. Y si encima llegan a tocar todo lo bien que saben, pues nos morimos del orgasmo. Hay que disfrutar más y criticar menos".


Diamond dogs / Nasville Pussy

Dictators / Scots / Five Horse Jhonson


PPM

Señor No / Hanoi Rocks / Nomads
Supersuckers

Segunda jornada
IT´S SATURDAY NITE...´YOU WANT A PARTY???
Sábado 7 de Septiembre 2002

Bellrays / Raging slab.


Son las tres de la mañana del sábado y aun no soy capaz de asimilar la cantidad de cosas que han visto mis ojos en pocas horas. Creo haber llegado a IFECA hace un rato, pero miro el reloj y veo que han pasado doce horas. Tengo imágenes borrosas que intento ordenar con celeridad. No voy en buen estado precisamente, y creo que ya sabéis a que me refiero. Pero en cualquier caso empiezo a recordar las cosas con la nitidez suficiente como para saber que he vivido momentos realmente sublimes. Creo que todo empezó por un grupo de blanquitos con chica negra al frente. Subieron al escenario a eso de las siete de la tarde, y desde ese mismo instante, toda una noche de rock and roll se desplegó ante nosotros. BellRays, literalmente, nos trasladaron al ambiente de los grandes festivales americanos de los 60, en los que veías a verdaderas bandas dejarse la piel en un escenario a la luz del dia. Momentos sublimes, con Lisa Kekaula, con su afro-melena al viento, desgarrando esa garganta a lo largo de una hora del mejor rock&soul que se recuerda por estos lares. 
Raging Slab habían ocupado ese escenario una hora antes, pero su actuación, entre lo etílico y lo químico, no pasará a la historia. Menos de una hora de sufrido hard pasado de rosca, con una banda de la que esperábamos todo pero que no daba pie con bola, y que además escogió su set más pesado. Su histérica guitarrista Elyse no hacía mas que usar el slide arriba y abajo sin control, y el gran Greg Strzempka apenas podía tenerse en pie. En todo caso, en estos momentos están girando por nuestro país, así que esperemos a ver cual es la verdadera talla de la banda en directo. No llegué a tiempo de ver a Nuggets, PPM y Señor No y mira que a estos últimos les tenía ganas, pero apenas tuve tiempo de comer algo antes de afrontar lo que se venía encima. De manera, que BellRays fueron el primer plato apetecible de la noche, y de que manera. Profesionalidad, pasión, fe en lo que se hace, seguridad. Lisa es una maquina de directo, sin dejar un solo respiro. No para de moverse y cantar sensualmente apoyada en el hombro de su marido, el bajista y compositor Bob Vennum. Repasan los temas más conocidos de sus dos exitosos álbumes como "Stupid fuckin´ people" y "Changing color" y nos dejan el grato recuerdo de una banda de verdad, sin artificios, con una tía enfrente que sin ser un bombón sabe usar su halo sexual y su potente voz como nadie.  Muchos de los miembros de las otras bandas del festival siguieron desde el escenario su show, en un honroso gesto de admiración. 

 
Nomads

Tras ellos, los suecos Nomads,  padres de una generación entera de rockeros que hoy en dia empiezan a ser reconocidos como merecen, ofrecieron una actuación intensa que seguimos JF León y yo desde detrás un lado del escenario, dentro de la zona "noble". Con paso seguro, desgranan lo mejor de su repertorio, incluyendo los mejores cortes  procedentes de su extensa discografía: "Crystal ball", "Don´t pull my strings"...y nos regalan también la espléndida y desconocida para muchos "16 forever", dictatorial rareza que en sus zarpas suena a gloria. Cojonudas dosis de punk rock de toda la vida, sin artificios gratuitos, directo al estomago.
ROCK AND ROLL PUDDING...
Media hora después, ya teníamos a los auténticos reyes del fried-chicken rock en escena. Era una de las apariciones más esperadas por muchos de nosotros, porque sabemos qué es exactamente lo que Southern Culture on the Skids ofrecen en sus actuaciones: humor, serie b y buena música a partes iguales. Cuando ocupan el escenario, se suceden los comentarios: menudo teclista llevaban, un tipo gordo como él solo, haciendo muecas simpáticas, con una estrambótica pinta de mecánico de película de John Waters. En cualquier caso, el verdadero centro de las miradas se centraron en el glorioso peinado de Mary Huff, una tia llena de glamour made in USA, que parece salida de cualquier novela pulp de los 60. Al frente de la banda, a la guitarra, el cojonudo Rick Miller inicia el show cantando "Firefly", con ese increscendo tan especial. Poco a poco van desgranando su repertorio lleno de rock and roll salpicado de lounge, bolero y mil historias más. Caen la gloriosa "Banana pudding", "Soul city",  "Licuored up and lacquered down" o el momento freak de la noche con "Viva del Santo!", su particular homenaje al luchador mexicano que increíblemente apareció en escena durante el tema. Ponen el recinto patas arriba con "Shotgun" y "House of bamboo", dos excelentes representaciones del poder de una banda dispuesta a lidiar con todo, pero con el sentido del humor como telón de fondo. Un diez para ellos, sólo me queda esperar a verlos en un sitio más pequeño para poder subirme al escenario a bailar con esa mujer!


Supersuckers / Diamond dogs

Ya era noche cerrada cuando los suecos Diamond Dogs aparecieron en el escenario. Con su nueva adquisición, el otrora también Dogs D´Amour Darrell  Bath a la guitarra, la banda adquiere en directo el aspecto de formación clásica de rock and roll setentero de la escuela Stones y Faces. Buena imagen, y mejor música. Su set consistió en un acertado repaso a los mejores momentos de sus dos Lp´s, con temas como "Charity song", "Goodbye Miss Jill", "Sad to say I´m sorry", "Singin´ with the alleycats" y "Anywhere tonight". Demostraron ser una de las bandas más excitantes del momento, con un cantante (Sulo) que  sabe bien ganarse a la gente, como hicieron cuando dejaron caer el "Pills" de N.Y. Dolls.  Sin haber inventado nada, aportan frescura y buenas composiciones. Difícil lo va a tener el creador de la banda, Bobba Fett para compaginar su actividad en dos bandas como Hellacopters y los Diamond, en cualquier caso, escoja el camino que escoja, el cabrón estará en una gran banda. Instantes después de su actuación, tuve la ocasión de charlar un poco con los dos guitarristas de la banda, Darrell y Stevie, que se mostraron entusiasmados con la acogida y mostraron su sincera disposición a continuar apostando por la banda en un futuro. Tenemos, por fortuna, Diamond Dogs para rato. Supersuckers, la penultima banda del glorioso evento fueron directos al grano, dando a la gente lo que pedía, buen punk rock, rock and roll, country rock...son Supersuckers, y su carrera es lo suficientemente amplia como para justificar ser casi el plato principal de una velada rockera. Nada más aparecer, cientos de manos cornudas se alzaron al cielo de Jérez en un ritual que comenzó con la rapidez de "The evil powers of rock and roll" y pasó por buenísimos momentos como la gran cover de Thin Lizzy, "Cowboy song". Esbozaron riffs de James Gang, ejecutaron sin aliento una extensa "I was born with a tail", aceleraron la maquina con "I want the drugs" y allanaron el camino a la banda que, sin excusa, habría de reventar aquello de una vez por todas.

 

NEW YORK, NEW YORK
Mitos en forma, que cosa más difícil de ver hoy en día, como quedó claro en la actuación de Hanoi. No es fácil encontrar una banda que cerca de 30 años después de su gestación siga manteniéndose en forma. Sin duda, es algo reservado a gente de ideas claras, músicos ante todo, gente íntegra que pase lo que pase saben que para subsistir hay que seguir trabajando duro. AC/DC han hecho de ello un arte, y a Dictators siempre los he tenido colocados en ese grupo de avezados abuelos del rock. El caso de los neoyorquinos es digno de estudio: una carrera discontinua, una reputación intachable. Aprovechando su segunda visita a Jerez en un año, Manitoba, Shernoff y Ross the Boss volvieron a dejar claro que poca gente puedes hacerle sombra encima de un escenario. Sólo sonar los iniciales acordes de "New york, New York", la gente se volcó con ellos. En un instante trasladaron a más de 2000 almas a las calles de Brooklin, en una fecha muy cercana a una triste efeméride.  Son grandes por derecho propio, y ofrecieron un concierto magno, un digno broche de oro de muchos quilates. Anduvieron listos como siempre, mezclando material tanto de su época clásica ("Faster and louder", "Baby let´s twist", la acojonante "Minesotta strip"), como de su ya clásico proyecto hard Manitoba´s Wild Kingdom (además de la neoyorquina apertura cayeron "Haircut & attitude" y "The party starts now"), sin olvidar por supuesto los mejores temas del disco que les ha devuelto a un status que nunca debieron abandonar, "D.F.F.D": "Pussy and money", "I am right", "What´s up with that" etc. Ross the Boss hizo un trabajo increíble (jugueteó incluso con míticos riffs de Sabbath y AC/DC) como siempre, a pesar de no contar con Scott Top Ten cubriéndole las espaldas. Es uno de los más grandes, sin duda, la pieza perfecta en una banda de por sí inmejorable. En "Who will save rock n´ roll?" tenían a todo el mundo a sus pies, incluidos a los miembros de las bandas que les precedieron. Y con el final habitual, coreando "Blitkrieg Bop" y "California Sun", clausuraron un festival de ROCK que pasará a la historia por ser el primer y genuino intento en Andalucía de llevar a cabo una verdadera ceremonia musical para los que veneramos esta bendita música del diablo. De allí salimos en una nube, y sin pensarlo dos veces, a pesar del cansancio, la falta de sueño y los excesos etílicos, volvería a repetirla una y mil veces más. Esto sí que fue una celebración! A lo demás que le vayan dando.
 
AGRADECIMIENTOS.
Por encima de todos, a Cach, El Amo del tinglado. A Enka de Wild Punk como siempre por su sonrisa y por su buen trato. A mis compañeros de hostal (Wyn, Pink, Bartie, Mike, Susi, Pachi, Birras) por cargar conmigo, tarea poco facil a partir de ciertos momentos...y a todos los amigos que allí nos juntamos. A JF León por hacerme sentir bien entre tanta gente importante y soportar mis paranoias de madrugada. A Lydia por aparecer en el momento preciso. A las bandas por venir. A los fans por no defraudar. Y a IndyRock por haberme impulsado a no dejar de escribir. Bien o mal, pero sin ningún tipo de complejos. Besos a todos.



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