Solina y Malahora, crónica
Sevilla
25-10-2004
Melodías por otros cauces
por Paco Camero Mesa
Solina ofrece algo poco habitual en la muchas veces
monolítica escena musical española: es un proyecto básicamente
de estudio, planteamiento que no se acaba de entender
demasiado bien por aquí. Deshaciéndose de los ceñidos corsés
estilísticos y discográficos, la formación ofrece una
interesante combinación de bossa nova y música electrónica que
matizan con sonoridades de jazz. Todo ello, con una especial
atención a la producción y a los arreglos en estudio y armado
sobre un esqueleto pop. Tras poco más de un año de andadura,
han conseguido hacerse un hueco en la edición del presente año
de Festimad. Si se tiene en cuenta lo poco convencional de su
propuesta y que no tienen disco en el mercado, lo de los
sevillanos tiene mérito.
Aunque en directo cuentan con la colaboración de otros músicos
(entre los que se encuentran Javier Vega, bajista de Maga y de
Lavadora, formación que compuso la banda sonora de la película
El factor Pilgrim, en la que también participa Jordi Gil), el
grupo está integrado por Paula Padilla (cantante), Luis Álvarez
(teclados y samplers) y Jordi Gil (programación y samplers),
quien también forma parte de Maga y Pinball, dos de los grupos
pop de mayor calidad de Sevilla. Hablamos con el último, columna
vertebral compositiva de Solina.
¿De dónde surge Solina?
"Solina nació de un café entre Luis (Álvarez) y yo. Siempre,
desde que tocamos juntos, hemos sido muy amigos. Además somos
socios -Gil y Álvarez tienen el proyecto de montar un estudio de
grabación y un sello discográfico a través de internet-. Siempre
nos reuníamos para tomar café y salvar el mundo y para teorizar
sobre muchas cosas. Al final, acabábamos hablando de música. Y
en uno de esos cafés le dimos vueltas a la idea de hacer un
grupo que no tuviera que seguir los cánones clásicos de buscar
gente, ensayar, currarse conciertos, grabar una maqueta y
enviarla a una discográfica. Esto ya lo habíamos hecho muchas
veces y era muy difícil encontrar a gente con la que tuviéramos
afinidades claras y mantuvieran la ilusión. Así que enfocamos el
proyecto desde el punto de vista de la producción. Somos algo
así como una comuna de tres personas que hacen canciones y las
producen de una manera concreta. Ésa era nuestra idea inicial".
¿Es, quizás, un proyecto eminentemente individualista desde
el punto de vista de la composición?
"Es posible. Aunque no al cien por cien. Paula también compone;
de hecho, hay un par de canciones que son de ella. También hace
letras y melodías. Yo soy el que más tiempo le dedica, así que,
por lógica, la mayoría de las canciones son mías. Yo empiezo a
trabajar los temas con unos acordes y se los paso a Paula; ella
busca un par de melodías y me pasa una cinta: vamos jugando un
poco al ping-pong. Después ella le pone letra. Luis no hace
letras ni melodías, pero aporta mucho desde el punto de vista
crítico -Luis Álvarez es periodista musical-: cuando estoy
atascado, me aconseja por dónde puedo salir".
¿Y el nombre, de dónde viene?
"De un 'sinte'. De un teclado antiguo, de los años 70, que
compré en Hamburgo y que me costó muy barato pero que pesa como
un sarcófago. Tuvo el pobre una odisea bastante peculiar. Cuando
me iba a venir (para Sevilla), como no había forma de
transportarlo y además estuve un año allí, no podía traérmelo
todo y, evidentemente, el teclado era lo último que podía
traerme. Además, volví haciendo una ruta "transpirenaica" y fue
imposible. Así que se lo dejé a una amiga francesa que vivía en
Berlín. Ella se lo llevó a Montpellier y entre Berlín y
Montpellier estuvo un año y pico. Luego yo hice un viaje y por
fin lo recuperé. Cuando lo hice, me dije: 'Esto se merece, como
mínimo, el nombre de un grupo".
Ya se han interesado por vosotros un par de compañías...
"Sí. Nosotros empezamos con un ordenador y un sampler, un
sistema paupérrimo y que era un coñazo. Perdíamos más tiempo
haciendo transferencias del sampler al ordenador que
componiendo... Conseguimos sacar una maqueta con tres temas y
Luis empezó a moverla por sus circuitos de prensa. Enseguida
tuvimos respuesta de dos discográficas. Una era Discos en la
arena (de Madrid) y la otra era Zomba, filial de Virgin en
España. Nos motivó mucho porque era señal de que habíamos
conseguido llevar a cabo el concepto que teníamos en la cabeza y
que gustaba a la gente, que era aún más importante. Porque,
claro, tus colegas no te van a decir: 'Vaya puta bazofia que has
hecho'. Fue un subidón. A partir de ahí, empezamos a desarrollar
el proyecto del estudio de grabación y grabamos allí una segunda
maqueta con tres temas más, ya con una producción mucho más
perfecta".
¿Qué vía seguirá, entonces, el grupo?
"Ahora estamos debatiéndonos en qué hacer. Nuestra idea, en
principio, porque pueden cambiar las condiciones que nos
ofrezcan, es desarrollar nuestra página en internet para que sea
nuestro centro de operaciones de cara al exterior. Va a ser el
hogar de un sello virtual, digamos. Eso quiere decir que no
creemos demasiado en el sistema de mercado que existe hoy día:
al final, el proceso es lentísimo y costoso. Y la persona más
importante de la cadena, la que te escucha, acaba pagando un
precio desorbitado. Así que hemos decidido trabajar a través de
la red porque no es que sea el futuro, es el presente. Si yo
quiero escuchar el último tema de "Pepito", me voy a Napster,
sin ningún tipo de rollo moral raro, y me la bajo, no me importa
que hagan lo mismo con mi música. De momento, no nos parece que
merezca la pena (fichar por una discográfica). La ruleta sólo
funciona cuando hay intereses muy fuertes: ¿por qué todo el
mundo conoce las canciones de Paulina de los cojones -Rubio-?
Porque está todo el día sonando en la radio. Al fin y al cabo,
es cuestión de dinero".
¿Cómo se lleva al directo un disco basado en la producción y
en los arreglos?
"Pegándote batacazos. Probando. Le echamos imaginación. Como
todas las discográficas te piden directos, montamos uno bastante
rockero, que no nos gustaba nada. Porque nuestra producción era
mucho más electrónica y sabrosona, si quieres. Al final, en el
directo que hicimos primaba el rollo pop; había más guitarras
que bossa nova, que es lo que buscamos en las grabaciones. Ese
primer intento no cuajó. Parcialmente, abandonamos la idea hasta
que nos llamaron para tocar en el Festimad. Entonces, montamos
otro directo en el que eliminamos la batería, dejamos sólo
percusiones y metimos un saxo, una flauta travesera y marimbas
y, aunque estos instrumentos no aparecen por ninguna parte en
las grabaciones, conseguimos un sonido mucho más atractivo y más
parecido a lo que buscamos que si simplemente emulamos tal cual
las canciones del estudio".
El concurso de maquetas de Móstoles os abrió las puertas de
Festimad...
"Sí. Había 500 o 600 maquetas de grupos de toda España. Y nos
eligieron. Creo que influyó nuestra labor de producción, que
está bastante cuidada. Bueno, y me imagino, además, que las
canciones no estarán mal, ¿no?".
Después de actuar en Festimad, ¿cuáles son vuestras
perspectivas?
"Seguir desarrollando la página del grupo en internet. La
función de un sello es hacer llegar las canciones al público.
Que sea con ánimo de lucro o no ya es otra cosa. El nuestro, en
principio, no lo es. Nuestro ánimo es difundir nuestra música.
Pero, claro, necesitamos ingresos, por lo que no descartamos
sacar ediciones limitadas en CD o en vinilo. Por otra parte, en
la página habrá también una sección de DJ´s, un apartado de
management, nuestro estudio de grabación... Todo eso será
Voodevil".
¿Será Festimad una excepción en vuestro planteamiento inicial
que no podíais rechazar o continuaréis tocando en directo?
"Las dos cosas al mismo tiempo. Ha dado tan buen resultado el
grupo que estoy sinceramente muy satisfecho. Si continúa
habiendo interés, la cosa seguirá adelante".
Aparte de la electrónica y la bossa nova, vuestras
influencias más evidentes, ¿en qué sonidos os movéis?
"En realidad, por la música que hemos escuchado siempre, los
tres tenemos nuestro corazoncito pop, que es bastante difícil de
frenar. Al final las canciones que nos salen son de melodías y
con la sencillez y la inmediatez del pop, aunque más
sofisticadas o adornadas con cosas electrónicas y armonías de
jazz y bossa nova. Pero es innegable que nos salen canciones
pop. Últimamente también estamos escuchando mucha música
electrónica. Lo que está claro es que a todos nos gustan las
melodías. Me encanta, también, el deep house. La historia es
saber conjugar las máquinas con la melodía: ahí es donde
queremos llegar mediante una producción interesante.
¿Qué elementos destacarías como más innovadores e
identificativos de vuestra propuesta?
"Yo no puedo decir que estamos haciendo algo nuevo. Desde luego,
en Sevilla no hay ningún grupo así. Y en Andalucía y en España
pocos. Pero no significa que Solina sea el único. Obviamente,
nosotros chupamos de mogollón de fuentes. Recreamos y conjugamos
lo que más nos gusta. Por otro lado, lo que quizás nos
identifique más sea la mezcla de programación, de máquinas, y de
melodías". (2001)
Más de un millar de bandas y
artistas con página informativa en IndyRock magazine
INDYROCK MAGAZINE
CONCIERTOS
Agenda
FESTIVALES
Agenda
ANUNCIOS
Tablón
CONCURSOS
Rock, pop...
PRODUCTORAS
Salas, estudios,
locales...
GRUPOS
En IndyRock