THURSTON MOORE, EL VERDADERO SEÑOR DEL SUBRTERRÁNEO
Por Enrique Novi - IndyRock
Había expectación por descubrir el sendero que decidiría tomar Thurston Moore. El líder del
grupo que inventó el noise, el que más lejos llevó el experimentalismo ruidista hasta elevarlo
contra todo pronóstico a producto de consumo de masas, se presentaba en una sala de pequeño
aforo con un disco bajo el brazo eminentemente acústico, de tono casi pastoral, en el que la
psicodelia de cámara, algo contemplativa y sosegada sustituía a la habitual furia sónica.
Visto lo visto, el espigado guitarrista no se ha movido tanto del sitio como parecía. Más bien
ha dado otra vuelta de tuerca a sus conceptos musicales, buscando disonancias concebidas para
la guitarra eléctrica, pero usando la acústica.
(...)
FOTOGALERÍA: Thurston Moore, concierto en Sala Planta
Baja - Granada 17 de marzo 2012.
Fotos: Merche S. Calle / IndyRock
(...)
Con su sempiterna camisa ancha y el flequillo sobre los ojos, Moore despejó pronto las dudas
al disponer sobre el guitarrero alguna eléctrica que alternaría con la de doce cuerdas. Junto
a él, John Moloney a la batería, Samara Lubelski aferrada a un violín que sonó endemoniado por
momentos, y el servicial Keith Wood con el resto de guitarras. Entre todos dieron un buen
repaso a los temas de su último disco en solitario, Demolished Thoughts, aunque arrancándole
unas texturas más angulosas que de vez en cuando, destapada la caja de los truenos,
descargaban una tormenta con fuerte aparato eléctrico. Eran justamente esos momentos los más
celebrados por la parroquia, y los que acabaron por dominar un concierto áspero y disonante,
que dejó claro que a Thurston Moore no se le podrá reprochar que se haya acomodado.
A pesar de alguna queja que barruntó sobre su actuación del día anterior en la sala Arena de
Madrid, donde por lo que cuentan las crónicas también tuvo tiempo de refunfuñar sobre la
previa en Galicia, el neoyorquino de adopción se siente confortable sobre la colchoneta de
pinchos que despliega para construir su inconfundible música, siempre arisca, crujiente y
llena de furia, a veces hasta colérica. Ahora que a raíz de su divorcio de Kim Gordon,
conocido este pasado otoño, se especula con el final de Sonic Youth, justo cuando el grupo
había publicado su mejor trabajo en años, Moore debe albergar algunas dudas sobre su futuro
personal (de hecho, no ha concedido ni una sola entrevista en lo que va de gira, cansado de
que tras muchos circunloquios todo el mundo acabe por preguntarle por algo de lo que no quiere
hablar), pero tiene muy claro el recorrido que pretende completar para huir del cliché al que
lo puede llevar la repetición de su propia fórmula.
En plena efervescencia tuvo una dedicatoria para Jack Kerouac, Kurt Cobain y John Coltrane,
por ese orden. Fue una de las pocas pistas que el verdadero señor del underground dio a un
público entregado de que se encontraba a gusto sobre el escenario de un sótano. Seguramente
era lo que buscaba para olvidar la dolorosa separación de la eterna bajista de Sonic Youth.
LOS GRANDES HITS DE LOS MUY GRANDES
19/04/2010. Sala La Riviera. Madrid.
Fotos y crónica: Javier Alonso Juliá y Marina Sanz Domínguez - IndyRock
https://indyrock.es/galerias/sonicyouth/galeria1.htm
El pasado lunes 19 de Abril llegaba a la capital el grupo pionero del Noise Rock, Sonic Youth.
Los de Nueva York volvían a Madrid tras una larga temporada, para presentar su nuevo álbum
“The Eternal”. El grupo tuvo que incluir dos fechas tras la afluencia de público que quería
ver a Thurston Moore y los suyos.
FOTOGALERÍA: SONIC YOUTH, MADRID, SALA LA RIVIERA, 2010. FOTOS: MARINA SANZ Y JAVIER
ALONSO * INDYROCK
Podíamos esperar un concierto en el que los nuevos temas ocuparían la mayor parte del
repertorio, pero no fue así. Hicieron un repaso a su amplia discografía, desde sus inicios
allá por 1981 hasta finales de los 90. Por lo que comentó Kim Gordon durante el concierto, si
queríamos escuchar los nuevos temas tendríamos que ir al día siguiente, debido a la ausencia
de Mark Ibolt por compromisos con Pavement. Por ello pudimos disfrutar sobre el escenario de
la formación inicial, Thurston Moore (voz y guitarra), Lee Ranaldo (voz, guitara), Kim Gordon
(voz y bajo) y Steve Shelley (batería).
La expectación por ver a los de la gran manzana, se hizo latente en la cola que había en la
puerta y el cartel de no hay billetes. El grupo se llevó una gran ovación en su aparición
sobre el escenario de la Riviera.
Comenzaron con todo su potencial sonoro y ruidista, atacando a sus seguidores con varios de
sus hits “Schizophrenia”, “Bull in the Heather “, “100%”, “Hey Joni”, con las que consiguieron
poner a saltar a un público, que prestaba con atención cada uno de los movimientos de los
componentes del grupo. Los riffs de guitara desacompasados, los acoples de guitarra y la
velocidad vertiginosa de los temas, nos llevaron a recordar aquellos momentos en los que uno
descubría un grupo que llamaba ciertamente la atención a finales de los ochenta y durante
todos los noventa. Sus álbumes podían no atraparte desde la primera escucha, pero según los
ibas engullendo más te enganchaban en su peculiar mundo de la No Wave. Sus portadas siempre
quedarán para el recuerdo y así lo pudimos testificar en su concierto, donde muchos llevaban
camisetas con la portada del Goo y alguna que otra pudimos divisar del Washing Machine. La
media de edad de los que allí nos concentramos rondaba la treintena o más.
El concierto continuó con más temas de sus álbumes “Daydream Nation”, “Sister”, “Washing
Machine”, “Evol” y “Bad Moon Rising”. Entre los que cayeron “The Sprawl”, “Brother James”,
“Skip Tracer”, “Silver Rocket”, “Shadow of a Doubt” y “Death Valley ‘69”, con la que el grupo
subió el volumen y destrozó nuestros oídos como hacía antaño.
Los aplausos no se hicieron esperar y la banda salió de nuevo para soltar dos temas más del
“Daydream Nation”, “The Wonder” e “Hyperstation”. Parecía que el concierto llegaba a su
fin definitivo y el público quería más.
Salieron de nuevo para despedirse con el tema “Expressway To Yr Skull”. Entre aplausos se
despidieron de Madrid, hasta el día siguiente en el que presentarían su nuevo trabajo “The
Eternal”.
Puede que el que no les haya visto antes, quedara prendado con el concierto, pero para los que
hemos tenido la suerte de verles en más ocasiones, echamos de menos la fuerza y la rabia con
la que interpretaban sus temas. Pero tampoco estamos en los noventa y los años han pasado por
todos, aunque no para Kim, que lucía una espléndida silueta. Al setlist no se le pueden poner
muchos peros, ya que nos mostraron un completo recorrido por su amplia discografía.
6 de Diciembre 2009
Vicar St., Dublin
Foto por Lorena Rushe.
Crónica por Raul Vegas - IndyRock
Sonic Youth. El nombre tiene algo de ironía, si consideramos que la edad de sus
componentes llega ya a la cincuentena. Pero afortunadamente esto no ha afectado a la banda a
la hora de componer y escribir temas. En la última década,observamos que discos como Sonic
Nurse, Rather Ripped y en su reciente creación The Etnal, todavía mantienen esa creatividad y
frescura, que les convirtió a comienzo de los 80, en unas de las bandas creadoras del
movimiento alternativo y fundadores del
Sonic Youth parece que atraviesa una segunda juventud. Todo esto añadido a unas dosis de
guitarras ácidas y la tremenda facilidad que la banda posee para adentrarse por terrenos casi
inexplorados, y el hecho de que llevan varias décadas con la misma formación, hacen que la
maquinaria de Sonic Youth se mantenga en perfectas condiciones.
Era el último concierto de la banda en este 2009. La gira de presentación de su último disco
“The Eternal” les ha llevado por Estados unidos, Europa y Japón. Y como final de gira de
año y como regalo de Navidad para los seguidores irlandeses, se presentaron en el Vicar St. de
Dublín. Digo regalo, porque hacia más de 11 años que Sonic Youth no se presentaba en Dublín
como headline (como cabeza de cartel en un concierto). Y que mejor regalo que presentarse en
el Vicar St., votada por los irlandeses, como mejor sala de conciertos de toda Irlanda.
Se empiezan a vislumbrar las sombras de los cuatro miembros de Sonic Youth, Kim Gordom, Lee
Renaldo, Thursonton Moore y Steve Shelley, junto al set de más de veinte guitarras que
tenían dispersadas a ambos lados del escenario. Ya con las luces encendidas y el público
impaciente, apareció la segunda sorpresa de la noche. Esperada quizá, solo por mi, pero
no podía resistir la idea de ver en el escenario al bajista de Pavement, Mark Ibold. Que ha
colaborado con la banda en la grabación de su último disco y en sus últimas giras, como
bajista. Y con cada uno de los miembros ya posicionados en el escenario, empezaron el show con
“No Way”.
Según se iba desarrollando el set y por los temas que iban presentando como “Sacred
Trickster”, “Calming the Snake”, “Walking” y el espléndido “Antenna”. Los allí presentes
empezamos a temer que esta noche la dedicarían a desgranar exclusivamente los temas su último
disco. La gente andaba un poco perdida y fria esperando que en algún momento atacaran algunos
de sus clásicos. Continuaron con su propuesta, “Tom Violence”, “Malubu Gas Station” y entre
canción y canción, tímidos saludos, y escuetos comentarios, “gracias, estáis preparados para
un poco de “Anti -Orgasm”. Lo dicho, no había espacio para los clásicos, y las sorpresas no
llegaban.
De cualquier manera, a la vuelta al escenario para los bises, y tras petición popular, Sonic
Youth por fin recompensó a los allí presentes. Arrancaron con unos clásicos “The Sprawl”, “
Shadow of a Doubt” para terminar con una versión del y “Death Valley 69” y hacer las delicias
de los asistentes.
La actuación de esta noche puede interpretarse como una prueba. Una prueba que nos puede
llevar a diferentes opiniones. Por una lado, hay que reconocer que el sonido de Sonic Youth no
ha evolucionado y que incluso puede sonar hasta un poco repetitivo. Y quizás debamos
reconsiderar, que esa es la idea que el grupo tiene en mente. Pero por otra parte, su directo
es bárbaro. No es perfecto, lo perfecto quedo atrás. Perfecto es algo que intentamos realizar,
y puede salir bien o mal. Para Sonic Youth es algo natural, algo innato en un grupo de
personas que se conocen a la perfección. Y esta noche, volvieron a demostrar quienes son los
amos en el escenario.. ¡Felices 25¡, Sonic Youth
por Roberto Garza Iturbide
Compas:
Entre octubre de 2004 y mayo de 2006 sostuve cuatro conversaciones con Lee Ranaldo,
guitarrista y fundador de Sonic Youth. La primera fue un auténtico abordaje en el lobby de
un hotel de la ciudad de México, durante la gira de promoción del álbum Sonic Nurse, un día
antes del concierto en el Circo Volador. Las dos siguientes se realizaron vía telefónica, en
agosto y noviembre de 2005, y la cuarta fue un peloteo de pregunta - respuesta vía correo
electrónico que nos mantuvo más de una hora sentados frente a la computadora. Esto ocurrió
en mayo de este año, poco antes del lanzamiento de Rather Ripped, la más reciente producción
de Sonic Youth.
Van, pues, las palabras insanas del master Ranaldo:
Mitología sonora
En manos de Lee Ranaldo, las guitarras son alas que el sonido usa para volar. Cerrar los ojos,
abstraerse, poner la mente en blanco sin dejar de pensar, transformar impulsos cerebrales en
energía sonora. "La lógica", explica Ranaldo, "está conectada con los canales de la intuición
y la liberación espiritual. Así que puedes estar perfectamente concentrado en lo que haces y
al mismo tiempo entrar en el estado de abandono más completo".
El sonido, cuando vuela, se eleva y desciende al mismo tiempo; vive el instante de
expectación: "Crear música te ubica en el ahora, sin pensar en el pasado ni soñar en el
futuro".
Para Ranaldo, el sonido no tiene forma; es movimiento en formación: "Nosotros nos conectamos
con la matriz del sonido como parte de un ritual. Ahí está cada vez que la buscamos, pero
nunca es la misma, como el agua en el río. La intención es provocar una experiencia mágica, un
encuentro trascendental entre músicos y público".
El sonido, cuando vuela, se expresa con total desinhibición y evoca al fantasma de la
insanidad: "Nosotros reconocemos las cualidades mágicas de la música. Somos gente normal en
nuestras vidas diarias, pero cuando escribimos música y tocamos en vivo, entonces sí podemos
ser bastante insanos".
El sonido, cuando vuela, se transforma en ruido. El ruido es la voz que el oído no sabe
escuchar. "Buscamos mantener viva la parte ruidosa e insana del rock, ese espíritu que motivó
a Iggy Pop & The Stooges, a Velvet Underground, a Nirvana".
El ruido, como el rock, libera conciencias: "El rock siempre ha sido salvaje, sexual,
liberador en muchos sentidos. Eso es lo que nos sucede en el escenario: nos liberamos y el
público se libera con nosotros." No wave
El encuentro entre los tres fundadores de Sonic Youth (Thurston Moore, Kim Gordon y Lee
Ranaldo) se puede atribuir a la fuerza gravitatoria del artista avant garde Glenn Branca,
quien fue una suerte de Punto G de la escena No wave de finales de los setenta y principios de
los ochenta en Nueva York. "Conocí a Thurston poco antes de trabajar con Glenn. Ambos llegamos
a Nueva York al mismo tiempo, por ahí de 1979. Thurston tocaba en los Coachmen; y yo, primero
en los Flucts y luego en Plus Instruments. Nos conocimos en las tocadas de rock. Nuestras
bandas duraron poco, como muchas de aquellos años, y desde entonces Thurston y Kim se
propusieron armar un grupo de art-rock, al que ya pensaban llamar Sonic Youth".
En 1981, Ranaldo coincidió con Moore y Gordon en un proyecto de Branca, y ese mismo año
debutaron en el Noise Fest de Nueva York. "Desde la primera vez que tocamos en vivo sucedió
algo mágico. El público se conectó con la música. La gente comenzó a hablar de nosotros, de la
experiencia de vernos tocar. Éramos muy radicales. Teníamos unas guitarras muy baratas que se
desafinaban todo el tiempo, así que aprendimos a usarlas como aparatos reproductores de
sonido. Experimentamos con el vibrato y el feedback; luego con batacas, desarmadores y fierros
que tallábamos con fuerza o deslizábamos sobre las cuerdas".
"Muchas bandas estaban experimentando en Nueva York en esos años, en particular las vinculadas
a la escena No wave, como Teen Age Jesus, The Contorsions o Suicide, así que lo nuestro no era
algo tan inusual en el underground. Pero una vez que salimos de la ciudad y recorrimos Estados
Unidos, o cuando tocamos por primera vez en Europa, nos dimos cuenta de que nuestra música se
percibía como algo sumamente extremo, radical, porque nuestro sonido es muy diferente al que
hace una banda tradicional de rock".
Más que una banda de rock, Sonic Youth es un grupo de artistas multidisciplinarios: "Todos
estudiamos en escuelas de arte y nos interesa la literatura, la pintura y el cine. No somos
músicos de conservatorio, más bien tenemos una formación modernista. Yo estudié pintura y
escribo desde muy joven. Mi encuentro formal con la literatura se dio con la generación beat:
Jack Kerouac, Allen Ginsberg, William Burroughs, y luego con Raymond Carver y autores
extranjeros como Juan Rulfo y Pablo Neruda. Siempre nos hemos involucrado con escritores,
cineastas, artistas visuales, pintores, escultores; ese es nuestro mundo. La literatura fue
algo natural para nosotros, como lo fue para Jim Morrison, como lo es para Patti Smith y Bob
Dylan".
Ranaldo, también narrador y poeta, fue amigo cercano de Allen Ginsberg y en años recientes
produjo dos discos a partir de la obra de Jack Kerouac: Kicks Joy Darkness y Jack Kerouac
reads on the road. "De hecho", agrega, "en el 2004 sacamos un CD de Allen Ginsberg que lleva
el título de un poema sesentero bastante famoso, "Wichita Vortex Sutra", basado en una serie
de grabaciones de Ginsberg durante un viaje en automóvil por todo el país. En este disco
participan Elliot Sharp, Marc Ribot, Arto Lindsay, Philip Glass y Steve Shelley (baterista de
Sonic Youth)". Del underground al mainstream
Hace 25 años irrumpieron en la escena subterránea y de inmediato se colocaron en la vanguardia
del art y el noise rock. Hoy son una banda mundialmente conocida. ¿Qué los ha
mantenido juntos?
El hecho de que nos enfocamos a hacer música. No nos distraemos con frivolidades como la fama,
el dinero o el ego, porque eso destruye a cualquier banda. Nosotros nos concebimos como
artistas y creamos música con un fuerte sentido de agrupación. En Sonic Youth no hay un solo
autor, un vocalista o una persona superdotada dueña de todas las ideas. Nuestro trabajo es
realmente colectivo, y eso nos ha permitido crecer juntos, como artistas, durante todos estos
años.
En 1988-89 se gestó un nuevo orden mundial. El disco Daydream Nation pulsó su tiempo.
Los ochenta fueron nuestra génesis, el periodo de formación. Cuando hicimos Daydream pasábamos
por un gran momento; habíamos entendido lo que quería la banda. Ese disco marcó a mucha gente,
incluso muchos jóvenes nos descubrieron con ese álbum. Pienso que fue un disco muy formativo
para nosotros, porque después de Daydream entramos a una nueva etapa en nuestras vidas.
¿Dejaron el underground después de Daydream Nation?
Nunca hemos dejado el underground y nunca hemos sido parte del mainstream, o cuando menos no
por mucho tiempo. Somos una banda muy afortunada, que existe en una situación extraña, ya que,
por un lado, contamos con el respaldo de Geffen, pero no producimos ni vendemos muchos discos.
Además tenemos nuestro propio sello, SYR (Sonic Youth Records), por medio del cual producimos
álbumes mucho más personales, abstractos. Y digo que somos afortunados porque muy pocas bandas
de rock se mantienen con una major durante tantos años. A estas alturas, la disquera sabe que
somos importantes y que el nombre de Sonic Youth les beneficia.
¿El contrato de Sonic Youth con Geffen fue el precedente que permitió la comercialización
masiva de buena parte del rock independiente y del grunge? Basta con mencionar el caso de
Nirvana...
Nosotros apoyamos a Nirvana para que Geffen los contratara. Si no fuera por nosotros, tal vez
nunca hubieran firmado y te aseguro que la historia del rock de los noventa sería distinta.
Eso nunca lo sabremos. Es cierto que fuimos una de las primeras bandas independientes que
firmó con una major, pero ya lo habían hecho otros. Recuerda que antes de nosotros firmaron
REM y Soul Asylum. Más bien tiene que ver con el éxito de Daydream Nation. La gente que nos ha
seguido desde el principio lo comprende bien. Evolucionamos. A final de cuentas, lo importante
es que seguimos siendo fieles a nuestro estilo.
¿Actualmente existe alguna escena similar a la No wave?
Hay escenas muy interesantes en Estados Unidos y el resto del mundo, pero la No wave sucedió
en un momento muy especial y en un lugar específico, que fue la ciudad de Nueva York. Por eso
fue una escena limitada únicamente a quienes estuvimos ahí para experimentarla. De hecho fue
un tiempo asombroso, un periodo que hoy debe analizarse como uno de los más significativos de
la historia de la música rock. ¿Quién sería el Glenn Branca del Siglo XXI?
¿El compositor/maestro de la época actual? No estoy seguro. ¿Conor Oberst (mejor conocido como
Bright Eyes)? ¿Masami Akita (maestro del noise japonés)? Pero déjame decirte que Glenn está
vivo y sigue en activo.
Rather Ripped
El 13 de junio, Sonic Youth lanzará Rather Ripped, su disco de estudio número 20, y ese mismo
día arrancará la gira en Estados Unidos y Europa.
Discos de la primera etapa, como Confusion is Sex, EVOL y Sister fueron auténticos brincos
al futuro. ¿Rather Ripped tiene esa cualidad?
La escena musical ha cambiado mucho desde EVOL y Sister, que, por cierto, ¡salieron antes de
que existiera el CD¡ Sonic Youth es una banda mucho más conocida ahora que hace veinte años,
lo que nos resta capacidad para sorprender. Aunque lo cierto es que el elemento sorpresa nunca
ha sido nuestro objetivo, más bien buscamos hacer música interesante, y creo que lo seguimos
haciendo. Te puedo decir que Rather Ripped es un álbum con canciones mucho más directas
(straight ahead) de lo que usualmente hacemos. Eso puede sorprender a muchos.
¿Cómo fue el proceso de grabación de Rather Ripped?
Escribimos el cincuenta por ciento de las canciones en agosto de 2005, en el sótano de la casa
de Thurston y Kim, y la otra mitad la trabajamos entre febrero y marzo de este año en el
estudio Sear Sound en Nueva York. No solemos trabajar canciones en sesiones de estudio, por lo
que ésta fue una experiencia nueva para nosotros.
Otra experiencia nueva fue haber trabajado con el ingeniero en sonido John Angello.
Cierto, esa es otra novedad. John se encargó de mezclar el disco, obviamente una parte crucial
del proceso. Su buena vibra y estilo para mezclar empató muy bien con nuestro material y hasta
con nuestro estado de ánimo. El resultado fue una de las experiencias de mezclado más
placenteras que hemos tenido.
El multi-instrumentalista y productor Jim O'Rourke dejó una huella, profunda desde mi punto
de vista, en la textura del sonido de Murray Street (2002) y Sonic Nurse (2004). ¿Cómo suena
Sonic Youth sin Jim O'Rourke?
Por supuesto que el sonido de la banda es diferente sin Jim. Cambió el sentido del espacio y
del tiempo. Hay un sentido y una intensión diferente en lo que hacemos, no más limitado, pero
sí diferente. En Rather Ripped se nota la ausencia de Jim, porque de nuevo somos un cuarteto,
como lo habíamos sido siempre, una banda compacta. En la gira de este año se va a incorporar
Mark Ibold para que toque el bajo en las canciones que lo hacía Jim y también para que Kim
pueda liberarse del bajo mientras canta.
¿Tienen planes de tocar este año en México?
Nos encantaría, pero la verdad es que por lo pronto no lo tenemos contemplado. Y algo de verborrea digital. Los jóvenes consumidores de música ya no van a una tienda tradicional de discos a comprar
un CD, más bien bajan las canciones de Internet, legal o ilegalmente. ¿Qué opinas de la
revolución de la música digital en la red?
Es extraordinario lo que sucede y la verdad me entusiasma mucho vivir este tiempo de ciencia
ficción, en el cual la cultura evoluciona tan rápido. Internet está cambiando tantas cosas que
es imposible saber hacia dónde se dirige exactamente. Así que lo pequeños inconvenientes, como
que los artistas no reciban regalías por las descargas masivas de sus canciones o que las
disqueras salgan sobrando, es tan sólo una parte de un movimiento que apunta hacia algo mucho
más grande y que causará severos dolores de cabeza, un movimiento que en algún momento
sacudirá mucha gente. No puedo esperar a ver qué sucede.
¿Vinilo, audiocasete, CD o mp3? ¿En qué formato prefieres escuchar música?
Aunque todavía escucho muchos vinilos y utilizo casetes de vez en cuando -lo que ya no me
agrada para nada-, mi formato preferido es el CD. Portátil y sencillo de usar. Si el iPod
tuviera mejor calidad de audio sin duda sería mi opción. Un archivo digital portátil es una
gran idea, pero desafortunadamente a mis oídos no les gusta escuchar música en mp3 en un buen
sistema de reproducción. Creo que el mp3 está bien para las bocinas de una computadora.
Sonic Youth
Thurston Moore - guitarra y voz
Kim Gordon - Bajo y voz
Lee Ranaldo - guitarra y voz
Steve Shelley - batería
Expresionismo sonoro en
el Salón México
Thurston Moore, William Winant y Tom Surgal
por Roberto Garza Iturbide
Sábado 25 de marzo, 2006 México DF.
Cuando el reloj marca las 8:30pm, la fila instalada a lo largo de la calle de San Juan de Dios
inicia su marcha hacia el interior del Salón México.
En el ambiente se respira una mezcla de tabaco con incertidumbre, tal vez porque algunos de
los aquí reunidos no saben lo que están a punto de presenciar. Otros, los que se dicen
iniciados, intuyen que tendrán que abrocharse los cinturones de seguridad antes de que el trío
de improvisación compuesto por Thurston Moore, William Winant y Tom Surgal emprenda el vuelo.
Media hora después, cuando los músicos hacen acto de presencia, el legendario recinto del
danzón recibe la primera descarga de energía sónica, pero no del trío, sino del publico que
los acoge a gritos y aplausos.
Los músicos toman posiciones. Thurston Moore, guitarrista, se coloca al centro del escenario;
William Winant avanza hacia la izquierda y se monta en su enorme nave de percusiones, y Surgal
se acomoda en la batería del lado derecho.
Los dedos de Moore se deslizan sobre las cuerdas y abren la primera llaga en la textura del
sonido. Abstraído, suprime los canales de la lógica y la razón, entra en un estado mental puro
y deja que la energía fluya del cerebro hasta el amplificador.
Moore baja la cabeza, inclina el torso, distiende los hombros y flexiona las rodillas,
mientras su guitarra crea la atmósfera sonora para que Winant y Surgal se incorporen al
impromptu. Winant marca un ritmo ascendente, con golpes certeros que crecen en intensidad, al
tiempo que Surgal abre un canal de libre improvisación.
La pieza se eleva y desciende al mismo tiempo; Winant se acelera, Surgal marca contratiempos y
Moore se da vuelo con la distorsión, el vibrato y el feedback.
El público, cuyo número no rebasa las mil almas, observa impávido. Hay mucho que percibir y
nada que entender. Es energía básica que se transforma en ruido; ruido que se expresa como
símbolo; símbolo que el espectador interpreta. Esta música escapa a cualquier intento de
análisis racional clásico. Vacunada contra el juicio docto y razonado, sólo acepta una
definición: expresionismo sonoro.
Durante unos segundos, Winant dirige la mirada hacia Surgal, pero el baterista está tan metido
en su canal que no se da cuenta. Y Thurston menos. Está de rodillas en el piso, tallando las
cuerdas contra el borde del escenario. Al cabo de un rato, levanta la guitarra a la altura de
la cabeza, la sacude, después la inclina sobre el amplificador y ataca las cuerdas con la
suela de su tenis.
Winant, un virtuoso de las percusiones, hace lo propio durante su ejecución. Coloca un
platillo sobre el bombo y lo hace girar; literalmente lo revoluciona para golpearlo en
movimiento con la baqueta. De ahí pasa al glockenspiel, también conocido como campanólogo,
luego se entretiene con el gong y saca toda una variedad de idiófonos, de los cuales extrae
sonidos apenas perceptibles.
Los músicos llevan más de una hora tocando y el respetable se mantiene de pie, casi estático.
Fuera de un grupo compacto, de unos 200, que se mantiene cerca del escenario, el resto de la
gente no está del todo conectada con la música. Este tipo de actos, hay que decirlo, se deben
llevar a cabo en teatros con butacas. Conciente de ello, Thurston se inclina, jala a un joven,
lo trepa al escenario, le coloca la guitarra y lo manosea por todos lados. El público
reacciona con una andanada de aplausos.
Winant y Surgal marcan ritmos delirantes. Ahora es el turno de una mujer, cuyo cuerpo, tendido
de espaldas al piso, se convierte en la herramienta con la que Moore cachondea su guitarra. El
asunto alcanza el clímax cuando Moore carga a la joven y la deposita en el set de percusiones
de Winant. Hay interacción con el público, que participa tanto en escena como con gritos y
aplausos. La joven se reincorpora con una sonrisa de oreja a oreja. Thurston la carga de nuevo
y la deja caer en la batería de Surgal, quien parece no inmutarse. Pero Thurston quiere más.
De pronto, en un instante de exaltación, se arroja sobre la masa de espectadores, donde
permanece atrapado unos minutos entre decenas de manos que lo tientan, soban y fajan al ritmo
desenfrenado que marcan las percusiones. El momento es sublime.
Entre el caos sonoro y el descabece en escena, los músicos comienzan a dilatar las notas, a
bajonear lentamente el estado de animo de la pieza, hasta que finalmente la terminan.
El público, bien conectado, los ovaciona y despide al ritmo de Thurston, Thurston, Thurston.
28-10-2005 Greenspace (Valencia)
Crónica y Fotos: Manuel Pérez
Hace ya cuatro días que el recinto está abierto al público ofreciendo variadas actividades y
conciertos, pero es el viernes cuando la afluencia se triplica y las tres antiguas naves del
puerto con toque industrial habilitadas con celeridad cada una de ellas para música, cine y
diseño se llenan de gente, entre otras cosas para ver a Sonic Youth. Casi 25 años desde que se
formaran en 1981 gracias a la mediación de Glenn Branca pisaban por primera vez y ya era hora
esta ciudad. Pero quizá lo hicieron tarde, cuando su mejor momento y apogeo recuerdan que fue
en el pasado. Los miembros de la banda casi con 50 años o como Kim Gordon sobrepasándolos hace
pensar que quizá es un factor para un resultado discreto del directo. A pesar de todo Sonic
Youth se conservan y se mantienen al día y la prueba está en su nuevo album "Sonic Nurse" del
cual presentarón algunas canciones.
Con un sonido del recinto difícil de tratar, no de lo más propicio y con demasiada
reverberación Sonic Youth aparece en el escenario con una generosa dosis de acoples y
alargadas distorsiones. Primero Jim O'Rourke y Steve Shelley, después los feedbacks de
Thurston Moore que fundirían con "I Love You Golden Blue" con Lee Ranaldo al Korg CX-3
combinando perfectamente con el maravilloso y peculiar sonido de las guitarras malheridas y la
insinuante voz de Kim Gordon luciendo un vestidito de lo más propio.
Representaron en directo su último album con algunas canciones como la delirante "Pattern
Recognition", la abstracta "Unmade Bed" o "New Hampshire" con un wah estridente balanceado por
Kim Gordon. Con el clásico de "Schizophrenia" gratificaron al público y no es para menos, una
magnífica canción que te absorve sin darte cuenta.
Con toda una colección de guitarras a un lado del escenario, muchas únicas para una sóla
canción y con afinaciones distintas y personales, genialidad de Sonic Youth, producen el
hechizo hipnótico del cual no prevees las consecuencias que puedan ocasionar en tu mente.
Momentos del más puro noise, homenajes continuos a Larsen, saturación de válvulas, el roce de
las cuerdas contra los cabezales de los amplificadores, contra los adornos del escenario y con
todo lo que se ponga por delante, la ayuda de un arco para vibrar las cuerdas, momentos que
Lee acerca el mastil de su guitarra a las manos del público para que participen mientras
Thurston camina medio erguido como perdido por el escenario. La negación a lo evidente, la
despreocupación, las murallas de sonido y la escenografía aunque cada vez más escasa están
presentes en el directo de Sonic Youth.
Terminaron tras una hora justa de concierto con "Kool Thing" como poseída por un conjuro Kim
Gordon danza por el escenario, la chica del Riot Grrrl se mueve improvisandamente, al terminar
la canción sin más Sonic Youth se desvanece del escenario, todos sabemos que volverá a
aparecer para juntarse con Enrique Morente, experimento para reclamo publicitario. Después de
más de hora y media de éste y sentado en la silla, Sonic Youth reaparece para acompañar con
sus acoples al "Martinete" a mi parecer una improvisación sin demasiado sentido.
Jim O'Rourke miembro de Sonic Youth desde el 2000 parece ser que deja la banda para dedicarse
con Jeff Tweedy y Glen Kotche, batería de Wilco, al proyecto de "Loose Fur".
Sonic Youth siempre se ha mantenido al margen de la contaminación y la fama y eso es
admirable, aunque siempre gozó de renombre, el grupo representativo de la "no wave" ha sabido
mantenerse, pronto celebrarán las bodas de plata y realizarán una larga gira de 2 años en
conmemoración de su 25 aniversario. Y en el 2009 le tocará a Thurston Moore y Kim Gordon, si
lo celebran claro. Primavera
Sound 2003
24 de Mayo 2003 Sala Nitsa Apolo Barcelona
Fotos: MarceRock - Indyrock
2011 marca el 20 aniversario de 1991: The Year
Punk Broke. Un film en torno a las vidas y experiencias de los pioneros de la música de
vanguardia, Sonic Youth. Rodado en 1991 durante su European club and Festival tour, la
película documenta la gira a la que da título y que introdujo a toda una nueva generación de
bandas que cambiaron el curso de la música.
Podremos disfrutar ahora, por primera vez en DVD, de este documento que ya es parte de la
historia de la música, The Year Punk Broke no solo captura las poderosas actuaciones de Sonic
Youth (con míticos temas como “Dirty Boots”, “Teenage Riot” o “Kool Thing”) sino que también
nos ofrece imágenes inéditas sobre la vida de la banda durante la gira.
Filmada un mes antes del lanzamiento del histórico “Nevermind”, también incluye imágenes de
Nirvana, quienes se encontraban en la cúspide de un movimiento cultural masivo con himnos como
“Smells Like Teen Spirit”, “Polly” o “Negative Creep”. Además, también podremos ver en él las
actuaciones de Dinosaur Jr (“Freak Scene” y “The Wagon”) así como la brutal actuación de Babes
In Toyland “Dustcake Boy” o la aparición de los legendarios Ramones con su clásico de 1977
“Commando”.
1991: The Year Punk Broke incluye también 65 minutos de material extra, así como 40 minutos
adicionales de actuaciones de Sonic Youth entre las que se encuentran “White Kross”, “Eric’s
Trip”, “Chapel Hill” o “Inhuman”. Además de una actuación inédita de Nirvana
interpretando “In Bloom”.
Hits Are For Squares es una colección de canciones de la carrera de Sonic Youth,
seleccionadas por un diverso grupo de artistas, actores, directores y músicos. Algunos de los
artistas invitados por la banda para seleccionar sus canciones favoritas son Beck, Mike D,
Radiohead, Eddie Vedder, Flea (de los Red Hot Chilly Peppers), Gus Van Sant, The Flaming
Lips,… y muchos más!
Incluye además, el tema “Slow Revolution”, grabada exclusivamente para la esta recopilación.
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