Foto Carla Mir de Francia - IndyRock
Ópera interiorEstamos ante la reencarnación del espíritu del romanticismo. No sabemos si la expresión «Adelante Bonaparte» (el título del nuevo disco de Standstill) es un homenaje al afrancesamiento de la cultura vivido en la España de 1800, que ayudó al país a salir de su abulia creativa. Si no es así, debería serlo, sobre todo si tenemos en cuenta que es la expresión que encierra un impresionante ejercicio de creatividad sin límites, la puesta sobre la mesa de una nueva forma de mostrar sentimientos y contar historias que fluyen en la mente de esta banda curtida en todo tipo de escenarios, acostumbrada a saltarse sin complejos las normas creativas. Tras años de explosiones sónicas, sorpresas artísticas, Standstill ha creado su òpera interior, un trabajo cargado de unidad creativa, en un viaje a la sencillez, a las canciones desnudas, en el que demuestran que la música no debe estar encorsetada por estilos ni modas. Standstill viaja desde el rock al pop con incursiones en la música de cámara. Un homenaje a la fertilidad creativa de los románticos.
«Adelante Bonaparte» - Standstill – 2010 Producciones Buenritmo
Por J. E. Gómez / IndyRock
Standstill - “Adelante Bonaparte” Buena Suerte 2010Quinto disco de estudio de Standstill; tercero desde que decidieron pasar del inglés al castellano y segundo desde optaron por la autoedición creando su propio sello discográfico “Buena Suerte”. Siempre en constante evolución, no sólo nos hemos acostumbrado a esperar que cada nueva entrega discográfica de los barceloneses sea excelente, sino que además de ellos se aguarda que cada paso sea un paso adelante. Y, como si desde el título quisieran dejarlo claro, con “Adelante Bonaparte” lo han vuelto a conseguir. El listón estaba altísimo después del excepcional “Viva la Guerra”, y puede que la única salida tras un disco tan bueno fuera poner toda la carne en el asador, como así han hecho.
Por Abel Guerola - IndyRock
Standstill lo han conseguido. Y cuesta imaginar que alguien
pueda merecerlo más. Lo del pasado sábado en la Joy Eslava de
Madrid fue un bonito broche a la larga gira de conciertos que
emprendieron hace ya casi tres años cuando autoeditaron
Vivalaguerra (Buena Suerte, 2006). Un justo premio para su
público y también para ellos, visiblemente emocionados, con
una sala totalmente abarrotada y entregada. Una comunión
festivo-espiritual marca de la casa, intensa, sentida, cercana
y entrañable, como no podía ser de otra manera, con globos,
confetti, tanda doble de bises y con Enric Montefusco
pletórico oficiando de maestro de ceremonias. Y es que
Standstill vienen a ser el paradigma del tesón infatigable y
la integridad creativa de la escena independiente española
(sea lo que sea eso): un intachable pasado en el lado oscuro
de la fuerza, el hardcore, kilómetros de giras europeas
salvajes a sus espaldas, crisis y vaivenes de formación
superados y un código genético interno que los impele a una
evolución artística constante y que terminó con cualquier
angustia de las influencias hace dos discos, cuando para
desmayo de los más puretas, se pasaron al español y
encontraron un espacio que hoy es sólo el suyo. La noche fue
desbordante e intensa en lo emocional e irregular en lo
musical. Sobre lo segundo hay que decir primero que no muchos
grupos salen del todo bien parados de la Joy, cuya acústica
deja que mucho que desear. Con todo, lo cierto es que
Standstill tienen una cuenta pendiente con el sonido (y muy
especialmente en sus visitas a Madrid), que no suele estar a
la altura del carisma gigantesco que irradian y de su
impecable ejecución. Los dos Rickys, Lavado (batería) y
Falkner (bajo) constituyen una de las secciones rítmicas más
musculosas e inteligentes del rock español, pero su volumen el
otro día era descomunal.
Y es algo frecuente que en los conciertos del grupo la bola de
graves termine por zamparse los punteos de Piti Elvira,
reducidos a una reverberación raquítica e indiscernible la
mayor parte del tiempo (muchos de los efectos que mete no
contribuyen a paliarlo). El resultado aplana sensiblemente las
canciones en muchos momentos y se pierden los matices que
tanto las enriquecen y las personalizan. Esto fue algo
especialmente patente en las del último disco que peor
funcionan. Pues si bien es cierto que Vivalaguerra supone una
continuación arriesgada y valiente de Standstill y que en él
alcanzan puntualmente sus cotas más altas, no lo es menos que
el audaz espíritu de exploración les lleva algunas veces a
buscar más que a encontrar, cuando las piruetas, tanto en las
estructuras, como en las melodías vocales y las letras,
resultan algo forzadas, alambicadas. Con la densidad
solipsista de El presidente de la escalera, Noticias del
frente, Aire o Víctor San Juan se abstraen y pierden agarre,
máxime si el sonido no acompaña y termina por asimilarlas unas
a otras. [“¿Habéis tomado drogas”? preguntaba Enric antes de
atacar Noticias del frente, en un arranque mesiánico-new born
christian a lo Alan Sparhawk]. Que en el viaje hacia delante
han perdido en ocasiones la compacta contundencia del disco
anterior (Standstill) lo demuestra la potencia superior con la
que sonaron desde la primera nota las magníficas Poema nº3,
G.M (aunque fue una en las que la presencia del dj se hizo más
cuestionable), y, ya en los bises, 88:88 y Feliz en tu día.
Del pasado de militancia anglocore cayeron la clásica Let Them
Burn (The Ionic Spell) y Dead Man Picture, uno de los rayos
pop que comenzaban a filtrarse en la granítica cumbre de su
etapa anterior, el Memories Collector, que atestiguó no
obstante todo lo que han crecido desde entonces. Por supuesto,
los que predominan al final son los momentos en que las
virtudes se aúnan, cuando Standstill se convierten en la mejor
versión de sí mismos y son insuperables: empezando por sus dos
“hits”, ¿Por qué me llamas a estas horas? (cuya fuerza
arrolladora trascendió sin problemas el hecho de que no sonase
especialmente bien) y 1,2,3 Sol (uno de los momentos más
emotivos) y continuando por las sobrecogedora Sí quiero
(también en los bises... “que silben los champús...”, glorioso
comienzo de Enric y Piti y una entrada demoledora de la
sección rítmica que puso la carne de gallina.) y la enorme La
mirada de los mil metros. En los bises, cuando la fiesta ya
era completa, en un arranque de espontaneidad, Enric decidió
presentar a la banda al puro estilo r’n’r, con Piti Elvira
descojonado y echándose las manos a la cabeza ante la
ocurrencia; “pero no haremos solos ¿eh?” decía Montefusco. Y
al comenzar ya la última canción, Cuando, el vocalista estaba
ya tan exhausto y tan emocionado por el fervor general que
tuvo que pararla y recomenzarla (“es que me ponéis
nervioso...” espetaba cómplice a la audiencia) Para entonces,
entre globos y confetti, muchos de los asistente lo que
queríamos era subir a abrazarles.
Ha pasado mucho desde el 2006 y se echaron de menos
canciones nuevas (que las tienen seguro), pues pocos grupos
nuestros pueden generar más expectación sobre por dónde irán
los tiros a continuación. Y de qué no serán capaces estos
tíos, ahora que a su voluntad y su talento corresponde una red
cada vez más densa, heterogénea y receptiva de oyentes sobre
los que ejercitar sus saltos. ¡Que lleguen ya!
Entrevista a STANDSTILL:
Diez años de dedicación artística
Por Raül Ruiz - IndyRock
Tras una década de existencia, la formación barcelonesa repasa su presencia musical a través de un documental doblemente interesante; primero por su atractivo audiovisual y segundo por su intento de introspección objetiva. Enric Montefusco, lider de la banda y responsable del montaje de este nuevo trabajo, analiza el resultado desde esa perspectiva de modestia y profesionalidad que impregna al espíritu de Standstill.
Todavía corrían los 90 y después de años de aburrimiento,
líos cansinos entre estrellas indies británicas y alguna que
otra banda de pop desganado, en la Barcelona, que ya casi
dejaba de ser post-olímpica, una panda de jóvenes
veinteañeros iniciaron su propia revolución musical. Con
bandas del hardcore europeo y norteamericano como referencia
y sello BCore a modo de patriarcado, estos jóvenes
cogieron las guitarras como si de bazokas sonoras se tratara,
se subieron al escenario (metafóricamente, porque en la
mayoría de casos estaban a pie de público) y cambiaron el
aburrimiento por energía salvaje y la desgana en una ilusión
que les hacía dejarse la piel en unos shows en los que salir
con la ceja partida era lo mínimo que te podía pasar.
Standstill fue uno de esos grupos, de los más enérgicos, de
los más activos y casi los únicos supervivientes de esa
época. Ahora, con el siglo XXI bien entrado, poco queda
de esos chavales que tomaron prestado el nombre a una canción
de los Gorilla Bizcuits, pero claro, que queda de cualquiera
de nosotros pasados más de 10 años? Todo evoluciona y en el
caso de Standstill siempre ha sido hacia la brillantez
manteniendo lo mejor que han tenido siempre, la necesidad de
buscar nuevas formas de expresión musical, puesta en
escena y relación con su público. El último regalo del que
hemos podido disfrutar? El espectáculo 1, 2, 3.
Después de varios meses sin pisar Madrid, los de Barcelona,
lo hicieron por partida doble y en la Casa de América o
lo que es lo mismo, el Palacio de Linares. Todavía con luz
natural, abrió la velada el argentino Gabo Ferro acompañado
por su guitarra en el patio exterior. Un concierto un poquito
largo y porque no decirlo, bastante tedioso, más si ya se
había visto en la primera jornada, como era el caso de muchos
de los que nos encontrábamos allí.
Con la lección del día anterior bien aprendida, esperamos en
el exterior hasta que el batería, Ricky Lavado, vino a
buscarnos camping gaz en mano, a modo de scouter de
boy-scouts, de excursión, en plena montaña, para guiarnos
hacia el auditorio de la planta baja. A tientas, los
scouts aventajados, tomamos posiciones sentándonos en el
suelo. A diferencia del primer día, muchísima gente se tuvo
que quedar de pie en los laterales. Ah, claro, en este recital
no se está de pie, se está sentadito y los músicos no están
enfrente de uno, están alrededor formando un círculo,
creando una sensación de abrazo musical del grupo hacia
el público. En realidad, todo en ese espectáculo es un relato
circular.empieza en los orígenes, continua en el presente
hasta volver a los principios.
La primera noción que se tiene de la distribución es cuando en
una pantalla empieza una proyección en la que exmiembros de la
banda cuentan su experiencia en Standstill, retacitos de
trayectorias musicales que vendría a ser una versión resumida
del "10 años y una zanahoria", en el que aparecen actuales
miembros de grupos como Tokio Sex Destruction o Half Foot
Outside. Regustillo agridulce es el que deja esa pieza pero al
igual que el documental, si algo nos deja claro es que, las
madres de estos chicos son unas santas y unas entrañables.
Recuerdo a los orígenes. Empieza el relato. Se abre el
círculo.
Primeras notas de "1, 2, 3 Sombra" y paradójicamente primeras
luces sobre los miembros de la banda. El 1, 2, 3
es una historia que el espectador va descubriendo poco a
poco, a medida que van sonando los diferentes instrumentos y
que se va saliendo del asombro inicial. Así, en esa
disposición se van sucediendo los temas de su último largo
"Vivalaguerra", "La risa funesta", "Víctor San Juan", "Aire",
acompañados por juegos de luces a ratos parpadeantes a ratos
más tenues, creando una atmósfera, mención especial en el tema
atmósfera al turntable Chus Portela y al teclista Víctor
Valiente, y una comunión entre músicos y público que en
algunos momentos llega a ser verdaderamente intensa. Detallazo
por parte de la banda, poner en pantalla los trabajos que
distintos artistas plásticos, fotógrafos han hecho del
Vivalaguerra.
Y cuando uno cree que ese es el devenir del espectáculo, Enric
Montefusco, sin previo aviso, silla y guitarra en ristre se
planta en medio del círculo, se arranca con "Yo soy el
presidente de la escalera" y momento pelos de punta "1, 2, 3,
Sol" para terminar con "Porque me llamas a estas horas", punto
en el que deja la guitarra, sube a la silla, caen globos y
confeti, el público, evidentemente se pone en pie de un
resorte y entona ese himno a grito pelao y puño en alto. La
emoción contenida durante todo el recital es lo que tiene. Fin
de la canción, fundido a negro y última vuelta de tuerca. Fin
de la parte presente.
Mientras el público volvemos a quedarnos a oscuras, el bajista Ricky Falkner, Piti Elvira el guitarra y Enric cual expertos Houdinis, se colocan junto a Ricky (batería) para tocar algunos de sus viejos temas. Luces y el espectáculo continua. Concierto en formación clásica, con toques hardcore y a pie de público. Vuelta a los principios. Se cierra el círculo.
Sin duda, montar un espectáculo de estas características, tal
como esta el tema musical es encomiable. Se agradece que un
grupo de ya larga trayectoria y del que suponemos que no todo
habrá sido fácil, siga apostando por aportar algo nuevo al
panorama. Los chavales han crecido y de que manera.larga vida
a romper silencios si este es el resultado. Vivalaguerra!!! O
ya puestos en el tono festivo que tiene el final del
1,2,3.Vivalapepa!!!
the Secret Society
Por Angel Artikcd
Gracias a la cada vez más exasperante puntualidad catalana el recital de este viernes 28 pasó de ser un dueto(Omega 5+Standstill) a un monólogo de estos últimos. Y menudo discurso. Si de algo ha valido la invasión emo-core del norte de Europa ha sido para rearfirmar la potencia de bandas como Refused o los ahora reconvertidos The(international)Noise Conspiracy. Y sellos como B-core han sabido rebuscar en nuestro país hasta encontrar grupos de tanto o más nivel. Y es aquí donde entran Standstill, un grupo que a medida que pasan los conciertos va creciendo más y más. Una explosión de sonidos hardcores y melodías se cruzaban en Apolo. Ya no podía nadie parar aquella bomba de relojería. Una tras otras las canciones sacudían la sala. Presentaban lo que será su nuevo trabajo. La única pega fueron las idas y venidas de la voz en un par de canciones pero aún así nada puede oscurecer un concierto realmente increíble. Solo una duda: ¿Viven realmente así de fuerte su música o toda esa teatralidad es fruto de buscar la pose perfecta?. Imprescindible verles en directo.
Standstill +'[nchi2]' + Applebite.Más de dos años hacía que el grupo catalán de emo-core Standstill no pisaba tierras granadinas para tocar en directo. La última vez fue en la sala Planta Baja para presentar su anterior trabajo, Memories Collector, donde estuvieron muy bien acompañados por los granadinos Verónica's Aggressive state.
Rock e intensidad en una noche de primavera
Por Alberto Fernández Cerdera / IndyRock
Fotos: Jesús Ruiz López
Viernes 29 de abril. / sala El Tren, Granada.
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(+ info '[nchi2]')
Applebite
Standstill, entrevistaDesde vuestro primer disco, The Tide, el sonido de la banda ha cambiado mucho, ¿a qué se debe?
"No nos sentamos un día y decidimos cómo iba a ser la banda"
Por Alberto Fernández Cerdera / IndyRock
Con su último trabajo publicado en 2004 la banda catalana Standstill ha seguido con su propia evolución musical que les ha llevado de a pasar de un hardcore-metal muy acelerado hasta llegar a su actual momento de madurez, con un disco editado en 2004 con el que han marcado un hito en el rock independiente español, a base de canciones calificadas emo, aunque con un sonido muy depurado, pero a la vez muy intenso. Considerada como una de las bandas españolas con más proyección fuera del país, los catalanes Standstill demuestran tal y como son en cada disco que editan. Cuestión de principios.
STANDSTILL `MEMORIES COLLECTOR´ BCORE DISC
por Fernando Navarro- IndyRock Colección imposible de recuerdos en torno a un carrusel que probablemente no deja de girar (remarcando así la idea circular que transmite el disco, como una vida que se vive de nuevo en cada recuerdo), el nuevo disco de Standstill, `Memories Collector´ parte de un principio suicida. Ir más lejos que su excelente y glorioso antecesor, `The Ionic Spell´. Una apuesta arriesgada que con tan sólo los dos primeros cortes se torna en ganadora. Demoledor, hermosísimo, plagado de momentos inolvidables, `Memories Collector´ es una conmovedora elegía a la memoria, a los recuerdos como única seña de identidad de un individuo (nunca el narrador de la historia ha sido tan sincero, como en la emocionante confesión videográfica que esconde el cd en su pista interactiva) que tras pasar por los problemas de toda identidad (los primeros minutos del álbum son complicados, explosivos, muy guitarreros) empieza a asimilarla, llegando así a la parte más profunda, compleja de todo el disco (me refiero a `Welcome´, `Not the place´, `Mathusalem Syndrome´ o la oscurísima `Memories Collector´) cerrando este recorrido por un álbum de recuerdos con `Airplane´, casi como un aterrizaje/despegue en el que el disco, obligatoriamente, debe volver a comenzar. Como lo hará la propia vida.Entrevista por Luis Benito (IndyRock)
Buscan la evolución personal, la respuesta a la rabia contenida. Stand Still ha conseguido romper fronteras. Aceptación total de su primer trabajo larga duración, "The ionic spell" en los escenarios centroeuropeos. Este año esperan vivirlo a tope. Escenarios y carretera... Afirman que con "ir mejorando, ir tocando, ir soñando y poder llegar a vivir algun dia de esto..."
"Dentro de la luz" es el séptimo disco de Standstill, el cuarto en castellano. Después de zambullidas como esta de medio año de trabajo diario uno no puede hacer muchas valoraciones aún. Perosí puede anticipar ya que una energía especial rodea este proyecto desde que arrancó y que, sin duda, eso ha quedado reflejadoen el disco. Guste mas, después, o guste menos. Lo haga a mayor o menor número de gente. Eso es algo que se nos escapa completamentey que, hasta cierto punto, nos importa poco.
En cualquier caso, la intención en un principio fue,
simplemente, encontrar nuestro sonido a día de hoy, con pocos
elementos y biendefinidos, sin el lenguaje del rock pero con
su energía, e intentar hacer un disco compacto con ello.
Parece una obviedad pero, por ejemplo,con el anterior
"Adelante, Bonaparte" era casi lo contrario. Para nosotros,
después de 15 años de búsqueda, este ejercicio desíntesis era
algo nuevo y un reto mas difícil de lo que pueda parecer.
Al volvernos a "sentar" para preparar el disco, después
de lalarguísima gira anterior y muchos cambios personales,
vimos que las canciones que llegaban eran más luminosas, con
la "banda" másincorporada que nunca a esas composiciones, con
unas letras y momento personal a comunicar, sin duda, menos
melancólico y mas "vitalista"... Yuna sensación general de
estar, de hecho, revitalizados.
Los elementos con los que queríamos jugar nos resultaban estimulantes: muchas voces, muchas percusiones, sintetizadores (no hay ningúnbajo en el disco)... y entendimos que podíamos encontrar algo interesante en el contraste entre la desnudez/pureza de la voz humana (coral incluida),y una instrumentación esencialmente fría, sintética y atropelladora. Nos parecía, además, que podía defenderbien unos textos que, en esencia, hablaban de amor, y de un regenerador -y también difícil- trayecto de intentar conocerse uno mismopese a una implacable herencia social, cultural, familiar etc con fines propios, que interfiere constantemente en ese camino. El caso es que "Dentro de la luz", a diferencia de discos anteriores,se pregunta cómo esa herencia interfiere también -y quizás sobretodo- en el amor (y por extensión la familia, los hijos...);en el sentido y lugar que éste ocupa en la vida de uno. Se habla en el disco de miedo; miedo a sufrir, miedo a la soledad, miedo a lo desconocido,miedo a conocerse: es la oscuridad, el reverso de la luz. El disco está lleno de preguntas directas o indirectas que hacen referencia a ese pulso.Y en ese sentido, creo que, a final, la lectura mas centrada y sencilla del disco -y sin duda su motor- es que "Dentro de la luz" es la celebraciónde una persona por haber conocido a otra persona. Y por haber "renacido" al hacerlo. Entendiendo así que quizás el amor es un lugarpara conocerse mejor uno mismo y, de hecho, para abrirse al mundo. No para refugiarse de él. Creo que empieza así un tono y una perspectivadiferente en nuestras letras: de mayor autocrítica, de renacimiento, de esperanza, de otro tipo de luz... lejos de la resignación, elhumor sombrío y la eterna huída hacia adelante buscando lo que aquí y ahora uno no es capaz de encontrar.
Todo ello creo que podría emparentar "Dentro de la luz" con "Memories Collector" (2003) o "Vivalaguerra" (2007), energética y conceptualmente,pero esta vez en un campo de batalla que pasa a ser uno mismo, en lugar de ese supuesto mundo exterior.... En fin, nada nuevo. No hemos inventadonada. Tampoco ha habido ninguna aparición. Simplemente la vida a veces nos recuerda que, al fin y al cabo, el mundo no es mas que lo queuno logra hacer de él, y no podemos hacer otra cosa que compartirlo, a través de un disco y de un espectáculo.
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