TANNED TIN
Tanned Tin 2001
Festival Internacional Caja Cantabria de Cultura Independiente
8, 9, 10 de Noviembre 2001. Centro Cultural Caja Cantabria.
SANTANDER
por
Diego Ruiz de Gauna
Llega el invierno, empiezan los primeros copos de nieve, olas de
frío, lluvias interminables, puertos cerrados y cadenas en los
coches. Lo mejor es quedarse en casa con un disco en el lector
de Cds, un café humeante encima de la mesa camilla, un cigarro
en los labios y un libro sobre las rodillas, sentado en un sofá
de cara a la ventana, mientras observas cómo la lluvia golpea
los cristales. En la calle, la gente anda encogida tras sus
bufandas, refugiada debajo de sus paraguas y lo único que se
alcanza a ver son sus narices constipadas. Ante tal panorama,
surge la idea de un festival, el Tanned Tin, organizado por
Acuarela con Jesús Llorente como Gran Hombre, y con la prensa
musical de todo el país chupando frío como todo hijo de vecino.
Yo no me lo perdería por nada del mundo, y no lo hice. Puede que
no sea muy objetivo en mi crónica, pero es que es imposible
serlo ante semejante raudal de sentimientos y de sensaciones que
incluso me hicieron despojarme de abrigos, jerséis, guantes y
bufandas y sentir el calor de la chimenea hogareña que
transmitían los grupos allí presentes. Me tenían ganado desde
que bajé del autobús. Incluso me sorprendí a mí mismo sonriendo
mientras una granizada del tamaño de un menhir caía sobre mi
cabeza. Pero daba lo mismo, incluso era mejor así.
Bueno, voy a lo mío, los conciertos. Llegué el viernes al Centro
Cultural Caja Cantabria, un edificio clásico rediseñado para
albergar conciertos de música clásica y cine forums cuando
Clientele esgrimían las primeras notas de su concierto. Me
acomodé en mi asiento y dejé que ellos hicieran el resto. Un voz
perezosa, que en algunos momentos me recordaba a Nick Drake o a
Donovan, bajo una capa pop a lo Belle & Sebastián y otra
capa, la de las guitarras fuzzy a Luna o Galaxie 500, esbozaba
canción tras canción una historia intimista que nos situaba a
todos entre un lugar cercano a la psicodélia y otro cercano al
sofá, la chimenea y la lluvia en los cristales. Un buen
aperitivo para dos días de emociones intensas.
Después, cervecita caliente y trompetas para anunciar que
quedaban tres minutos para que comenzara el siguiente
espectáculo. Por fin podía ver a Retsin, o la reinvención del
Folk Tradicional americano, con Miss Tara Jane O'Neil (leyenda
viva de Rodan, Sonora Pine y ella sola en solitario) y Cynthia
Lynn Nelson (Ruby Falls). Nos mostraron con sabiduría, dos
guitarras y un banjo desafinado cómo las historias nacieron para
ser cantadas, cómo dos voces de registros bien distintos (la de
Cynthia es puro country, la de Tara es de ponerte la piel de
gallina) pueden complementarse a la perfección. Nos presentaron
lo mejor de su ilustrísimo (por calidad de historias) "Cabin in
the woods" y nos vendieron a las mil maravillas su recién
estrenado "Moon Many Moon" para Acuarela. Pero me quedo con
Bright Sunshine y la psicodelia campestre de Berries. Su pasado
Punk Rocker o Post-Rocker se mostraba en el trato de sus
guitarras acústicas y en el diálogo irónico, con silbiditos y
clases de español impartidas por Cynthia. Lástima que Tara fuera
tan profesional y quisiera afinar el banjo, perdiendo un tiempo
precioso. Si daba lo mismo, si nosotros no conocemos el
verdadero sonido del instrumento tradicional americano por
antonomasia...
Después tocaban Dakota Suite pero sus billetes de avión forman
parte de la quiebra de SABENA y no pudieron presentarse. Así que
el final de la noche se adelantó, pasando directamente a Piano
Magic. A mí me da lo mismo que todos los conciertos de Glen
Johnson y sus secuaces tengan casi el mismo repertorio. Me
siguen impresionando The Canadian Brought Us snow, Password, No
closure o You and John are birds y sobre todo esa obra maestra
que es "Music won't save you from anything but silence".
Esperemos que decidan editarla pronto porque si no me voy a
gastar una pasta en acudir a todos sus conciertos para poder
escucharla.
Terminada la sesión del viernes la gente se desplazó a bares y
locales de Santander hasta altas horas de la madrugada, pero eso
poco o nada tiene que ver con la música en sí misma. Lo mismo
que el día del sábado, sacando fotos de la bahía, de la mar
embravecida, del faro, de la playa del camello, o del picadero
local, para hacer tiempo hasta las 21:45, con ojeras y cara de
haber dormido poco.
El sábado sí fue de esos días que uno recuerda pasado el tiempo.
Y la razón, el éxito de la propuesta de Sodastream, a mi
entender más cercanos a Nick Drake que a Belle & Sebastian.
Sus canciones, melodiosas, perfectas, intimistas, exquisitas. No
cabría en elogios para describir lo escuchado. Repasaron The
Hill For Company, altamente recomendable. Sus discos se agotaron
a la primera de cambio y fueron el centro de los comentarios en
las conversaciones teñidas de cerveza y cubatas en el hall. Y
para mí, el momento estelar del festival, Thalia Zedek,
acompañada por Nacho Alvarez y Frank Rudow (Manta Ray) y Nacho
Vegas, nos presentó su excelente "Been Here and Gone". Su pose
en el escenario, salvando con acierto las dudas de Frank Rudow
en el comienzo del set, su voz de largo recorrido emocional y
unas canciones poderosas me dejaron hundido en el asiento,
incapaz de articular una respiración firme. Pero de sorpresas
estaba la noche y de colaboraciones estelares, el violinista de
Piano Magic y Tara Jane O 'Neil de Retsin (Ya colaboradora suya
en el Near life experience de Come) salieron para terminar el
concierto con una inconmensurable "Dance me to the end of love"
de Leonard Cohen. Entre amigos. Momento mágico e
irrepetible.
Lo de Labradford es otra historia. Sacados de una película de
David Lynch o de una banda sonora de Ry Cooder, nos adormilaron.
Juro por mi disco preferido que yo no caí dormido (ya lo hice
hace un par de años en San Sebastián), pero el de al lado, sí, y
no veas cómo respiraba el condenado. Sigo pensando que su
propuesta es para tumbarte en la cama una noche después de una
dura jornada de trabajo y dejar que ellos te guíen hacia el
mundo de los sueños. Y ante semejante ayuda y terapia al
insomne, no puedo criticar su música sino alabarla por su labor
terapéutica. Yo profundamente se lo agradezco, y más si se ciñen
a las canciones de su maravilloso Fixed: Context y no tocan como
si de un ensayo se tratara. Oníricos, sugerentes, toda la
imaginería que se producía al cerrar los ojos, me trasportaba
más allá de lo cotidiano. Sólo subí los pesados párpados cuando
oí unos sonidos extraños. Era Carter Brown frotando unas piedras
contra otras. Atónito.
Y llegó el fin de fiesta. Para ello, los anfitriones (por
cercanía) Manta Ray nos demostraron una vez más que su directo
no sólo es de los mejores de España y Europa sino del mundo
mundial. Canciones nuevas con alguna reminiscencia a Tortoise y
a Neu!, pero dejando claro que OF. King, Su última esperanza y
Sol son tres de las mejores muestras de emoción que han surgido
de un grupo español en años. Los únicos con buen juego de luces
y humo inundando nuestras cabezas.
Dicen que Migala será cabeza de cartel el año próximo. Yo espero
que nieve de nuevo.
3er Festival
Internacional Caja Cantabria de Cultura Independiente
8, 9, 10 de Noviembre 2001. Centro Cultural Caja
Cantabria. SANTANDER
Luis BENITO PEDRUZO - IndyRock
Por tercer año consecutivo la Caja Cantabria en colaboración con
el sello madrileño Acuarela organizan el festival Tanned Tin.
El objetivo de esta cita con la cultura es aunar tradición e
innovación, clasicismo y originalidad con unos grupos que pueden
ser calificados de arty tanto por sus canciones o declaraciones
públicas como por sus relaciones con el cine, la literatura, y
que pretenden que sus conciertos sean algo más que un
espectáculo (rock o pop).
Todo ello tiene lugar en el entorno del auditorio del Centro
Cultural Caja Cantabria -con el público cómodamente sentado y un
sonido nítido- que poco tiene que ver con los festivales al uso.
Santander, que aúna mar y montaña y que tiene todas las ventajas
de un marco incomparable, es una ciudad alejada del circuito de
los conciertos y giras de los grupos más destacados del panorama
independiente. Y el Tanned Tin es el único festival de estas
características que se celebra en la zona, dando así la
posibilidad a los habitantes de toda Cantabria de disfrutar de
las actuaciones de bandas que habitualmente sólo se pueden ver
en Barcelona o Madrid.
La programación de este 2001 está a la altura de las más
destacadas citas musicales actuales. Por el más que económico
precio de 1.000 ptas al día podrás disfrutar de la magia de
bandas como Experience, Piano Magic, los asturianos Manta Ray...
De nuevo predominan lirismo, introspección, elegancia y amor por
las cosas bien hechas.
No dejes pasar la oportunidad. Te arrepentirás seguro.
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