EL
PODER TERAPÉUTICO DEL HEAVY METAL
No te dejes llevar por los estereotipos: el heavy metal, lejos
de generar violencia y conductas antisociales, es un
aliado de la salud mental. Y es
que, según estudios recientes, este tipo de música puede
resultar una válvula de escape para canalizar las emociones.
¿A qué se debe este poder curativo del heavy metal y cómo actúa?
Continúa leyendo y descúbrelo.
La música como terapia
El heavy metal es la base de una nueva forma de musicoterapia
que cada vez goza de mayor popularidad. Y ello se debe en primer
lugar a la comunidad que ayuda a construir.
Según David Savage, propietario de la discográfica británica
Black City Records, el heavy metal siempre ha llevado asociado
un sentimiento de pertenencia. Savage dirige también uno de los
grupos de Heavy Music Therapy, una comunidad online que defiende
el uso del heavy metal como terapia para mejorar la salud
mental. «Se trata de encontrar a tu tribu, esas personas que
entienden los matices de tu dolor y el peso de tus ansiedades».
Este
sentimiento
de pertenencia resulta crucial. Escuchar música heavy
ayuda a reducir el estrés porque te hace sentir que formas parte
de un club muy especial, en especial a aquellas personas que se
sienten marginadas o incomprendidas.
La letra de
Fade to Black, de Metallica, que habla de
un tema tan duro como el suicidio, se ha convertido en una
especie de salvavidas para muchos fans, que sienten una especie
de catarsis al escucharla y les sirve para darse cuenta de que
no están solos.
Geezer Butler, bajista de Black Sabbath, describe en su
autobiografía su
lucha contra la depresión en la
década de 1960, y explica que componer se convirtió en su
terapia para salir del hoyo. Sus letras, en especial la de
Paranoid,
expresan una marcada sensación de incomprensión, así como la
necesidad desesperada de ser escuchado.
Sin embargo, la terapia no radica solo en la música. Grupos como
Judas Priest y como los propios Metallica y Black Sabbath, a
pesar de ser muy criticados en su momento, siempre han hablado
abiertamente sobre sus problemas de salud mental. Y esta
apertura ha allanado el camino a una nueva ola de artistas y ha
suscitado el nacimiento de múltiples iniciativas. El trágico
fallecimiento de Chester Bennington, líder de Linkin Park, fue
el detonante que desencadenó la creación de Uprawr, una ONG
dedicada a la salud mental que ofrece asesoramiento gratuito
para todos aquellos jóvenes que padezcan algún problema de salud
mental, desde alcoholismo hasta
ludopatía.
Y es que, muy a menudo, las personas que sufren depresión solo
necesitan una simple conversación con un profesional en la
materia para encontrar la orientación que les falta.
Conexión con el público
Los festivales también son muy útiles en este sentido. En el
Reino Unido, festivales tan importantes como Glastonbury,
ArcTanGent o Download cuentan con la presencia de organizaciones
como Samaritans, una ONG que lucha contra la lacra del suicidio.
Los asistentes al festival pueden hablar cara a cara con
asesores que pueden ayudarlos a identificar el modo de aliviar
sus cargas, sean cuales sean. Existen métodos muy populares para
combatir los trastornos de salud mental, como la
terapia cognitivo-conductual o el
mindfulness.
Sin embargo, el impacto de los festivales va más allá de la
ayuda profesional. Comunidades online como Placebo Anyway o AF
Gang, creadas por y para los fans de Placebo e IDLES,
respectivamente, se han convertido en redes de apoyo vitales.
Estos espacios permiten a los fans compartir sus problemas,
encontrar consuelo en experiencias compartidas y crear
conexiones que van más allá de la música.
Tal como explica Emanuela Panattoni, de Placebo Anyway, «el
grupo siempre ha tenido muy presente la salud mental, y sus fans
siempre encuentran algo propio en las letras de Brian [Molko]:
sus problemas, sus luchas internas, aquello que reprimen...».
El poder del heavy metal respecto a la salud mental yace en su
capacidad para crear conexiones, dar voz a quienes no la tienen
y recordarnos que no estamos solos.
Puede que un concierto de heavy metal parezca un lugar agresivo,
pero resulta ideal para liberar tensiones y encontrar a tu
gente. Y quizá ahí radique el verdadero secreto del heavy metal:
curar mediante cabeceos, encontrarse a gusto en el rugir del
público y saber que, incluso en los momentos más duros, siempre
habrá alguien en algún lugar capaz de entenderte.
Concierto de Angra en Córdoba. FOTO: A. VÁZQUEZ * INDYROCK
MAGAZINE